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viernes, abril 29, 2011

Ivonne Moreno Uscanga: Loló, una querida y polémica nana...

Loló, una querida y polémica nana...

 Ivonne Moreno Uscanga

Relatar como se relaciona uno con personajes peculiares, es un acción mental grata.
Hace un par de décadas conocí a Loló Navarro y a pesar de frecuentarnos poco, nos teníamos especial aprecio, sentimiento mezclado con pasiones comunes como el amor al arte y  las charlas picantes.
Loló fue un singular  ser humano, de todos es sabido y su historia de vida empieza y termina en el puerto de Veracruz, a pesar de haber nacido en Guadalajara, Jalisco.
 Frente del mar nació su pasión por el teatro y junto al mar abanicó sus amores y  cuitas de mujer dividida entre el deseo de ser una procaz fémina, en el sentido picaresco y burlón  y a la vez un personaje.
Loló se construyó a sí misma en  ambos sentidos, con el afán primordial de difundir su más alto valor profesional, el teatro.
Caminó y bregó por las aguas turbulentas del mundo de la tramoya y las luces, pregonando como una pitonisa, las cruentas fraguas entre el histrón y su mundo.
Loló Navarro cierra un círculo de la historia de la promotoría cultural en Veracruz. Tareas y faenas hincadas con su entrañable amigo Juan Vicente Melo, a muros y extramuros del Museo de la Ciudad.
Loló también referenciada como La Nana Goya, tuvo innumerables historias en el baúl de su memoria, acercarse a Loló era mover el testimonio oral de una
Vacante del Trópico.
Un grato sabor de recuerdo, nos deja Loló, a quienes la tuvimos próxima. No ceso en recordar sus abiertas expresiones cuando me veía aparecer en el sitio donde ella se encontraba, siempre con la risa dulce y maliciosa y corroborando: “disfruta la vida mana, mientras puedas”
Cerramos como porteños, no el fin a un ciclo de vida, sino el renacer de una leyenda nuestra, mujer- personaje, similar a los ecos literarios de  Sergio Galindo, de su cómplice Melo, de  Hugo Argüelles, de Héctor Azar, capaz de  arrostrar los embates de la existencia, con valentía, pues en cada una de las esquinas de nuestro centro histórico, vamos a sentir, el pasar de esa gruesa silueta con un pañuelo en la cabeza, cansada de sostenerse en pie, pero ligera en agudeza, para atrapar a la fortuna y ponerla entre telones.


jueves, abril 28, 2011

Federico García Lorca: Medio Pan y un libro


Medio pan y un libro. Locución de Federico García Lorca al Pueblo de Fuente de Vaqueros (Granada). Septiembre 1931.
"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía.
Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión. Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.
No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.
Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?
¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.
Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz."

Mestre- Ivo: Versos para la redención...y la rebelión

Versos para la redención... y la rebelión

El poeta brasileño (Maceió, 1924), un mito en las letras del siglo XX en lengua portuguesa, es un hombre bienhumorado que camina por la ciudad andaluza tres metros por delante de los jóvenes y al que el holandés Cees Nooteboom, también invitado, define delante de una copa de vino subrayando sus palabras con los puños cerrados: "Ayer fue la estrella del festival". Ivo, que se hace el sordo cuando le interesa, sigue a lo suyo. Acaba de publicar en versión de Martín López-Vega su nuevo libro, Calima (Vaso Roto).
Ayer, Lêdo Ivo y Juan Carlos Mestre -que lo tradujo hace dos años junto a Guadalupe Grande en la antología La aldea de sal (Calambur)- se reunieron para hablar de poesía con EL PAÍS. El autor leonés venía de leer poemas en la cárcel cordobesa y su amigo lo esperaba con cierto desasosiego: "Me dijeron que estaba en prisión y pensé: ¿qué habrá hecho? Parecía un maleficio".
Pregunta. ¿Cómo escucha un preso un poema?
Juan Carlos Mestre. En una cárcel solo hay una posibilidad de escuchar un poema y es colocándose en la misma posición del escritor: convirtiéndolo en un acto de legítima defensa contra la corrupción que del lenguaje ha hecho el poder, pensando en lo que han dejado de significar las palabras justicia ymisericordia. Uno no puede llegar allí y decir que está muy contento de que lo hayan invitado. ¿Cómo va a estar contento si aquello está lleno de gente condenada a cinco años por delito contra la salud pública porque los han pillado con unos gramos de hachís? Si aquí fuera todo el mundo se mete de todo. Han leído algunos presos que participan en un taller, entre ellos, una pareja que vive en distintos módulos. Cada uno ha leído un poema dedicado al otro. Estremecedor.
Lêdo Ivo. La palabra puede ser consuelo o rebelión. Puede que un preso, o alguien en una situación extrema, sea el lector más exigente posible. No hay mayor prueba para un poema.
P. ¿La escritura es libertad o es únicamente una metáfora?
L. I. La poesía es a la vez libertad y, por lo que tiene de arte sometido a unas reglas, esclavitud. La poesía no es solo un impulso, también es un aprendizaje que solo interrumpe la muerte. El poeta es un alumno perpetuo, alguien que trata de ampliar su propia tradición buscando en otras lenguas. Tal vez los españoles no lo necesitan porque -con Góngora, con San Juan, con Rubén Darío...- pertenecen a la poesía más rica de la historia. Mestre ha nacido en una cuna de oro. Mi tradición es más pobre. Pertenezco a un país en formación.
P. Ahora su país genera grandes expectativas.
L. I. Por su población y por su extensión geográfica, Brasil tiene una vocación de grandeza, en ese sentido es el país del futuro del que hablaba Stefan Zweig.
P. ¿La nueva presidenta, Dilma Rousseff, genera tanta ilusión como Lula?
L. I. O más. Lula había terminado por hablar demasiado. Rousseff habla menos pero es más operativa. Los ministros le tienen pavor (risas).
P. Antes hablaba de su tradición, pero usted ya pertenece a la tradición española, en parte por el poema de Mestre.
L. I. Sí, soy una invención de Juan Carlos Mestre. Y es maravilloso, porque los poetas necesitan que alguien los invente para ser ellos mismos.
P. ¿Cómo surgió ese poema?
J. C. M. Un día pensé, como Shelley, que los poetas eran los legisladores del mundo. Hoy sabemos que no, que los legisladores son los mercaderes. Tal vez a los poetas les quede la tarea de ser los legisladores de lo invisible. Un día le escuché a Antonio Pereira hablar de Lêdo Ivo y lo que leí me recordó que Gamoneda, otro maestro, dice que la belleza no es un lugar al que van a parar los cobardes. Ahí nació en mí la idea de la belleza vinculada a la justicia. La poesía es el lenguaje de la delicadeza humana. Propone una delicada pero pertinaz resistencia al discurso único.
P. ¿Por eso es minoritaria? Lêdo Ivo dice que ningún poeta es oscuro.
L. I. A la inmensa minoría, decía Juan Ramón Jiménez. Es verdad. La poesía no es un objeto de consumo sino de conciencia. Yo creo que los poetas deberían ser los legisladores de lo visible, de lo material. Yo creo en Dios pero no creo que los poetas sean los embajadores de Dios sino los servidores del hombre y del lenguaje.
J. C. M. No conozco a ningún poeta hermético. Sospecho que solo lo difícil es estimulante, pero no hay que confundir lo difícil con lo oscuro. La sociedad contemporánea impone una sola lógica de discurso: el poder siempre quiere que las palabras no signifiquen ninguna otra cosa que aquello que está previsto. Y el poeta es consustancialmente desobediente.
L. I. El poder sabe que los poetas son una voz incómoda. Cantan por los que no pueden cantar.
P. Usted dice que tiene una parte de indígena, ¿se refiere también a eso?
L. I. También. Los Ivo llegaron a Brasil en el siglo XVII, pero otros de mis antepasados vienen de la tribu caeté: indios antropófagos que se comieron al primer obispo de Brasil, Fernandez Sardinha. Algún bromista dijo que su destino iba en el apellido.

Ivonne Moreno Uscanga: Gabriel Orozco, Premio Sumarte

Gabriel Orozco
 Ivonne Moreno Uscanga


 Hace unos días, un xalapeño acaba de recibir el Premio Sumarte, otorgado por la Fundación Olga y Rufino Tamayo...su nombre es Gabriel Orozco...pero ¿quién es Gabriel Orozco?

Gabriel es uno de los realizadores plásticos más connotados y polémicos del arte contemporáneo. Su creatividad y ante todo su sensibilidad se encuentra atada al redescubrimiento de lo aparentemente inútil del entorno para transformarlo en un objeto de goce estético.

A Gabriel Orozco se le conoce por crear una sintaxis visual peculiar donde la colocación de piezas ignoradas tiene una provocación lúdica entre el espectador y el objeto exhibido, a grado tal que puede ser permisible usarlos, como sucede con la Ping Pond Table, donde cuatro jugadores pueden interactuar y tornarse  emocionados competidores.

Otras  piezas emblemáticas de Orozco, por su naturaleza iconoclasta son: Oval with Pendulum , el famoso Citronen rebanado, Black   kites y sus famoso autorretrato “Con mis manos en el corazón”, esta obra puede ser vista como fotografía o como un técnica mixta realizada con barro.

Orozco nació en la capital veracruzana, Xalapa,  en el año de 1962. Es hijo del pintor muralista Mario Orozco, discípulo de David Alfaro Siqueiros. Se formó en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y en la UNAM, para de manera posterior continuar sus  estudios en Madrid.
Para este realizador plástico y trotamundos, el estilo es un accidente, no se busca, por tal razón es un apasionado caminante de espacios, en donde la invención de los mismos, cubre su anhelo de creación.
En México su obra, se consideró poco apreciada durante varios años y por esas razones, Orozco decidió  permanecer en el extranjero, pues no sólo consideraba atrasados  a las hechuras y a los lineamientos    artísticos en la República , sino también a los críticos de arte.
No obstante,   su obra es aplaudida en ámbitos internacionales y de manera individual es el único artista exponente en el MOMA.
A pesar de su reticencia nacional, su famosa obra alusiva a una Ballena, ocupa un lugar prominente en la biblioteca José Vasconcelos en el D.F.
 Gabriel Orozco es un pilar dentro del nuevo escenario plástico, contexto obligado  para  mezclar los materiales y tecnologías existentes para paliar los embates del mundo  y con ello encontrar en el arte caminos alternativos de discusión pero sobre todo de posibles  reingenierías de formatos y texturas para subrayar a la plástica  como el  medio de comunión entre el hombre y su habitat, lo material y lo onírico, lo banal y lo verdadero, lo fútil y tal vez lo facultado para ser eterno.

martes, abril 26, 2011

Gonzalo Rojas: POEMAS




GONZALO ROJAS (1917 - 2011)
COMO UN MÍNIMO HOMENAJE A UNO DE LOS MÁS GRANDES ESCRITORES CHILENOS; DE MUCHA MÁS ALTURA DE AQUEL ESCRIBIÓ AQUELLAS "20 CANCIONES DE AMOR"


Nació en Lebú, Arauco, Chile, en 1917.
Estudió Derecho y Literatura en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.
Fue profesor de Estética Literaria
y Jefe del Departamento de Castellano en la Universidad de Concepción.
Ejerció la docencia  en Utah, EE.UU., Alemania
y Venezuela.
Organizó a partir de 1958 los famosos Congresos de Escritores en Concepción,  reuniendo lo más selecto de la literatura latinoamericana.
Fue diplomático en China y Cuba. Perteneció al grupo surrealista reunido en torno a la Revista Mandrágora, 1938 - 1943.
Ha recibido numerosos premios internacionales entre los que se cuentan: Premio Sociedad de Escritores de Chile por
«Poesía Inédita» 1946, Premio Reina Sofía de poesía de España, Premio Nacional de Literatura de Chile en 1992 y del Premio Cervantes de Literatura 2003. ©


CARTA DEL SUICIDA

Juro que esta mujer me ha partido los sesos,
Por que ella sale y entra como una bala loca,
Y abre mis parietales y nunca cicatriza,
Así sople el verano o el invierno,
Así viva feliz sentado sobre el triunfo
Y el estomago lleno, como un cóndor saciado,
Así padezca el látigo del hambre,
así me acueste
O me levante, y me hunda de cabeza en el día
Como una piedra bajo la corriente cambiante.

Así toque mi citara para engañarme, así
Se habrá una puerta y entren diez mujeres desnudas,
Marcadas sus espaldas con mi letra, y se arrojen
Unas sobre otras hasta consumirse.

Juro que ella perdura porque ella sale y entra
Como una bala loca,
Me sigue a donde voy y me sirve de hada.




ASMA ES AMOR


Más que por la A de amor estoy por la A 
de asma, y me ahogo 
de tu no aire, ábreme 
alta mía única anclada ahí, no es bueno 
el avión de palo en el que yaces con 
vidrio y todo en esas tablas precipicias, adentro 
de las que ya no estás, tu esbeltez 
ya no está, tus grandes 
pies hermosos, tu espinazo 
de yegua de Faraón, y es tan difícil 
este resuello, tú 
me entiendes: asma 
es amor.



CONTRA LA MUERTE


Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa. 
No quiero ver ¡no puedo! ver morir a los hombres cada día. 
Prefiero ser de piedra, estar oscuro, 
a soportar el asco de ablandarme por dentro y sonreír 
a diestra y siniestra con tal de prosperar en mi negocio.

No tengo otro negocio que estar aquí diciendo la verdad 
en mitad de la calle y hacia todos los vientos: 
la verdad de estar vivo, únicamente vivo, 
con los pies en la tierra y el esqueleto libre en este mundo.

¿Qué sacamos con eso de saltar hasta el sol con nuestras máquinas 
a la velocidad del pensamiento, demonios: qué sacamos 
con volar más allá del infinito 
si seguimos muriendo sin esperanza alguna de vivir 
fuera del tiempo oscuro?

Dios no me sirve. Nadie me sirve para nada. 
Pero respiro, y como, y hasta duermo 
pensando que me faltan unos diez o veinte años para irme 
de bruces, como todos, a dormir en dos metros de cemento allá abajo.

No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser, 
pero no puedo ver cajones y cajones 
pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto 
llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver 
todavía caliente la sangre en los cajones.

Toco esta rosa, beso sus pétalos, adoro 
la vida, no me canso de amar a las mujeres: me alimento 
de abrir el mundo en ellas. Pero todo es inútil, 
porque yo mismo soy una cabeza inútil 
lista para cortar, pero no entender qué es eso 
de esperar otro mundo de este mundo.

Me hablan del Dios o me hablan de la Historia. Me río 
de ir a buscar tan lejos la explicación del hambre 
que me devora, el hambre de vivir como el sol 
en la gracia del aire, eternamente.



VOCALES PARA HILDA


La que duerme ahí, la sagrada, 
la que me besa y me adivina, 
la translúcida, la vibrante, 
la loca 
de amor, la cítara 
alta:

tú,
nadie 
sino flexiblemente 
tú, 
la alta, 
en el aire alto 
del aceite 
original 
de la Especie:

tú,
la que hila 
en la velocidad 
ciega 
del sol:

tú,
la elegancia 
de tu presencia 
natural 
tan próxima, 
mi vertiente 
de diamante, mi 
arpa, 
tan portentosamente mía:

tú,
paraíso 
o 
nadie, 
cuerda 
para oír 
el viento 
sobre el abismo 
sideral:

tú,
página 
de piel más allá 
del aire:

tú,
manos 
que amé, 
pies 
desnudos 
del ritmo 
de marfil 
donde puse 
mis besos:

tú,
volcán 
y pétalos, 
llama; 
lengua 
de amor 
viva:

tú,
figura 
espléndida, orquídea 
cuyo carácter aéreo 
me permite 
volar:

tú,
muchacha 
mortal, fragancia 
de otra música 
de nieve 
sigilosamente 
andina:

tú,
hija del mar 
abierto, 
áureo, 
tú que danzas 
inmóvil 
parada 
ahí 
en la transparencia 
desde 
lo hondo 
del principio:

tú,
cordillera, tú, 
crisálida 
sonámbula 
en el fulgor 
impalpable 
de tu corola:

tú,
nadie: tú:
Tú, 
Poesía, 
tú, 
Espíritu, 
nadie:

tú,
que soplas 
al viento 
estas 
vocales 
oscuras, 
estos 
acordes 
pausados 
en el enigma 
de lo terrestre:

tú:

jueves, abril 14, 2011

Gabriel Fuster: Escaramujo



ESCARAMUJO
Gabriel Fuster

Mi madre zurció nuestra historia doméstica, en moño del cantar de niñas.
Sus ojos se escabullían al final de la calle, esperando mi regreso a casa
para meterme a la cama puntualmente a las ocho, como llamada a misa
e incluyó legumbres en mi dieta, la balanza para una figura gimnástica

Ella me hizo ocultar el rostro tras los libros, partió mi cabeza con trenzas.
Aunque hallara refugio en las columnas, estaban mis marcas de estatura
con esas uñas corrigiendo la gracia desgarbada y los modales en la mesa.
Apartada de la algarabía de los juegos, vio prepararme para mi vida adulta

Ahora, madre querida,
en mi celo se esconde y se divierte un raro perfume
Escucho un chiflido y los rubores de mujer se anuncian en mis mejillas,
como no poder evitar que el corazón se me derrumbe

Ivonne Moreno Uscanga: Veracruz, una ventana plástica


VERACRUZ,  UNA VENTANA PLÁSTICA

Ivonne Moreno Uscanga


Cuantas veces escuchamos “Veracruz puerta y portal de la historia” nos enorgullecemos y de igual manera nos llena de regocijo nuestro acervo cultural.
Veracruz en este vasto sentido es música, escritores y poetas, danzantes comida, indumentaria, gente singular y desde luego artes plásticas.
Para quienes no consideran al puerto como un productor de realizadores plásticos así como un receptáculo de exposiciones, pues se equivocan ya que desde años atrás Veracruz produce pintores, escultores, ceramistas, fotógrafos grabadores y desde luego espléndidos artesanos.
Parte de este testimonio lo podemos apreciar en sus galerías. Distintos espacios del puerto y de la zona conurbada, se dedican con diferentes posiciones ideológicas y bajo diversas ópticas y trincheras a divulgar la tarea creativa de los veracruzanos.
Una de las últimas manifestaciones plausibles en este rubro, fue el libro de Manuel Salinas, fotógrafo, académico de la Universidad Veracruzana y compilador del quehacer plástico del renglón de hacedores en tierras del Golfo de las disciplinas visuales en varios campos.
Así los nombres de Rogelio Armendáriz, Milburgo Treviño, Octavio Mijares, Raúl Guerrero, Refugio Aréchiga pilares de la plástica porteña son resaltados y expuestos hoy en las galerías del IVEC para goce de todo visitante.
En la presente exhibición, aquellos cuyo trabajo oscila entre la imaginación y  arraigo del estado, así como de la experimentación por técnicas innovadoras son puestos a las pupilas del espectador, contraparte en última instancia de aceptar o rechazar los tópicos de los exponentes.
De igual modo en la Capilla, como en la Sala Oriente del Instituto Veracruzano de la Cultura vamos a seguir la huella de color y formato de Adriana Papayanopulos, Lourdes Azpiri, Maria Elena Lobeira, Luz Aldape, Tony Ramón, Luis Mellado, Bruno Ferreira, Sofía García, Magali Goris, Ricardo Mendizábal, Roxana Beverido, Mariana Pazos, Daniel Noriega, Israel Barrón, Hurí Barjau, Néstor Andrade y Valdemar Aguirre entre otros.
En la Fototeca y en el CEVART  también se perpetua el paisaje plástico veracruzano, en el primer espacio,  por medio de la fotografía,  estos meses se nos ofrece: Cerro Azul, sus habitantes y costumbres  y en el segundo un tributo a la naturaleza con la exposición VIDA Y MUERTE.


No obstante la ventana donde entran los aires del sotavento más fuertes provienen de Casa Principal. Recinto receptor del trabajo de xalapeños y porteños, quienes conjugaron la entrada de la primavera con el júbilo de las texturas, la composición y los destellos de imaginación con tendencia a una nueva liturgia visual.
Pintarse de Esperanza de Sofía García se abraza al centro del sentimiento y como en el CORAZÓN no se manda, trabaja los subterfugios de los latidos como enunciados sintomáticos a la percepción imaginaria de los espectadores.
Vértice del Tiempo II de Antonio Ramón continúa los puntos geométricos, cuyo tratamiento plástico, ya le  había dado una buena aceptación. En un conjunto de grabados, Tony matiza al tiempo con los puntos y ángulos de un plano, para equilibrar el fluir de los días, logrando un planteamiento nítido al trabajo meticuloso de la estampación y el tórculo.
Y  la juventud no podía faltar en este inicio de las estaciones de año, pues con nuevos bríos gráficos, esta fase de la vida en un realizador, templa y destempla a los súcubos e íncubos de la experimentación: Cecilia Burgos presenta Xibalbá. Daniel Padilla nos cuenta del amor, encuadrado en un Contraste.
Procedente de la capital Colectivo 21 de Abril acompañados de extranjeros provenientes de España y Colombia llegaron al viejo recinto de la ex calle Vicario, para poner en balaza lo realizado en el terreno de la plástica en otras latitudes.
Así el espectador podrá establecer las analogías, aprobaciones o rechazos según su experiencia y apreciación estética de los quehaceres  contemporáneos de los dedicados al arte hoy.
Asómese a la ventana plástica oferente en estos días en el puerto. Decídanse a pertenecer a la lista de degustadores del menú artístico, preparado para ser devorado por su agudeza o por su crítica, pero sobre todo no olviden, nuestro acervo creativo es el postigo de nuestra puerta histórica. 

Huri Barjau: Comentarios sobre arte contemporáneo

Comentarios sobre arte contemporáneo

Huri  Barjau

             -  Antes de que se quiebre el jarrón de barro-

 --Marcel Duchamp que marca una nueva época en la  creatividad lleva a la reflexion sobre el arte contemporáneo  Hay mención de que el arte se ha vuelto un no arte, quizá un cielo como este del fondo,  tal vez una  neblina .El no arte - no como sustancia sino como procedimiento – como si después de un lapso de tiempo obedeciera a las leyes naturales en la que todo  cambia,.hasta transformarse por una serie de acciones y de acontecimientos a una cosa cualquiera y si seleccionada

 La pintura  de Marcel  Duchamp – Fuente- fue  fotografiada en su galería por el famoso Alfred Steglitz promotor de vanguardia norteamericana y fotógrafo de renombre. La definición que se le ha otorgado a su obra de es de ready made ,basta con una mirada de un espectador para que cualquier cosa vaya adquiriendo cualidades estéticas.  Aquí subrayamos la observación que tiene que ver con la publicidad.
Una galería tiene público el día de la inauguración  como si fuera una misa ritual  después solo  algunos visitantes esporádicos locales y tal vez curiosos que llegan a la ciudad.
Impera el poco compromiso político del arte contemporáneo .Aquella filosofía que para hablar como Marx no es sino una ideología de una práctica de relación y comunicación ,como collage y reciclaje a medio camino entre el concepto publicitario y el concepto solo. Esto lleva a sitios como lugares abandonados para no ser acogidos en locales con una rígida programación, es así como se llega  a la reconstrucción del Palacio de Tokio en Paris  que proporciona exposiciones rápidas en espacios y pasillos sin  destino particular  donde se presentan debates e intervenciones – performances. Aunque el agrupamiento de individuos en torno a un discurso no difieren de la aglomeración de una manifestación, no hay angustia en los espectadores porque no hay un planteamiento fundamental y el verbo comunicar pierde su transitividad para conservar una ilusión.La ilusión de lo que no tiene precio. Analizando estos conceptos fragmentados llegamos a pensar  que efectivamente el arte contemporáneo está vibrando en la frecuencia de una sociedad que se distingue por la velocidad, lo efímero  la conciencia de la  impermanente como en espera de la producción industrial de las formas simbólicas y los bienes culturales para asociar a los individuos a fuerza de repeticiones vendidas, así el arte se esfuma se vuelve ese no arte esa neblina dispersa  y no por ello menos bella que se encuentra en todas partes . así el análisis de algo que se transforma y sale de los lugares consagrados . Finalmente después de todo el arte en general retorna a su lugar de partida que se llama la búsqueda en una reflexión enriquecida por el recorrido al través  de la historia .
           
                                                                     

María B.: Mi playa




Mi Playa
María B. 
Fuiste arena bañada en el agua, tierra firme con vista al mañana,
Fuiste sol, calor que abraza, fuiste siempre…
Hasta la madrugada

Yo fui mar, sin rumbo, sin playa,
Fui el océano estrellándome en tu alma,
Fui huracán, sin dirección ni esperanza,
Fui un momento…
Hasta la madrugada

Tú permaneces, no te irás, tan sólo llorarás mañana,
Yo soy espuma, tendré lágrimas siempre, mi llanto vagará entre algas

Tú me verás confundido entre las olas,
Yo te perdí, me alejé al llegar el alba

Quise quedarme, contra las rocas me batí,
Deseabas seguirme, el miedo te impidió partir

Yo fui mar y tu mi playa,
Empapé tu arena, tú secaste mis aguas

jueves, abril 07, 2011

Javier Sicilia: Estamos hasta la madre

Estamos hasta la madre... 
(Carta abierta a los políticos y a los criminales) 
Javier Sicilia 

El brutal asesinato de mi hijo Juan Francisco, de Julio César Romero Jaime, de Luis Antonio Romero Jaime y de Gabriel Anejo Escalera, se suma a los de tantos otros muchachos y muchachas que han sido igualmente asesinados a lo largo y ancho del país a causa no sólo de la guerra desatada por el gobierno de Calderón contra el crimen organizado, sino del pudrimiento del corazón que se ha apoderado de la mal llamada clase política y de la clase criminal, que ha roto sus códigos de honor.
No quiero, en esta carta, hablarles de las virtudes de mi hijo, que eran inmensas, ni de las de los otros muchachos que vi florecer a su lado, estudiando, jugando, amando, creciendo, para servir, como tantos otros muchachos, a este país que ustedes han desgarrado. Hablar de ello no serviría más que para conmover lo que ya de por sí conmueve el corazón de la ciudadanía hasta la indignación. No quiero tampoco hablar del dolor de mi familia y de la familia de cada uno de los muchachos destruidos. Para ese dolor no hay palabras –sólo la poesía puede acercarse un poco a él, y ustedes no saben de poesía–. Lo que hoy quiero decirles desde esas vidas mutiladas, desde ese dolor que carece de nombre porque es fruto de lo que no pertenece a la naturaleza –la muerte de un hijo es siempre antinatural y por ello carece de nombre: entonces no se es huérfano ni viudo, se es simple y dolorosamente nada–, desde esas vidas mutiladas, repito, desde ese sufrimiento, desde la indignación que esas muertes han provocado, es simplemente que estamos hasta la madre. 
Estamos hasta la madre de ustedes, políticos –y cuando digo políticos no me refiero a ninguno en particular, sino a una buena parte de ustedes, incluyendo a quienes componen los partidos–, porque en sus luchas por el poder han desgarrado el tejido de la nación, porque en medio de esta guerra mal planteada, mal hecha, mal dirigida, de esta guerra que ha puesto al país en estado de emergencia, han sido incapaces –a causa de sus mezquindades, de sus pugnas, de su miserable grilla, de su lucha por el poder– de crear los consensos que la nación necesita para encontrar la unidad sin la cual este país no tendrá salida; estamos hasta la madre, porque la corrupción de las instituciones judiciales genera la complicidad con el crimen y la impunidad para cometerlo; porque, en medio de esa corrupción que muestra el fracaso del Estado, cada ciudadano de este país ha sido reducido a lo que el filósofo Giorgio Agamben llamó, con palabra griega, zoe: la vida no protegida, la vida de un animal, de un ser que puede ser violentado, secuestrado, vejado y asesinado impunemente; estamos hasta la madre porque sólo tienen imaginación para la violencia, para las armas, para el insulto y, con ello, un profundo desprecio por la educación, la cultura y las oportunidades de trabajo honrado y bueno, que es lo que hace a las buenas naciones; estamos hasta la madre porque esa corta imaginación está permitiendo que nuestros muchachos, nuestros hijos, no sólo sean asesinados sino, después, criminalizados, vueltos falsamente culpables para satisfacer el ánimo de esa imaginación; estamos hasta la madre porque otra parte de nuestros muchachos, a causa de la ausencia de un buen plan de gobierno, no tienen oportunidades para educarse, para encontrar un trabajo digno y, arrojados a las periferias, son posibles reclutas para el crimen organizado y la violencia; estamos hasta la madre porque a causa de todo ello la ciudadanía ha perdido confianza en sus gobernantes, en sus policías, en su Ejército, y tiene miedo y dolor; estamos hasta la madre porque lo único que les importa, además de un poder impotente que sólo sirve para administrar la desgracia, es el dinero, el fomento de la competencia, de su pinche “competitividad” y del consumo desmesurado, que son otros nombres de la violencia. 
De ustedes, criminales, estamos hasta la madre, de su violencia, de su pérdida de honorabilidad, de su crueldad, de su sinsentido. 
Antiguamente ustedes tenían códigos de honor. No eran tan crueles en sus ajustes de cuentas y no tocaban ni a los ciudadanos ni a sus familias. Ahora ya no distinguen. Su violencia ya no puede ser nombrada porque ni siquiera, como el dolor y el sufrimiento que provocan, tiene un nombre y un sentido. Han perdido incluso la dignidad para matar. Se han vuelto cobardes como los miserables Sonderkommandos nazis que asesinaban sin ningún sentido de lo humano a niños, muchachos, muchachas, mujeres, hombres y ancianos, es decir, inocentes. Estamos hasta la madre porque su violencia se ha vuelto infrahumana, no animal –los animales no hacen lo que ustedes hacen–, sino subhumana, demoniaca, imbécil. Estamos hasta la madre porque en su afán de poder y de enriquecimiento humillan a nuestros hijos y los destrozan y producen miedo y espanto.
Ustedes, “señores” políticos, y ustedes, “señores” criminales –lo entrecomillo porque ese epíteto se otorga sólo a la gente honorable–, están con sus omisiones, sus pleitos y sus actos envileciendo a la nación. La muerte de mi hijo Juan Francisco ha levantado la solidaridad y el grito de indignación –que mi familia y yo agradecemos desde el fondo de nuestros corazones– de la ciudadanía y de los medios. Esa indignación vuelve de nuevo a poner ante nuestros oídos esa acertadísima frase que Martí dirigió a los gobernantes: “Si no pueden, renuncien”. Al volverla a poner ante nuestros oídos –después de los miles de cadáveres anónimos y no anónimos que llevamos a nuestras espaldas, es decir, de tantos inocentes asesinados y envilecidos–, esa frase debe ir acompañada de grandes movilizaciones ciudadanas que los obliguen, en estos momentos de emergencia nacional, a unirse para crear una agenda que unifique a la nación y cree un estado de gobernabilidad real. Las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una marcha nacional el miércoles 6 de abril que saldrá a las 5:00 PM del monumento de la Paloma de la Paz para llegar hasta el Palacio de Gobierno, exigiendo justicia y paz. Si los ciudadanos no nos unimos a ella y la reproducimos constantemente en todas las ciudades, en todos los municipios o delegaciones del país, si no somos capaces de eso para obligarlos a ustedes, “señores” políticos, a gobernar con justicia y dignidad, y a ustedes, “señores” criminales, a retornar a sus códigos de honor y a limitar su salvajismo, la espiral de violencia que han generando nos llevará a un camino de horror sin retorno. Si ustedes, “señores” políticos, no gobiernan bien y no toman en serio que vivimos un estado de emergencia nacional que requiere su unidad, y ustedes, “señores” criminales, no limitan sus acciones, terminarán por triunfar y tener el poder, pero gobernarán o reinarán sobre un montón de osarios y de seres amedrentados y destruidos en su alma. Un sueño que ninguno de nosotros les envidia. 
No hay vida, escribía Albert Camus, sin persuasión y sin paz, y la historia del México de hoy sólo conoce la intimidación, el sufrimiento, la desconfianza y el temor de que un día otro hijo o hija de alguna otra familia sea envilecido y masacrado, sólo conoce que lo que ustedes nos piden es que la muerte, como ya está sucediendo hoy, se convierta en un asunto de estadística y de administración al que todos debemos acostumbrarnos. 
Porque no queremos eso, el próximo miércoles saldremos a la calle; porque no queremos un muchacho más, un hijo nuestro, asesinado, las redes ciudadanas de Morelos están convocando a una unidad nacional ciudadana que debemos mantener viva para romper el miedo y el aislamiento que la incapacidad de ustedes, “señores” políticos, y la crueldad de ustedes, “señores” criminales, nos quieren meter en el cuerpo y en el alma.
Recuerdo, en este sentido, unos versos de Bertolt Brecht cuando el horror del nazismo, es decir, el horror de la instalación del crimen en la vida cotidiana de una nación, se anunciaba: “Un día vinieron por los negros y no dije nada; otro día vinieron por los judíos y no dije nada; un día llegaron por mí (o por un hijo mío) y no tuve nada que decir”. Hoy, después de tantos crímenes soportados, cuando el cuerpo destrozado de mi hijo y de sus amigos ha hecho movilizarse de nuevo a la ciudadanía y a los medios, debemos hablar con nuestros cuerpos, con nuestro caminar, con nuestro grito de indignación para que los versos de Brecht no se hagan una realidad en nuestro país. 
Además opino que hay que devolverle la dignidad a esta nación. l

Ignacio García: La Consigna de Manuel Salinas Arellano

LA CONSIGNA DE MANUEL SALINAS ARELLANO
Ignacio García

(Texto leído el viernes 1 de Abril con motivo de la presentación del libro de Manuel Salinas EL DESARROLLO DE LA PLÁSTICA EN LA CIUDAD DE VERACRUZ)

Ya en 1845, un poeta llamado Charles Baudelaire (un poeta visionario de su tiempo) concebía una sistema para una crítica del arte de su tiempo –cosa que no había sucedido con anterioridad ni siquiera en el círculo de los artistas y creadores. A saber, Baudelaire propuso que en el arte, debería de haber: 1) un método de organización, 2) una jerarquización de los artistas, 3) los valores asignados a cada unos de ellos.
Y uno se pregunta si este trabajo visionario, es privativo del espacio o el tiempo, y nada más París y Baudelaire son capaces de interpretar a los artistas de su terruño. No es así.
El arte es impredecible,  y hoy toca a Manuel Salinas, en su pequeña patria y en un tiempo de casi 30 años de vida dedicados a este trabajo, el llevar a cabo un trabajo admirable que esta noche n0s entrega gracias al esfuerzo editorial del binomio  Conaculta – IVEC.
El trabajo de Manuel Salinas es encomiable,  pues abarca un buen número de años, un número de artistas (muchos de ellos  hasta ahora inexplorados)  y –ante todo—la puesta en marcha de una visión que invita, precisamente a la  crítica local para luego ser proyectada bajo el cielo azul de otros soles y otros horizontes; que traducido se diría: en el puerto de Veracruz también existen los buenos artistas.
El de Manuel Salinas, se trata de un trabajo lleno de enjundia, y equilibrio (cuando equilibrio se llama aquello hasta donde alcanzan las fuerzas y no por discriminación artística); una labor sin más motivación que la que nace del artista que realiza su tarea en el silencio de sus más encontradas pasiones, y sin esperar nada a cambio; como el proverbio bíblico que reza:  reza “Mejor es dar que recibir”. Y digo esto,  porque siendo Manuel también un artista de talla, humildemente ha omitido hablar de sí mismo en este volumen.
Luego, se halla el enfoque que Manuel otorga a su obra, al no explayarse e ir tras los grandes artistas de mercado y la explotación mercantil), sino que vuelve los ojos a la riqueza plástica de su propia pequeña patria que es el puerto de Veracruz. Así, Manuel comienza por encender a través del tiempo una luz sobre cada uno de sus entrevistados, para hacer ver que en el puerto no sólo hay artesanos –mi digno respeto para ellos--- sino artistas verdaderos que pueden, ya han trascendido, o están por hacerlo. De esta manera, el libro que se presenta esta noche, pasa de ser un acto antes efímero, pues el artista exponía y la memoria del espectador, que es avara, olvidaba obra y artista. El libro de Manuel, por el contrario,  convierte su trabajo en un testimonio impreso que futuras generaciones podrán consultar de forma histórica.
 En su tiempo y en su espacio, Manuel Salinas, a lo largo de este texto, no deja a un lado eso que se llamó la voluntad aliada a la imaginación para operar en el individuo que contempla y anexiona, por medio de los sentidos, la obra, independientemente del ámbito cultural y geográfico del que ésta provenga. El crítico ante todo —aclara— es un espectador que trabaja sobre la imagen como único resultado. En consecuencia, más que por la naturaleza de su composición, la obra de arte debe ser destacada por sus cualidades subjetivas, dando cabida en el discurso, por tanto, a sustantivos imprecisos como sentimiento o placer.
La jerarquización de los artistas y los valores asignados a éstos por el público vienen dados, sobre todo, por la “presencia” en la obra de la imaginación sobre la sensibilidad. Es la imaginación la que ha enseñado al hombre el sentido moral de los colores, de los contornos, del sonido y del perfume. Ha creado, al comienzo del mundo, la analogía y la metáfora. Descompone toda la creación y con los materiales amontonados y dispuestos según unas reglas de las que no se puede encontrar el origen más que en lo más profundo del alma, crea un mundo nuevo y produce la resurrección de lo nuevo. No es raro que en este volumen de la plástica de Veracruz se encuentre ese sentido que tiene Manuel para adoptar ese sentido moral de los colores (ahora visible en esta edición) e incluso de los perfumes y extraer de cada taller visitado los esencias que forman parte íntima del artista cuando se inspira para crear. Salinas tiene ese tino y en su descripción nos lo hace notar.
Si habría que resumir el trabajo de Manuel Salinas, éste se halla en la indomable capacidad del artista para 1) rescatar los trabajos que a su parecer merecían serlo; 2) El temperamento que el artista demuestra al traspasar - como artista mismo- la pura exposición del artista al público, para entonces empeñarse en una crítica que va desde la elección de los aquí incluidos hasta sus puntos de vista acerca de estos cuadros, ya no aislados, ya no huérfanos, sino sostenidos por un punto de vista que –como repetimos—ha sido hecho c0n el mayor del los esfuerzos y sin más pago que la satisfacción de sentirse a su vez exhibido, criticado y que algún día su trabajo se recuerdo como la labor de alguien que se esmeró en buscar a los largo de casi 30 años que Lo bello es siempre raro.  Bajo este sol, cuajado de esquifes y espumas, palmeras y lanchones, el autor se ha propuesto, pues, él poner a cada uno de los artistas en el lienzo que más les agrada.

Ivonne Moreno Uscanga:


 La introspección como catarsis narrativa: Sergio Pitol

Ivonne Moreno Uscanga


La acción de releer a ciertos escritores no es  por la mera ocurrencia de retomar lo apreciado en la propuesta gráfico. Nosotros como lectores podemos recurrir  de diversas maneras a los mismos autores o a  los mismos textos, pensando en nuestra posición de  humanos atados a la edad, al gusto o a  ciertos intereses particulares. Cuantas veces escuchamos decir, vuelvo  a tal o cual relato o libro  pues encuentro en ellos detalles antes no percibidos o tal vez por el simple placer de declararlos nuestros favoritos.
Esta puede ser una de las razones para reubicar los textos o releer  la narrativa de Sergio Pitol,  quien además es un prestigiado escritor veracruzano.

Reencontrarse con Pitol, nos permite asomarnos a esa búsqueda  de tiempo   perdido a guisa de Proust, pero no necesariamente, envuelto en nebulosa nostalgia, al estilo del escritor francés, sino como catarsis,   pues en Pitol la nostalgia, no es sentimiento de ansiedad ante el pasado o   un leve suspiro hacia todo pretérito es mejor, sino una introspección   para   tornarse  a uno mismo,  como “quién sale de su casa ya ha vuelto” como  en la parábola descrita en el Evangelio de  San Lucas o como principio relatístisco borgiano.

El tiempo es un utopo en Pitol, otros estudiosos de su obra, ya lo han mencionado. Y este  término, considerado como sustantivo se abraza al tiempo, pero como calificativo, sopesa a lo imposible.
Leer o releer a Sergio Pitol, se equipara a un festín visual. Sus textos nos conminan a una espiritualidad casi tangible,  semejante al placer de disfrutar una buena  película o un obra de arte. Casi igual a la grata sensación después de una buena película o del cansancio extático producido tras recorrer extensas galerías de un museo.

En el libro tiltuldo, La Narrativa de Sergio Pitol: Los cuentos, de  Renato Prada, editado por la Universidad Veracruzana, el lingüista, mesura los contenidos de la textualidad en la  cuentística  de Pitol a través de un detenido análisis semántico donde el orden y lógica de los componentes de la gráfica del escritor lo concatenan con diversas configuraciones con  lo metafísico, lo estético y lo cosmopolita :

Lo que se viene a llamar  cosmopolitismo – el tema del mundo como horizonte o mejor patria de los personajes de una narración- puede llevar a muchas configuraciones discursivas y tematizaciones narrativas: desde las más frívolas expansiones de estas situación humana, como una vida humana llena de fasto: espléndidos y aparatosos viajes, reuniones sociales del “gran mundo”, lujo exótico, etc.,hasta el examen profundo y serio de descubrir o develar lo que puede encerrar en la profundidad de lo sentido o padecido un alejamiento forzoso o voluntario del lugar de origen, el extrañamiento y desarraigo de la persona cuyos fundamentos conmocionan o desquician, al perder su horizonte cultural de referencia, las circunstancia socioculturales en las cuales incluso las biológicas son relaciones integrativas  básicas y constituyentes de las personas, en suma esta segunda actitud narrativa nos ofrece la anatomía del descentramiento de la persona en la pérdida del horizonte primario de referencia : la patria como topos que e halla configurado por nuestras raíces...(Prada:  1996,51-53)

Y con tales constantes  es como podemos abordar la narrativa de Pitol, ya sea en cuentos o en novelas.
Los viajes, aquellos iluminadores de la circunstancias donde se envuelven ciertos personajes y sus avatares, suelen ser una de las recurrencias frecuentes en Pitol. En su cosmovisión se abre un  universo literario plagado de  metáforas personales, emulados con las de sus voces protagónicas. Pitol nutre de sus gustos y estancias en distintas partes de Europa,   la tipología de seres signados por  la fatalidad narrable de una vida predestinada. Hombres y mujeres son su propio referente cultural como lo apunta Prada, donde el desarraigo por distintas causas de la disyuntiva existencial los bifurcan en dos o más personas, es decir una atada de donde son oriundos y otra, divida entre la confusión emocional  causada por el sitio o sitios donde el destino los ha colocado.
Las  conmociones psicológicas están impregnadas de sutiles ironías y sornas idiosincráticas producidas por sociedades impregnadas de males endémicos, como en los personajes de Dante de La Estrella y Marieta Karapetiz, pero al mismo tiempo  rodeado de un marco escenográfico, a la manera de rodaje  de largo metraje de exquisita producción, como en el caso de Muerte en Venecia de Thomas Mann. Tal vez por la razón señalada por Elena Poniatowska con respecto a Pitol...raramente el escritor es un paisaje y Sergio lo es, y subraya,  a la usanza de la literatura del siglo XIX.

En la escritura de Sergio Pitol, los narradores se inmaterializan en coordenadas de detección del tiempo, lo impredecible está en anhelos detenidos de ellos mismos, como si el deseo quedará suspendido entre los “hubieres” y los sueños, en los Cuerpos Presentes y los Guarneros pendientes de hilos de amistad, compromiso político, espíritu crítico y amor y de nueva cuenta, la hechura literaria de Pitol se transforma en enunciados de celuloide y nos recuerda películas como las de Ettore Scola : Cˆeramo tanto amati, cuyos hombres y una mujer se pierden en la vorágine de las sombras de un pasado  de relaciones plenas y virtuosas.
Retomando las premisas de Prada, el cosmopolitismo en Sergio Pitol nos posibilita a un sinnúmero de discursos interpretativos, pero debemos señalar también gozosos. La narrativa de Pitol es además de una propuesta semiótica impecable, un banquete lectivo y visual.
Sus acercamientos geográficos son plácidos parámetros físicos, billetes y pasaportes a bagones de primera clase  como en el relatoViaje a Varsovia, con visa de espectador  de montañas, enclaves y guiones de museos hacia el interior de personajes extraídos de óleos o de un conjunto escultórico.

Leer o releer a un escritor como Pitol, exige un compromiso con la  historia universal, así lo referencia Carlos Monsiváis al comentar sobre el escritor veracruzano: a sus personajes los desvanecen o magnifican su complejidad cultural y su simplificación vital.
Entre estas dos premisas más podemos subir el  andamiaje literario de Sergio Pitol, hombre de letras también preocupado por difundir  propuestas literarias anglosajonas y de Europa del  Este, estructura cuidadosa y dirigida hacia el infinito, como un zigurat rodeado de océanos de devenires humanos.