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miércoles, octubre 31, 2012

Leopoldo Quevedo y Monroy: Casandra, Madre de los escritores

CASANDRA, MADRE DE LOS ESCRITORES


 
 
 
Por Leopoldo Quevedo y Monroy
Loco-mbiano

 

“Los relatos siguen ofreciendo a sus lectores otras
ciudades imaginarias cuyos ideales probablemente
contradirán o subvertirán los de la República oficial.”

Alberto Manguel.*


Cada página del libro La ciudad de las palabras del argentino-canadiense Alberto Manguel que estoy leyendo, es una lección de sabiduría. Va, entreparafraseando y caminando por entre laberintos luminosos por autores y mitos como se viajaría a un paraíso de palabras y de sombras idas que exhalan el aroma de historias de tristezas y utopías.    

No he culminado el primer capítulo. Es denso, que no es lo mismo que sinuoso o pesado. No. Manguel va llevando al lector de la lengua casi, como del cabestro el jinete. Y con facilidad uno se deja conducir. Montado en su grupa puede uno ver como por sus ojos, los hallazgos que él ha ido encontrando en sus lecturas y va oyendo quedo y claro los comentarios de hondura con que los sazona.

Ya iba en la página 34 de este primer capítulo que se titula La voz de Casandra y no había hecho referencia a este personaje de nombre sonoro y sugestivo. Cassandra, “que ilumina a  los hombres” o hermana de los hombres. Hija de Hécuba y Príamo, reyes de Troya, recibió de Apolo el don de la profecía. A cambio de halagos amorosos a los que se negó Casandra, Apolo la escupió en la boca y la condenó a que todo lo que predijera nadie le creería, como sucedió con sus repetidos anuncios de que Troya sería destruida por un caballo de madera. 

Manguel sigue discurriendo con el lector y matizando su camino con emocionantes trozos para demostrar que siempre los poetas y escritores han sido considerados como hacedores de una sociedad que nadie entiende. Platón hablando por Sócrates dice que los poetas no caben en la sociedad griega, modelo de las civilizadas, cuadradas y/o circulares como las españolas o francesas. Categorizadas, diseñadas para que las castas convivan sin mezclarse. Con un centro eminente a donde confluye como su eje, el sacerdocio, los militares y en la periferia el pueblo. Los poetas, hacedores de utopías, no caben, deben irse a sus reinos de la fantasía.
 
Los poetas, los escritores, los novelistas, los guionistas de cine, fabulan, crean nuevos paisajes, lugares, - como Macondo -, estados, situaciones, - como en La ceguera -, en donde viven a su modo seres impensados – como en Avatar - y suceden hechos sorprendentes nunca antes soñados. Ellos los imaginan, los describen y hacen de cuenta que allí es un refugio, un edén o muestran infiernos de deleites o bacanales o atardeceres plácidos o placeres sádicos. 

Los poetas cantan proezas épicas, luchas de libertad, con trompetas de juventud, alas de viento y diademas de laurel. Sueñan con ríos de nácar, gacelas de piel de mujer, hombres de otros planetas, espadas clavadas en piedra de donde solo el amor las puede domeñar. Al escribir buscan salvarse del odio, la guerra, la fachenda. Y ofrecen a la sociedad de su tiempo nuevos modos de hacer frente a las cadenas que los atan, a la invasión de su intimidad y de huir, sin que nadie lo note, de la banalidad y el conformismo.   

Por supuesto esto no lo toleran mentes prudentes, no lo entienden quienes gozan empuñando el poder y expiden leyes que coartan salirse de los cauces que ellos trazan. Sus moldes son férreos, controlan la conducta de la masa y castigan a quienes infringen su voluntad soberana. No los entiende el aparato comercial en que solo vale el metal, el oro, la ganancia del más fuerte. 
 
Sí. Los escritores siempre seremos seres incomprendidos. Decimos, hacemos posible una visión diferente de las cosas, parece que fabuláramos y habláramos en clave. Y cuando alguien nos lee se ríe, o a lo más, dirá que el lenguaje es fino y rico, o con efectos muy bien logrados, que lo entretenemos. No cree la masa que estamos lanzando profecías de verdades sobre la escueta y crasa realidad.
 
* MANGUEL, Alberto. La ciudad de las palabras. Traducción de Carmen Criado Fernández. Madrid: Del nuevo Extremo. 2010, Pág. 41

27-10-12                                                    11:58 a.m.

Xavier Villaurrutia: Poemas

XAVIER VILLAURRUTIA
 
POEMAS
 
POESÍA
Eres la compañía con quien hablo
de pronto, a solas.
te forman las palabras
que salen del silencio
y del tanque de sueño en que me ahogo
libre hasta despertar.
Tu mano metálica
endurece la prisa de mi mano
y conduce la pluma
que traza en el papel su litoral.
Tu voz, hoz de eco
es el rebote de mi voz en el muro,
y en tu piel de espejo
me estoy mirando mirarme por mil Argos,
por mí largos segundos.
Pero el menor ruido te ahuyenta
y te veo salir
por la puerta del libro
o por el atlas del techo,
por el tablero del piso,
o la página del espejo,
y me dejas
sin más pulso ni voz y sin más cara,
sin máscara como un hombre desnudo
en medio de una calle de miradas.
Reflejos, 1926
NOCTURNO SUEÑO
A Jules Supervielle
Abría las salas
profundas el sueño
y voces delgadas
corrientes de aire
entraban
Del barco del cielo
del papel pautado
caía la escala
por donde mi cuerpo
bajaba
El cielo en el suelo
como en un espejo
la calle azogada
dobló mis palabras
Me robó mi sombra
la sombra cerrada
Quieto de silencio
oí que mis pasos
pasaban
El frío de acero
a mi mano ciega
armó con su daga
Para darme muerte
la muerte esperaba
Y al doblar la esquina
un segundo largo
mi mano acerada
encontró mi espalda
Sin gota de sangre
sin ruido ni peso
a mis pies clavados
vino a dar mi cuerpo
Lo tomé en los brazos
lo llevé a mi lecho
Cerraba las alas
profundas el sueño
Nostalgia de la muerte, 1938
NOCTURNO ETERNO
Cuando los hombres alzan los hombros y pasan
o cuando dejan caer sus nombres
hasta que la sombra se asombra
cuando un polvo más fino aún que el humo
se adhiere a los cristales de la voz
y a la piel de los rostros y las cosas
cuando los ojos cierran sus ventanas
al rayo del sol pródigo y prefieren
la ceguera al perdón y el silencio al sollozo
cuando la vida o lo que así llamamos inútilmente
y que no llega sino con un nombre innombrable
se desnuda para saltar al lecho
y ahogarse en el alcohol o quemarse en la nieve
cuando la vi cuando la vid cuando la vida
quiere entregarse cobardemente y a oscuras
sin decirnos siquiera el precio de su nombre
cuando en la soledad de un cielo muerto
brillan unas estrellas olvidadas
y es tan grande el silencio del silencio
que de pronto quisiéramos que hablara
o cuando de una boca que no existe
sale un grito inaudito
que nos echa a la cara su luz viva
y se apaga y nos deja una ciega sordera
o cuando todo ha muerto
tan dura y lentamente que da miedo
alzar la voz y preguntar "quién vive"
dudo si responder
a la muda pregunta con un grito
por temor de saber que ya no existo
porque acaso la voz tampoco vive
sino como un recuerdo en la garganta
y no es la noche sino la ceguera
lo que llena de sombra nuestros ojos
y porque acaso el grito es la presencia
de una palabra antigua
opaca y muda que de pronto grita
porque vida silencio piel y boca
y soledad recuerdo cielo y humo
nada son sino sombras de palabras
que nos salen al paso de la noche
Nostalgia de la muerte, 1938
NOCTURNO MUERTO
Primero un aire tibio y lento que me ciña
como la venda al brazo enfermo de un enfermo
y que me invada luego como el silencio frío
al cuerpo desvalido y muerto de algún muerto.
Después un ruido sordo, azul y numeroso,
preso en el caracol de mi oreja dormida
y mi voz que se ahogue en ese mar de miedo
cada vez más delgada y más enardecida.
¿Quién medirá el espacio, quién me dirá el momento
en que se funda el hielo de mi cuerpo y consuma
el corazón inmóvil como la llama fría?
La tierra hecha impalpable silencioso silencio,
la soledad opaca y la sombra ceniza
caerán sobre mis ojos y afrentarán mi frente.
Nostalgia de la muerte, 1938
DÉCIMA MUERTE
A Ricardo de Alcázar
I
¡Qué prueba de la existencia
habrá mayor que la suerte
de estar viviendo sin verte
y muriendo en tu presencia!
Esta lúcida conciencia
de amar a lo nunca visto
y de esperar lo imprevisto;
este caer sin llegar
es la angustia de pensar
que puesto que muero existo.
II
Si en todas partes estás,
en el agua y en la tierra,
en el aire que me encierra
y en el incendio voraz;
y si a todas partes vas
conmigo en el pensamiento,
en el soplo de mi aliento
y en mi sangre confundida,
¿no serás, Muerte, en mi vida,
agua, fuego, polvo y viento?
III
si tienes manos, que sean
de un tacto sutil y blando,
apenas sensible cuando
anestesiado me crean;
y que tus ojos me vean
sin mirarme, de tal suerte
que nada me desconcierte
ni tu vista ni tu roce,
para no sentir un goce
ni un dolor contigo, Muerte.
IV
Por caminos ignorados,
por hendiduras secretas,
por las misteriosas vetas
de troncos recién cortados,
te ven mis ojos cerrados
entrar en mi alcoba oscura
a convertir mi envoltura
opaca, febril, cambiante,
en materia de diamante
luminosa, eterna y pura.
V
No duermo para que al verte
llegar lenta y apagada,
para que al oír pausada
tu voz que silencios vierte,
para que al tocar la nada
que envuelve tu cuerpo yerto,
para que a tu olor desierto
pueda, sin sombra de sueño,
saber que de ti me adueño,
sentir que muero despierto.
VI
La aguja del instantero
recorrerá su cuadrante,
todo cabrá en un instante
del espacio verdadero
que, ancho, profundo y señero,
será elástico a tu paso
de modo que el tiempo cierto
prolongará nuestro abrazo
y será posible, acaso,
vivir después de haber muerto.
VII
En el roce, en el contacto,
en la inefable delicia
de la suprema caricia
que desemboca en el acto,
hay un misterioso pacto
del espasmo delirante
en que un cielo alucinante
y un infierno de agonía
se funden cuando eres mía
y soy tuyo en un instante.
VIII
¡Hasta en la ausencia estás viva!
Porque te encuentro en el hueco
de una forma y en el eco
de una nota fugitiva;
porque en mi propia saliva
fundes tu sabor sombrío,
y a cambio de lo que es mío
me dejas sólo el temor
de hallar hasta en el sabor
la presencia del vacío.
IX
Si te llevo en mí prendida
y te acaricio y escondo,
si te alimento en el fondo
de mi más secreta herida;
si mi muerte te da vida
y goce mi frenesí,
¡qué será, Muerte, de ti
cuando al salir yo del mundo,
deshecho el nudo profundo,
tengas que salir de mí?
X
En vano amenazas, Muerte,
cerrar la boca a mi herida
y poner fin a mi vida
con una palabra inerte.
¡Qué puedo pensar al verte,
si en mi angustia verdadera
tuve que violar la espera;
si en vista de tu tardanza
para llenar mi esperanza
no hay hora en que yo no muera!
Décima muerte y otros poemas no coleccionados, 1941

Rocío del Alba Díaz Ramírez: Sor Juana Inés de la Cruz


 
Homenaje a la guerrera y revolucionaria, pionera del conocimiento y libertad para la mujer, Sor Juana Inés de la Cruz. Altar realizado en papel maché por Rocío del Alba

Se invita a la presentación del altar de Sor Juana Inés, para el día Miércoles 31 de octubre a las 5:00 pm de la tarde en "La casa verde", Victoria 3074 entre Cortés y Canal gracias, espero llegues.

 
SONETOS

 

I

Con los fragmentos de Sor Juana Inés
que del siglo diecisiete al veinte
en cada mujer actual se presiente
en el año internacional cada vez.

Cuán al denuedo sois, imán de pecho
orar, sabiduría, inteligente,
soñadora, poeta, muda, paciente,
curiosa, irónica con derecho.

Vaga tu sombra por entrambos versos:
profanos o sacros, muy diligente
labrar prisión de fantasía por claustros

Hecho de cuerpo y alma soneto es,
de la desigualdad nos liberaste
tus “hombres necios”, ahora es al revés.

 
II

El árbol de descanso de Sor Juana
le sirve para su entendimiento
corona de plumas de quetzal, tanto
te persiguen dos mundos: rigor-vana

Dilema sopesar monja o mujer
poeta o madre, al hombre o a Dios
encadenar bellos ojos y manos,
renuncia a todo por humilde ser.

El reloj de leontina y de arena
telescopio, clavecín, lira, libros
penacho y espejo de obsidiana.

Por usar la religión sin religión
musa y fénix será tu condena
eterna al “primer sueño” con razón.

 

Ivonne Moreno Uscanga: La muerte en voz y tinta de un decimista


 
LA MUERTE EN VOZ Y TINTA DE UN DECIMISTA:
FÉLIX MARTÍNEZ

Ivonne Moreno Uscanga

Después del enorme legado del hidrocálido José Guadalupe Posada, la muerte y sus atributos gráficos y metafóricos han sido notablemente reproducidos en el arte en México. Además de la tradición prehispánica y católica, las expresiones populares se connotan a través de las voces de los versadores  y  dibujantes, afamando calaveritas impresas en diarios y periódicos murales.
Siguiendo esta ruta, Veracruz  no queda  exento de dichas manifestaciones. Cartoneros, pintores  y decimistas recuperan la algarabía del pueblo por la continuidad de los rituales en torno al 1 y 2 de noviembre y de diversos modos celebran con particularidad jocosa  el término de la existencia.
Félix Martínez agrega a su repertorio lírico, su particular enlace de estrofas para cantarnos  la llegada pronta o tardía de La Parca.
En esta ocasión invitado por Casa Principal lo ilustra con caricaturas, así algunos personajes relacionados con el arte y la política encuentran en sorna el fin de sus actividades en nuestra rica y encontrada geografía estatal.
La tarea de divulgador cultural,   coloca a  Félix Martínez  en un sitio privilegiado  dentro del gremio, pues él encuentra en las calles, en la gente, en el pasado,  los nexos culturales para permitirnos  la comprensión de nuestro entorno y el devenir.
A manera de un paseo en tranvía, otrora oficio del decimista, Félix nos pasea por  el puerto, pregonando no solo un tintinar de campana en espera de un lechero, sino   el ascenso o descenso más próximos de tan particular transporte,  para   indicar asolearnos  de cara al mar o  para recuperar  un fragmento de muralla, donde hallan quedado los más caros sueños de los poetas, los realizadores plásticos, los músicos y espíritus custodios de  los sueños cubiertos de luna y coral, librando a carcajada batiente al  Ángel Exterminador.

 

miércoles, octubre 24, 2012

Ignacio García: Hasta pronto, Dragón




 
HASTA PRONTO, DRAGÓN
Ignacio García
Conocí a Sergio Peregrina hace unos 25 años. El primer encuentro con él no fue de persona a persona, sino a través de un títere pirata que con su espada trataba de evitar la invasión de su nave por algún monstruo marino. Yo ignoraba que detrás del  escenario del teatro guiñol y el argumento de la historia, se hallaba uno de los más significativos artistas, dramaturgos y amantes del teatro para niños y creador de la compañía de teatro El Dragón Rojo.
Con el tiempo, no puedo decir que nuestra amistad fue estrecha: era la de dos seres que, por disciplina distinta del arte, caminábamos en busca de hacer que la tarea del artista en Veracruz (y México en general) no fuera  “un mal necesario” para el Estado y  el presupuesto del aparato puesto para ello (IVEC)  ofreciera y patrocinara más espacios y finanzas a quienes, como los dramaturgos, artistas plásticos y demás, requieren para su tarea. Creo que Sergio se llevó en los oídos las mismas promesas de siempre: palabras, palabras, demagogia y más promesas.
No obstante, Sergio jamás dejó de luchar por ello. Cuando el IVEC nació, un grupo de artistas nos unimos bajo las siglas de CLAVE para crear conciencia, y hacer ver a ese nuevo elefante blanco, que habíamos quienes ya tenían presencia en Veracruz y se demandaba (desde entonces) espacios y financiamiento (dinero no puesto por ellos, sino de nuestros impuestos ya pagados y bien cobrados por titulares de instituciones gubernamentales) con el fin de que el público en general conociera la obra porteña.
Nadie se integró totalmente al grupo; nuestra presencia era casi tangencial, pero en ese casi roce de nuestras ideas, las de Sergio Peregrina fueron siempre concisas, fulminantes, bien fundamentadas y con el elemento de quien lleva en la sangre el fuego de un dragón  y el rojo de la protesta solidaria.
Autor de casi 20 libros de dramaturgia, guiones de teatro guiñol y maestro de muchos alumnos que hoy dan sus primeros pasos encaminados por Sergio, su férrea voluntad de no doblarse ante nada y  sin dejar de llevar siempre el cuerpo y la mente erguida, nos ha dejado su ejemplo señero de voluntad y amor al arte: su Dragón Rojo sigue en pie. Desde aquella primera vez en que lo presencié hace casi 25 años, en un balneario de playa Mocambo, su teatro ambulante soportó marejada y media, y la firmeza de su creador lo mantuvo a flote lloviera, relampagueara o los bomberos oficiales de la cultura le negaran apoyo. La solidaridad de Sergio no tuvo límites con los espacios de su teatro, y lo mismo se presentaba en lugares donde recibía un pago mínimo, que iba a las escuelas, orfanatos y sitios semejantes, sin más paga que el saber que es mejor dar que recibir.
Decía Jean Cocteau que es triste cuando un hombre muere, pero más cuando quien muere es un artista. Esto cabe hoy cuando hablamos de Sergio Peregrina Corona, maestro de una Universidad para quien la muerte de quienes dan vida al mundo y lo transforman con su talento, se concreta a imprimir en el cheque de paga, un cobro mutualista para su funeral, el olvido de quién fue él, el “ya hay uno que está esperando su plaza”; además del total e inconsciente abandono de todo su legado artístico… O no. Tal vez desde China –con eso del recuerdo de los grandes dragones-- la cabeza de la U.V. haya mandado alguna notita de pésame para quien ni siquiera conoció al gran artista que fue Sergio.
 El IVEC por lo menos prestó un espacio a la trayectoria del artista para rendirle póstumo homenaje… pero ya muy tarde: Sergio  requería ése y más espacios en vida y no ahora. Sergio deseaba exponer sus puntos de vista (al parecer eternos) a  los funcionarios de guayabera, cara a cara; y no a esta hora en que los ojos cerrados y el labio callado de tanto tratar con la demagogia, prefiere callar a todo aquello por cuanto luchó durante mucho tiempo: en el último, el verdadero fin, el ruego que nadie pide si no es frente a frente…
Ah, eso sí,  sin él y sin que se le pregunte, se ha decidido aplacar conciencias (y ya pasado el susto de que se les aparezca vivo)   que el Primer Festival Nacional de Títeres lleve el nombre de Sergio: como si eso compensara toda la indiferencia oficial otorgada al sudor y lucha de una existencia irremplazable.

 

lunes, octubre 22, 2012

Lourdes Franyuti: Dos pájaros contraatacan


 
Dos pájaros contraatacan.
Lourdes Franyuti.

 
                        Las segundas partes nunca son buenas. Esta frase se ha repetido por muchos años y en numerosas ocasiones... A cinco años de la gira titulada “Dos pájaros de un tiro”, Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat regresan para desmentir la frase en comento y a su vez, para deleitarnos con un recital inolvidable en las almas de casi diez mil asistentes. “Dos pájaros contraatacan” es el nombre que estos poetas titulan su gira 2012.  

                        Iniciando con dos temas: “Ocupen su localidad” y “Hoy puede ser un gran día”, encendieron el ánimo del público los cantautores españoles, mezclando su espectáculo con anécdotas, agradecimientos, y comedia improvisada. Sonrisas y emoción dibujadas en los rostros de quiénes invadimos las butacas el pasado 17 de octubre en el Auditorio Nacional, soñamos a ritmo de música, poesía y baile, con canciones conocidas y no conocidas e incluidas en el nuevo disco La orquesta del Titanic
                        Cuenta la leyenda que hace un siglo, el 15 de abril de 1912, dos polizones fueron sorprendidos cantando en la ducha de un camarote de primera clase, después de que el insumergible paquebote chocara contra un témpano de hielo en el Atlántico Norte. Entre los pasajeros multimillonarios que perecieron se contaron a Benjamin Guggenheim, J. J. Astor y a… Leonardo Di Caprio. Todo esto se hubiera podido evitar si en vez de paquebote, hubiesen construido un paqueflote. No se sabe cómo Sabina y Serrat sobrevivieron al naufragio, lo que sí se sabe es que los confundieron con músicos y los incorporaron a la infatigable Orquesta del Titanic. 
 
 

                        “Acuérdate de mí”, “Martínez”, “Princesa”, “Y sin embargo”, “Tan joven y tan viejo”, “Contigo”, “La del Pirata Cojo”, “De Cartón Piedra”, “Señora”, “Tu nombre me sabe a hierba”, “Esos locos bajitos”, “Mediterráneo”, “Eclipse de Mar”, ésta última interpretada por Serrat, aclarando él mismo que ya está contenida en su testamento como legado de Sabina. Muchos de sus éxitos convirtieron al recinto de Reforma en un templo a las notas musicales, al verso y al homenaje, recordando a su cuatachona Chavela Vargas, dedicándole “Por el bulevar de los sueños rotos”.  

                        Dentro del anecdotario, Sabina se preguntaba: ¿Cómo se escriben las canciones? Respondió: No es porque la inspiración llegue en noches de tormenta, con el romanticismo convertido en lluvia… Relató que cuando Serrat ya era Serrat, presentándose un día en el Golden Golden Golden Hall, Sabina pudo colarse con un amigo, por lo que ambos se sentaron en una mesa retirada al escenario. Este amigo le ofreció un cigarrillo (de ésos que les gustan mucho a los hippies); de repente Serrat se encontraba enfrente de ellos preguntándole a Sabina: “¿Cómo te llamas?” A lo que respondió: “Joaquín Sabina”. Lo único que pudo contestarle Serrat fue: “Tu nombre me sabe a hierba”. Según Sabina, esta frase le dio la pauta a Serrat para titular dicha canción. 

                        A la mitad de “Más de cien mentiras” agradecieron los cantantes a sus músicos colaboradores: Antonio García de Diego, Pancho Varona, el maestro Miralles, José Miguel Pérez, Mara Barros, entre otros, que hicieron que todos los asistentes nos pusiéramos de pie para cantar y bailar con ellos.  

                        Con un solo tono a guitarra, la multitud ovacionó a Sabina… Tres veces lo tocó y las tres veces el público gritó y silbó: Se trataba de “19 días y 500 noches”. De principio a fin se escucharon las voces de todos los asistentes, acentuando el “Dijo hola y adiós” acapella.  

                        Con sombrero de charro, cantaron “La Serenata Huasteca” compuesta y arreglada muy a su estilo. La incansable orquesta siguió tocando y los protagonistas del espectáculo agradecieron tanto aplauso y piropo, destacando entre el público, la presencia de Daniela Romo y Tania Libertad.  

                        Se despidieron y regresaron al escenario tres veces, cantando más de su repertorio: “Contigo”, “Cantares”, “Y nos dieron las diez” y “Noches de Boda”. Dos horas y cuarenta y cinco minutos fue la duración del concierto… Un concierto que nos deja volando libres, como estos dos pájaros por la “Calle Melancolía”, dirigiéndonos a ese frío océano donde el Trasatlántico sigue navegando a un siglo de su hundimiento y que hasta la fecha se pregunta: “¿quién me ha robado el mes de abril…?”


17 de octubre de 2012

México, D.F.

Leonard Cohen: POEMAS


 

 
Leonard Cohen
POEMAS
MI DAMA PUEDE DORMIR

Mi dama puede dormir
en un pañuelo
o si otoño fuera
en una hoja del suelo.
He visto a los cazadores
pero incluso en su sueño
ella les da la espalda.
El único presente que ofrecen
es su continuo duelo–
yo me saco los bolsillos
buscando una hoja o un pañuelo.
arrodillarse ante su falda 
De La energía de los esclavos
 1972 (Versiones de Antonio Resines)
Me gustaría leer
uno de los poemas
que me arrastraron a la poesía.
No recuerdo ni una sola línea,
ni siquiera sé dónde buscar.
Lo mismo
me ha pasado con el dinero,
las mujeres y las charlas a última hora de la tarde.
Dónde están los poemas
que me alejaron
de todo lo que amaba
para llegar a donde estoy
desnudo con la idea de encontrarte.

EL AMANTE DESPUÉS DE TODO
Aunque eres capaz de ser más astuta
que yo, no pienso volver a ti
Aunque la pureza de tu amor se vea
reafirmada por el unánime temblor
de todas y cada una de las plumas
de las huestes celestiales,
no tengo intención
de volver al hacha de tu amor