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jueves, febrero 28, 2013

Ivonne Moreno Uscanga: MALO: Jorge Carreta

MALO: JORGE CARETTA
Ivonne Moreno Uscanga
 Sin duda alguna la narrativa es un terreno recurrente. El hombre en afán de expresar sus emociones, converge   en ella a través del  tiempo y del espacio.  Así cuando se escribe a manera de recopilación, de memorias, estas parecieran en una primera instancia,  un mero  conjunto de relatos de interés personal, episodios encadenados a décadas pasadas, posibles a recuperar por  estar sobre papel. Pero¿si tales enunciados, sentencias y recuerdos, nos describen episodios donde los sucesos parecieran  estar detenidos?¿Grafías donde los espejismos platónicos, imitaciones  de lo ideal, como si fueran las cavernas y sornas de las sombras de aquellos quienes quisieron llegar a ser lo mejor o  resultaron puras  quimeras,  y tales eventos, parecieran ser relatos de hoy?
 Pues así es  la novela, MALO de Jorge Caretta.  Su argumento, nos ofrece una panorámica aparentemente histórica  y local,  las vivencias de un joven y arriesgado médico en la febril y utópica búsqueda de servir a su país por medio de su vocación y perfil de  ansioso  de romántico galeno, pero MALO en su rol de narrador –protagónico,  obedece más  a una extensión del realismo mágico  en México,  pues en el aspecto rural como en otros, somos un país supeditado  a la  vorágine ideológica  de   la Revolución de 1910, fenómeno imperante , en diversas manifestaciones estéticas,  desde su arranque explosivo hasta hoy.
En la relatística veracruzana plumas como las de José Mancisidor, Gregorio López y Fuentes, Luis Córdova descollaron en el  ámbito de la transición  entre el porfiriato y el movimiento civil, iniciado desde 1900, satirizando en sus tramas,  a los caudillos y los entuertos de sus traiciones. En la publicación, El cuentoVeracruzano,  Luis Leal nos cita:
 “…las escenas de estos escritores pintan escenas con el propósito de protestar contra las injusticias sociales cometidas contra el pueblo y cuando se les compara con la estructura del cuento modernista pierden valor estético pero ganan en hondura humana…”
En la estructura de MALO, no se protesta contra las injusticias, no hay el esbozo de personajes de ficción,  todos existen. En la novela Caretta, plasma situaciones reales, no hay juicios,ni panaceas, hay  el sabor de la anécdota a guisa de plena vicisitud, sin manipulación o maquillaje de acontecimientos cumbres, pues todos y todo se miran en el crepúsculo encontrado de una nebulosa credibilidad.
Sus personajes, son el eco de  la sonoridad de las cuerdas  de un ensamble   de sones, canciones a plenitud del norte Veracruz, relatoras   de su idiosincrasia, sabores y olores:
La botana era espléndida carne seca, alimento chatarra, queso blanco, amarillo, enchilado, jamón serrano, aceitunas, salchichas y unos jarritos de barro con consomé de pollo y que posteriormente me dijeron que era de mazate (venado tierno) tortillas calientitas del comal hecha a mano y tochoncitos…
 
Malo puede resultarnos un compendio de cuentos, pero al unísono la novela de un gran compilador de recuerdos,  recurrentes en la narrativa, insisto pues su estatus de desarrollo en nuestro entorno provinciano,  continúa.
A diferencia de colocar a Malo: Miguel Ángel López Ortiz como un Quijote, (prólogo de Jaime Velásquez para la novela) lo siento como el hilo espectro de un personaje  angustiado  entre su deseo de servir y la abstinencia, pues al   no   está exento de sucumbir a los encantos y  tentaciones humanas,   donde se desenvolvió como pasante de Medicina. Su piel se fue desollando ante el ambiente, como personaje rulfiano y se  petrificó por sus inquietudes y dudas,  a lo Garro en Recuerdos del Porvenir.
Jorge Caretta( autor) tuvo el decurso del espejismo del narrador omnisciente, pero quedó atrapado como los personajes revolucionarios en un sueño de prematura ambición a lo Artemio Cruz o sacrificado por la arbitrariedades del destino aciago, conminado con  ciertas voluntades supremas a lo Gonzalo Rojas en su Diosero:
…la gente de la Sierra ya no hacía el viaje para ver a los médicos de Chicontepec ni de Tantoyuca, venía hata San Nicolás Excuitla por lo que comenzaron las envidias, las malas informaciones y muy pronto recibiría la perniciosa fama de estar aliado con los brujos y nahuales de la Sierra y que yo no curaba con medicinas si no con conjuros …con yerbas…y que hacía  limpias con hierba del negro horcajuda y albahaca y sorcuchos (amuletos)…muchos vinieron con esa idea, pero yo los mandé por un tubo…pues mi interés siempre fue científico…
MALO es la bitácora de un hombre, pleno en esperanzas por juventud, acorazado por la Medicina y proclive a deslumbrarse por la exuberancia del ambiente donde la pasión lo desbordó.
MALO va a remitirnos a las lacras y pandemias sociales no de la de la entidad, sino de la nación: alcoholismo, cacicazgo, ignorancia, fanatismo, crueldad hacia las mujeres indígenas,  estereotipadas y ensalzadas en cientos de relatos mexicanos, pero con  Jorge Caretta, esta novela tiene la picardía  de los juglares de la Huasteca, la frescura de la palma, aire acariciador  de los abanicos de Tantoyuca y los humores de Chicontepec, enchilados  y olorosos  como sus platillos  y  peligrosos como sus empinados caminos.