Yo
soymédico#17
Somos médicos, no dioses ni
criminales.
Lema
del movimiento en apoyo a los 16 médicos jaliscienses sentenciados…
Antes que nada quiero decir que
comprendo y comparto el dolor del padre del menor Sergio Valente Gallardo
Ramos, el Lic. Sergio Gallardo… Les contaré brevemente mi historia: hace ya
cuarenta años, mi última hijita, la tan esperada… la tan anhelada, falleció al
día siguiente de haber nacido ¿Acusé a alguno de mis compañeros médicos que
cuidadosamente la atendieron? No. Me limité a llorar en silencio su muerte y a
recordarla cada día de mi vida, agradeciendo a quienes atendieron, con apego a la temprana vida de
mi hijita. Por mi parte, hice un recuento minucioso de porqué, no debí de
haberla concebido… pero el hecho estaba consumado.
En este punto,
me gustaría remontarme al juramento que prácticamente todo el personal de
salud, hace al terminar su carrera; al recibir el título que honrosamente
llevará toda su vida. Me
refiero al juramento hipocrático. Es un juramento
público que se hace ante otros médicos, y ante la comunidad. Su contenido es de
carácter ético, para orientar la práctica de su oficio. Se basa en la
responsabilidad del ser humano y la conciencia de ella.
Se dice fue
elaborado por el médico griego Hipócrates (siglo V a. C.), y adoptó su forma
definitiva de la mano de otro gran médico: Galeno, un griego que ejerció la
medicina en la Roma imperial en el siglo II. Los escritos de Galeno han sido el
fundamento de la instrucción médica y de la práctica del oficio hasta casi el
siglo XX. A partir del Renacimiento, el juramento empezó a usarse en algunas
escuelas médicas, y esa costumbre se ha ido ampliando, de tal forma que desde
la Segunda Guerra Mundial es prácticamente universal. En el período clásico de
la civilización griega sobresalió el arte de curar. Aunque seguía contemplando
principios religiosos, la curación ya no estaba orientada por la magia, sino
por lo clínico. Desde aquel entonces, el compromiso del médico era actuar
siempre en beneficio del ser humano, y no perjudicarlo. El Juramento
hipocrático ha sido actualizado por la Declaración de Ginebra de 1948 y dice:
«Juro por Apolo médico, por Esculapio, Higia
y Panacea, por todos los dioses y diosas, tomándolos como testigos, cumplir
fielmente, según mi leal saber y entender, este juramento y compromiso: juro venerar
como a mi padre a quien me enseñó este arte, compartir con él mis bienes y
asistirles en sus necesidades; considerar a sus hijos como hermanos míos,
enseñarles este arte gratuitamente si quieren aprenderlo; comunicar los
preceptos vulgares y las enseñanzas secretas y todo lo demás de la doctrina, a
mis hijos y a los hijos de mis maestros, y a todos los alumnos comprometidos y
que han prestado juramento, según costumbre, pero a nadie más.
En cuanto pueda y sepa, usaré las reglas dietéticas
en provecho de los enfermos y apartaré de ellos todo daño e injusticia. Jamás
daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré
iniciativa alguna de este tipo; tampoco administraré abortivo a mujer alguna.
Por el contrario, viviré y practicaré mi arte de forma santa y pura. No tallaré
cálculos sino que dejaré esto a los cirujanos especialistas.
En cualquier casa que entre, lo haré para bien de
los enfermos, apartándome de toda injusticia voluntaria y de toda corrupción,
principalmente de toda relación vergonzosa con mujeres y muchachos, ya sean
libres o esclavos. Si
el juramento cumpliere íntegro, viva yo feliz y recoja los frutos de mi arte y
sea honrado por todos los hombres y por la más remota posterioridad. Pero si
soy transgresor y perjuro, avéngame lo contrario. »
Quiero
referirme también a lo que es el llamado acto médico: ¿Qué es? El acto médico, es
ese momento en el cual se concreta la relación médico-paciente. Es una forma
especial de relación entre personas; por lo general una de ellas, el enfermo,
acude motivada por una alteración en su salud, a otra, el médico, quien está en
capacidad de orientar y recomendar acciones o fármacos que pueden ayudar al
cuerpo a recuperar la salud.
A través del
acto médico se intenta promover la salud, prevenir la enfermedad, curar, y
rehabilitar al paciente. El médico se compromete a proporcionar todos los medios
a su alcance para efectuar un procedimiento (médico o quirúrgico), actuando con
apoyo en sus conocimientos, su adiestramiento técnico; su diligencia y cuidado
personal es para curar o aliviar los efectos de la enfermedad, sin poder garantizar
los resultados, previa advertencia de los posibles riesgos y complicaciones
inherentes al mismo.
Las cuatro características
principales que distinguen al acto médico son: 1.-la profesionalidad, pues
solamente el profesional de la medicina puede efectuar un acto médico. 2.-La
ejecución típica, sujeta a las normas de excelencia de ese momento. 3.-El tener
por objetivo la curación o rehabilitación del enfermo y 4.-La licitud, o sea su
concordancia con las normas legales. Se llaman actos médicos directos aquellos
en los cuales mediante la intervención médica se trata de obtener la curación del
enfermo. Ellos pueden ser: preventivos, diagnósticos, terapéuticos de
rehabilitación, o paliativos.
Ahora bien: no
conocí el caso, ya que vivo a más de 1000 kms de la bella Perla Tapatía, pero a priori, se ve que el adolescente Sergio
Valente Gallardo Ramos, era ya un chico enfermo. Muy enfermo cuando llegó al
hospital, según dicen las numerosas notas subidas a Internet por médicos que si
le conocieron. Tenía una obesidad muy importante, una diabetes mellitus tipo 2
descontrolada; era asmático y había entrado en una crisis gracias a la pintura en
aerosol, usada en su domicilio, crisis que lo llevó al paro cardiorrespiratorio.
En su prolongada estancia, los médicos tratantes efectuaron cuantas maniobras
estuvieron a su alcance para rescatar la vida del joven, pero Sergio estaba
mal, muy mal años antes de su ingreso hospitalario, sólo que a los padres y
familiares les es difícil (como lo fue en mi caso) aceptar nuestra
responsabilidad y buscamos afanosamente a quien culpar, pensando de manera absurda,
que eso va a paliar nuestro gran dolor.
Este domingo
22, cuando saludé a los médicos reunido al inicio de la marcha y más tarde,
cuando frente a la televisión, en los noticieros nacionales vi desfilar
cientos, miles de médicos de más de 50 ciudades del país, entre ellas Veracruz,
Xalapa, Coatzacoalcos, etc., me sentí orgullosa se ese acto solidario. Algún
comentarista dijo que era un “hecho inusitado”. No. Creo que dicho comentarista
o era joven y/o bien no se quiso documentar a fondo de la hermandad que existe
y existirá entre los médicos. Citaré fielmente un relato del movimiento médico
del 64-65, en el que incluso amigos míos, fueron encarcelados en el palacio
negro de Lecumberri:
«El movimiento
médico comenzó en noviembre de 1964, cuando los residentes e internos del
hospital 20 de noviembre del ISSSTE reclamaron el pago de aguinaldos atrasados
y 206 de ellos fueron despedidos. En respuesta a los despidos se formó la
Asociación Mexicana de Médicos Residentes e Internos (AMMRI) que comenzó a
organizar paros que para el día 26 de ese mes ya abarcaban a 40 hospitales del
ISSSTE, Seguro Social y Ferrocarriles. El 10 de diciembre el presidente Gustavo
Díaz Ordaz, recién entrado en funciones, prometió estudiar sus peticiones de
aumento de sueldos y participación en la elaboración de planes de estudios, con
lo que el 15 se levantó el paro. El 20 de marzo la AMMAC llamó a separarse de
los sindicatos controlados por la FSTSE y propuso la creación de un sindicato
de trabajadores de la salud. El 19 de abril estalló otro paro que se mantuvo
hasta el 3 de junio y se celebró otra reunión con Díaz Ordaz, que sólo resolvió
un aumento mínimo de sueldos pero nada más. Ante ello, los médicos realizaron
una manifestación el 20 de abril que fue atacada por grupos de choque de la
FSTSE. El 14 de agosto se inicia un paro de residentes y el 23 uno de médicos
titulados.
El 26 de agosto hubo otra gran manifestación;
esa
noche, la policía tomó los hospitales 20 de Noviembre, Rubén Leñero y Colonia,
sustituyendo a los paristas con médicos militares. Al día siguiente las
enfermeras del 20 de Noviembre fueron secuestradas por los grupos de choque de
la FSTSE. Cientos de médicos, los más activos en el movimiento, fueron
despedidos y sus líderes encarcelados.» Fin de la cita.
Amigos médicos
jaliscienses: los médicos de México estamos con ustedes.