El servicio social una lección de vida.
Reseña: Estanzuela. Lecciones de vida de una comunidad
Por Rafael Efrén Hernández Tejeda
La vocación médica enunciada en el libro Estanzuela. Lecciones de vida de una
comunidad, de la Doctora Alicia Dorantes Cuéllar es un legado para las
generaciones venideras en el ámbito de la medicina y por supuesto para otras
disciplinas. Al mismo tiempo que destaca la importancia del servicio social previo
al ejercicio profesional, transforma con la magia de la palabra y los consejos
desinteresados esta responsabilidad establecida en la normatividad educativa en
una actividad rica de aprendizaje, de crecimiento personal y profesional de los
jóvenes egresados.
Con un
lenguaje anecdótico la autora narra historias sustraídas de su memoria, que
parecen vigentes por la fidelidad y la claridad con la que contextualiza la
región de la Estanzuela y sus alrededores como Chavarrillo, el Chico, Pacho
Nuevo y Coatepec. Así mismo describe la naturaleza propia del lugar, las fincas
de café, las huertas de naranja, los manantiales, las brechas, los largos caminos
y senderos entre los cafetales, los olores; la imagen de los hombres, las
mujeres y los niños de doce años en el corte
de café, de las mujeres y los niños enfermos en las galeras, de las jovencitas parturientas,
y de muchos de los habitantes que llevaban una vida precaria. Todas estas
imágenes que forman parte de la memoria colectiva, estarán más fijas en los
lectores de este libro.
El servicio
tiene muchos matices pero el que se realiza con vocación es aquel que se otorga
con el fin de ayudar al prójimo de manera espontánea y desinteresada considerando
hasta los detalles más pequeños, refleja un alto sentido de colaboración para transformar
la difícil vida de los demás en una vida cotidiana más ligera. Los seres
humanos serviciales viven atentos, tienen capacidad de observación, buscan y
esperan siempre el momento oportuno para ayudar a alguien. La doctora Alicia
Dorantes Cuéllar a partir de la experiencia que narra en Estanzuela. Lecciones de vida
posee estas características a pesar de su juventud. No es débil, es incapaz
de levantar la voz para negarse y da muestras de que el estudio y la rectitud
de sus intenciones aunadas a esa vocación de servicio brindada de manera
decidida, forjan verdaderos profesionales. En estas historias se denotan los rasgos
humanísticos de la autora, como el respeto a la dignidad de las personas, así
como el respeto a las creencias, supersticiones y el sincretismo de las tradiciones
de los pobladores de la Estanzuela.
Es un
libro cuyo contenido resulta curioso e interesante. Destacaremos lo siguiente: la
autora consigue contextualizar el ambiente y el colorido de esa región
veracruzana; también logra describir emotivamente su convivencia y la
comunicación establecida entre los personajes del lugar con un lenguaje
coloquial sobre hechos, unos felices y otros no tanto, relacionados con la
salud, propios de su profesión. Acude a un lenguaje que rescata formas orales,
actitudes y costumbres de la gente del campo.
No
olvida en ningún momento, a pesar de lo conmovedor de sus narraciones, hacer
acotaciones médicas, logrando combinar adecuadamente la riqueza de su escritura
con su aportación sobre conocimientos básicos de medicina; sin cansar o dificultar
la lectura en terminología científica o técnica, explica muy claramente
aspectos médicos para los lectores no especializados.
El libro
cuenta con un magnífico prólogo de José Luis Martínez Suaréz; cuenta con una
justificación sobre la escritura de los relatos y con un preámbulo; el cuerpo
principal del texto lo integran dieciocho episodios de sus encuentros con los
personajes más representativos del lugar, ya que es de suponer que pudieron
haber más en ese largo año de servicio social; se integra un epílogo, el cual
es un documento valioso por la referencia histórica que rescata del servicio social
en las instituciones y su origen en el sistema educativo nacional. Así mismo se incorporan ocho anexos, siete
de los cuales son ensayos reflexivos con aportaciones sobre conocimientos
médicos y de la salud: Las vacunas, Ese antibiótico llamado penicilina, El
maltrato al menor, La tisis o muerte blanca, La lactancia materna, Diabetes mellitus, la pandemia del siglo
XXI, Las muertes maternas: cuando la salud deja de ser un derecho. Dichos
anexos contienen datos, cifras y otros referentes obtenidos por la doctora
Dorantes, y sirven para ilustrar su preocupación por la salud y por la vida de
los seres humanos.
El
octavo anexo, es un apartado importante en la estructura de este libro. En él
se presenta una corta semblanza del doctor Miguel Dorantes Mesa, padre de la
autora de este libro, de quien recibe ese bagaje de vocación de servicio en el
área médica; hombre trabajador en beneficio de la salud en el estado de
Veracruz, y quien dignificara el servicio del Sanatorio Macuiltépetl, ubicado en
las faldas del cerro del mismo nombre en Xalapa, que inicialmente recibía a los
enfermos de tuberculosis y que actualmente brinda la atención en Oncología. Con
este último anexo concluye el libro.
La
lectura de Estanzuela. Lecciones de vida
de una comunidad, permite observar que adosado a ese lenguaje literario con
que se describe la cotidianidad de un pueblo y sus costumbres, hay un cúmulo de
experiencia médica, producto del trabajo constante y de la herencia vocacional
de la autora, quien fue egresada y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad
Veracruzana.
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