JUAN VILLORO: PREMIO REY DE ESPAÑA
Ivonne Moreno Uscanga
¿Los escritores crecen ante sus lectores con los premios?
Sí y ello beneficia al circuito de comunicación entre autor y lector. El escritor no sólo gana con un premio, alicientes económicos, también su obra crece en difusión y su lectores por ende.
Este ha sido el caso de los escritores latinoamericanos como Mario Vargas Llosa y los mexicanos José Emilio Pacheco y recientemente Juan Villoro.
Juan Villoro nace en la ciudad de México y además de escritor es periodista. Su participación en diarios y suplementos culturales se ha dado en el Unomásuno, en La Jornada, en el Reforma y el periódico El Mercurio de Chile, así como en diversas revistas de arte y literatura, dentro y fuera de México.
Estudió Sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana y es hijo del filósofo Luis Villoro. Tiene carrera diplomática y su estancia en Alemania, como agregado cultural, le permitió cercanía con el periodismo internacional y con la Literatura, asignatura a la cual se acercó a través de un Taller con Augusto Monterroso.
Dentro de su narrativa novelística, cuenta con los títulos: El disparo de Argón y El Testigo, ésta última fue ganadora del Premio Herralde por la Editorial Anagrama:
Entre sus páginas leemos:
...Voces que piden un testigo, un cómplice, un narrador de la historia, porque en su singular rito de paso, Valdivieso. Ha vuelto a Ítaca, azotada por los certeros embates del crimen organizado y la política entendida como una conspiración, aun México donde las cuentas saldadas de la Revolución, regresan con aire de tragicomedia, donde la épica se vuelve telenovela. Irónica revisión de los mitos y de la condición mediática del mundo contemporáneo, exhultante reivindicación de la poesía como sustrato perdurable del caos de la historia...
Ivonne Moreno Uscanga
¿Los escritores crecen ante sus lectores con los premios?
Sí y ello beneficia al circuito de comunicación entre autor y lector. El escritor no sólo gana con un premio, alicientes económicos, también su obra crece en difusión y su lectores por ende.
Este ha sido el caso de los escritores latinoamericanos como Mario Vargas Llosa y los mexicanos José Emilio Pacheco y recientemente Juan Villoro.
Juan Villoro nace en la ciudad de México y además de escritor es periodista. Su participación en diarios y suplementos culturales se ha dado en el Unomásuno, en La Jornada, en el Reforma y el periódico El Mercurio de Chile, así como en diversas revistas de arte y literatura, dentro y fuera de México.
Estudió Sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana y es hijo del filósofo Luis Villoro. Tiene carrera diplomática y su estancia en Alemania, como agregado cultural, le permitió cercanía con el periodismo internacional y con la Literatura, asignatura a la cual se acercó a través de un Taller con Augusto Monterroso.
Dentro de su narrativa novelística, cuenta con los títulos: El disparo de Argón y El Testigo, ésta última fue ganadora del Premio Herralde por la Editorial Anagrama:
Entre sus páginas leemos:
...Voces que piden un testigo, un cómplice, un narrador de la historia, porque en su singular rito de paso, Valdivieso. Ha vuelto a Ítaca, azotada por los certeros embates del crimen organizado y la política entendida como una conspiración, aun México donde las cuentas saldadas de la Revolución, regresan con aire de tragicomedia, donde la épica se vuelve telenovela. Irónica revisión de los mitos y de la condición mediática del mundo contemporáneo, exhultante reivindicación de la poesía como sustrato perdurable del caos de la historia...
Juan Villoro ha participado en cine como guionista, en la película Vivir Mata.
En 199 ganó el premio Xavier Villaurria, el el 2006 el reconocimiento Vázquez Montalbán y este 2010 el premio al mérito en periodismo, galardón Iberoamericano: Rey de España, titulado: “La alfombra Roja, el Imperio del Narcotráfico”.
Como cuentista, también es un excelente relator, entre varios destacan la colección: La Casa Pierde y los Culpables.
En al Alcoba dormida, apreciamos un Distrito Federal aún existente:
Vivíamos en la calle de Licenciado Verdad, muy cerca del almacén. De haber estado borracho el día de mi llegada, la vista del edificio me habría devuelto la sobriedad: paredes despellejadas, que seguramente se vendrían abajo con el próximo temblor. La fachada era más ruinosa que las otras del centro de la ciudad, pero el hecho de que yo fuera a vivir ahí, la convertía en un escenario de tragedia. Sin embargo, la pensión en un segundo piso se conservaba en buen estado, el baño común estaba limpio, el cuarto era agradable...y lo que más llamó mi atención fue el calendario colgado en la pared: un emperador azteca sostenía a una india desmayada: el pintor había trazado con tal detalle el turgente cuerpo de la india que el desmayo, tenía una fuerza sexual, al fondo los volcanes brillaba con una nieve tornasolada....
Juan Villoro también ha escrito libros para niños: El té de tomillo para el profesor y El Libro Salvaje , así como crónicas: Tiempo Transcurrido, Safari Accidental y Dios es redondo, alusivo al fútbol.
Celebramos la entrega de del premio Rey de España, para Juan Villoro, pero de manera especial, la presencia de una sensibilidad y una pluma, dispuesta, arriesgada y brillante como salvoconducto de la cultura mexicana, demandante de juicios sociales certeros.
Y sí, los escritores ganan con los premios, pero nosotros como lectores, ganamos más, pues en las narrativas de estos, se ve reflejada la conciencia de un pueblo, muchas veces acallada por necesidades imperantes como el miedo.
Miedo a perder nuestros trabajos, al hambre o la aplastante hegemonía del poder.
Es loable la función de la crónica periodística de Villoro, hombre reflexivo y mordaz con u pluma y pensamiento.
En 199 ganó el premio Xavier Villaurria, el el 2006 el reconocimiento Vázquez Montalbán y este 2010 el premio al mérito en periodismo, galardón Iberoamericano: Rey de España, titulado: “La alfombra Roja, el Imperio del Narcotráfico”.
Como cuentista, también es un excelente relator, entre varios destacan la colección: La Casa Pierde y los Culpables.
En al Alcoba dormida, apreciamos un Distrito Federal aún existente:
Vivíamos en la calle de Licenciado Verdad, muy cerca del almacén. De haber estado borracho el día de mi llegada, la vista del edificio me habría devuelto la sobriedad: paredes despellejadas, que seguramente se vendrían abajo con el próximo temblor. La fachada era más ruinosa que las otras del centro de la ciudad, pero el hecho de que yo fuera a vivir ahí, la convertía en un escenario de tragedia. Sin embargo, la pensión en un segundo piso se conservaba en buen estado, el baño común estaba limpio, el cuarto era agradable...y lo que más llamó mi atención fue el calendario colgado en la pared: un emperador azteca sostenía a una india desmayada: el pintor había trazado con tal detalle el turgente cuerpo de la india que el desmayo, tenía una fuerza sexual, al fondo los volcanes brillaba con una nieve tornasolada....
Juan Villoro también ha escrito libros para niños: El té de tomillo para el profesor y El Libro Salvaje , así como crónicas: Tiempo Transcurrido, Safari Accidental y Dios es redondo, alusivo al fútbol.
Celebramos la entrega de del premio Rey de España, para Juan Villoro, pero de manera especial, la presencia de una sensibilidad y una pluma, dispuesta, arriesgada y brillante como salvoconducto de la cultura mexicana, demandante de juicios sociales certeros.
Y sí, los escritores ganan con los premios, pero nosotros como lectores, ganamos más, pues en las narrativas de estos, se ve reflejada la conciencia de un pueblo, muchas veces acallada por necesidades imperantes como el miedo.
Miedo a perder nuestros trabajos, al hambre o la aplastante hegemonía del poder.
Es loable la función de la crónica periodística de Villoro, hombre reflexivo y mordaz con u pluma y pensamiento.
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