Veinte teorema de amor,
y una pasión tan denostada
Ignacio García
I
Ilustro a labios cosidos
y con frases de lo interno,
la forma que a mi callar
le hace falta un hilo más grueso y resistente
Tal vez, tú conozcas alguna cuerda
que supla esta simulación
de sangre y de silencio
II
Ni siquiera el golpe de un martillo
quiere decir silencio roto:
Es más bien mi manera de decirte:
“Te amo contra el yunque,
y a pesar del acero”
III
Eres mi silencio interno,
Tanto, que las palabras sobran:
sufren, se ajan, se preguntan,
el porqué les impusiste tal
sosiego y nudo,
cuando de ellas, salidas de tu pluma
me hubieran aliviado
con sólo decir:
“Requiero de tus brasas…”
IV
No existe peor manera de hablar y decir “silencio”,
que suprimir esa palabra y delegársela
a-Dios
Pero Dios está demasiado ocupado
para venir y controlar un corazón
que ya de sangre, polvo y tinta
intenta decirte al oído:
“Eres mi pasión hasta el cansancio”
V
Callar, no significa no decir palabras
El silencio, mejor se invierte:
Va directo a la mujer que amo,
toma su piel
y la convierte en poesía
VI
No sé qué decir en este poema
Eres tanto y tanto para este
pobre poeta
Que la tinta se amasa y la pluma se oculta
¡Ni qué hablar del papel arrugado!
quien de quiebre en piel, a los
tímpanos me habla:
“Envuélvela en mí, confiésale
que de tanto amar y amar,
no sabes cómo amarla en el papel:
…Cuando ella me desdoble,
yo me encargaré que sienta de tu ardor”
VII
Fui tan indiferente
y guardé tanto silencio.
Me posesioné de letras y poesía,
de ritmos y sintaxis, verbos y tropos
que otros ojos de mujer
jamás incendiaron mis cuadernos
Fuiste tú, mujer de incendio súbito,
de quien no puedo apartar mi corazón,
y su ¡tam, tam!
sólo conoce de escribir tu nombre
VIII
Dime una sola palabra
y prometo guardarla
al borde de mis labios
Así, cuando yo muera,
y no haya más que noche y silencio,
el único rezo de las estrellas
me lo llevaré conmigo
..................al otro lado:
Si la palabra fue “Amor”,
el infinito se romperá en pedazos
IX
No creo haberte dicho “Te amo”
O tal vez sí, pero no con Mayúscula.
Aunque tu sosiego sea enorme
y la estatura de su indiferencia inalcansable,
te lo diré siempre que amanezca,
con labios dañados o alegres
y el canto de un mar a cítara ceñido.
A veces me pregunto
¿Por qué tanto tiempo hubo en encontrarnos?
Pero luego medito, cancelo ideas:
Tú ya encontraste a quien te ama,
y lo nuestro hubiera sido un diálogo de sordos:
Tus palabras son para mí un poema:
pasaría entonces el tiempo
tatuando tu cuerpo con más poesía.
XI
Te extraño hoy más que ayer
O ¿será que ayer mi nostalgia fue tanta
que me olvidé del hoy…?
XII
“No ser amado es un poco de mala suerte,
no saber amar, una verdadera desgracia”
Yo te amado sin saber con qué letra
.........................iniinicia lo inverso a la gracia.
XIII
Amo los minutos y sus intervalos
pues en cada explosión en ellos,
hay una parte de ti
que amo sin esperar tiempo alguno
XIV
Quiero escribir Amor
con púas de acero y sangre
Tú carne rechaza no sólo el primer intento
En todo lo demás
existe más doblez que punta
XV
Caí de súbito en dos solos segundos:
Si bien el primero me advirtió que
tú jamás me amarías
Me duele más la vez segunda,
pues ya no sé cómo levantarme
............. con el corazón vacío
XVI
De niño me dijeron que nací
con mala estrella para eso de que me amen
Es cierto: hallé en ti el presagio
que no mintió a estrella alguna
cuando me echaste de tu vida
XVII
El amor es más que la seguridad y la inercia
¿Pensar en la quimera de que me amarías?
Por ello es que de secreto y no de amor
mi alma fallece, blanda e ingenua:
como un relámpago de luz sin brillo
que cruza y rompe con todas sus creencias.
XVIII
Uno no elige a quien amar
Es el Destino quien designa quién “no te amará”
En tu caso, no elegí mal
Fue tan perfecto mi elegir
que ya de antes era sabido
que el Destino jamás fracasaría
XIX
De un hilo débil ata el amor
su polea de acero
Así ,como cuando la inteligencia se enamora,
y todo se rompe y cae por su propio peso:
El hilo se troza
El metal es lo más inmutable del acto
XX
No hubo pretextos para taponar los tímpanos
cuando dijiste “Amarte, es nunca”
Pero sí hubo un dolor tan desastroso
que reventó lo más sutil de los tímpanos:
desde entonces mis oídos no pueden oír:
¡Pobres sordos, infames creyentes!
LA PASIÓN
con ternura ardiente tus zarcillos de oro,
la sagrada explosión de tu carne hecha cohete,
y ese cohete quemándome por las noches.
con letras, con símbolos y garabatos
(una o dos letras como poema),
e hice que un ángel tomara su espada
y fuera a despertarte en mi nombre
para ver si en el acero me soñabas
Tatué sobre tu cuerpo viajes imaginarios,
encendí una luz y en ella una lámpara votiva
(subterfugio del rezo del cual descreo),
Pulsé la aguja de los relojes
y quise sentir el círculo en el latir de tu pecho.
Me inscribí en un navío que iba a no sé dónde
para ver si allí encontraba tu Paraíso;
como Jonás, viví dentro de mi propia bestia
para aguardar el instante de mi pasión redimida
Clavé en mis venas puños de sal ardiente
(de esa pulida por el erizo y la escama)
y me inyecté en las arterias Vicodin y yodo
para calmar el sufrir lejos de tus muslos.
Nada pasó ni pasará jamás
Nada que no sea el sutil rechazo de tus labios,
en un hasta aquí, y la pérdida de nuestras palabras.
Ya sé: no soy Neruda.
Pero él tenía su Isla Negra
y podía escribir los versos más tristes esta noche.
Yo vivo en el Puerto más luminoso del mundo,
pero he extraviado mi pluma
y la tinta es ya lumbre azul del
más brutal de mis poemas.
2 comentarios:
Este poema suyo, poeta... Más triste que Neruda.
supongo que todo poeta tiene épocas azules y rosas, o cubistas o expresionistas, ¿cierto? qué bueno leerlo y sentir que busca y busca, que sigue y sigue. Saludos, ya ve Maestro, por fin encontré otra vez esta página...
Publicar un comentario