DOS ENCUENTROS PLÁSTICOS:
LILI FLORES
Y CARLOS CANO
Ivonne Moreno Uscanga
En medio de esta acción, el
espectador juega un rol preponderante. Acepta, rechaza, juzga, habla o calla
acerca de un fenómeno estético. Así realizador y receptor van en la
carrera, en la fórmula de la hechura de
la plástica, como un binomio fundamental para la creación y recreación de la
naturaleza.
Lili Flores ha aceptado con
beneplácito este reto. Sus logros consisten en haber hallado subrepticios entre
la fotografía en forma tradicional y digital, tomado al Diseño Gráfico como
método de yuxtaposición compositiva.
Logrando con ello resultados de grata
eclosión colorística en cuanto a los
cuerpos de sus trabajos. Así la fauna tropical se connota en un sinnúmero de
alegorías para el apreciador, pues tanto los habitantes oriundos de la Costa
como los ajenos, distinguen en los pelícanos y las tortugas la esencia del Sotavento. Lili recupera a
Veracruz, allende del mar, las palmeras y la mística de haber nacido con la
luna de plata.
Carlos Cano, es otro parámetro de
desbordada pasión creativa y andante.
Pertenece al grupo de realizadores plásticos en vigilia. Las horas robadas al
sueño, son para Carlos un plus hacia el dibujo y el óleo. La fotografía no le
bastó, aunque para muchos, su capital mérito estribe en ella.
Cano decide arriesgarse y experimentar y lo
hace con mérito en la pintura. Constante permisiva y de crecimiento en su especialidad, la captura de imágenes.
Su pintura es osada y hábil, refleja
su temperamento: por un lado, los caballos el erotismo y la fuerza de quien
expone e impone su personalidad y por otro, los paisajes de mar, donde permea
la versión frágil de sus sentimientos.
Flores- Cano un encuentro cálido, no
exento de las tormentas del trópico donde después del vértigo, se despeja el horizonte a la luz del
sol y de los faros.
Corredor Artístico del Hospital Español
Junio 2012
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