MALO: JORGE CARETTA
Ivonne
Moreno Uscanga
Sin duda alguna la narrativa es un terreno
recurrente. El hombre en afán de expresar sus emociones, converge en ella a través del tiempo y del espacio. Así cuando se escribe a manera de
recopilación, de memorias, estas parecieran en una primera instancia, un mero conjunto de relatos de interés personal,
episodios encadenados a décadas pasadas, posibles a recuperar por estar sobre papel. Pero¿si tales enunciados,
sentencias y recuerdos, nos describen episodios donde los sucesos parecieran estar detenidos?¿Grafías donde los espejismos
platónicos, imitaciones de lo ideal, como
si fueran las cavernas y sornas de las sombras de aquellos quienes quisieron
llegar a ser lo mejor o resultaron puras quimeras,
y tales eventos, parecieran ser relatos de hoy?
Pues así es
la novela, MALO de Jorge Caretta.
Su argumento, nos ofrece una panorámica aparentemente histórica y local, las vivencias de un joven y arriesgado médico
en la febril y utópica búsqueda de servir a su país por medio de su vocación y
perfil de ansioso de romántico galeno, pero MALO en su rol de
narrador –protagónico, obedece más a una extensión del realismo mágico en México, pues en el aspecto rural como en otros, somos
un país supeditado a la vorágine ideológica de la Revolución de 1910, fenómeno imperante , en
diversas manifestaciones estéticas,
desde su arranque explosivo hasta hoy.
En
la relatística veracruzana plumas como las de José Mancisidor, Gregorio López y
Fuentes, Luis Córdova descollaron en el
ámbito de la transición entre el
porfiriato y el movimiento civil, iniciado desde 1900, satirizando en sus
tramas, a los caudillos y los entuertos
de sus traiciones. En la publicación, El cuentoVeracruzano, Luis Leal nos cita:
“…las escenas de estos escritores pintan
escenas con el propósito de protestar contra las injusticias sociales cometidas
contra el pueblo y cuando se les compara con la estructura del cuento
modernista pierden valor estético pero ganan en hondura humana…”
En
la estructura de MALO, no se protesta contra las injusticias, no hay el esbozo
de personajes de ficción, todos existen.
En la novela Caretta, plasma situaciones reales, no hay juicios,ni panaceas,
hay el sabor de la anécdota a guisa de
plena vicisitud, sin manipulación o maquillaje de acontecimientos cumbres, pues
todos y todo se miran en el crepúsculo encontrado de una nebulosa credibilidad.
Sus
personajes, son el eco de la sonoridad
de las cuerdas de un ensamble de sones, canciones a plenitud del norte
Veracruz, relatoras de su
idiosincrasia, sabores y olores:
…La botana era espléndida carne seca,
alimento chatarra, queso blanco, amarillo, enchilado, jamón serrano, aceitunas,
salchichas y unos jarritos de barro con consomé de pollo y que posteriormente
me dijeron que era de mazate (venado tierno) tortillas calientitas del comal
hecha a mano y tochoncitos…
Malo
puede resultarnos un compendio de cuentos, pero al unísono la novela de un gran
compilador de recuerdos, recurrentes en
la narrativa, insisto pues su estatus de desarrollo en nuestro entorno
provinciano, continúa.
A
diferencia de colocar a Malo: Miguel Ángel López Ortiz como un Quijote,
(prólogo de Jaime Velásquez para la novela) lo siento como el hilo espectro de
un personaje angustiado entre su deseo de servir y la abstinencia,
pues al no está exento de sucumbir
a los encantos y tentaciones
humanas, donde se desenvolvió como pasante de Medicina.
Su piel se fue desollando ante el ambiente, como personaje rulfiano y se petrificó por sus inquietudes y dudas, a lo Garro en Recuerdos del Porvenir.
Jorge
Caretta( autor) tuvo el decurso del espejismo del narrador omnisciente, pero
quedó atrapado como los personajes revolucionarios en un sueño de prematura
ambición a lo Artemio Cruz o sacrificado por la arbitrariedades del destino
aciago, conminado con ciertas voluntades
supremas a lo Gonzalo Rojas en su Diosero:
…la gente de la Sierra ya no hacía el
viaje para ver a los médicos de Chicontepec ni de Tantoyuca, venía hata San
Nicolás Excuitla por lo que comenzaron las envidias, las malas informaciones y
muy pronto recibiría la perniciosa fama de estar aliado con los brujos y
nahuales de la Sierra y que yo no curaba con medicinas si no con conjuros …con
yerbas…y que hacía limpias con hierba
del negro horcajuda y albahaca y sorcuchos (amuletos)…muchos vinieron con esa
idea, pero yo los mandé por un tubo…pues mi interés siempre fue científico…
MALO
es la bitácora de un hombre, pleno en esperanzas por juventud, acorazado por la
Medicina y proclive a deslumbrarse por la exuberancia del ambiente donde la
pasión lo desbordó.
MALO
va a remitirnos a las lacras y pandemias sociales no de la de la entidad, sino
de la nación: alcoholismo, cacicazgo, ignorancia, fanatismo, crueldad hacia las
mujeres indígenas, estereotipadas y
ensalzadas en cientos de relatos mexicanos, pero con Jorge Caretta, esta novela tiene la picardía de los juglares de la Huasteca, la frescura de
la palma, aire acariciador de los
abanicos de Tantoyuca y los humores de Chicontepec, enchilados y olorosos
como sus platillos y peligrosos como sus empinados caminos.
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