Encuentra a tus autores aquí

jueves, julio 02, 2009

Norma Nash Campos: La que murió de amor



LA QUE MURIO DE AMOR


Su vida se iluminaba cada vez que él iba a llegar, con brillo en sus ojos decía ¡huele a él, Lidia sabía que era un amor prohibido, repetidamente le comentaba a Lola y Mayra, sus amigas de toda la vida; ¡lo amo tanto que no se que sería de mí si lo pierdo, prefiero morir a vivir sin él.; y si llegara a enterarme que me engaña con otra lo perdonaría; haría de cuenta que no sé nada, que todo es habladuría de personas mal intencionadas que quieren separarnos, ¡primero muerta a perderlo!. Oye Lola pregunta Lidia ¿crees que alguien sospecha que hay algo entre Mario y yo? ¡Quién sabe! le contesta Lola, yo no he oído rumores, pero si he observado que cuando entras a la iglesia algunas vecinas tuyas se intercambian miradas maliciosas y se ríen; entonces si sospechan algo; ¡bueno y si así fuera qué!, le dice Lola, seguro te envidian porque el se fijo en ti, cuantas de nosotras no desearíamos tener un galán como Mario, yo, porque cuando el llegó al pueblo ya estaba casada, sino te lo hubiera ganado amiga, acuérdate que fui yo quien organizó su fiesta de bienvenida. ¿Cómo se entero que yo era viuda?, pues la boca floja de Mayra se lo dijo, cuéntame todo le insistió Lidia ¿él le pregunto por mí?, como es que a tres meses de haber llegado se haya acercado a mí. ¡Bueno! no te hagas la ingenua le dice Lola; tú lo invitaste a tu casa a tomar el café, le debe haber gustado tus modales, ¡tu eres muy fina!, y además se ha de ver dado cuenta de cómo vives, de todo lo que te dejo tu difunto marido, y, con eso de que no tienes hijos; ¡que mal pensada!. Me intrigas le dice Lidia. Oye Lola; ¿crees que este conmigo por interés? le pregunta a Lidia, ¡ hay amiga! yo no sabría que decirte, tu sola tienes que averiguarlo. ¡Pero! como puedo darme cuenta, ya se, le voy a decir que todos mis bienes los voy a poner a su nombre, que él será mi único heredero, y que es una manera de agradecerle todo el amor y afecto que me ha demostrado:; y como esperas que funcione esto le dice Lola, ¡ah pues tonta! Si no esta interesado en mi dinero, inmediatamente me va a decir que no está de acuerdo con esta decisión y que no acepta, jajaja ríe Lola, que ilusa eres, ¡ojala te funcione! ; a propósito ¿va a venir esta noche? Claro que sí amiga, como todas las noches, entonces te deseo suerte mañana me cuentas.
Cada noche Mario llegaba sigilosamente a casa de Lidia a la media noche, y en la mañana apenas iniciaba el día se retiraba, ¿crees que alguien te vea salir? ,le pregunto Lidia no te preocupes le dijo él, ¿te has enterado de algo? le pregunto, sí le contesto ella, ¿dime que supiste?, le insistió, un poco apenada le dijo, me contó Lola que ella ha visto que cuando entro a la iglesia algunas vecinas se intercambian miradas maliciosas y se ríen, ¡no te preocupes mujer, esas se confiesan todo las semanas, ya me hubiera enterado de algo!. Lo que dices me tranquiliza, entonces no tengo porque preocuparme; me quitas un peso de encima le dijo Lilia, y se despidieron…
Por la mañana apenas comenzaba el día cuando tocaron a la puerta en casa de Lidia, era Lola que curiosa por saber que había pasado la noche anterior no disimilaba su actitud morbosa; ¡y cuentéame amiga que paso! ¿Está contigo por puritito interés o no?, Lidia le contesto, tenias razón amiga sólo esta deslumbrado por lo que tengo, no siente amor por mí; ¿que te dijo para que pienses así?, pregunto Lola; Lidia muy triste y casi sollozándole comento; Mario dijo, que si esa era mi decisión él la respetaba, y que aceptaría mi gran generosidad. Que tonta he sido, que tonta he sido… repetía Lidia pero que hago ahora, ya no puedo estar sin él, pero ni modo ahora le haré creer que todos mis bienes serán suyos ; solamente de palabras , así lo conservaré a mi lado., ¡haya tu amiga! dice Lola y se despide. Lidia empieza a sentirse enfermar repentinamente, como si el destino le jugara una mala pasada, los médicos desconcertados por la forma tan drástica y repentina en que había enfermado no sabían qué hacer, sólo su amiga Lidia permanecía a su lado. Lidia imaginaba a Mario a su lado, decidió a que todo el pueblo se enterara de su romance prohibido, ya no pienses en él amiga ahora lo que importa es que te pongas bien le dice Lola. Lidia debilitada por la enfermedad estalla en ira y ahogada en llanto grita ¡ ya para qué quiero tener salud y vivir si no lo tengo aquí conmigo!, siempre te dije que prefería morir a estar sin él, desde que murió mi marido nadie había sido tan amable conmigo como lo fue él. Lidia perdió la batalla contra la rara y extraña enfermedad. Mario nunca volvió a visitarla. El día de su funeral él oficio la misa de cuerpo presente ante las miradas maliciosas y la ironía de las vecinas.















No hay comentarios.: