VIGILARÉ TU SUEÑO
Ignacio García
Ignacio García
Para Ana Alesi, finalmente
Un día me darás la otra orilla de tu vida,
aún cuando hoy no la tienes todavía.
Quiero vigilar tu sueño, en vigilia o a bengala nocturna
Cerca de tu cuerpo, la flama en el oído:
esa explosión perfecta
al interior de tu alma
A objeto elegido, sin titubeos ni tardanza,
a tiempo abierto besaré tus labios
para caer donde Dios labró tus juramentos
A puerta cerrada y un mechón de luz como cobija,
te quiero vigilar a hurtadillas,
sin ánimo ni espera quemar tus ojos con vehemencia
y hacer de esa luz hinchada y un vacío
un eje para encenderte
a lo largo de mi poesía
Quiero poner un clavel en tu estrella
Uno sin piel, sin aroma y sin esencia
(más lleno de pólvora y no de vino)
Con una nota explosiva entre sílaba y comisura:
--Es decir, un himno irreverente:
¡Cuánto me ha costado tu ausencia!
Vigilaré, si quieres,
la orquídea donde duermes, sueñas y escribes
(entre álgebra, geometría y arlequines)
de una espada y un paraíso, para así probar:
“El hierro era anterior a tus letras y delirios”
(Es decir: a mis propios sueños de escriba)
Quizá es por ello que un despertar
es como nunca haber vivido
Quiero rondar la esquina de tus muslos,
apostarme con fusil y pañuelo debajo de tus párpados
No ya con ese amor secreto y sin objeto
sino consciente de dónde he puesto en ti mis palabras
Doblar tu piel y envolverme en ella,
soñar así contigo hasta el cansancio, y saber
que vigilé cada palabra tuya –a oído de sordo
ojos ciegos, piel sensible, lengua ardiente
(tinta, sal, vino y sangre):
esquirlas hechas de amor que tanto de ti le pueden
al corazón del Estratega
es como nunca haber vivido
Quiero rondar la esquina de tus muslos,
apostarme con fusil y pañuelo debajo de tus párpados
No ya con ese amor secreto y sin objeto
sino consciente de dónde he puesto en ti mis palabras
Doblar tu piel y envolverme en ella,
soñar así contigo hasta el cansancio, y saber
que vigilé cada palabra tuya –a oído de sordo
ojos ciegos, piel sensible, lengua ardiente
(tinta, sal, vino y sangre):
esquirlas hechas de amor que tanto de ti le pueden
al corazón del Estratega
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