Instrucciones
para subir una escalera
Julio
Cortázar
Nadie habrá
dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte
sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se
coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta
que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables.
Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la
derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un
peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos
elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio
que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá
formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una
planta baja a un primer piso.
Las escaleras se
suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas.
La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo,
la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente
superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera
se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo,
envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe
exactamente en el escalón.
Puesta en el
primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte
equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse
con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir
hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y
en el primero descansará el pie.
(Los primeros
peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria.
La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación.
Cuídese
especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegado en esta
forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta
encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un
ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el
momento del descenso.
FIN
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