LILI FLORES:
LOS AVATARES DE LA GRÁFICA
Exposición: TROPICO EN
EL CAFÉ IL CHICCO EN LA FRACCIONAMIENTO REFORMA
Ivonne Moreno Uscanga
Las implicaciones y
trabajos en los terrenos visuales en alusión a la plástica implican largos
procesos de planeación, pensamiento y hechura.
La obra gráfica en
nuestros días pareciera ser más fácil por los accesos tecnológicos, comparado con otras centurias pues la
composición a través de la manipulación cibernética tienta a los realizadores a diversas
alternativas de yuxtaposición. No obstante aquel interventor ajeno a las
técnicas artísticas, no logrado resultados óptimos, como espectadores y no
necesariamente como expertos, podemos percibir tales diferencias.
La gráfica así en
cuanto a disciplina estética sigue requiriendo de madurez y preparación.
Consiguiendo esta alternancia Lilí Flores ha conseguido una trayectoria sólida
entre los campos fotográficos y del
diseño gráfico, su oficio profesional.
Lilí experimenta, recrudece distintas y ángulos de
fotografías, dibuja, baña en color imágenes aparente inertes cuyos fondos
parecen revivirse en tercera dimensión, estampa y de manera exquisita se ha
iniciado en el arte objeto, buscando
dilatar las pupilas de los espectadores en cálidas tonalidades del
trópico, donde al parecer es
experta morfo-cromática. Del mismo modo
tal sendero la lleva a la pintura, a la acuarela, panoramas donde se arriesga
con su fijación tópica, el mar y sus especies, las palmeras, el sol, la luna y
la costa.
Lilí empieza a destacar
de muy joven con sugerentes carteles de divulgación artística, trabajo en esta
área en el IVEC y después continúa hacia
la plástica, obteniendo dos reconocimientos importantes a nivel estatal.
En su quehacer plástico
se ha traslimitado, pero eso es preciso su intención, exponer, arriesgarse
para experimentar los vértigos de la
plástica. Lilí caminó ya los anuncios de la promoción por medio de carteles,
después la fotografía en varias sucesiones de formato y técnica, la pintura, la
colocación de imágenes sobre objetos y así crece de recinto a espacio cultural,
de galerías a lugares de esparcimiento, donde lo fundamental para la
realizadora, sigue siendo el color.
Hoy Lilí Flores forma parte del acervo
plástico de Veracruz. Sus intervenciones yanto en la fotografía como en la
mixtura de técnicas y planteamientos visuales la colocan en los intervalos
entre lo contemporáneo y lo artesanal. Sin soslayar la poética del arte, Lilí
se baña en nuevas aguas, a veces saladas otras dulces y cuando alcanza
esplendorosos destellos como los atardeceres en las costas veracruzanas es
porque sus palmeras no solo se embriagan de sol y luna sino de la sensibilidad
de una mujer en la espera de alcanzar la plenitud en el horizonte sincrético
del color y las bondades de la descripción en la gráfica de nuestros días.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario