Carlos Fuentes:
Revelador de otros Méxicos
Ivonne
Moreno Uscanga
Del enorme
repertorio narrativo, incluyendo teatro: El Tuerto es Rey, Orquídeas a la luz
de la Luna, Todos los gatos son pardos, Ceremonias al alba, Los reinos
imaginarios y su argumento a la ópera de Santa Anna, me intereso por destacar
sus relatos cortos, los cuentos dentro de la narrativa de Fuentes son
extraordinarios, y aún más aquellos desprendidos de sus días de descubrimiento
para él y sus lectores de un México, distinto, ese híbrido maravilloso entre la
cortina de nopal y la modernidad.
Traer a la
memoria Los días enmascarados, Cantar de
Ciegos, Chac Mool y otros cuentos, Agua Quemada y de manera posterior
Constancia y otras novelas para vírgenes,
también relatos cortos, nos encierran
además de una buena grafía, un México insisto, atrapado en su idiosincrasia
y su despertar a un México moderno, al del progreso a ultranza.
…Figúrate en cambio que México hubiera sido
conquistado por budistas o mahometanos. No es concebible que nuestros indios
veneraran a un individuo que murió de indigestión. Pero a un dios al que no le
basta que le sacrifique por él, sino que incluso va a que le arranquen el
corazón, ¡caramba jaque mate a Hucichilopochtli¡ El cristianismo en su sentido
cálido sangriento y de sacrificio y liturgia, se vuelve una prolongación natural
y novedosa de la religión indígena, Los aspectos de caridad, amor y la otra
mejilla, en cambio son rechazados. Y
todo en México es eso: hay que matar a los hombres para poder creer en ellos…
(Chac Mool)
En Carlos
Fuentes podemos anotar su cuidadoso cosmopolitismo, varios de sus relatos
intercalan los idiomas inglés y francés,
cuidando el español a guisa de un pulcro de las expresiones literarias,
convertidas en metáforas citadinas de
vanguardia:
Whisky soda without glass …
…el cantinero la miró con asombro: un
asombro de profesional herido. Se detuvo en la postura en que la orden de
Isabel lo sorprendió y dejo caer los hombros, derrotado en
su oficio, por el grito agudo de la cabeza inclinada. Cerró los ojos despeñado
de su antigua seguridad por la solicitud sin antecedentes:
P´raps her ladyship would like a
silver goblet. Glass is so common, after all…
La cabeza en llamas se desbarató en
una carcajada arrugada y pecosa. El cantinero se llevó la servilleta al rostro
y detrás de ella, sofocó su risa triturada.
-Sans glace, s´il voul platit…repitió
Isabel sin mirar al cantinero…el
hielo…el hielo me hace daño a la garganta… ( Víbora de la mar , de la colección Cantar de
Ciegos)
Asimismo
Fuentes es un apasionado de ciudad de México y de su historia, la ciudad es en
su imaginación y pluma, es en sí,un personaje:
…Paso al lado de una fundidora de vidrio, de
una iglesia barroca, de una montaña rusa, de un bosque de ahuehuetes ¿ Dónde Ha escuchado esa palabrita? Complementar.
Giro alrededor de la Fuente de Petróleos
y subo
Por el Paseo de la Reforma. Todos los
automóviles descienden al centro de la ciudad, que reverbera al fondo detrás de
un velo impalpable y sofocante.
Yo asciendo a las Lomas de
Chapultepec, donde a estas horas sólo
quedaban los criados y las señoras, donde los maridos se han ido al trabajo y
los niños a la escuela y seguramente mi otra Elena, mi complemento, debe
esperar en su cama tibia con los ojos negros y ojerosos muy azorados y la carne
blanca y madura y honda y perfumada con la ropa en
los bargueños tropicales…. ( Las dos Elenas)
Casi toda la
escritura de Fuentes está bañada de México, de diversas maneras, la política y
sobre todo el poder : La muerte de Artemio Cruz, Terra Nostra, La silla del
Águila, concatenan su prosa con el México doble: el conquista y el insurrecto,
el sumiso y el cínico, el ultrajado y el vivales, el reprimido y el
convendenciero, el aparentemente atado a
los vínculos de la tradición familiar y social y el de la doble moral:
…Estoy bebiendo un campary- soda
tranquilamente en el bar del Hotel María Isabel. Digo “tranquilamente” porque
el estrépito de ese conjunto de guitarras es tan grande que se anula a sí
mismo, se abstrae y me permite sentarme aquí solo, con un vaso en la mano y una
botana de tacos con guacamole en la mesa. Sólo hay soledad en estos lugares, no
en mi hermosa gruta, no en mi bello receptáculo de todas las compañías que
deseo. Así, quiero sentirme lánguido y alejado, en medio de todos los espectros
cerca de los siervos encumbrados que la habitan, a la mano de las mujeres feas
y tontas y cursis y de los hombres ridículos conquistadores efusivos,
chistosos, que viene aquí a contarse amores repugnantes y negocios chuecos y juegos
de palabras. Todos huelen a lavanda Yarley y acaban de estrenar el saco de tres
botones y solapas angostas…. (Zona Sagrada)
Además de la
historia nacional, el mexicanismo estrindente, la estructura de poder
ensordecida por la avaricia, Fuentes se reconoce en la muerte y permea en ella,
algunas de nuestras dualidades, como la
del amor y la angustia.
Con Aura
Fuentes nos ubica nuevamente nos ubica en el Distrito Federal. La historia se
desarrolla en el centro, en la calle de Donceles. Los personajes físicos son
tres: Felipe Montero un historiador, una vieja Señora Lorente y una sobrina
Consuelo- Aura.
Individuos
atrapados en la atmósfera sórdida de una vieja casona cuya dueña intenta
perpetuar un pretérito feliz a través de la recopilación de las memoria del
general Llorente, tarea encomendada
Montero e hilo inicial de la trama, en la búsqueda de Aura, prolongación
de la pasión sin tiempo, de la juventud eterna, de la belleza y de la entrega
por medio de la reencarnación sexual.
Aura es el
relato, convalidado al amor, y vencedor de la muerte como el reto a lo
imposible, a la perpetuidad a lo
inalcanzable, al mito. Factores
esenciales en el tejido del imaginario mexicano.
Carlos
Fuentes es uno de pilares en la literatura mexicano por las razones expuestas y
tal vez por otras válidas de considerar, pese a los gustos o calificaciones de
cada lector, no obstante no olvidemos a México y su ideología sin tener la
fidelidad de este retrato: Fuentes y su periplo por los avatares de una nación
multicultural, encontrada y polivante.
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