Que una
mujer hable de fútbol en los medios se da, amenos que tenga un "buen
ver", o algo entrañable lo acerque a un deporte que es difícil aficionarse
sin practicarlo alguna vez. Por mi parte, tengo una relación apasionada desde
muy chica; mi padre formo la primera liga de fútbol en la Frontera de Chiapas,
uno de mis hermanos casi nace en un campo llanero de fut, los domingos en
familia viviamos nuestra propia "épica" del campo, la pelota y los 22
hombres que muchas veces terminaba en sus propias "tragedias"cuando
se armaban peleas campales ante la pasión que está ocasiona y en sus propias
"comedias" a veces legendarias; y cuando mi hermano mayor realizaba
hazañas en la cancha, que más tarde formaban parte de las leyendas de
aficionados prolongando la gesta a una pasión non-stop que suplanta al fútbol,
y esas tardes de domingo con el salpullido visual del canal 13 y su DeporteV,
donde los cronistas televisivos transformaban un juego sin gloria en la mayor
Odisea.
En el
gremio de literatos se dice que hay un desdén de los "letrados" con
el fútbol, esto no lo podemos generalizar aunque Jorge Luis Borges no deja de
ser Borges quien fue el encargado de marcar la divisoria de aguas. Con
lapidaria ironía, reformuló el "civilización y barbarie" sentenciando
en más de una entrevista periodística que el fútbol era "una cosa estúpida
de ingleses... Un deporte estéticamente feo: once jugadores contra once
corriendo detrás de una pelota no son especialmente hermosos". La frase hendía
el cuchillo en el corazón de un continente latino netamente futbolera y
convocaba al escándalo.
Otros
intelectuales como Albert Camus (Premio Novel de Literatura), había dicho que
el fútbol le enseño todo lo que sabía. porque el futbol no sólo ha dado hinchas
al mundo: también se ha enriquecido de ellos. Albert Camus aprendió cuando era
arquero en Argelia que "la pelota nunca viene hacia uno por donde uno
espera que venga. "Esto me ayudó mucho en la vida... Lo que más sé acerca
de moral y de las obligaciones de los hombres se lo debo al fútbol". ¿A la
pelota se le debe, entonces, El mito de Sísifo, Los justos y La peste?
Y por
otro lado la voz de Pier Paolo Pasolini escribio que "El goleador es
siempre el mejor poeta del año", dando la cumbre del romance entre
literatura y el fútbol.
Excepciones
en los años 20, con Juan Parra del Riego y el argentino Bernardo Canal Feijóo
escribiendo "Penúltimo poema del fútbol" y Horacio Quiroga publicó
"Suicidio en la cancha", un cuento sobre el caso real de un jugador
de Nacional que se pegó un tiró en el círculo central de la cancha. De aquellos
tiempos es el primer relato totalmente ficcional sobre fútbol en el Río de la
Plata: la novela del francés Henri de Montherlant "Los once ante la puerta
dorada".
En 1923,
nada menos que en su meláncolico libro Crepusculario, Pablo Neruda escribió el
poema "Los jugadores", y 12 años después, "Colección nocturna",
incluido en Residencia en la tierra. Durante el primer medio siglo hubo escasos
coqueteos de la literatura con el fútbol . Y quien entró de lleno en el tema
fue el uruguayo Mario Benedetti con su ya célebre cuento "Puntero
izquierdo", escrito en 1955, y publicado en el libro Montevideanos.
El
llamado boom de la literatura latinoamericana se acercó al mundo del fútbol, no
sólo desde la escritura sino también desde las tribunas. Tras un partido el
otro novel Gabriel García Márquez declaró: "No creo haber perdido nada con
este irrevocable ingreso que hoy hago públicamente a la santa hermandad de los
hinchas. Lo único que deseo, ahora, es convertir a alguien".
Escritores
que se reconocían como hinchas de fútbol: el poeta Rafael Alberti —quien
escribió "Oda a Platko", dedicada al arquero húngaro del Barcelona—,
Miguel Hernández, Miguel Delibes, Manuel Vázquez Montalbán, Juan Carlos Onetti,
Mario Benedetti, Jorge Amado, Augusto Roa Bastos, Ernesto Sabato, Rubem
Fonseca, Mario Vargas Llosa, Julio Ramón Rivadaneyro y Alfredo Bryce Echenique.
El español Camilo José Cela, sus Once cuentos de fútbol, el mexicano Juan
Villoro, un texto sobre el maracanazo —el día que Uruguay le ganó a Brasil la
Copa del Mundo en el estadio Maracaná— titulado El hombre que murió dos veces,
Humberto Constantini, su relato "Inside izquierdo", y Leopoldo
Marechal, elige la tribuna de un River-Boca para lanzar la batalla del
protagonista de Megafón o la guerra.
Mientras
tanto, en Europa, el austríaco Peter Handke ponía la piedra basal con su novela
"La angustia del arquero frente al tiro penal" —que poco habla de
fútbol, es verdad— pero tiene una de las definiciones más bellas de ese
instante crucial en un partido.
Y en
lares mexiquenses, donde el escritor Eduardo Osorio se revela en su novela
"El año en que se coronaron los diablos" y rescata algunos rasgos
angulares del origen y la historia de Toluca, una ciudad que, para bien o para
mal, “sólo se recuerda por el futbol y el chorizo”.
Va`por
ahí
UAEM,
bicampeón del Futbol Varonil de la Universiada Nacional 2012 Los Potros de la
Universidad NacionalAutónoma del Estado de México (UAEM) lograron el
bicampeonato en Futbol Asociación Varonil, al coronarse en la Universiada
Nacional 2012, tras vencer en la gran final con marcador de 3-2 alos Tigres de
la Universidad Autónomade Nuevo León (UANL). La ceremonia de premiación estuvo
encabezada por el comisionado de Futbol del Conde, Roberto Gadea Ayala, y el
coordinador del Futbol dela UV, Humberto Morales, quienes entregaron las
medallas de oro, plata y bronce, así como reconocimientos a los tres primeros
lugares.
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