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miércoles, enero 09, 2013

Alicia Dorantes: La India frente a la barbarie antifeminista....


La India frente a la barbarie antifeminista:
rebeldes con causa

 Alicia Dorantes

 
Cuídate mucho de hacer llorar a una mujer, pues Dios cuenta todas sus lágrimas: Talmud.

Primero un grito, luego un empujón, más tarde un golpe... al final si no hacemos nada: una tumba.
Autor desconocido
 

No. No la conocí. Ni siquiera sé su nombre. La prensa internacional sólo dijo que tenía 23 años y que era estudiante de fisioterapia en Nueva Delhi, India. El día 15 de diciembre del 2012, ella y su novio subieron a un autobús. Seis hombres los capturaron. A él, lo golpearon hasta hacerlo sangrar. Hasta fracturarle una pierna. A ella, la violaron durante horas, incluso lastimándola con una barra de metal. Luego, los arrojaron desnudos a la calle. Tras de luchar valientemente por su vida, finalmente la chica murió.

 Ahora, a lo largo y ancho del país, la gente indignada, ha reaccionado con protestas masivas para decir « ¡Ya basta! ». Según datos oficiales, en ese país, una mujer es violada cada 22 minutos. Los casos de abusos sexuales aumentaron casi 875 por ciento en las últimas cuatro décadas al pasar de 2 487 en 1971 a 24 206 en 2011 ¿Y a nivel mundial? Bueno, la cifra de violaciones es escalofriante: siete de cada diez mujeres son o serán física o sexualmente agredidas durante su vida. El horror acontecido en Nueva Delhi es la gota que colma el vaso de la tolerancia. Vivimos ya en el 2013 y esta brutal y corrupta agresión contra las mujeres a nivel global, tiene que terminar. Debemos empezar marcando un antes y un después…

Esto trae a mi recuerdo una película tan bella como dolorosa. Se llamó «Agua». Su joven directora, la cineasta hindú Deepa Mehta, escribió el guion y dirigió la espléndida película, que quizá por tener un nombre tan sencillo y breve, pasó inadvertida para muchos. Los nombres que vimos en el reparto tampoco nos dijeron nada; en lo personal nunca los había escuchado. La cinta nos habla de otro país, de otra cultura. «Agua» fue la tercera película de una trilogía de esta joven directora, a las dos previas las llamó «Fuego» y «Tierra».

La historia en cuestión se sitúa por ahí de 1938, en una India aún bajo el despótico dominio inglés, cuando Mahatma Gandhi iniciaba el movimiento independentista increíblemente pacífico, que culminó con la liberación del oprimido país. Por aquellas fechas e incluso hoy día, las creencias ancestrales decretan que cuando una mujer se casa, se convierte en la mitad del hombre. «Por lo tanto, si el esposo muere, se considera que la mitad de la esposa ha muerto». Los libros sagrados que rigen su vida religiosa, dicen claramente que una viuda tiene tres opciones: 1. Casarse con el hermano más joven de su cónyuge. 2. Arder en la pira funeraria con su esposo y 3. Llevar una vida de total abnegación, tenga la edad que tenga.

El filme que hoy menciono, inicia con el traslado de un anciano moribundo hasta la ciudad santa de Varanasi, a orillas del Ganges, el río sagrado. En la orilla de la carreta, una hermosa niña de escasos ocho años, acompaña al séquito. Viaja distraída viendo el paisaje y deja en libertad sus pies delcazos. Se llama Chuyia, y es esposa del moribundo, quien fallece esa misma noche. Al día siguiente, el cuerpo del esposo arde en la pira funeraria, mientras a la pequeña Chuyia la preparan para el destino que le han escogido. Le cortan su negro cabello, le afeitan la cabeza; luego, los padres la dejan a su suerte, entregándola a un ashram o casa para viudas, donde deberá pasar el resto de su vida, convertida en un altar viviente consagrado a la memoria del muerto.

Dicho ashram, es gobernado por la vieja y despiadada Madhumati, que controla la vida de las viudas. El «chulo» del lugar le acarrea ganja, nombre que le dan a la marihuana, que la vieja fuma con placer, a cambio, le entrega a las viudas más jóvenes a quienes él prostituye hasta que pierden su atractivo y dejan de rendir ganancias a la casa. A la orilla del río, Kalyani, la viuda más bella de la casa, conoce a Narayan, un joven abogado idealista y admirador de Gandhi, hijo de brahmanes, la casta social más alta de la India. Chuyia actúa como mensajera entre los enamorados en una relación a todas luces imposible...

            Recuerdo que en aquel entonces, filmar la película fue toda una odisea. Luego de obtener los permisos oficiales y a dos días de iniciar el rodaje, los nativos de Varanasi acusaron a Deepa Mehta de ir contra la religión hindú. Destruyeron la escenografía y los decorados, que terminaron en el fondo del río. Las agresivas manifestaciones no terminaron hasta que se suspendió el rodaje de la cinta. Cuatro años más tarde, el proyecto se puso en marcha nuevamente: ahora en Sri Lanka, pero con un nuevo reparto. Deepa Mehta se convirtió en persona «non grata» en su país por haber mostrado al mundo esas imágenes de la cultura hindú.

Mehta arremetió contra la (las) religión (es) que fomentan la ignorancia, la desigualdad de géneros y la sumisión de la mujer. «Hoy día, explica la cineasta, viven en India 34 millones de viudas, 11 millones de las cuales están en ashrams en medio de una miseria absoluta. La única conquista lograda en los últimos años, es que los matrimonios de hombres mayores, con niñas han sido prohibidos. «El problema, según lo veo –dice Mehta-, es de base. De un profundo fondo. Son las propias mujeres las que se avienen a estas costumbres porque creen que si no lo hacen traicionan los textos sagrados y reniegan de su religión».

            Ahora bien, no faltó quien dijera: «Bueno, eso sucede sólo en el cine». Pero no es así. En la vida real, el día 27 de diciembre del 2007, la ex primera ministra de Pakistán y una de las líderes de la oposición al presidente Pervez Musharraf, Benazir Bhuto, de 54 años de edad, fue asesinada en un parque de la localidad Rawalpindi, a las afueras de la capital, durante un mitin previo a las elecciones que se llevarían a cabo el día 8 de enero del 2008. Las versiones sobre la causa del mismo, como suele suceder, fueron sombrías. La ex mandataria falleció ese mismo día, por dos disparos recibidos en la cabeza, según la información que proporcionó el Hospital General de Rawalpindi, donde fue llevada tras el atentado. El atacante, después de herirla, hizo estallar una carga explosiva que llevaba atada a su cuerpo, auto inmolándose. El presidente del país, el general Pervez Musharraf, “muy compungido” declaro tres días de luto nacional e hizo de inmediato un llamado al pueblo a la cordura y a la paz, ya que en ciudades como Islamabad, Karachi y Peshawar se multiplicaron los disturbios que fueron reprimidos por lo que las fuerzas paramilitares. Musharraf aseguró que el asesinato era obra de los terroristas y pidió el apoyo del pueblo: «Esta crueldad es el trabajo de los terroristas contra los que luchamos. No descansaremos hasta que nos hayamos deshecho de ellos; hasta que los erradiquemos», agregó «consternado» ¿Cuántos civiles: niños, mujeres y ancianos han muerto en los intentos de aniquilar a los terroristas?... Miles y miles…

¿Y qué sucede en otras partes del orbe? ¿Qué en Sudáfrica? Recientemente un periódico dio la noticia, que una niña de tan sólo tres años de edad, fue golpeada y violada ¡Sobrevivió! Al culpable se le concedió la libertad provisional. Es más, el gobierno sudafricano está pensando abolir la unidad de protección infantil, que es parte esencial del sistema judicial infantil. Existe en esas tierras un mito, según el cual, tener relaciones sexuales con una virgen, cura el SIDA. Cuánto más joven es la chica, «más efectiva es la cura». Esto ha generado una epidemia de abusos realizados por hombres infectados por el virus del SIDA, que para las inocentes niñas significa el contagio de la enfermedad. Muchas pequeñas han muerto por estos abusos abominables. Cuentan que en Cape Town, seis hombres abusaron de una niña de nueve meses, leyó usted bien: nueve meses, como puede tener su hijita o su nieta… o la mía. Esta situación está alcanzando dimensiones catastróficas...

            Y es en el mismo Continente africano en donde a las niñas, les mutilan los genitales externos ¿Por qué esta bárbara costumbre? Para que cuando ellas se casen, no puedan disfrutar su sexualidad… ellas son sólo el instrumento de placer para los hombres…

            ¿Cuántos de los feminicidios cometidos en nuestro Estado, en nuestro País, se han aclarado y castigado a los responsables? ¿Cuántas mujeres han sido ultrajadas en Juárez, en Monterrey, en el Distrito Federal…? ¿Su delito? Ser mujeres. Ser hijas. Ser madres. Ser abuelas. Ser trasmisoras de vida, de amor y de ternura a la humanidad entera ¿Su delito? Quizá el de algunas, haber parido monstruos, y no seres humanos. De la mayoría de esas mujeres asesinadas, sus criminales continúan en el anonimato.

Por las cuatro niñas que la vida me envió en forma de nietas, por las niñas que usted tiene en casa, por las que ni conoce ni conocerá jamás… por las 20,000 chiquitinas que mueren a diario en el mundo por hambre o por las enfermedades que de ella derivan, hagamos un mundo mejor, porque un recuerdo, un sepulcro, una flor blanca, una vela y una plegaria… no les devolverán jamás ni la risa, ni las esperanzas de ser y de vivir. Sencillamente no les darán vida, a su muerte trágica e inútil.

Mania Slodovska, la gran mujer polaca a quien el mundo conoció como Marie Curie y que obtuvo un  Premio Nobel de Física y uno de Química dijo: «No podemos hacer un mundo mejor sin hacer mejor a los individuos. Para este fin, cada uno de nosotros debe esforzarse por lograr el desenvolvimiento más elevado, aceptando a la vez, la parte de responsabilidad que le corresponde en la vida general de la  humanidad». No necesitamos que sea «el día de la mujer», aunque debieran ser todos los días del año, hagamos nuestras sus palabras. Felicidades a ti mujer, que lees estas líneas, felicidades ahora y siempre, por el solo hecho de haber nacido mujer.

                                                                                      Alicia Dorantes 

adorantesc@hotmail.com
 

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