En la foto: Jorge Hernández Utrera, al lado de Jaime Velázquez
RE- CONOCIMIENTO A UN POETA: JORGE HERNÁNDEZ UTRERA
Ivonne Moreno Uscanga
¿ Cómo se re-conoce a un poeta? Algunos dirán a través de
la lectura y divulgación de su discurso poético. Otros con su estudio, los
niveles académicos de ubicar la calidad
y el manejo del idioma en el cual el poeta escribe es importante para señalar
su estilo y aportaciones al mismo.
Pero ¿qué pasa cuando
ese poeta es cercano a nosotros? Luego entonces la amistad y el cariño
nos obligan a los aspectos señalados anteriormente.
Jorge Hernández Utrera es poeta y es nuestro amigo. A lo
largo de su quehacer gráfico, el hombre callado y diligente nos ha mostrado los
caminos del verso corto. Loas, haikús y los poemínimos se han declarado su fuerte.
Ayer
No
tuve tiempo
De
olvidarte
Hoy
Ya
es demasiado tarde
A través de líneas suspensivas, Nubes de espuma y
Palabras sin Tiempo, Jorge Hernández Utrera iguala al amor y sus
manifestaciones corpóreas, a Veracruz y sus trances culturales, a la naturaleza
y su condición de emergente contra la lucha de los embates tecnológicos.
Sé
que es invierno
Los
árboles
Lloran
hojas secas
Estos son parte de los nudos líricos de la poética de
Jorge, mística de una comunión entre su vasto silencio y su aguda construcción
de la palabra, asombro de prosodia cuando se lee en voz alta:
Hoy
no había pecado
Pero
al mirarte mi pensamiento hace
Que
esconda
Mi
primera piedra…
La poesía de Hernández Utrera nos permite acariciar esa
rica soledad al encontrarnos con sus versos. Solos y su discursos en verso
pulido y bien trazado a la intensidad, son periplos hacia ese tiempo sin
coordenadas…
Rodeado
de abismos
Tiendo
un puente
En
el cielo
Para
volar
Sin
alas….
En la métrica de Hernández Utrera hay profundidad,
característica de la poesía oriental, pulida en Occidente por la agudeza de
poetas como Juan José Tablada . El poeta veracruzano la mide de forma cuidadosa y rescata los sonidos de gotas de agua sobre el pasto después de
torrencial lluvia. Esa es la voluptuosidad de los versos cortos, persistentes e
intangibles de manera simultánea.
El verso corto se torna para Jorge, una obsesión, su
pequeña composición va más de un canto a
lo Chuang Tzu, es una caligrafía tropical:
Son
las palmeras
La
siesta de la tarde
Las
que abanican
La haikufilia es también puerta de seducción:
Abres
los ojos
Luz
en amaneceres
Despierta
lunas
Así hoy
re-conocemos a Jorge, por medio de
puntos suspensivos como señalara Juan Vicente Melo….porque así se llama él….te llamas tú…me llamo yo….
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