MICRORELATOS
LA OVEJA
NEGRA - AUGUSTO MONTERROSO
En un
lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada. Un siglo
después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy
bien en el parque. Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras
eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de
ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
UN SUEÑO
- JORGE LUIS BORGES
En un
desierto lugar del Irán hay una no muy alta torre de piedra, sin puerta ni
ventana. En la única habitación (cuyo piso es de tierra y que tiene la forma de
círculo) hay una mesa de maderas y un banco. En esa celda circular, un hombre
que se parece a mi escribe en caracteres que no comprendo un largo poema sobre
un hombre que en otra celda circular escribe un poema sobre un hombre que en otra
celda circular...El proceso no tiene fin y nadie podrá leer lo que los
prisioneros escriben.
EL POZO -
LUIS MATEO DÍEZ
Mi
hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de esas tragedias
familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia
numerosa. Veinte años después mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo
al que nadie jamás había vuelto a asomarse. En el caldero descubrió una pequeña
botella con un papel en el interior. "Este es un mundo como otro cualquiera",
decía el mensaje.
HABLABA Y
HABLAMA - MAX AUB
Hablaba,
y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba. Y venga
hablar. Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que
hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a
hablar. Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿Despedirla por
eso? Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz
de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo
de más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso,
sino de no hablar: se le reventaron las palabras por dentro.
CARTA DEL
ENAMORADO - JUAN JOSÉ MILLÁS
Hay
novelas que aun sin ser largas no logran comenzar de verdad hasta la página 50
o la 60. A algunas vidas les sucede lo mismo. Por eso no me he matado antes,
señor juez.
LA
MANZANA - ANA MARÍA SHUA
La flecha
disparada por la ballesta precisa de Guillermo Tell parte en dos la manzana que
está a punto de caer sobre la cabeza de Newton. Eva toma una mitad y le ofrece
la otra a su consorte para regocijo de la serpiente. Es así como nunca llega a
formularse la ley de gravedad.
EL
EMPERADOR DE CHINA - MARCO DENEVI
Cuando el
emperador Wu Ti murió en su vasto lecho, en lo más profundo del palacio
imperial, nadie se dio cuenta. Todos estaban demasiado ocupados en obedecer sus
órdenes. El único que lo supo fue Wang Mang, el primer ministro, hombre
ambicioso que aspiraba al trono. No dijo nada y ocultó el cadáver. Transcurrió
un año de increíble prosperidad para el imperio. Hasta que, por fin, Wang Mang
mostró al pueblo el esqueleto pelado, del difunto emperador. ¿Veis? -dijo -
Durante un año un muerto se sentó en el trono. Y quien realmente gobernó fui
yo. Merezco ser el emperador.
El
pueblo, complacido, lo sentó en el trono y luego lo mató, para que fuese tan
perfecto como su predecesor y la prosperidad del imperio continuase.
PADRE
NUESTRO QUE ESTÁS EN EL CIELO - JOSÉ LEANDRO URBINA
Mientras
el sargento interrogaba a su madre y su hermana, el capitán se llevó al niño,
de una mano, a la otra pieza...
- ¿Dónde
está tu padre? - preguntó
- Está en
el cielo - susurró él.
- ¿Cómo?
¿Ha muerto? - preguntó asombrado el capitán.
- No -
dijo el niño -. Todas las noches baja del cielo a comer con nosotros. El
capitán alzó la vista y descubrió la puertecilla que daba al entretecho.
AMENAZAS
- WILLIAM OSPINA
-Te
devoraré -dijo la pantera.
-Peor
para ti -dijo la espada.
ESTE TIPO
ES UNA MINA - LUISA VALENZUELA
No
sabemos si fue a causa de su corazón de oro, de su salud de hierro, de su temple
de acero o de sus cabellos de plata. El hecho es que finalmente lo expropió el
gobierno y lo está explotando. Como a todos nosotros.
(SIN TÍTULO) - GABRIEL JIMÉNEZ EMAN
Aquel
hombre era invisible, pero nadie se percató de ello.
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