LA QUEMA DE LIBROS
Desde el siglo III antes de nuestra era hasta la actualidad, la quema de libros ha sido utilizada repetidamente como una herramienta por parte de las autoridades tanto políticas como religiosas para suprimir opiniones discrepantes que son vistas como una amenaza para al status quo. Estas prácticas están vinculadas con el fanatismo ideológico y suelen acompañar a conflictos bélicos y revueltas.
Las quemas de libros suelen realizarse en público, sin embargo es común que esto provoque justamente lo contrario de lo que se busca y se de una gran publicidad a los libros que se quería hacer desaparecer, del mismo modo que cuando la iglesia recomienda a sus fieles no leer un libro, este se dispara en ventas. Es por este motivo que muchas quemas de libros también se han hecho en privado. Cuando los libros son retirados y almacenados en privado por las autoridades, puede no ser quema de libros literal, pero la destrucción del legado cultural e intelectual es la misma.
Este tipo de censura puede aplicarse no sólo a libros, también a cualquier forma de arte y de almacenamiento de cultura: dibujos, estatuas, grabaciones, páginas de internet. Y es que cuanto más y más variado se lee, más se piensa, algo que desde el poder con frecuencia se ha intentado impedir. (1)
Dice Fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro: En el siglo en que vivió Enrique de Villena apenas habría teólogo, que abriendo un libro donde hubiese algunas figuras geométricas, no las juzgase caracteres mágicos, y sin más examen le entregase al fuego... un francés, llamado Genest, viendo un manuscrito donde estaban explicados los Elementos de Euclides, por las figuras que tenía se imaginó que era de nigromancia, y al momento echó á correr despavorido, pensando que le acometían mil legiones de demonios, y fue tal el susto, que murió de él.
Dice Fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro: En el siglo en que vivió Enrique de Villena apenas habría teólogo, que abriendo un libro donde hubiese algunas figuras geométricas, no las juzgase caracteres mágicos, y sin más examen le entregase al fuego... un francés, llamado Genest, viendo un manuscrito donde estaban explicados los Elementos de Euclides, por las figuras que tenía se imaginó que era de nigromancia, y al momento echó á correr despavorido, pensando que le acometían mil legiones de demonios, y fue tal el susto, que murió de él.
LOS CHINOS A LA CABEZA
Una de las primeras quemas de libros de las que se tiene constancia fue realizada por el primer emperador de China, Qin Shi Huang, perteneciente a la dinastía Qin (221-206 aC). Fue el responsable de la unificación de China al absorber varios reinos colindantes al suyo. Tras la unificación se pasó de una organización feudal a un estado centralista, convirtiendo en estándares para toda China las costumbres e ideales de su anterior reino de Qin: se unificó la moneda, la escritura, el largo del eje de las ruedas para facilitar el transporte y también eliminó todas las fortificaciones que antes habían separado los reinos.
El miedo a una rebelión hizo que se requisaran todas las armas y se almacenaran en la capital. Su primer ministro Li Si sugirió eliminar la libertad de expresión y unificar el pensamiento y las opiniones políticas, justificándolo en que los intelectuales no estaban de acuerdo con el nuevo gobierno y podían resultar peligrosos.
Empezando en el año 213 aC, se quemaron por decreto imperial todas las obras de las Cien escuelas del pensamiento, que es como se conocían las distintas escuelas abiertas entre el 770 y el 221 aC. La única escuela que se salvó fue la que tenía el propio Li Si, una escuela de filosofía que enseñaba el legalismo, una corriente filosófica opuesta al confucianismo y que defendía los intereses de los terratenientes y del gobierno, con una visión materialista del mundo y que buscaba el fortalecimiento del monarca.
Los libros de historia existentes también fueron eliminados y desprestigiados. El propio Qin Shi Huang reescribió la historia. Cualquiera que discutirese lo que decían los nuevos libros sería condenado a muerte junto a su familia, si las autoridades competentes conocían y no denunciaban uno de estos casos también eran condenados y todos aquellos que no hubieran quemado los antiguos libros tras treinta días a partir del decreto serían enviados al norte como convictos para trabajar en la construcción de la gran muralla. Algunos intelectuales y estudiantes de las distintas escuelas que se opusieron a la quema fueron enterrados en vida, de ahi que se conozcan estos echos popularmente como la quema de libros y el entierro de eruditos. Las únicas obras indultadas fueron las de medicina, agricultura y adivinación.
La dinastía Qin duró pocos años y su precipitada caída se atribyó en parte a estas absurdas persecuciones. El gobierno de China quedó en manos de la dinastía Han (206 aC - 220 dC), con la que el confucianismo fue revivido y se convirtió en la ideología oficial del estado imperial. Por desgracia muchas de las otras escuelas de pensamiento ya habían desaparecido definitivamente.
Los conocidos guerreros de terracota, más de 7000 figuras a tamaño real encontrados en 1974 cerca de Xi'an, son parte del mausoleo de Qin Shi Huang.
(1) En México es muy común que el tiraje de algún diario o revista sea "adquirido" en su totalidad, si entre sus páginas viene algún escrito adverso al gobernante en turno. Tarea que se está volviendo casi inútil gracias a la Internet; cuando menos lo piensan los uni-compradores, ya el reportaje "en su contra" está en la web, además de aumentar el interés de la gente del porqué del "secuestro-express" de la información en papel.
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