Conjunción Kayak y Luna Llena
(Desde CEMAC)
(Desde CEMAC)
Óscar Viveros-Cancino
En esta ocasión, la cita fue a las 20 horas el viernes 28 de mayo 2010 en la playa "Destapador" adyacente a la playa la Bamba en Boca del Río. El objetivo: Remar en Kayak hacia la Isla de Sacrificios a la luz de la Luna Llena.
La noche tibia y callada de Veracruz anunciaba una remada incomparable. Únicamente había que esperar la conjunción de los elementos para que el evento se desarrollara de manera impecable. ¿Quienes fueron los elementos? Se preguntaran ustedes, hasta el momento de mi llegada no sabia quien exactamente pero poco a poco fueron llegando: Jimmy Andrik, Serafín, poco después Memo Gassós, casi al mismo tiempo Carla Zamora buscando a Liz Soto quien no tardó en encontrarnos, más tarde Ana Luisa Martínez y Enrique Rubalcaba; un total de 8 kayakeros en búsqueda de la conjunción lunar.
Sin embargo, un elemento muy importante estaba faltando. ¡Sí! como lo imaginan: La Luna Llena. Francamente no vi a qué hora se dibujó en el horizonte la redonda figura, pero a las 21 horas con 30 minutos ya estaba saludando, toda ruborizada por la tardanza y jugando a esconderse detrás de una nube.
Aproximadamente a las 21 horas con 45 minutos ya estábamos la Luna Llena, los Kayaks y nosotros el grupo de kayakeros listos para iniciar el recorrido. Previamente habíamos realizado una sesión de Tai-Chi a manera de ritual lunar con maestro de lujo: Otavio Josne Cecchetto, quien junto con Katia Leva nos deseo una salida exitosa.
El mar estaba tranquilo, aún así, el inicio siempre presenta dificultades, las cuales que no nos detuvieron; pasamos relativamente rápido el oleaje que se forma en la playa, inmediatamente nos encontramos mecidos por el mar, con la luna a la derecha iluminándonos con su fuerza amarillenta.
¿Quién piensa en estrés en esas condiciones? Nadie podía imaginar que apenas dos horas antes estábamos inmersos en la ciudad cuyas luces se alejaban a espaldas nuestras; el haz de luz se llevaba nuestras preocupaciones mientras remábamos.
Nos fuimos acercando a la Isla de Sacrificios, tratando de no dispersarnos, pasamos cerca de un yate. La Luna Llena quería ocultarse detrás de la Isla, pero no lo logró; de repente, el nivel bajó y nos encontramos en una zona de algas, quedamos en medio del agua anegada por la marea baja; a unos metros, el faro de la Isla ayudaba a la Luna a iluminarnos de manera intermitente.
Se escucharon y vieron borbotones que indicaban la presencia de peces grandes, pero la vista no alcanzó a distinguir gran cosa en esas condiciones. Los kayaks nos ayudaron a sortear los obstáculos que se presentaban. Fue un paisaje muy interesante el de esa noche, montículos de arena y piedra donde reposaban unas fragatas portuguesas iluminadas por el satélite natural. La sensación que se tiene en ese lugar es extraña.
Después de haber reconocido la zona de arrecifes, iniciamos el regreso a nuestro punto de partida. Ya nos había llevado aproximadamente 40 minutos llegar a la Isla y otro tanto apreciar el lugar, no sólo con la vista sino con todos los sentidos, todo en amena charla, platicando las peripecias de la semana que llegaba a su fin.
El regreso se llevo a cabo con paso constante, firme, nos dispersamos un poco más que a la salida pero llegamos con bien, no nos detuvimos; a la medianoche y acompañados de la Luna Llena tocamos tierra nuevamente.
La noche tibia y callada de Veracruz anunciaba una remada incomparable. Únicamente había que esperar la conjunción de los elementos para que el evento se desarrollara de manera impecable. ¿Quienes fueron los elementos? Se preguntaran ustedes, hasta el momento de mi llegada no sabia quien exactamente pero poco a poco fueron llegando: Jimmy Andrik, Serafín, poco después Memo Gassós, casi al mismo tiempo Carla Zamora buscando a Liz Soto quien no tardó en encontrarnos, más tarde Ana Luisa Martínez y Enrique Rubalcaba; un total de 8 kayakeros en búsqueda de la conjunción lunar.
Sin embargo, un elemento muy importante estaba faltando. ¡Sí! como lo imaginan: La Luna Llena. Francamente no vi a qué hora se dibujó en el horizonte la redonda figura, pero a las 21 horas con 30 minutos ya estaba saludando, toda ruborizada por la tardanza y jugando a esconderse detrás de una nube.
Aproximadamente a las 21 horas con 45 minutos ya estábamos la Luna Llena, los Kayaks y nosotros el grupo de kayakeros listos para iniciar el recorrido. Previamente habíamos realizado una sesión de Tai-Chi a manera de ritual lunar con maestro de lujo: Otavio Josne Cecchetto, quien junto con Katia Leva nos deseo una salida exitosa.
El mar estaba tranquilo, aún así, el inicio siempre presenta dificultades, las cuales que no nos detuvieron; pasamos relativamente rápido el oleaje que se forma en la playa, inmediatamente nos encontramos mecidos por el mar, con la luna a la derecha iluminándonos con su fuerza amarillenta.
¿Quién piensa en estrés en esas condiciones? Nadie podía imaginar que apenas dos horas antes estábamos inmersos en la ciudad cuyas luces se alejaban a espaldas nuestras; el haz de luz se llevaba nuestras preocupaciones mientras remábamos.
Nos fuimos acercando a la Isla de Sacrificios, tratando de no dispersarnos, pasamos cerca de un yate. La Luna Llena quería ocultarse detrás de la Isla, pero no lo logró; de repente, el nivel bajó y nos encontramos en una zona de algas, quedamos en medio del agua anegada por la marea baja; a unos metros, el faro de la Isla ayudaba a la Luna a iluminarnos de manera intermitente.
Se escucharon y vieron borbotones que indicaban la presencia de peces grandes, pero la vista no alcanzó a distinguir gran cosa en esas condiciones. Los kayaks nos ayudaron a sortear los obstáculos que se presentaban. Fue un paisaje muy interesante el de esa noche, montículos de arena y piedra donde reposaban unas fragatas portuguesas iluminadas por el satélite natural. La sensación que se tiene en ese lugar es extraña.
Después de haber reconocido la zona de arrecifes, iniciamos el regreso a nuestro punto de partida. Ya nos había llevado aproximadamente 40 minutos llegar a la Isla y otro tanto apreciar el lugar, no sólo con la vista sino con todos los sentidos, todo en amena charla, platicando las peripecias de la semana que llegaba a su fin.
El regreso se llevo a cabo con paso constante, firme, nos dispersamos un poco más que a la salida pero llegamos con bien, no nos detuvimos; a la medianoche y acompañados de la Luna Llena tocamos tierra nuevamente.
¡Ah! que bonito es remar! a las doce de la noche.
A las doce de la noche, ¡Ah! que bonito es remar!
Finalmente, cargamos los kayaks en sus lugares y emprendimos el regreso a casa cansados pero satisfechos de haber logrado el objetivo planteado: La conjunción Luna Llena y Kayak.
Saludos desde Veracruz,
Oscar Viveros-Cancino
Pd.- Para mayores informes sobre las actividades deportivas del Cemac en la pagina web del club: www.cemac.org.mx/Veracruz
1 comentario:
Hola Oscar
Gracias por compartir estos paseos que no hace apreciar lo bello de Veracruz, y nos invita a integrarnos a grupos como el CEMAC.
Saludos
Publicar un comentario