LA PAJARITA DE PAPEL
Lilia Ramírez
La niñez se identifica con el juego, con los colores, con lápices largos o cortos, con goma o sin ella, mordidos o no, con la olorosa plastilina, tiernos y significativos dibujos, tijeras, pegamento y… papel. Es fácil afirmar que la clave de los pasatiempos de los niños ha sido, es y seguirá siendo, el papel. Los siguientes versos de mi autoría, los publiqué en el año 2003: Abandonados por sus capitanes/ barquitos de papel inundados/ se ahogan en amazonas/ de chocolate. Quién no ha tenido un tiíto o tiíta (como dicen en España a los tíos de sangre), unos abuelos o primos mayores, que no les hayan enseñado a construir un pequeño barco, un avión de papel plegado, o un sencillo abanico cuando hace calor. Son las figuras convencionales. Pero con las simples hojas de papel pueden obtenerse múltiples y fantásticas figuras de animales que van desde conejos, ranas, mariposas, ballenas y grullas, hasta dragones y serpientes; o distintos cuerpos geométricos (incluso a veces, poliedros).
Japón es el país donde se originó el arte de plegar el ligero papel de arroz. Tal ciencia es conocida como origami de "oru" (plegar) y "gami" que designa al papel, la cual fue introducida por los árabes durante la invasión que hicieron estos a España en el siglo VIII, pero como lo que se utilizaba entonces para escribir en la Europa Medieval eran láminas de papiro, que es un material bastante tosco, al principio no tuvo mucha acogida. Los árabes la aprendieron de los prisioneros chinos que trasladaban a la ciudad de Samarcanda, ciudad rusa localizada en la ruta de la seda entre China y Europa, en el año 751. De los prisioneros aprendieron a hacer y a doblar papel, inicialmente figuras clásicas simples, como animales.
Fue el escritor y filósofo español Miguel de Unamuno y Jugo (Bilbao, 1864 - Salamanca, 1936) quien en la década de 1930 impulsó este arte en España y en América del Sur, lugar donde tuvo mayor aceptación y que hasta la fecha, tiene muchos seguidores. Es más, se puede decir que es el padre de la papiroflexia hispanoamericana pues, al igual que en España, la papiroflexia tenía hasta entonces muy poca relevancia en nuestro continente. No era extraño ver a Unamuno en algún café plegando cuartillas o servilletas de papel y regalando después las papirolas, que es como se llaman estas figuras, a quienes se las solicitaban. Tal destreza alcanzó, que inventó un modelo de pajarita de papel, con el que lo pintó José Gutiérrez Solana (Madrid, 1886 - 1945) en un conocido retrato. Incluso escribió una pequeña obra sobre esta ciencia que tituló Apuntes para un tratado de cocotología. Porque el arte de construir pajaritas de papel se conoce también con ese curioso nombre, cocotología, una palabra que viene del francés cocotte -gallina, ave, pajarita-, en lenguaje infantil y coloquial.
La gran particularidad del origami, papiroflexia o cocotología, es que no utiliza tijeras ni pegamento o grapas, tan sólo el papel y las manos. Esta situación, le da un gran potencial, una capacidad enorme de ejecución, pues hasta con un boleto de camión, uno puede entretenerse plegando y plegando hasta obtener una linda figura. Actualmente se define como un arte educativo por medio del cual niños, jóvenes, adultos y adultos mayores son susceptibles de desarrollar una expresión intelectual de una manera artística o viceversa. La esencia pedagógica de esta disciplina radica en las áreas motriz y cognoscitiva del individuo, pues fomenta la destreza de los dedos y enfoca la atención a la secuencia de dobleces, así como a la creatividad de quienes al plegar papeles, dan nacimiento a innumerables figuras tanto del contexto cotidiano, como de la fantasía. Se requiere de memoria, imaginación y un pensamiento creativo. La ciencia del origami se conecta con otras asignaturas, pero su mayor contacto es con las ciencias de la geometría y con la matemática, tanto por su infinitud como por que se pueden resolver teoremas y ecuaciones doblando papel. Para transformar el papel en formas de distintos tamaños y formas, se parte de una base inicial cuadrada o rectangular.
Otra forma de arte con papel son el kirigami y el makigami, diferentes al origami. El kirigami de “kiru” (cortar) y “gami” (papel), es el arte y la técnica de cortar el papel dibujando con las tijeras. Se diferencia de los "recortables" en que estos necesitan de un trazo o dibujo previo, y en el kirigami las figuras se hacen directamente con las tijeras.
El makigami es el arte y técnica de trabajar el papel para rasgar, unir, doblar y arrugar, únicamente con las manos. Podemos entenderla como "kirigami con las manos". Este mes de abril abre las posibilidades de regresar a los juegos en familia reciclando hojas de papel, le recomiendo visitar:
http://www.dibujosparapintar.com/manualidades_pap_mariposa.html#
Lilia Ramírez
La niñez se identifica con el juego, con los colores, con lápices largos o cortos, con goma o sin ella, mordidos o no, con la olorosa plastilina, tiernos y significativos dibujos, tijeras, pegamento y… papel. Es fácil afirmar que la clave de los pasatiempos de los niños ha sido, es y seguirá siendo, el papel. Los siguientes versos de mi autoría, los publiqué en el año 2003: Abandonados por sus capitanes/ barquitos de papel inundados/ se ahogan en amazonas/ de chocolate. Quién no ha tenido un tiíto o tiíta (como dicen en España a los tíos de sangre), unos abuelos o primos mayores, que no les hayan enseñado a construir un pequeño barco, un avión de papel plegado, o un sencillo abanico cuando hace calor. Son las figuras convencionales. Pero con las simples hojas de papel pueden obtenerse múltiples y fantásticas figuras de animales que van desde conejos, ranas, mariposas, ballenas y grullas, hasta dragones y serpientes; o distintos cuerpos geométricos (incluso a veces, poliedros).
Japón es el país donde se originó el arte de plegar el ligero papel de arroz. Tal ciencia es conocida como origami de "oru" (plegar) y "gami" que designa al papel, la cual fue introducida por los árabes durante la invasión que hicieron estos a España en el siglo VIII, pero como lo que se utilizaba entonces para escribir en la Europa Medieval eran láminas de papiro, que es un material bastante tosco, al principio no tuvo mucha acogida. Los árabes la aprendieron de los prisioneros chinos que trasladaban a la ciudad de Samarcanda, ciudad rusa localizada en la ruta de la seda entre China y Europa, en el año 751. De los prisioneros aprendieron a hacer y a doblar papel, inicialmente figuras clásicas simples, como animales.
Fue el escritor y filósofo español Miguel de Unamuno y Jugo (Bilbao, 1864 - Salamanca, 1936) quien en la década de 1930 impulsó este arte en España y en América del Sur, lugar donde tuvo mayor aceptación y que hasta la fecha, tiene muchos seguidores. Es más, se puede decir que es el padre de la papiroflexia hispanoamericana pues, al igual que en España, la papiroflexia tenía hasta entonces muy poca relevancia en nuestro continente. No era extraño ver a Unamuno en algún café plegando cuartillas o servilletas de papel y regalando después las papirolas, que es como se llaman estas figuras, a quienes se las solicitaban. Tal destreza alcanzó, que inventó un modelo de pajarita de papel, con el que lo pintó José Gutiérrez Solana (Madrid, 1886 - 1945) en un conocido retrato. Incluso escribió una pequeña obra sobre esta ciencia que tituló Apuntes para un tratado de cocotología. Porque el arte de construir pajaritas de papel se conoce también con ese curioso nombre, cocotología, una palabra que viene del francés cocotte -gallina, ave, pajarita-, en lenguaje infantil y coloquial.
La gran particularidad del origami, papiroflexia o cocotología, es que no utiliza tijeras ni pegamento o grapas, tan sólo el papel y las manos. Esta situación, le da un gran potencial, una capacidad enorme de ejecución, pues hasta con un boleto de camión, uno puede entretenerse plegando y plegando hasta obtener una linda figura. Actualmente se define como un arte educativo por medio del cual niños, jóvenes, adultos y adultos mayores son susceptibles de desarrollar una expresión intelectual de una manera artística o viceversa. La esencia pedagógica de esta disciplina radica en las áreas motriz y cognoscitiva del individuo, pues fomenta la destreza de los dedos y enfoca la atención a la secuencia de dobleces, así como a la creatividad de quienes al plegar papeles, dan nacimiento a innumerables figuras tanto del contexto cotidiano, como de la fantasía. Se requiere de memoria, imaginación y un pensamiento creativo. La ciencia del origami se conecta con otras asignaturas, pero su mayor contacto es con las ciencias de la geometría y con la matemática, tanto por su infinitud como por que se pueden resolver teoremas y ecuaciones doblando papel. Para transformar el papel en formas de distintos tamaños y formas, se parte de una base inicial cuadrada o rectangular.
Otra forma de arte con papel son el kirigami y el makigami, diferentes al origami. El kirigami de “kiru” (cortar) y “gami” (papel), es el arte y la técnica de cortar el papel dibujando con las tijeras. Se diferencia de los "recortables" en que estos necesitan de un trazo o dibujo previo, y en el kirigami las figuras se hacen directamente con las tijeras.
El makigami es el arte y técnica de trabajar el papel para rasgar, unir, doblar y arrugar, únicamente con las manos. Podemos entenderla como "kirigami con las manos". Este mes de abril abre las posibilidades de regresar a los juegos en familia reciclando hojas de papel, le recomiendo visitar:
http://www.dibujosparapintar.com/manualidades_pap_mariposa.html#
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