Aquel día…
El trabajo del artista es profundizar
siempre el misterio.
Sir. Francis Bacon
Cuando
sonó el timbre y salí a la puerta, el hombre se había marchado. Debía de tener
prisa o no interesarle el contenido de la carta. Sólo alcancé a verlo, al dar
la vuelta a la esquina. Vestía un pantalón azul marino, camisa de color azul
claro y una cachucha descolorida, que le protegía la cara del sol otoñal.
Abrir la carta fue una sorpresa por demás
desagradable. Me anunciaba el fallecimiento de mi buen amigo Sergio Peregrina.
Como suele suceder en esos momentos, la memoria inconsciente caminó hacia
tiempos lejanos y me recordó algunas de las charlas, que le escuché al maestro.
Recordé un festival de títeres y titiriteros que hubo en el IVEC, en donde
comenzó por definir a los títeres. Dijo: «Quizá la definición más sencilla y a
la vez, más completa de títere, sea la propuesta por el argentino Ariel Bufano:
«Se trata de cualquier objeto movido en función dramática». En esta
aseveración, los conceptos de objeto y movimiento se complementan con el
sentido dramático de la acción: el objeto no debe moverse por moverse, sino con
el propósito de adquirir un significado; debe ser un personaje dentro de un
conflicto y cumplir una función dramática.»
Continuó diciendo: «Bil Baird definió al títere como
«una figura inanimada que se hace mover por medio del esfuerzo humano ante un
público, y agregó: «la necesidad del espectador; su afirmación apunta más bien
hacia el teatro de títeres, que como todo arte, comunica ideas, emociones y
sentimientos y no olvida que toda comunicación carece de sentido sin la
presencia de un receptor.»
«En ambas definiciones salta a la vista un
denominador común: el primer requisito de un títere es que se mueva. Estos
conceptos los he tomado prestados, del libro de Freddy Artiles: «Títeres:
historia, teoría y tradición.» Y concluyó su charla: «Hoy día, para fortuna de
grandes y pequeños, los títeres viven un nuevo boom. En general en este espectáculo teatral, los actores son
muñecos manipulados por seres humanos. Con la voz que les caracteriza, empírica
o apasionada, puedo decir que existen muchos y muy diversos tipos de títeres,
sólo por citar: los muñecos de sombras, los guiñoles de mano, o de varilla, las
marionetas, los muñecos orientales, los títeres de guante, etc.». Luego, la voz
de Sergio Peregrina se fue perdiendo lentamente entre los ruidos del presente y
los silencios del pasado.
Gracias Maestro, por haber hecho infancias felices,
entre ellas las de mis nietas, sus fans.
Recuerdo cuando presentó «El hombre y el mar», obra basada en la escrita por
Ernest Hemminguay «El viejo y el mar» allá en el Cevart…
Al inicio, llamó a todos lo pequeñines para que ocuparan los primeros lugares:
justo en el suelo, y al terminar, les presentó a los personajes de la obra: el
viejo, su bote, el mar azul e inmenso, el pez pescado… y el horrendo y fiero
tiburón.
Gracias, Maestro: donde Usted esté, sepa que se ha
llevado los corazones de muchos de nuestros niños veracruzanos. El hueco que
deja su ausencia, será difícil de llenar. Ojalá hubiera más «Dragones rojos»…
le aseguro que el mundo violento que hoy vivimos… estaría mejor…
Alicia Dorantes
26-XI-2012
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