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miércoles, diciembre 05, 2012

Isabel Lorenzo: Y yo tan sola


 
Y YO TAN SOLA
Isabel Lorenzo
 

 Llevaba en la mano el sobre que, un hombre vestido con camisa azul había dejado días antes por debajo de su puerta. Seguía sin encontrar una lógica, Dentro de él estaba  una fotografía de un lugar   conocido de la infancia,  en ella el hijo muerto hacía unos años en trágicas circunstancias, pero más embarnecido, más maduro, diría que se la habían tomado hacía poco. El autobús arranco envolviéndolas en una nube de polvo. En el camino boscoso,  una muralla de piedra  rompía el paisaje; al frente la reja,  desde donde se veía  la  casa de paterna. La acompañaba Juana, la hija todavía adolescente. Juana, su compañerita siempre invisible. 

El timbre tocó con intensidad.  Una mujer joven y colorada salió hasta la reja.  

-         Dígale a don Juan que llegó su hermana.  

Y el hombre que parecía esperarla salió a abrirle.-          

-         Pásenle , caminando con energía impropia de su edad, las adentro hasta la sala. 

-         Ya sabes porque estamos aquí, verdad. Fuiste tú, dijo. Tú el que dejaste esta foto en la casa. Confiésalo, no te reconocí  ese día porque ya estabas lejos cuando abrí la puerta ; pero ahora me doy cuenta.

El hombre agacho la cabeza. Ella seguía mientras que las venas del cuello se le saltaban. 

-¿De qué se trata esto? dijo haciendo a un lado el intento de saludo del hombre  que incómodo lo desvió hacia la jovencita. ¿Es cierto que esta mi hijo está vivo? ¿Qué tienes que ver con ello?  Como puede ser, nosotros  estuvimos  en su entierro. ¿No es aquí- dijo señalando la foto- donde nos dijiste que se había ahogado? Te das cuenta del dolor que has causado innecesariamente. 

- Esperaré a  que te calmes y entonces podremos hablar. Ahora estas muy excitada. Sí,  fui yo quien te hizo llegar la foto. No quise hablarte porque no me hubieras recibido, llevamos tiempo muy distanciados, justo desde la muerte de Marcos. 

-         Por eso me parece tan inverosímil todo esto.
 
-         Yo sabía que ibas a reconocer el lugar y que eso te daría un tiempo para que fueras asimilando

qué Marcos está vivo. 

-         Explícate, por qué permitiste mis insultos, porque no te defendiste cuando te culpé. ¿ Ésta es otra de tus grandes ideas?  

-         Ya…tranquilízate mujer, yo necesito que estés calmada para que pueda llamarlo y el mismo te lo explique. Por mi no te preocupes,  mi interés fue siempre apoyar a tu hijo que lo necesitaba porque tú estabas demasiado ofuscada para escucharlo y tu Juana, espero que puedas perdonarme también, se lo terrible que fue quedarte sola; pero gracias a tu existencia  acepte ayudar a Marcos. Nunca hubiera permitido que tu madre  padeciera por ello de no saber que tú ibas a estar a su lado;  ahora que el peligro ya pasó supe que era el momento de hablar con ustedes  y ponerlas en conocimiento de todo lo que sucedió. 

-         Por favor, si  Marcos esta por aquí queremos verlo. Abrazarlo… Nunca pude superar su muerte. El extraño testamento en el que te dejaba todos sus bienes como si me estuviera castigando.  El cambio que tuvo mi esposo cuando me supo sola y porque no decirlo arruinada… Un infierno ha sido todo, un infierno. 

Tras la rústica puerta de cedro apareció la figura de un hombre alto, joven,  atravesaba su mejilla una cicatriz. Corrió hacia él y lo abrazó, pero seguido lo golpeó en el pecho y comenzó a llorar convulsivamente. 

-         ¿Pero por qué hijo? ¿Por qué me hiciste esto?  ¡Mírate, tan fuerte y tan grande! ¡Cuánto te he llorado! 

-         Ven vamos a sentarnos, ven tu también Juana. Sentemos nos aquí en el corredor. Venga tío, no se quede ahí.-          

Todo empezó desde muy atrás ma, cuando te casaste con  Don señor. Apenas tenía yo trece años y ya me daba cuenta de todo lo que pasaba, pero cuando te preguntaba me decías que tu también tenias derecho a ser feliz.  La verdad no entendía tu forma de ser feliz. Tuve que hacerme a la idea de convivir con él sabiendo que no era un ejemplo de bondad precisamente, tan diferente a papá. Mi refugio era venir aquí, al rancho a trabajar con el tío. No soportaba los malos tratos que te daba y que aceptabas como si fuera normal.

-         Si ya lo sé.  Era un descanso cuando te venias y dejaba de oírlos pelear. Siempre fuiste demasiado celoso.-          
 
-         No, no eran celos, no soportaba verlo gastar tu dinero, los coches, el juego,  las mujeres. ¡Mamá, en diez años se acabo tu herencia! La herencia de mi padre que tanto trabajo le había costado. Pero lo peor no fue eso.  Yo descubrí muchas cosas,  la clase de gente que metía en la casa cuando hacia las timbas de juego y que curiosamente tú no te enterabas, los abusos de confianza, el acoso para todas las mujeres que trabajaban con nosotros y que no te decía, porque entendí que tú lo soslayabas, te hacías de la vista gorda para no enfrentarlo.  

-         Te entiendo, hijo pero él no era así al principio. Cuando me quede viuda el me ayudo mucho, hijo, fue un gran apoyo para mí. Yo no sabía nada de negocios. Tenía dos hijos uno de trece  y una de dos. Entiéndeme. En la casa hasta las compras las hacia tu padre, yo nunca supe moverme sola es difícil de entender para una persona que se mueve sola desde chica, pero el miedo al exterior te paraliza y aceptas muchas cosas, porque además las llegas a creer normales. 

-         Ay mamá, a lo único que te ayudó fue a quedarte viuda.

-         Hijo, qué cosas dices, tú eras muy pequeño, en que te basas para semejante acusación. 

-         La verdad es que papá descubrió que su contador tenía deudas de juego muy grandes y que tomaba prestado de la caja;  quiso deshacer su sociedad. Había perdido la confianza en él. No se como, pero el mismo me lo confesó el día que me hizo esta marca, dijo tocándose la cara- me lo dijo. “Ándate con cuidado porque por menos maté a tu padre y lo mismo le puede pasar a tu madre.” No podía contar contigo mamá. No me lo hubiera creídos, pero ese hombre hablaba en serio y me dijo que yo sería el siguiente si no me disciplinaba, que necesitaba mi herencia porque tú capital estaba muy menguado y si no se daba por las buenas lo tendría por las malas. Tuve miedo, por eso, esa misma noche me vine a trabajar con el tío y fingimos mi muerte. Primero hicimos el testamento a favor de él, porque una vez muerto yo,  también te lo quitaría todo. Por eso mismo se pudo una pensión para que nada te faltara que solo Juana podía cobrar. ¿Entiendes todo? 

-         ¿Pero el cadáver? Yo te vi muerto. 

-         Tuve que arriesgarme,  coincidió que uno de los mozos murió  ahogado en la presa, fue su cuerpo el que estuvo en mi lugar y con el maquillaje y la disculpa del ahogamiento todo hinchado,  la verdad es que no fue más que unos minutos lo que se levantó la tapa y mi tío le pidió a Juana que solo ella y tú me vieran a través del cristal, gracias también a que te pidió que no trajeras a ese hombre no hubo mayor problema. Ya después se incineró y no quedó ningún rastro.  

-         Lo recuerdo bien. Realmente no pude reconocerte pero no me quedaron dudas de que fueras tú. Estaba muy impactada.  Siempre pensé que tu tío alimentaba tu rencor hacia él, Que él era más culpable porque tu al fin y al cabo eras un joven. Mucho tiempo pensé que si no te hubiera permitido venir y estar aquí, no te habría pasado nada. Me fue muy difícil entender. Lo siento, hijo, si lo hubiera sabido….Hijo; dijo la mujer bajando la voz.-  No habrás tenido nada que ver con la muerte de… 

-          ¿De ese hombre? ¡No claro que no! No te voy a decir que no me alegra que esté muerto, pero no tuvimos nada que ver. Lo cierto es que hace unos meses se le ocurrió venir por aquí para amedrentar a mi tío y que te devolviera el rancho que según él te correspondía. No me vio pero yo si lo vi. Había pedido dinero prestado porque apostó a los caballos lo que no tenía. Aquel día que vino se dio cuenta de que a mi tío no podía amedrentarlo y no podía vender el rancho que era más complicado de lo que pensaba, mi tío no guarda las escrituras aquí. Después, ya lo sabes tú, apareció muerto con un mensaje en el pecho…No mamá no te preocupes yo nunca me hubiera vengado de esa forma, se que la deshonra sería peor que la muerte, porque te alcanzaría a ti también. Cuando nos enteramos de su muerte  lo hablamos  y  te mandamos la foto. Como comprenderás por ahora, no puedes decir que estoy vivo, yo tomé el nombre de la persona que enterramos, su mujer vive aquí ayudando en los quehaceres a l tío y no le falta nada, a cambio se le está dando carrera a su hijo y un buen dinero.  En estas  latitudes alejado de todo estoy bien. Salgo de vez en cuando pero bien. He descubierto muchas cosas que ignoraba. La gente me respeta y los dos años de veterinaria me han servido mucho porque he podido ayudarlos a combatir la pobreza y tenemos muchos proyectos  que los va ayudar. Desde aquí te seguiré mandando para que nada te falte y cuando quieran, pues saben que son bien recibidas.  

-         Ramón, dijo la mujer. Quiero darte las gracias por todo lo que has hecho por mi hijo. Perdona mi  forma de actuar. Nunca entendí que yo estaba mal, pensé que era rebeldía sin más. Y sí, a lo mejor no debí de pasar algunas cosas, pero siempre fui una mujer ignorante y dependiente como ya saben ustedes y cuando el socio de mi marido me propuso matrimonio, pensé que era la mejor opción, un hombre que conocía de mucho tiempo, que siempre había sido respetuoso con nosotros. Después cambio; y cambio mucho. Sobre todo cuando murió Marcos. Entonces hasta golpes tuve que soportar….Fue un infierno… un verdadero infierno.

 

-          

-Lo sabemos pero no había forma de rescatarte, sólo tendrías que haberlo dicho y se habría podido. Pero estabas enojada por la muerte de tu hijo, como si yo hubiera sido el culpable. No creas que no te entiendo, aunque siempre me dolió tu actitud, nunca te guardé rencor es bueno que sepan que son mi única familia y que por ustedes haría lo que fuera. Tú siempre fuiste mi hermana mayor y me diste cobijo; no olvido que gracias a Marcos (tu marido) que rescató este rancho de los bancos pude yo seguir trabajando aquí y hacerme un hombre de bien cuando murieron nuestros padres.  Respecto al rancho y  las propiedades que están a mi nombre, una vez que se arregle la situación de Marcos volverán a su cargo. Pero todavía hay que hablarlo ponerse de acuerdo en lo que se va a declarar para que recupere su personalidad. 

-¿Y tu Juana, no dices nada? 

-En la cara de la muchacha apareció una sonrisa. No mamá.  Lo descubrí hace tiempo, un día que me vine de escapada con los amigos de la universidad y Marcos estaba en el Salto del Agua, ahí fue donde tomé la foto. Me explicó y entendí,  no quise dejarte sola. Me prometí, que a no ser que se metiera conmigo, aguantaría por ti.  Marcos y el tío siempre estuvieron al pendiente de nuestras necesidades, y no se le ocurrió otra salida mejor, de haber seguido puede que hubiera pasado una desgracia mayor. 

Se hizo un silencio denso, la mujer sonrió mientras le resbalaba una lágrima por la mejilla.

-          Y yo tan sola

 

 

 

 

 

 

   

 

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