Y YO TAN SOLA
Isabel Lorenzo
Llevaba en la
mano el sobre que, un hombre vestido con camisa azul había dejado días antes
por debajo de su puerta. Seguía sin encontrar una lógica, Dentro de él
estaba una fotografía de un lugar conocido de la infancia, en ella el hijo muerto hacía unos años en
trágicas circunstancias, pero más embarnecido, más maduro, diría que se la
habían tomado hacía poco. El autobús arranco envolviéndolas en una nube de
polvo. En el camino boscoso, una muralla
de piedra rompía el paisaje; al frente
la reja, desde donde se veía la casa
de paterna. La acompañaba Juana, la hija todavía adolescente. Juana, su
compañerita siempre invisible.
El timbre tocó con intensidad. Una mujer joven y colorada salió hasta la
reja.
-
Dígale a don Juan que llegó su hermana.
Y el hombre que parecía esperarla salió
a abrirle.-
-
Pásenle , caminando con energía impropia de su edad, las
adentro hasta la sala.
-
Ya sabes porque estamos aquí, verdad. Fuiste tú, dijo.
Tú el que dejaste esta foto en la casa. Confiésalo, no te reconocí ese día porque ya estabas lejos cuando abrí
la puerta ; pero ahora me doy cuenta.
El hombre agacho la cabeza. Ella seguía mientras que
las venas del cuello se le saltaban.
-¿De qué se trata esto? dijo haciendo a un lado el
intento de saludo del hombre que incómodo
lo desvió hacia la jovencita. ¿Es cierto que esta mi hijo está vivo? ¿Qué
tienes que ver con ello? Como puede ser,
nosotros estuvimos en su entierro. ¿No es aquí- dijo señalando la
foto- donde nos dijiste que se había ahogado? Te das cuenta del dolor que has
causado innecesariamente.
- Esperaré a que te calmes y entonces podremos hablar.
Ahora estas muy excitada. Sí, fui yo
quien te hizo llegar la foto. No quise hablarte porque no me hubieras recibido,
llevamos tiempo muy distanciados, justo desde la muerte de Marcos.
-
Por eso me parece tan inverosímil todo esto.
-
Yo sabía que ibas a reconocer el lugar y que eso te
daría un tiempo para que fueras asimilando
qué Marcos está vivo.
-
Explícate, por qué permitiste mis insultos, porque no
te defendiste cuando te culpé. ¿ Ésta es otra de tus grandes ideas?
-
Ya…tranquilízate mujer, yo necesito que estés calmada
para que pueda llamarlo y el mismo te lo explique. Por mi no te preocupes, mi interés fue siempre apoyar a tu hijo que lo
necesitaba porque tú estabas demasiado ofuscada para escucharlo y tu Juana,
espero que puedas perdonarme también, se lo terrible que fue quedarte sola;
pero gracias a tu existencia acepte
ayudar a Marcos. Nunca hubiera permitido que tu madre padeciera por ello de no saber que tú ibas a
estar a su lado; ahora que el peligro ya
pasó supe que era el momento de hablar con ustedes y ponerlas en conocimiento de todo lo que
sucedió.
-
Por favor, si
Marcos esta por aquí queremos verlo. Abrazarlo… Nunca pude superar su
muerte. El extraño testamento en el que te dejaba todos sus bienes como si me
estuviera castigando. El cambio que tuvo
mi esposo cuando me supo sola y porque no decirlo arruinada… Un infierno ha
sido todo, un infierno.
Tras la rústica puerta de cedro apareció la figura de
un hombre alto, joven, atravesaba su
mejilla una cicatriz. Corrió hacia él y lo abrazó, pero seguido lo golpeó en el
pecho y comenzó a llorar convulsivamente.
-
¿Pero por qué hijo? ¿Por qué me hiciste esto? ¡Mírate, tan fuerte y tan grande! ¡Cuánto te
he llorado!
-
Ven vamos a sentarnos, ven tu también Juana. Sentemos
nos aquí en el corredor. Venga tío, no se quede ahí.-
Todo empezó desde muy atrás ma, cuando te casaste con Don señor. Apenas tenía yo trece años y ya me
daba cuenta de todo lo que pasaba, pero cuando te preguntaba me decías que tu
también tenias derecho a ser feliz. La
verdad no entendía tu forma de ser feliz. Tuve que hacerme a la idea de
convivir con él sabiendo que no era un ejemplo de bondad precisamente, tan
diferente a papá. Mi refugio era venir aquí, al rancho a trabajar con el tío.
No soportaba los malos tratos que te daba y que aceptabas como si fuera normal.
-
Si ya lo sé.
Era un descanso cuando te venias y dejaba de oírlos pelear. Siempre
fuiste demasiado celoso.-
-
No, no eran celos, no soportaba verlo gastar tu
dinero, los coches, el juego, las
mujeres. ¡Mamá, en diez años se acabo tu herencia! La herencia de mi padre que
tanto trabajo le había costado. Pero lo peor no fue eso. Yo descubrí muchas cosas, la clase de gente que metía en la casa cuando
hacia las timbas de juego y que curiosamente tú no te enterabas, los abusos de
confianza, el acoso para todas las mujeres que trabajaban con nosotros y que no
te decía, porque entendí que tú lo soslayabas, te hacías de la vista gorda para
no enfrentarlo.
-
Te entiendo, hijo pero él no era así al principio.
Cuando me quede viuda el me ayudo mucho, hijo, fue un gran apoyo para mí. Yo no
sabía nada de negocios. Tenía dos hijos uno de trece y una de dos. Entiéndeme. En la casa hasta
las compras las hacia tu padre, yo nunca supe moverme sola es difícil de
entender para una persona que se mueve sola desde chica, pero el miedo al
exterior te paraliza y aceptas muchas cosas, porque además las llegas a creer
normales.
-
Ay mamá, a lo único que te ayudó fue a quedarte viuda.
-
Hijo, qué cosas dices, tú eras muy pequeño, en que te
basas para semejante acusación.
-
La verdad es que papá descubrió que su contador tenía
deudas de juego muy grandes y que tomaba prestado de la caja; quiso deshacer su sociedad. Había perdido la
confianza en él. No se como, pero el mismo me lo confesó el día que me hizo
esta marca, dijo tocándose la cara- me lo dijo. “Ándate con cuidado porque por
menos maté a tu padre y lo mismo le puede pasar a tu madre.” No podía contar
contigo mamá. No me lo hubiera creídos, pero ese hombre hablaba en serio y me
dijo que yo sería el siguiente si no me disciplinaba, que necesitaba mi
herencia porque tú capital estaba muy menguado y si no se daba por las buenas
lo tendría por las malas. Tuve miedo, por eso, esa misma noche me vine a
trabajar con el tío y fingimos mi muerte. Primero hicimos el testamento a favor
de él, porque una vez muerto yo, también
te lo quitaría todo. Por eso mismo se pudo una pensión para que nada te faltara
que solo Juana podía cobrar. ¿Entiendes todo?
-
¿Pero el cadáver? Yo te vi muerto.
-
Tuve que arriesgarme,
coincidió que uno de los mozos murió
ahogado en la presa, fue su cuerpo el que estuvo en mi lugar y con el
maquillaje y la disculpa del ahogamiento todo hinchado, la verdad es que no fue más que unos minutos
lo que se levantó la tapa y mi tío le pidió a Juana que solo ella y tú me
vieran a través del cristal, gracias también a que te pidió que no trajeras a
ese hombre no hubo mayor problema. Ya después se incineró y no quedó ningún
rastro.
-
Lo recuerdo bien. Realmente no pude reconocerte pero
no me quedaron dudas de que fueras tú. Estaba muy impactada. Siempre pensé que tu tío alimentaba tu rencor
hacia él, Que él era más culpable porque tu al fin y al cabo eras un joven.
Mucho tiempo pensé que si no te hubiera permitido venir y estar aquí, no te
habría pasado nada. Me fue muy difícil entender. Lo siento, hijo, si lo hubiera
sabido….Hijo; dijo la mujer bajando la voz.- No habrás tenido nada que ver con la muerte
de…
-
¿De ese hombre?
¡No claro que no! No te voy a decir que no me alegra que esté muerto, pero no
tuvimos nada que ver. Lo cierto es que hace unos meses se le ocurrió venir por
aquí para amedrentar a mi tío y que te devolviera el rancho que según él te
correspondía. No me vio pero yo si lo vi. Había pedido dinero prestado porque
apostó a los caballos lo que no tenía. Aquel día que vino se dio cuenta de que
a mi tío no podía amedrentarlo y no podía vender el rancho que era más
complicado de lo que pensaba, mi tío no guarda las escrituras aquí. Después, ya
lo sabes tú, apareció muerto con un mensaje en el pecho…No mamá no te preocupes
yo nunca me hubiera vengado de esa forma, se que la deshonra sería peor que la
muerte, porque te alcanzaría a ti también. Cuando nos enteramos de su muerte lo hablamos
y te mandamos la foto. Como
comprenderás por ahora, no puedes decir que estoy vivo, yo tomé el nombre de la
persona que enterramos, su mujer vive aquí ayudando en los quehaceres a l tío y
no le falta nada, a cambio se le está dando carrera a su hijo y un buen dinero. En estas latitudes alejado de todo estoy bien. Salgo de
vez en cuando pero bien. He descubierto muchas cosas que ignoraba. La gente me
respeta y los dos años de veterinaria me han servido mucho porque he podido
ayudarlos a combatir la pobreza y tenemos muchos proyectos que los va ayudar. Desde aquí te seguiré
mandando para que nada te falte y cuando quieran, pues saben que son bien
recibidas.
-
Ramón, dijo la mujer. Quiero darte las gracias por
todo lo que has hecho por mi hijo. Perdona mi forma de actuar. Nunca entendí que yo estaba
mal, pensé que era rebeldía sin más. Y sí, a lo mejor no debí de pasar algunas
cosas, pero siempre fui una mujer ignorante y dependiente como ya saben ustedes
y cuando el socio de mi marido me propuso matrimonio, pensé que era la mejor
opción, un hombre que conocía de mucho tiempo, que siempre había sido respetuoso
con nosotros. Después cambio; y cambio mucho. Sobre todo cuando murió Marcos.
Entonces hasta golpes tuve que soportar….Fue un infierno… un verdadero infierno.
-
-Lo sabemos pero no había forma de rescatarte, sólo
tendrías que haberlo dicho y se habría podido. Pero estabas enojada por la
muerte de tu hijo, como si yo hubiera sido el culpable. No creas que no te
entiendo, aunque siempre me dolió tu actitud, nunca te guardé rencor es bueno
que sepan que son mi única familia y que por ustedes haría lo que fuera. Tú
siempre fuiste mi hermana mayor y me diste cobijo; no olvido que gracias a
Marcos (tu marido) que rescató este rancho de los bancos pude yo seguir
trabajando aquí y hacerme un hombre de bien cuando murieron nuestros
padres. Respecto al rancho y las propiedades que están a mi nombre, una
vez que se arregle la situación de Marcos volverán a su cargo. Pero todavía hay
que hablarlo ponerse de acuerdo en lo que se va a declarar para que recupere su
personalidad.
-¿Y tu Juana, no dices nada?
-En la cara de la muchacha apareció una sonrisa. No
mamá. Lo descubrí hace tiempo, un día
que me vine de escapada con los amigos de la universidad y Marcos estaba en el
Salto del Agua, ahí fue donde tomé la foto. Me explicó y entendí, no quise dejarte sola. Me prometí, que a no
ser que se metiera conmigo, aguantaría por ti.
Marcos y el tío siempre estuvieron al pendiente de nuestras necesidades,
y no se le ocurrió otra salida mejor, de haber seguido puede que hubiera pasado
una desgracia mayor.
Se hizo un silencio denso, la mujer sonrió mientras le
resbalaba una lágrima por la mejilla.
-
Y yo tan sola
No hay comentarios.:
Publicar un comentario