Arturo García Niño dice:
No pos si pa' convencer a cualquiera La Carola continúa, como dicen que dijo alguien (y si no lo dijo debió haberlo dicho), pintándose a sí misma. ¿Qué argucias utilizó ahora esta santa mujer multiubicua (recuerda que ya Lennon & Mc Cartney presagiaban este su don), poeta, para que el cansancio y el aparente hastío hayan desaparecido así, de prontito?. Creo, Caros, que mucho trabajo no te ha de haber costado. Como sea pos... qué bueno, hermanit@s; aunque les diré que valdría la pena ir filtrando las colaboraciones, porque hay algunas mamadas fracamente muy mamonas (y en el decidido pleonasmo aarraiga la certeza),a pesar de que cierto sea que tal es el espíritu que convoca el riesgo en cualquier blog y en tal democracia.
Vayan y valgan los abrazos y besos de siempre más los de hoy, así como la querencia de este porteño de siempre hoy avecindado en este embarcadero caribeño donde un sol tempranero resistió tozudo un aguacero dejando como saldo (¡lo juro por Susan Sontag y el falo de Jesucristo!) dos arcoiris.
Yo
PD: nomás por no dejar y posdatero que es uno: más besos y abrazos.
Ignacio García responde
Mi muy estimado Arturo:
No sé de qué te sorprendes de lo hecho por Carola, capaz de convencer al mismo diablo a que use chamarra aborregada porque en el infierno (diría la aludida, "hace un chingo de frío"). Recuerda que ya nos tuvo dos años bajo su mando escribiéndole gratis tanto para el Azul Mariguas como aquel memorable Sòlo para Intelectuales. Conmigo la saña, por lo menos, fue de un artículo semanal (y era en la Olivetti y a borrón y escrito nuevo); pero a ti si que te pasó la barredora completa, porque escribías tu ensayo habitual, luego, bajo un seudónimo de Archivo General de la Nación, nos nutrías de anécdota y media; y para colmo, tenías otros bajo-nombres (aquel Benjamín Conde) con el que te perpetrabas cuentos que hoy son toda una delicia volver a ellos y leerte. ¿De qué te espantas ahora? ¿Que entre más cerca del Caribe la voluntad se vuelve menos inquebrantable?
Con respecto a la ubicuidad de Caro, no sólo aquellos dos beatles se inspiraron para --no sé si Two of us, o Nowherewoman. Sólo recuerda que somos testigos (y lo he puesto en los anales de la historia a través de Zona Interior) que una ocasión, tú y yo, como con unas diez (cada uno) Superiores encima, y sentados en aquel hechizo Tranvía del Recuerdo, vimos atravesar a la Caro rumbo al sur. Más ràpida que nosotros (urgidos por la sed) no pudo ser. El caso es que llegando a la tan añorada La Casandra, ella ya estaba ahí...No se había movido paranada --según testigos no comprados. Para colmo, cuando llega nuestro gran amigo Chema Peña, lo primero que le dice es: "¿Pues no te dejé bañando en la casa?" Todo lo que Carola contestaba es: "¡Ay, cómo les gusta estar chingando". Pero de que es ubicua, lo es, de eso no hay duda.
Finalmente. Tienes razón. Hay que filtrar el blog a costo de la democracia. Pero ya vez lo que nos costó esta vez esa palabra: un presidente de medio-pelo, con el carisma de un oso hormiguero y la habilidad para santiguarse con la izquierda y dar garrote con la derecha. Así es que, mejor, dejamos que pasen las mamadas donde cada quien asuma su lugar...
Mamadas que por cierto, usted, aparte de su ya viejérrimo (si bien estupendo) ensayo policial, no ha balanceado con alguna otra colaboración. Ya hasta el Edgar Onofre (a quien usted dedica tal escrito) tiene nietos y usted anda de avaro dejándonos en el desamparo de los buenos escritos y haciendóse el del rogar... Virtud que le admiro y no me atrevo a quebrantar. Para tal caso, le diré a la Carola se dé una vuelta por esos parajes que usted ahora frecuenta, para que le convenza de enriquecer este blog: No se preocupe, ella no dejará, por ir a verlo allá, sus trabajos ya asignados aquí en el Puerto.
Recibe un abrazo de tu hermano.
Posdata: Ya deja de tomar de ese güin que hace ver no dos sino tres, cien arcoiris. Dedicate a lo de antes: tomarte unas diez chelas de esas que nos hicieron hablar horas y horas, no sólo de la Sontang sino de tanto venerable espiritista que hasta salíamos de los bares creyendo que la noche era una joven mesera, y usted se la llevaba a no sé dónde...
2 comentarios:
Sorprendente dialogo entre dos amigos (o mas bien tres, incluyendo a Caro?), para un servidor es raro ver este tipo de platica que se da entre un grupo de amigos. Ciertamente desconozco si ha existido algun conflicto. Pero de lo que me viene a la memoria siempre fue un GRUPO inquieto, con muchisimas ganas de hacer notar a los escritores veracruzanos... Aquellos que "contra viento y marea" aguantaban los embates externos. Saludos pues a tan distinguidos amigos y compañeros. Esperando nuevamente verlos "navegando" al mismo destino.
Y yo, simplemente de metiche leyendo sus añoranzas. Un abrazo a Ignacio, Carolina y por supuesto al AGN. lETICIA NÚÑEZ
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