Dr. Oscar Elías
Biscet, y los mártires de la libertad
Alicia Dorantes
La libertad no puede ser fecunda para los pueblos
que tienen la frente manchada de sangre.
Vale más un minuto de pie que una vida de rodillas.
José Martí
Correos vienen,
correo van; algunos se leen y se eliminan, otros, se guardan para nuestra
efímera eternidad. El que hoy comento, se ha difundido en español, inglés,
alemán, italiano y francés, obviamente recorrió ya Europa, EEUU y gran parte de
Latinoamérica. Tiene como único objetivo que este gran hombre, este gran
médico, sea conocido en todo el mundo y que ojalá, entre todos pudiésemos
sacarlo de la prisión en donde ha pasado los últimos años de su vida.
El
Dr. Oscar Elías Biscet nació en La Habana, Cuba, el 20 de julio de 1961. Es
especialista en medicina interna y está casado con Elsa Morejón, enfermera de
profesión. Tienen dos hijos, Winnie y Yan. Cuando finalizaba la década de los
80 se manifestó abiertamente contra el régimen comunista cubano. En 1994 las
autoridades de la isla, lo acusaron “de alta peligrosidad”. En el año de 1997,
en colaboración con otros miembros del movimiento de oposición pacífica, el Dr.
Biscet instituyó la Fundación Lawton de los Derechos Humanos.
Cuando
Dr. Oscar Elías Biscet aún ejercía, elaboró un estudio clandestino sobre las
técnicas de aborto empleadas en cierto hospital cubano y en el que se
documentaron estadísticas no oficiales, pero aterradoras. Denunció abierta y
valientemente el problema del aborto en Cuba como un atentado al derecho a la
vida. Dirigió estas palabras a sus colegas: «En sus manos está el poder detener
este genocidio hecho legal, usted puede decir no y con su apoyo hacer cambiar
este proceder erróneo en nuestra sociedad». En febrero de 1998, el Dr. Biscet fue
expulsado del Sistema Nacional de Salud y desde entonces se le prohibió
practicar su profesión. También su esposa perdió su empleo, debido a las
actividades pro derechos humanos de su esposo. La familia fue expulsada de su casa,
desde entonces han tenido que depender del socorro y la caridad de sus
amistades para sobrevivir.
El
día 7 de junio de 1999, inició una huelga de hambre de cuarenta días ingiriendo
solamente líquidos, para demandar la puesta en libertad de todos los presos
políticos y llamar la atención a la violación de los derechos humanos como es
la pena de muerte y la práctica de abortosen Cuba.Miles de cubanos se unieron a
ese ayuno en 54 sitios de la isla; muchos de sus compatriotas en el exilio, se solidarizaronconél.
Numerosos miembros de la prensa internacional cubrieron el evento y varios diplomáticos
extranjeros visitaron el pequeño apartamento en Tamarindo 34, en La Habana.
Al
finalizar el ayuno, declaró su opción por la NO-VIOLENCIA y afirmó haber
adquirido la capacidad de AMAR A SUS ENEMIGOS, sustituyendo la violencia, la
ira, la venganza y el odio; por la justicia y el perdón. Concluyó diciendo: «Mas
la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que
el día es perfecto…. Y esa perfección en libertad emana de Dios».
Después
de este hecho sufrió 26 detenciones en un periodo de 18 meses; en algunas fue
sometido a torturasdegradantes, con el objetivo de devastar su estado de ánimo…
No lo consiguieron. Él es un devoto seguidor de la filosofía de la no-violencia
de Ghandi y de Martin Luther King.La seguridad del Estado lo ha sometido a
exámenes psiquiátricos en Mazorra (hospital psiquiátrico de La Habana) y lo ha
presionado para que salga de Cuba, a lo que responde que nunca abandonará su país.
Finalmente, fue detenido y juzgado en
marzo de 2003 y condenado a ¡25 años! Amnistía Internacional lo considera como
un «reo de conciencia»… Hasta el día de hoy, continúa cumpliendo esta condena
en condiciones infrahumanas: ya en celdas tapiadas, ya en calabozossoterrados
durante meses. Le han encerrado junto a presos comunes y lo han mantenido por largos periodos de tiempo, incomunicado,
sin permitirle las visitas incluso de sus familiares.
Sólo
que el espíritu libre y libertario del Dr. Oscar Elías Biscet, recorre el mundo
y recibe galardones: en Berlín, Alemania, fue premiado con la Medalla
Internacional por los Derechos Humanos, la Medalla Dr. Rainer Hildebrandt. El
premio más reciente por su defensa de los derechos humanos, fue concedida por
el Primer Ministro de la República Checa:el día 27 de febrero de 2008, el Dr.
Rigoberto Rodríguez, director de la Fundación Lawton, recibió en nombre del Dr.
Biscet una placa honoraria en la Embajada Checa en Washington, DC. En últimas
fechas se le ha propuesto para el premio Príncipe de Asturias de la Concordia, que
aún no se lo han concedido. Firme en sus demandas de justicia hasta que Cuba
logre su libertad, el Dr. Biscet se encuentra en buen estado de ánimo y
espíritu a pesar de los maltratos a los que es sometido.
En
una visita de su madre a la prisión, envió un mensaje a su esposa Elsa,
pidiendo que sus hermanos y hermanas cubanos en la isla y en el exilio se
unieran en oración con la comunidad internacional por la libertad de todos los
prisioneros políticos y por la libertad de expresión en Cuba. El 6 de diciembre
de 2012, el Dr. Oscar Elías Biscet cumplirá 13 años en prisión. Durante una
visita de su esposa, años atrás, le dirigió estas palabras: «No quiero que
estés triste, recuerda que decidí venir encarcelado para demostrar las
injusticias del régimen, también recuerda que amigos y adversarios me
propusieron salir del país, y preferí estar en cautiverio para encontrar la
justicia y que nadie más en mi terruño tenga que sufrir por hablar. No me quejo
de lo que me sucede o pueda pasar. Soy la voz de esos niños inocentes
despreciados por sus padres y aniquilados por la sociedad. Me niego al odio, la
venganza del individuo y la sociedad con la muerte; porque lo que necesitamos
es vida para vivirla dignamente»
Reitero,
Cuba tuvo, ha tenido y tendrá por siempre a grandes héroes del pensamiento, la
palabra y la obra… Orlando Zapata Tamayo fue albañil y fontanero. Nació en Santiago
de Cuba, el día 15 de mayo de 1967 y falleció víctima del ayuno autoimpuesto en
un penal de La Habana, el día 23 de febrero de 2010; su crimen: haber sido vinculado
a la disidencia política...
Alejandro
Armengolescribió el 23 de enero recién ido: «La muerte de Wilman Villar Mendoza
fue un gesto de desesperación. El acto nos enfrenta con el aspecto más
siniestro del régimen cubano, su desprecio
total y absoluto por la vida de los ciudadanos, pero también a una
pregunta triste: ¿hasta cuándo serán necesarias estas tragedias antes que la
población de la Isla haga valer públicamente su desacuerdo con la situación
imperante, más allá de actos aislados que, para bien o para mal, se están haciendo cada vez
más frecuentes?
Wilman
Villar, de 31 años, pertenecía a un grupo llamado Unión Patriótica de Cuba, que
se creó a mediados de 2011 y que lidera el ex preso político José Daniel
Ferrer.Villar fue detenido el 14 de noviembre cuando participaba en una
protesta de ese grupo en la localidad oriental de Contramaestre, donde residía,
y días después, se le sometió a un «juicio sumario» por delitos de desacato y
atentado a la autoridad, por lo que recibió una condena de cuatro años de
prisión. Fue confinadoa la cárcel de Aguadores y allí comenzó una huelga de
hambre en protesta por su condena. Su salud se fue deteriorando progresivamente,
fue trasladado al hospital clínico quirúrgico «Juan Bruno Zayas» de Santiago de
Cuba donde falleció por una «sepsis generalizada» según notificaron a su
familia.La CCDHRN considera que el Gobierno de Cuba «tiene toda la
responsabilidad moral, política y jurídica» por la muerte «evitable» de Wilman
Villar Mendoza ya que se encontraba bajo la custodia del Estado. Su muerte se
ha comparado con la del preso político Orlando Zapata.
Recuerdo
aquel 1° de enero de 1959, cuando la revolución cubana, movimiento de izquierda,
provocó la caída de la dictadura de Fulgencio Batista, y la llegada al poder
del Ejército Rebelde con Fidel Castro a la cabeza. Mi padre lo celebró, y con
él, la gente librepensadora del momento. Sí. Mi padre era de tendencias
izquierdistas, mientras que mi madre, digamos, en ese sentido, era todo lo
contrario… Lo que mi padre no alcanzó a ver fue que a la cruel dictadura de
Batista, seguiríaotra más cruel aún: porque también a esa dictadura, la hubiera
condenado.
Hemos
tenido la oportunidad de viajar a Cuba, isla caribeña increíblemente bella, ya a
congresos médicos, ya de paseo…En cada viaje la noto más triste, con más
desesperanza… Con más pobreza, con más hambre… hambre de alimentos, pero, sobre
todo, de libertad…Tanto en La Habana, como sus ciudades principales: Santiago
de Cuba, Matanzas, Trinidad, Baracoa, Regla, sólo por mencionar algunas.Quiero
terminar estos pensamientos con algunas líneas de una canción, a mi juicio, de
las más bellas jamás escritas: «La respuesta está en el viento», Bob Dylan, su
compositor, tenía escasos 21 años al escribirla; en ella habla del mundo y de
sus habitantes; menciono los últimos versos:
¿Cuántas
muertes serán necesarias hasta que él comprenda/ que ya ha muerto demasiada
gente? / La
respuesta, amigo mío, está flotando en el viento, / la respuesta está flotando
en el viento. / Si,
¿y cuántos años pueden algunas personas existir / antes de que se les permita
ser libres? / Sí,
¿y cuántas veces puede un hombre volver su cabeza, / fingiendo simplemente que
no ve? / La
respuesta, amigo mío, está flotando en el viento, / la respuesta está flotando
en el viento.
Bob
Dylan
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