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miércoles, mayo 02, 2007

Carolina Cruz: La cultura, cada vez más empobrecida


Dan pena las celebraciones

Nunca segundas partes serán mejores reza un dicho que se aplica comúnmente a las continuaciones de films cinematográficos o a las adaptaciones de excelentes novelas llevadas al cine. Bueno, cada quien que lo aplique como quiera, que finalmente todo mundo hace lo que quiere.


Los que no pudieron hacer lo que quisieron fueron los directivos del IVEC: por “falta de presupuesto” presentan un programa de los más pobre para festejar el XX Aniversario de esa crítica, abandonada y desatinada institución. Insisto en la incapacidad de negociación de la actual directora, que no pudo obtener más fondos gubernamentales o alianzas con la iniciativa privada para presentar una celebración más digna. Qué tiempos aquellos de la Dra. Ida Rodríguez Prampolini, cuando cualquier actividad común, rebasaba este programa. Da pena haber sido fundadora, a mí que me borren de la lista y que me perdone mi amigo Sansores, que tanto se desvive por una institución que trabaja sin proyecto.

Más pérdidas y pérdidas

Tal pareciera que es una labor inútil luchar por la promoción cultural mientras esté en manos del estado. ¿Dónde están los programas para las colonias? ¿Donde la democratización de la cultura?. Ahora otra más:


Con la falta que hacen talleres de literatura y sobre todo buenos maestros o facilitadores, resulta que la amenaza, primeo velada, luego ante las protestas desmentida, resultó cierta. El taller “Enamórate de la literatura”, que con tanto fervor venía impartiendo Humberto Hernández en la Casa Principal desde julio del 2001 (al que por supuesto le pagaban una miseria lo cual no importa cuando se hace por amor al arte), fue clausurado definitivamente con el consabido argumento: “falta de presupuesto”. ¿Pues en que se gastan el dinero? Si programas aparentemente sencillos como este, que desde su apertura se quedó, ante la demanda que tuvo en calidad de “permanente”, y donde los jóvenes inquietos por la literatura podían encontrar una educación no formal con excelentes resultados, no puede continuar, pese al poco presupuesto que demanda?

Ahí personas desde los 20 hasta los 60 años acudían a conocer géneros, obras y sus autores, una especie de visión no formal o no escolarizada del universo de la literatura, sin generaciones porque en este tipo de talleres los asistentes se regulan a si mismos, sin tiempos ni horarios.

A esa humilde página, que odia ser crítica pero que no puede quedarse callada ante este tipo de atropellos, le consta la producción y la variada calidad de los resultados de ese taller, pues acá publicaron muchos de los talleristas, entre ellos Herminio Vargas, M Angel Cordova, Sara Benavides y otros que seguramente olvido. Además de varios reclusos del Penal Allende, donde Humberto, afortunadamente sì sigue impartiendo el taller. Increíble que en una cárcel, los directivos tengan más consciencia de los elementos formadores que un taller de creación literaria le proporciona a la personalidad y a la sociedad.

El Círculo una buena entre tantas

El tesonero Jaime Velásquez sacó a la luz el No. 2 de “El Circulo”, una revista que abre espacio a los jóvenes y no tan jóvenes, para que puedan publicar sus textos. Esta vez El Círculo nos sorprende porque aparte de la variedad de creaciones en cuento y poesía, amplió sus horizontes dando cabida a textos históricos. Una muestra de que cuando se quiere, se puede. Y sin pregonar “falta de presupuesto”, que aunque la tuvieron, pudieron sacar adelante la revista, cuyos colaboradores y creaciones iremos dando a conocer en breves entrevistas. Para que vea el “Moch”, que de que hay, hay. Sólo hay que ser humilde y saber encontrar.

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