La cultura en manos del Estado:
sin posibilidad de democracia.
Carolina Cruz
Carolina Cruz
Como si no hubiera una avalancha de actividades culturales (esta página no se da a vasto para cubrirlas o reseñarlas), que pudieran deberse a tres posibles razones: formación de un nuevo público, competencia entre las instituciones o necesidad de comprobar un ejercicio presupuestal, sigue sin encontrar cabida el Taller de Literatura (así, con mayúsculas) de Humberto Hernández, que fue cerrado pese a haber demostrado por años el interés de los jóvenes, que lo abarrotaban.
Huérfano institucional, ahora presentará en el CEVART, este miércoles 16 a las 19:30, una lectura de las últimas creaciones de los talleristas. Es lamentable porque personalmente nos consta la cantidad de jóvenes veinteañeros que escriben y andan buscando por aquí y por acullá quién les revise sus poesías o su narrativa. Lo más triste, es que se tenga que depender de las instituciones que manejan a su libre arbitrio programas de cultura, sin conocer o darse por enteradas, de las necesidades de un público, en este caso en formación.
El problema y las repercusiones de que la cultura esté en manos del Estado ha sido muy discutido. Tenemos el ejemplo de las imposiciones que el aparato estatal le ha hecho a la actual directora del IVEC, Esther Hernández Palacios, a quien desde el principio no le dieron oportunidad de elegir a su equipo de trabajo, pues todos le llegaron recomendados por el alto mando. Situación de la que sigue siendo víctima, pues no creemos que haya sido su decisión quitar a Néstor Andrade de las Atarazanas para poner a una perfecta desconocida, que en nada supera al curriculum de Néstor.
Ya hubiéramos querido en los años 80’s tener la oferta actual, aunque elitista, porque las colonias y la gente tradicionalmente rezagada, hasta de la cultura, sigue ya no digamos sin participar, sino sin enterarse siquiera.
En la primera mitad de esa década el Grupo RAC (Realizadores de Arte y Cultura) que formaron madonas como María Elena Lobeira, Marcela Prado, Yuyi Azpiri, Luchi Hernández Beltrán (que ya no me quiere, pero yo sí a ella), y otras que el alzheimer prematuro me hace olvidar, eran las únicas que organizaban eventos en el Museo de la Ciudad que les prestaba el espacio. Algunas de ellas siguen activas como en el caso de Luchi (que ya no me quiere), o como Lobeira y Azpiri, que se han vuelto dignas representantes de las artes visuales del puerto.
Quisiera conocer un programa (tal vez existe), que se dirija (en el sentido de ir hasta allá), al público de colonias como Los Volcanes, Chiverías, 21 de abril, etc.
Porque la política en este caso sería si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña. Pero los pobres siguen siendo los grandes excluidos, por eso cuando eventualmente se les lleva un evento, no lo saben apreciar, porque no han tenido la alternativa de una educación informal. Mientras, al Estado solo le interesa el público “culto” o que como tal se hace pasar, el turista, aquel que tenga poder de adquisición o un apellido ilustre. La tan llevada y traída “participación ciudadana” que los sociólogos, en este y otros temas ven como solución, sigue haciendo mutis, ocupada en ganarse el pan de cada día, que definitivamente, o lamentablemente, sí es por el momento más importante que manifestar una propuesta, opinión o una oposición. Así es como se callan las voces en la democracia: manteniendo a la gente ocupada en asuntos de vital sobrevivencia, mientras el mundo se cae a pedazos, se destruye el planeta o los talentos artísticos independientes (o disidentes) no son tomados en cuenta por las instituciones.
2 comentarios:
Mi estimada Caro. La lic Paty Gómez, va por las colonias, en parques y las bibliotecas, por parte del ayuntamiento.
Hasta hace poco, les llevaba representacion de cuentos los viernes apoyandose, o de poesía.
No me refiero a la esposa de Galí que es su onima.
Tuvo durante trienios al de Jose Ramón el anteriores el tianguis cultural en el callejón de Trigueros, pero en su último año de José Ramón ´( cuando salió Salamanca) y ahora con Julen lo quitaron porque no pagaban nada. Ahí se vendia toda clase de arte y artesanias, cuadros, libros Y revistas como la ventana. Se atraia al publico con eventos al aire libre, como poesia, rok, trova y jarana. Desde Jalapa se dejaban venir los artistas con sus trabajosm para venta.
El año pasado le dieron un reconucimiento publico ´por su labor.
Isabel Lorenzo
No tengo contraseña para accesar al blog, así que mando por este medio mi comentario a Carolina:
Carolina te felicito por tu artículo "La cultura en manos del Estado" Es evidente que a los dirigentes estatales y municipales les interesa todo menos la cultura; para ellos el único valor que puede tener el patrimonio cultural de los veracruzanos, es el que puede traducirse en ganancias económicas para su beneficio partiular a largo plazo. El buen político es el que dice lo que ellos quieren ecuchar, así que no nos sorprenda ver que nuestros recintos culturales vayan quedando en manos de gente que se cree culta sin saber la diferencia entre un poema y una receta de cocina.
Judith
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