Con respecto al asunto de Doña Ernestina Ascencio Rosario habitante de la comunidad Tetlatzinga, municipio de Soledad Atzompa, Veracruz, quien falleciera el 26 de febrero a causa de lesiones presuntamente causadaspor violación, en la que estarían implicados militares. Caso abordado por medios locales, nacionales e internacionales, sobre el que han reflexionado columnistas y articulistas; me indigna la indiferenciapronunciada de las máximas autoridades mexicanas, por ejemplo locomentado por el periodista Miguel Angel Grandos Chapa: "Felipe Calderón asegura rotundamente que la señora Ernestina Ascensio Rosario no fue violada, y que murió por una gastritis crónica mal atendida" (14/03/07).
Las confusiones de los boletines de las fuerzas armadas y los cruces de desinformación son evidentes. Siento y aprecio como mujer integrante de esta sociedad pena y vergüenza por ser gobernada por seres sin humildad, discriminativos e indiferentes hacia la Señora Ernestina Ascencio Rosario que fue mujer, indígena y Pobre; tras su muerte, lacerada su dignidad, desvanecida su agresión por una burocracia insensible y falta de ética profesional, descalificada las declaraciones de sus familiares y compañeros.
Siento miedo de vivir y pensar en el futuro con la calidad humana queemerge de los gobernantes, me siento utilizada, simplemente por ser mujer. Seguramente incluida en alguno de esos discursos plagado de vaguedades en donde se manipulan conceptos (equidad, justicia, dignidad, mujeres). Siento indignación de ver como se amafian a modo para confundir y hacen creer a la ciudadanía que es una exageración que la violación a una anciana es la causa de su muerte. Anuncio el final, buscaran algunos culpables, los verdaderos culpables están muy lejos, encubiertos por sus superiores jerárquicos "no dejaron huella alguna los victimarios" recordemos se sospecha de miembros dela nómina de la burocracia que pagamos, entrenados para auxiliar a lapoblación, para cuidarnos. Lo siento, quisiera alejarme de los que nos gobiernan, me repugna el lodo de su insensibilidad que depositan sobre la dignidad de la señora Ernestina Ascencio Rosario.
Adela Lagos Ramón Adela Lagos Ramón
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