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jueves, marzo 22, 2007

Juan Joaquín Péreztejada: Presentación de ESTACIONES de Peniley Ramírez


Intimidad, flor de la carne, presentación del libro Estaciones de Peniley Ramírez

Texto de presentación con motivo de la publicación de ESTACIONES de Peniley Ramírez, el jueves 8 de marzo, 2007 en la Fototeca de Veracruz


Si la poesía, como dice Cioran, es un jardín: un estado dentro del estado, la intimidad es esa flor inédita, insólita e inaudita que surge de la carne. Porque ¿Cuántos somos capaces de aludir a nuestra intimidad en público? Peniley Ramírez es una poeta que escribe con el cuerpo. Quiero decir, con los instintos más primitivos que haya. Quiero decir con su carne y entrañas. Como un niño a quien le dan un lápiz y comienza a dibujar círculos. De esa actividad artística primigenia: extraer del interior la piedra de la locura para abrirla y recrearla a flor de piel; destaco el impulso, el gesto, el abandono a la experiencia del recorrido, el descubrimiento. Como un niño, no quiero que suene peyorativo sino todo lo contrario, dice Huizinga que para hacer poesía el poeta tiene que aniñarse. La poesía es juego y hay que saber jugársela con el poema. Le va la vida en ello, ¿a quién? tanto al poeta como al lector de poesía. No todos los escritores escriben con el cuerpo ni todos los poetas. Pero los que lo hacen nos salvan la vida. Como diría Jaime Velásquez de otro poeta: uno de estos poemas, que no son medicamentos, puede salvarle la vida al lector. Y evoco a esa muchacha que en una presentación de Los muros enemigos de Juan Vicente Melo, en un papelito le entregó el siguiente recado: gracias por salvarme la vida. Cito una de las páginas del diario de Alejandra Pizarnik:

Cuando leyó un poema mío (muy doloroso) me dijo que se sintió mejor, que mi poema fue como un bálsamo para ella. Y yo pensé que tal vez la poesía sirve para esto, para que en una noche lluviosa y helada alguien vea escrito en unas líneas su confusión y su dolor.

Y de sus prosas rescato lo siguiente:

Únicamente el lector puede terminar el poema inacabado, rescatar sus múltiples sentidos, agregarle otros nuevos. Terminar equivale, aquí, a dar vida nuevamente a re-crear.

Y no sólo al poema sino el lector se da vida y se recrea con el doble sentido que pueden tener estas frases. No sólo el relacionado con la diversión sino el que tiene que ver con reestructurarse en realidad. ¿Qué se busca en la poesía? Una respuesta, pero los enigmas no son una respuesta a menos que se piense que una pregunta puede ser una respuesta, aclara la misma Pizarnik.
Un poeta que escribe con el cuerpo habla de sí mismo, de su yo, de su intimidad. No pone distancia entre su ser y sus palabras. Y aunque sea lo más sincero con sus lectores y les deje saber que está allí con ellos, habrá cosas que no terminará de decir, espacios y tiempos detrás de sus ojos que no serán develados. Y no porque no lo desee sino porque existe esta imposibilidad de antemano de decirlo todo. Y sin embargo, lo que comparte Peniley en sus versos, sobre ella misma, es suficiente para acompañar al lector. La imposibilidad de decirlo todo, de decirlo bien, como se sabe, es lo que la mantendrá escribiendo el resto de su vida. No existe la exactitud sólo hay aproximaciones.
No voy a mencionar datos curriculares porque en realidad es muy joven. Acabo de descubrir, al leer mis notas, que ni siquiera tiene 20 años, que haciendo referencia al tango, menos que nada. Pero Peniley me contó algunas anécdotas que quisiera compartir, que sirvan para entender este libro tan juvenil y al mismo tiempo maduro. Es una lectora desde niña, en su casa todas las mujeres leían, su mamá, su abuela. Le compraron una lámpara de noche para que pudiera leer hasta tarde en la madrugada. Me quedaba dormida con el libro y mi mamá venía a apagarme la luz, eso aún sucede, me comenta. De sus primeros libros que lee recuerda uno que se llama El tábano que además de insecto es un árbol, libro que era una especie de tradición familiar, y con el cual se conecta con el personaje de Arturo a quien ella describe de la siguiente forma: es cínico y a la vez ingenuo, soñador y a la vez pesimista, despistado y a la vez muy concentrado. Para terminar diciendo un poco sorprendida: nunca lo había pensado, pero creo que yo soy un poco así también. Su infancia y adolescencia se la pasa visitando las bibliotecas de las escuelas donde estudió, aprendiendo el manejo de las mismas, leyendo autores que no fueran los clásicos (porque quería leer otras cosas que no fueran lo que los demás leían) y participando en actividades culturales. Al llegar a Veracruz, se hizo pareja del poeta orizabeño José Roberto Pulido, con quien conoció y leyó poetas mexicanos. Hace un año volvió a Cuba y allí le leía sus poemas políticos a un amigo que no se interesaba por la poesía pero que le gustaba la política y los discutían. Después de varios meses de lecturas y poesía este amigo llegó para decirle, sabes, he estado leyendo poemas y he encontrado una poeta que te va a encantar: Alejandra Pizarnik, No cabe duda que Peniley es una de las pocas personas que sí saben para quién trabaja. Pizarnik se volvió una de sus poetas favoritas, como Silvya Plath. Se reconoció en ellas porque es de la misma estirpe de ellas y de Virginia Woolf o Clarece Lispector. Quien conoce las historias de estas escritoras, sus poéticas narrativas internas, sabrán que la poesía siempre es un riesgo. Y no hablo de una literatura femenina o feminista sino andrógina como la literatura es. Lectora desde niña, desde niña ha escrito cuentos y poemas (cito): supongo que porque leía. Me gustaba inventar historias o escribir lo que me inquietaba, subrayo lo que me inquietaba. Nunca tuve diario porque no quería que supieran lo que pensaba. No sé, que descubrieran mis "secretos". Bueno, es precisamente su intimidad lo que vemos sin pudor en este conjunto de poemas. (cito) La política y la sexualidad son dos cosas que están en mi ánimo y, por lo tanto, en mis textos. Hasta aquí lo anecdótico que nunca está de más para contextualizar a esta nueva veracubana (Cuántas coincidencias entre Veracruz y la Habana en esta última nació el danzón y en aquella, la primera (que es ésta), la alegría).


Estaciones es el nombre del poemario que nos ocupa y está dividido en dos partes: Estaciones de patria, poemas escritos en La Habana, Cuba, y Estaciones de Sombra, poemas escritos en Veracruz, México, que a su vez se divide en Guía práctica de la colonización y Taller. Y es esta segunda parte la que para mí fue más disfrutable. Los temas que se encuentran en sus poemas son entre otros el desamor, algunas cuestiones políticas o sociales actuales como la enfermedad de Fidel Castro, la muerte de Sadam Huseim, la crítica de lo superficial, la religión y el oficio de la escritura, todos estos temas que pudieran ser o reflejar una exterioridad se convierten en pasajes o paisajes internos al pasarlos por el único trópico y tópico real y que es el centro del poemario: la intimidad de la poeta y donde el tiempo, el silencio y la soledad son sus más cercanas oscuridades. En estos poemas es común encontrar como recursos retóricos la enumeración, la repetición y en ocasiones anáforas; uso abundante de metáforas que, en este caso en particular, ayudan a quien los escribe a comprenderse en su relación con el mundo; e imágenes emparentadas con el surrealismo por su semejanza a las que aparecen en los sueños. En los epígrafes se señalan algunas influencias, ya dije Plath y Pizarnik añado las de Jaime Sabines, Baudelaire, Girondo, Pellicer, García Lorca, pero sobre todo las canciones de un trovador cubano de nombre Carlos Varela, del cual les recomiendo una canción que se llama si no mal recuerdo Pequeños sueños. También dentro de sus lecturas está presente José Martí y una infinidad más de autores.


Quien come solo, dice Steiner, es una bestia o un dios. Quien escribe, escribe solo, generalmente, ¿el poeta es una bestia o es un dios? Para mí es ambos, sin adjetivos. En el poemario Estaciones encontramos el poema Reflexiones de Jesús en Getsemaní y en él este verso (cito): Yo sólo soy la bestia que me habita, dice en voz de Jesús, que es Dios, Peniley en este poema que precisamente habla sobra la poesía. ¿Qué es esta bestia? ¿de qué es metáfora la bestia? La respuesta es sugerida por la pregunta que se hace en la estrofa anterior (cito) ¿Hasta dónde los límites del sacrificio coinciden/ necesariamente/ con los límites del amor? / Yo sólo soy la bestia que me habita. Construyo el significado con mis recuerdos: En mi casa había una figura que era conocida como El sagrado corazón, un Jesús cuyas manos con llagas sobre su pecho hacían dirigir la mirada al corazón luminoso y expuesto, mis otras evocaciones son literarias, en Los hombres del alba, dice Efraín Huerta refiriéndose a estos(cito): son los que tienen en lugar de corazón un perro enloquecido; Bukowsky dice: el amor es un perro infernal y Bruce Springsteen canta con su voz ruda: Apuesta y juégatela/ Todo mundo tiene un corazón hambriento. La relación del perro eloquecido e infernal con el corazón, el adjetivo de hambriento adjudicado al mismo sustantivo como ese Jesús transfigurado con el corazón expuesto me lleva a concluir que la bestia que la habita no es otra que su corazón y eso, es lo único que es ella. El dios dado al sacrificio del amor, el corazón sacrificado para beneplácito de qué otros dioses. Yo sólo soy la bestia que me habita…


Y sin embargo, quiero decir que en la poeta que hoy nos convoca sentir y pensar son sinónimos, acciones que no se dan antes o después sino al mismo tiempo en el mismo lugar. Su poesía que podríamos llamar en principio amorosa, erótica, está llena de aforismos, de sabiduría poética. Son frases, ideas, versos, que no piensa ni siente sino que le son revelados. Creo, que el primer o uno de los priemros poemas que leí de ella se llama Abc- diario y a pesar de ser un ejercicio de taller, las sentencias, versos, imágenes que redacta son de una lucidez o de una temperatura nada común. Imágenes sueltas sí y algo surrealistas pero que crean un ambiente por ciertas constantes: las que tiene que ver con ella Y me pronuncio entre las rocas, las que tiene que ver con el espacio y con el tiempo: Esta habitación resume lo infértil de la palma, Antes de la nada, el surco de la espera; y aquellas que tiene que ver con lo nocturno y la mágico con palabras como fantasmas, amuletos, muertos: Ninguna de estas sombras tiene acceso al reino de las siluetas. Y estos aforismos, versos, sentencias son provocadas por un juego de taller. Su astucia virgen, que muchos de los que están aquí conocen, estriba en saberlo, al poema, suficiente, para entrar en el libro. Quiero decir que callo lo que es tan obvio. Ella lo tiene, porque le fue dado. Quien tenga oído que escriba. Estos aforismos, versos, los encontramos a lo largo del poemario, cito algunos de ellos: Soy el descubrimiento, la lentitud; El asombro es en sí mismo una fuga de ansia (…) es el breve respiro antes de la razón, que todo arrastra; el orgullo es común como el hambre o el cansancio; el silencio es inconforme; la primera injusticia: el peso. Además, todo lo que de ella conoce: yo soporto a los hombres/ como si fueran a volar. Estuve lista/ para irme de viaje al continente/ pero el continente se ha perdido. Donde la palabra continente tiene dos connotaciones el primero que se refiere digamos a la masa de tierra firme, el segundo se refiera a la persona de la poeta. Otra más, Soy isla habitada por pirañas. Hasta aquí, si continuo voy a leerles el poemario completo a fragmentos.


Quiero, por último, resaltar tres poemas que me gustaron mucho Fashion week, por su ironía y su estructura. La maga confiesa, quizá el mejor poema del libro, poema coherente en su continuidad y estructura, así como en claridad; y que contiene uno de esos aforismos de los cuales hacía mención hace un instante: No somos letargo, no amamos la soledad/ por más compañera que parezca. Y que me toca de manera particular por mi personal historia de vida, que vuelve a recordarme la canción de Springsteen, Hungry Heart en su última estrofa que dice algo así como: No hagas caso de lo que te digan los demás/ a nadie le gusta estar solo; versos que me han acompañado a lo largo de mi vida junto con este otro de Valéry: Un hombre solo siempre está en mala compañía. No amamos la soledad por más compañera que parezca. La maga confiesa es poema que proviene de una canción de Varela y que de alguna forma, por sus anáforas y el ritmo que por ellas adquiere, podría volverse canción. El poema termina con un dormir que se vuelve metáfora de la muerte, como alguna otra que se encuentra en el poemario, porque ésta, la muerte, es el único dormir que basta. Carta última, es otro bellísmo poema de desamor cuyos versos después de venir leyendo los de anteriores poemas envuelven en un ánimo nostálgico y, fuera de tecnicismos y citas literarias, me conmovieron, mucho. Carta última contiene uno de los más hermosos y tristes versos que explican el aislamiento al que se dan los amantes,

Y el mundo no era innecesario
era que tú lo resumías


Si estos versos estuvieran en presente serían felices, pero es en su pasado donde queda más clara esta sabiduría de los sentimientos, de la cual Peniley Ramírez, en este conjunto de poemas titulado Estaciones, hace alarde.


Quisiera decir más cosas y señalar más versos y lo que estos me provocan, pero creo que con lo dicho es suficiente para invitar a los lectores de poesía, elite marginada, a leer este primer libro de Peniley Ramírez de quien seguramente seguiremos leyendo poemas nuevos que hablen al fondo de nosotros mismos y nos descubran otros. También, quiero hacer mención de la labor editorial de Ezra Michelet Ediciones, que se preocupa por publicar poesía y poetas jóvenes, en un país donde no se lee ni se escribe, al menos en las cantidades que quisiéramos que fuese, deseo, que por demás, no tiene que ver con el mercado del libro. Hagamos esta noche lo que recomienda Pizarnik: miremos la flor hasta que los ojos se pulvericen.


Felicidades a los editores y a Peniley Ramírez, muchas gracias a ustedes.


Peniley Ramírez, ESTACIONES, Ezra Michelet Ediciones, 2007




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