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jueves, septiembre 17, 2009

Lourdes Franyuti: Intelecto contra Estética






INTELECTO VS. ESTETICA

Paseando por la Feria del Libro en Xalapa y escogiendo entre diversos temas los libros de mi interés, abordé a un muchacho con el afán de preguntarle por el evento más esperado en la Feria: el encuentro con José Emilio Pacheco.
Antes de contestarme, me revisó con la mirada y contestó con otra pregunta:
“¿Para qué quieres ir?” No entendí el significado de su cuestionamiento. Al ver que no le respondía, insistió en su curiosidad. Volvió a hacerme la misma pregunta.
Muy molesta le respondí que admiraba al escritor y quería conocerlo.
Las palabras textuales de él fueron:
“Una lectora burguesa pretende entrar a nuestro mundo”.

La apariencia del individuo era desagradable. El cabello largo amarrado con una liga, barba, camiseta desteñida, pantalones de mezclilla y tenis sucios.
Le pregunté por su mundo… ¿A qué círculo tan exclusivo pertenecía?.
“Al mundo de los intelectuales, los únicos pensadores racionales que existimos”.
Al conocer su respuesta un tanto pretenciosa, medité el término “intelectual”: Aquella persona que dedica una parte importante de su actividad vital al estudio y a la reflexión crítica sobre la realidad.
Es muy respetable el libre actuar de estos grandes pensadores. Lo que le preguntaría al joven intelectual sería: “¿El intelecto está peleado con la estética?”.

El ser intelectual no censura ni reprende una agradable apariencia.
Puedo poner de ejemplo a Carlos Fuentes, Jorge Luis Borges, Thomas Mann o Mario Vargas Llosa, todos ellos han aportado a la Sociedad parte de su intelecto reflejado en sus obras; a ninguno se le ha visto despeinado, desarreglado o desarrapado.
Si bien, el ser intelectual hace a una persona un ser pensante, la pregunta queda latente: ¿el requisito para entrar al mundo de los intelectuales es volvernos sucios o desaliñados?.

Como humilde lectora, reconozco el mérito de todos aquéllos que han aportado su gran pensamiento a la Sociedad y de igual forma agradezco que nos lo transmitan a través de los libros, lo que sí repruebo es que se quiera homologar el término “intelectual” con “andrajoso”.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

cuestion de enfoques

Anónimo dijo...

¡No mame, señora Franyuti! Estética no significa vestir como dandy marca Ermenegildo Zegna, Hugo Boss (quien diseñó todos los ajuares nazis que seguramente le agradan porque, cierto, son elegantísimos)o Giorgio Armani; no sea corta de vista y de intelecto. El otro (la diferencia, pues), es lo que le da a usted razón de ser lo que es.
Va ejemplo alevoso para concluir: los tres autores más influyentes, revulsivos y contudentes en lo literario específico y lo social ampliado durante el siglo recién fenecido fueron Kerouack, Ginsberg y Burroughs, quienes seguramente a usted, amparada en su concepción del mundo que echa por delante el paradigma de las fiestas del día de las madres en cualquier escuela confesional como basamento estético, le hubieran convocado un grito de repulsión y temor.
No la...,nomás no la...; ni se la...

Carlos

Anónimo dijo...

Mil gracias Carlos por leerme.
Más te agradezco que te hayas tomado el tiempo para escribir un comentario. Señal que te interesó la nota.
Sra. Lourdes Franyuti.

Anónimo dijo...

Jajajaja...

Pinche Carlos, no mame usté.
La reseña del choque entre piedra y coyol está re bonita.

Respetuosamente

Anónimo dijo...

No se trata de interés, sino de ignorancia, al sentirse agredida la articulista arremete contra el joven en lugar de tomar una postura distinta y de tolerancia, ¿Cuál es entonces el afán, entre muchos otros de tantas lecturas? Por lo demás siento la anécdota mas bien fundada en una ocurrencia para poder discutir un punto incomodo que fundada un hecho real.
El artículo me parece por lo demás demeritorio con la calidad de este espacio virtual, sin embargo, si hay algo que celebrar, sea pues la diversidad cultural y la cabida a todo mundo en Los Elementos del Reino.

José

Anónimo dijo...

¡Ja!
Para José, la tolerancia -a la cual dispareja con la ignorancia- significa desacreditar la anécdota de la intolerante articulista y convertirla en fábula de tintes reaccionarios.

Efectivamente José, la diversidad de este sitio sirve para conocer gente que no es como nosotros y descalificarla.

Agnes