UN EXISTENCIALISTA LLAMADO SABATO
Ivonne Moreno Uscanga
Su abandono por el área científica, de la cual obtuvo el grado de Físico-Matemático se dio en 1938, debido a la desintegración del átomo, pues afirmó esto traería muchas atrocidades y con ello su meta se tornó hacia la grafía y la reflexión.
Varios de sus postulados se abrazaron al existencialismo pues su estancia en París le permitió el contacto con la filosofía Jean Paul Sartre y con la amistad de André Breton.
Del filósofo francés toma los preceptos de libertad y de la militancia comunista, de la primera se infirió: “ Sin la libertad nada vale” pues ello le permite al hombre revalorar su rol en la vida:
Sábato argumentaba: “no hay otra manera de alcanzar la eternidad que ahonda en el instante...ni otra forma de llegar a la universalidad que a través de la propia circunstancia...el hoy y el aquí...” y esto se arroja a todas luces en sus dos obras capitales en la narrativa latinoamericana, El Túnel (1948) y Sobre Héroes y Tumbas (1962) novelas cuyas obsesiones son el resultado de sus búsquedas.
En El Túnel, el amor, se presenta como un pretexto de apego a la existencia. No obstante, la desconfianza y los celos compulsivos arrojan al protagonista, Juan Pablo Castel, al horror de la locura. Los marcos artísticos, desarrollados en la trama y los cuales sirven de escenario a esta novela, nos proporcionan la inclinación de Sábato por la pintura y por lo tanto será la ilación a yuxtaponer a esta manifestación estética, también practicada por el escritor como acicates para capturar el color como puente a su admiración por la naturaleza.
Tanto El Túnel como en Héroes y Tumbas, los lectores encontrarán ese sentido mórbido de los personajes por escudriñar los “hubieres” y los pretéritos agotados por sinsabores del no retorno y sin embargo constantemente presentes por las frustraciones e impotencia de los protagónicos, seres atrapados en funestos ayeres, en contraposición con los principios de Sábado, pues él señalaba: no creo en el destino como fatalidad o como la tradición griega o como nuestro tango “contra el destino nadie talla”...
Héroes y Tumbas continua la dualidad de amor y odio entre lo claro y lo turbio, entre lo filial y amoroso, entre la venganza y el infortunio.
Situación temática equiparable en el discurso cinematográfico a Portero de Medianoche de la directora italiana Liliana Cavani.
Ernesto Sábato fue existencialista y casi un purista den su estilo discursivo, lo primero ya lo habíamos señalado con respecto a su postura con la filosofía sartriana y lo segundo se debe a su admiración por Borges, aunque también se nota en la laceración de sus tramas a lo Roberto Arlt escritor y periodista argentino también por él admirado.
Los fondos de Sábato son oscuros y densos, en su quehacer literario no hay felicidad. La acechanza y la sospecha se vuelcan constante perennes en sus planteamientos novelísticos y sus funestos desenlaces, vislumbran el pesimismo circundante de Sábato ante el mundo, sobre todo tratándose de justicia social y de la relación del hombre y su entorno.
La manera óptima de referenciar a un escritor, ya lo he comentado en otras notas es leyéndolos.
Sábato es un pilar narrativo y un espejo de su tiempo. Tiempo detenido como el cronopio de Julio Cortázar en caza de las ficciones gráficas por espantar al abandono, a la ignominia y a la belleza de lo oscuro, tema apasionante para el escritor argentino.
Ernesto Sábato, hombre de ciencia y letras, pieza de ajedrez de los más selectos y puristas juegos de raciocinios.
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