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martes, junio 23, 2009

Ignacio García: El poeta camina


I

A un poeta no le es fácil perder su lápiz,
escribir líneas derechas, no inventar tachones,
asomarse al mar y verlo en su furia extrema
hecho su vecino más próximo,
(sólo para saber que a llanto y ventisca
no se pueden hablar el uno al otro)


No le es fácil someter sus instintos,
ni negarse al derrumbe de visiones
que en turbulenta marcha hacia su alma
avanzan con espada y letra sin compasión alguna.


Le resulta menos complejo, envolverse en lábaros de fuego,
disfrazar su facha con ropajes de Gucci
y manejar un Rolls Royce de cepa británica


O, como yo: viajar a diario en su autobús foráneo
y confundir el tumbo del corazón
con los viajeros que cantan camino al palmar;
y les duele también amar sin ser amados
Claro, sufren: mas no en la forma
en como yo sufro de amor por ti…




II

Sin murmullo de espada al óxido
urgente de mar del sal como cuerda
y tire del velamen para detener la barca
Ni peso de barniz sobre la quilla
del esquife ceñido a luz perpetua
o largas telas de índigo teñidas
que un día utilizaste como prenda,
harán festejo alguno, cuando tu nave
encienda sus luces y a cadmio ardiente
inicie aquella tu partida sin retorno

No diré jamás “Llévame”:
Palabra hecha ceniza
antes de armar y amar
las redilas de tu olvido...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A un poeta no le es fácil amar...

Alguno cita: "Las alambradas sabremos cruzar... Te llevaré".

Otros citan:
No diré jamás "Llévame":
Palabra hecha de ceniza
antes de armar y amar
las redilas de tu olvido...

Usted siga caminando, déjese llevar por esas huellas de arena que sin duda, siempre llegarán al mar.
Ánimo poeta!!.

cristina caballero dijo...

Maestro: fue usted quién escribió por allá de los ochentas, "sólo una vez en la vida se puede ser bonzo"; he leído esos poemas innumerables ocasiones desde entonces, son copia de un material que una compañera del taller de poesía de la Salvador Díaz Mirón (creo que Antonia Woolf) me obsequió cuando las presentaciones de Voces Extramuros. Arturo García Niño nos decía en ese tiempo que uno podía vivir de "esto", incluso nos invitó a leer lo que entonces escribiamos. Yo nunca me animé porque pensé que en realidad no era escritora y menos poeta. Ahora, creo saber -por experiencia propia-, lo que significa el poder de las palabras. Una busca durante toda la vida creyendo en innumerables ocasiones que ha encontrado lo que buscaba, mientras el Amor, o la Verdad, o cualquier otro ideal con el cual una haya nacido tatuada, se queda en las sombras. Felices esas letras que no puede abandonar Maestro, aunque sean mar, o arena, aire o fuego, el poeta es la única quintaesencia que puede ponerlas en el crisol y sacar de ellas oro, plata o metales viles, según su propia alquimia. ¿Cómo podría yo, huir de ellas? Seguro que nadie puede, no quiénes hemos sido condenados desde antes de nacer a escuchar esta música donde cielo y tierra se reúnen, en nosotros y dentro de nosotros. Si mueren un día sus palabras, las mías, si se callan, será que hemos muerto, aunque sigamos vivos. Pero hasta entonces, como dicen por ahí, de todos modos "escribo para que la muerte no tenga la última palabra", saludos muy afectuosos