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miércoles, febrero 21, 2007

Los e-books


«... puedo imaginarme un futuro sin libros de papel, pero no sin libros ».
Juan Cruz, director de la Editorial Alfaguara


«Uno, ante estos augurios, se queda perplejo. No puede concebir un mundo en el que todos los libros quepan en un solo tomo, ni sabría renunciar a la individualidad de la obra, ni querría aceptar la inexistencia física de El cuarteto de Alejandría . Pero las ventajas prácticas del e-libro son tan apabullantes, que no habrá metáfora cultural que se resista. Y, el futuro, oiga, no hay quién lo pare ». (Tomado de un chat de la Red, moderado por Ramón Buenaventura)
"El camino que se nos ofrece no es tan sencillo como nos lo presentan los «misioneros digitales»" ni tan simple como lo consideran los «bibliófilos tradicionales»"
"... Estoy seguro de que las nuevas tecnologías volverán obsoletos muchos tipos de libros ... " (Umberto Eco)
Carlos Sáez en su trabajo citado «El libro electrónico» nos dice: «En primer lugar, el llamado papel digital, un descubrimiento del Instituto de Tecnología de Massachusetts cuyo director, Nicholas Negroponte, comenzó a darle publicidad hace ya algunos años. Este invento hace posible la fabricación de libros iguales a los de siempre, con su mismo tacto, peso y olor, pero que poseen las cualidades de una pantalla de ordenador. Asimismo, pueden adoptar la forma de periódicos que se materializarán en una pantalla plana recargable que evitará el uso del papel. Cada nuevo día tendremos acceso desde ellas a las noticias que los editores pongan en circulación». Estos libros son los llamados e-book (electronic book) y comenzaron a comercializarse a finales de 1998. Sáez nos informa que diversas empresas americanas y japonesas han lanzado o pretenden lanzar al mercado un objeto, del tamaño y forma de un libro convencional, que no esconde sino un ordenador de pequeño formato dotado de una o dos pantallas, equivalentes a una o a las dos páginas que un lector ve en un libro abierto, en color o blanco y negro, por las que pueden pasar con absoluta fidelidad las páginas de un libro, incunable o manuscrito, de una revista o de un periódico que el usuario pueda descargar a su gusto, eso sí, previo pago de un canon en concepto de enlace o suscripción (Sáez, Carlos. Op. cit.). Parece que estamos cerca de lo que Borges soñaba de un lector que puede tener a su disposición una inmensa biblioteca, con todos los libros imaginables, independientemente de donde se encuentren físicamente, porque han sido digitalizados y con ello se han convertido en ubicuos, es decir están en todas partes y a la vez en posesión de muchas individualidades..
En pocas palabras, aunque conceptualmente preciso, se puede definir al libro electrónico como un material digital de lectura. Su visualización más común es la pantalla del monitor de la computadora, ya sea en las de escritorio o las portátiles (laptop). Actualmente se pueden leer también, aunque su difusión es todavía muy reducida, en agendas electrónicas como las Palm y en dispositivos especiales ("eBook Readers"), diseñados específicamente para este fin, con una gran capacidad de almacenamiento (entre 1.500 y 500.000 páginas de texto) y la posibilidad de descargar nuevos títulos directamente desde Internet. En los Estados Unidos, cuna del "eBook", se está trabajando intensamente para ofrecer hardware y software asequible, seguro y fácil de utilizar tanto para los empresarios como para los consumidores. Estos esfuerzos parecen estar dando resultados: en Estados Unidos los "eBooks" están ya siendo utilizados por muchos profesionales, tales como abogados, médicos y farmacéuticos. Asimismo, las librerías americanas más importantes, como Barnes & Noble, ya están vendiendo programas de lectura y libros electrónicos. De hecho, los analistas esperan que el mercado para los eBooks y otros documentos electrónicos alcance los 70 mil millones de dólares (unos 61 mil millones de euros) en los próximos años. (Ver:«Breve historia del libro electrónico» http://virtualibro.com/).
En la historia del libro electrónico 1971 marca un hito muy importante porque en ese año Michael Hart digitalizó la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos, enviándoles una copia al poco más de un centenar de usuarios que en ese momento tenía acceso a la red ARPANET, precursora de la actual INTERNET. Asimismo ese mismo año marca el inicio del gigantesco, ambicioso y maravilloso Proyecto Gutenberg, que es definido como una gigantesca biblioteca de obras clásicas, totalmente gratis, en las computadoras, vía internet. Actualmente esta biblioteca supera los dos mil títulos. En una entrevista concedida en 1996 Michael Hart señalaba como meta para el 2001 una gran biblioteca digital y gratuita, integrada por diez mil libros totalmente libres de copyright y que por lo tanto era un desafío a las leyes del mercado cultural, razón por la cual había que seleccionar primero para luego pasar a digitar, aquellas obras cuyo copyright había expirado. En 1996, fecha de la entrevista, Hart tenía 49 años, es decir lleva ya 25 años dedicado a su proyecto (lo comenzó cuando tenía 24 años y era aún estudiante universitario), sin un real apoyo oficial, salvo el que proviene de la Benedictine University de Illinois. Reconoce, en la citada entrevista, haber recibido donaciones individuales de dinero y el apoyo de empresas tales como Apple, Next, IBM, Microsoft, OmmniPage/WordScan, TextPert, Groliers, Hewlett Packard y Bell&Howell, así como de la Universidad de Illinois. Para la realización de este proyecto, Hart señalaba que contaba (en 1996) con unos setecientos voluntarios de diversos países: Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Países Nórdicos, Japón, Italia, etc. Para él fue una sorpresa saber que algunos de sus colaboradores no eran jóvenes de 18 años, como él suponía, sino profesores ya maduros.
Un aspecto muy interesante, desde el punto de vista pedagógico, es el concerniente al pensamiento de Hart con relación a los libros y a la lectura. Al planteársele su opinión y su posición con relación la lectura, considerando que los especialistas en educación señalan que ella no pasa necesariamente por soluciones de alta tecnología (high tech),sino mas bien tiene que ver con hábitos de conducta, relaciones familiares, valores, culturales, etc. Hart señala que el Proyecto Gutenberg, en realidad no implica alta tecnología. Que lo que él hace es poner a disposición de potenciales lectores, completamente gratis, una biblioteca totalmente a la mano. Que ello no asegura la lectura, es cierto, y él pone un ejemplo: «Tú puedes llevar un caballo al agua, pero no puedes obligarle a beber». Sin embargo es optimista con relación a los beneficios de su proyecto: "En cualquier caso, creo que habrá mucha gente que leerá y utilizará nuestros libros. Creo que los libros electrónicos son muy útiles para los estudiantes. A mí me hubiese gustado tenerlos cuando era un estudiante".Al preguntársele que haría al llegar a su meta de diez mil libros, respondió que tal vez la extendería a cien mil o un millón de libros y probablemente extendería el campo de acción a periódicos, revistas, música, cine, etc.
José Antonio Millán en su artículo "Biblioteca Universal. El proyecto Gutenberg y otras muchas iniciativas quieren llenar la red de libros" al referirse al proyecto de Hart, dice: "Es pues, un proyecto altruista, muy en línea de los primeros momentos de la Internet, cuando se creyó que era la herramienta idónea para difundir a todos la cultura (y a propósito: aún no se ha demostrado que no pueda ser así...)"
Hay otros proyectos de textos electrónicos, mencionados por J.A. Millán, como The Etext Archives, más dedicado a obras políticas y religiosas; The English Server, con textos de humanidades; Internet Public Library, The Naked Word, e incluso Project Bartleby, en memoria del escribiente de la obra de Melville.
En el interesantísimo artículo publicado por Sophie Boukhari, en el Correo de la UNESCO, de junio de 1999, titulado "La literatura mundial en la red" se nos informa que desde 1995 el estadounidense Eric Eldred, fundador de Eldritch Press, viene publicando en Internet clásicos de la literatura que han caído en el dominio público (libre de derechos), con el objetivo de lograr constituir una biblioteca virtual para los estudiantes de letras. Según Boukhari "En los últimos años, millones de páginas de textos de grandes escritores, historiadores, poetas y filósofos han entrado en Internet, después de haber sido escaneadas o, lo que es menos frecuente, mecanografiadas. Hasta ahora, las obras así numerizadas son las más de las veces clásicos anglosajones o productos de la cultura occidental traducidos al inglés. Es posible, por ejemplo, bajar de la Red a una computadora personal textos de Aristóteles, Oscar Wilde, Tolstoi, Víctor Hugo, algunos autores árabes, persas, chinos o el Kama Sutra. Ya no hay que moverse para ir a buscar una obra que uno puede además guardar, imprimir, anotar, explotar a su antojo o enviar a sus amigos...Individuos tenaces, pero también organizaciones no gubernamentales e internacionales, universidades y Estados están creando esas bibliotecas virtuales con libre acceso. El Proyecto Gutenberg y The Oxford Text Archive (OTA) aparecen como pioneros ... Ciertas bibliotecas nacionales están empeñadas en una labor titánica: numerizar cientos de miles de textos e imágenes de sus colecciones. Las primeras en arrojarse al agua fueron la Biblioteca Nacional de Francia (BNF) y la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, explica Sonia Zillhardt, de la BNESCO. "Las demás se han lanzado sólo en los últimos tres años y suelen encontrarse todavía en una etapa experimental. Lo que falla a menudo es el financiamiento." Escanear una página cuesta entre 1 y 4 dólares, pero para numerizar colecciones enteras se necesitan millones. Lo más difícil, sin embargo, es romper la actitud conservadora de ciertas administraciones culturales, que entran en el ciberespacio a regañadientes".
LOS E-BOOKS
Pero, como señala Sophie Boukhari, existen algunos problemas todavía insalvables, entre ellos la realidad de los países pobres donde la democratización de la cultura, y por ende el acceso a Internet, está muy lejos de hacerse realidad. Al respecto Boukhari, escribe:
«A primera vista, las bibliotecas virtuales son una bendición para los habitantes de los países pobres: les brindan acceso a la memoria del mundo, ampliamente concentrada en el Norte. Pero para ello necesitan además una computadora, una conexión a Internet y dinero. "En numerosos países en desarrollo, el acceso a la Red sigue siendo algo teórico y el costo de la comunicaciones internacionales es prohibitivo", recuerda Philippe Quéau, director de la División de Información e Informática de la UNESCO. "Recuperar textos en la Red toma tiempo y cuesta caro: varios dólares por hora, en África, por ejemplo." ¿Cabe concluir entonces que el acceso a la cultura en línea está vedado a los habitantes del Sur? No, siempre que se desarrollen dos tipos de servicios. Por una parte, creando en los países pobres sitios espejo [Copia local de un servidor original instalado en otro país] de las ciberbibliotecas. Por otra, estimulando la difusión de las obras en CD-ROM (cuyo costo de reproducción es inferior a un dólar). La UNESCO, que lanzó la colección "Pública", distribuirá pronto un CD-ROM sobre los grandes clásicos árabes. Pero le cuesta mucho hacer otro tanto con la literatura en francés. "Tropiezo desde hace dos años con la inercia de la administración francesa, que no quiere entrar en conflicto con las editoriales, aunque las obras que quiero presentar en CD-ROM pertenecen al dominio público", señala Quéau, que denuncia el debilitamiento solapado del dominio público en provecho de intereses privados, "sea ampliando la duración de los derechos de autor, sea sacando partido de la tecnología."» (http://www.unesco.org/courier/1999_06/sp/comm/intro.htm)
Si hasta no hace mucho había muy pocos libros en la red en idioma castellano, actualmente ha aumentado considerablemente, aunque está muy distante de lo que aparece sobre todo en inglés. Sin embargo no quiero dejar de mencionar la excelente Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes Saavedra (http://cervantesvirtual.com/), donde podemos encontrar no sólo libros, algunas veces de una misma obra varias importantes ediciones, algunas muy bien ilustradas; sino también importantes artículos, discursos ( como el pronunciado, en 1905, por el Sr. Alejandro Pidal y Mon; Juan Valera, por encargo de la RAE con motivo del tricentenario de la publicación de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha), etc.
Asimismo encontramos que algunas editoriales digitalizan obras o algunos capítulos de obras de su fondo editorial. Es el caso de la muy importante Biblioteca Digital del Fondo de Cultura Económica, Fondo 2000. Cultura para todos. (http://omega.ilce.edu.mx3000/index.htm) (http://omega.ilce.edu.mx3000/biblioteca/sites/fondo/2000/htm)
Esta biblioteca digital contiene capítulos muy interesantes de obras de autores muy prestigiosos y que abarca los siguientes campos: Biografías, Computación, Filosofía Política, Física, Gastronomía, Historia, Lengua y Literatura, Psicología y Tauromaquia. El número de obras dedicadas a la historia de México (FCE es una editorial mexicana) es bastante importante y de obras muy significativas.
No quiero dejar de mencionar en esta brevísima relación de bibliotecas virtuales a las cuales tenemos acceso los usuarios, en forma totalmente gratuita, (porque existen otras bibliotecas virtuales que permiten el bajar [«download»] los libros pero previo pago de dinero, que por lo general es económico si lo comparamos con el precio del mismo libro en papel), a una revista tan importante como es El Correo de la UNESCO (http://www.unesco.org/courier/index_en.html)
En el campo educativo se cuentan con importantes digitalizaciones de literatura infantil.
En los años 80 del siglo XX apareció el DYNA BOOK, un prototipo librario bastante distante del formato del libro tradicional, que se independiza de la computadora y que permitía «leer» los CD-ROM de manera cómoda como se suelen leer los libros tradicionales. En su folleto de presentación, leemos: "DynaBook puts the incredible power of CD-ROM into a compact 14’5"x 2’75" electronic book weighing a mere 16 pounds… DynnaBook makes reading from CD-ROM data as sitting down with a good book".
Dyna Book no era sino la expresión tecnológica en una pantalla LCD (Liquid Cristal Display) de simple lectura, liberada de la computadora (en aquella época todavía de tamaño grande) y conectada a ella como periférico necesario, que actuaba a manera de concentrador de información o discoduro. Era el Dyna Book una pantalla táctil transparente como un cristal y exenta de teclado. Utilizaba un "driver" CD-Rom con convertidor analógico digital. Tenía también posibilidades de audio. Uno de sus mayores logros era la interacción por tacto con la pantalla. Sin embargo el DynaBook se extinguió muy rápidamente, porque en el fondo era tan sólo un lector particular de CDs.
En 1981 aparece el Diccionario Electrónico Random House, considerado el primer libro electrónico disponible comercialmente. En 1986 los editores Franklin Electronic agregan un diccionario electrónico en un dispositivo del handheld, produciendo el primer libro electrónico.
Conocemos los intentos de la firma Sony a principio de los 90 (1992), con su Bookman; así como los de Franklin Electronic Publishers, que carecieron de popularidad porque el intento de leer, en pantallas no del todo adecuadas, como las corrientes de aquellos años, distaba mucho de las calidades de las hojas de cualquier texto o libro impreso.
Poco después, las firmas Canon, Fujitsu, IBM, JVC, Matshushita, Microsoft, Minolta, Ricoh, NEC, y la misma Sony, junto con otras varias empresas, emprendieron un proyecto que debería tener todas las condiciones adecuadas para, si no de forma inmediata, sí en un período relativamente breve, intentar una alternativa digital al modelo tradicional.
No son muchas, sin embargo, las patentes y aplicaciones que en los últimos años del siglo XX y comienzos del XXI se han acercado, en menor o mayor medida, al libro electrónico-digital ideal. Las más han mimetizado el modelo computacional en sus primeras experiencias para permitirle prácticamente las mismas virtualidades que posee la computadora. Quizá el persistir en la tendencia absolutamente obsesiva por seguir dependiendo de la computadora, como punto de partida por parte de las empresas que trabajan en este nuevo modelo, frustra las posibilidades de verdadera ergonomía libraria que ha hecho fortuna durante más de medio milenio. No obstante, como tales presentaciones constituirán la protohistoria del nuevo soporte, vamos a verla aunque muy esquemáticamente.
En octubre de 1998, en el foro de la 1ª Feria del Libro Electrónico, bajo el patrocinio del NIST ( National Institute of Standars and Technology ) celebrada en Gaithersburg, Medford, USA, fue presentada la denominada iniciativa Open eBook (OEB) .Tal iniciativa se basaba en un acuerdo de especificaciones sobre la estructura de un modelo universal que utilizara las normas html y xml. Se consideraba este paso como esencial, dadas las características del naciente mercado electrónico, a la hora de uniformar los formatos de edición, lenguajes, contenidos, iconografías, conectividad, etc... "La pronta adopción de un formato standard constituiría una piedra miliaria en el mundo de la edición ".
"La presente convergencia de las tecnologías hará finalmente viable la publicación digital y se presenta como un atractivo desafío ". Tanto las firmas SoftBook como Novo Media´s RocketBook adoptarán sustancialmente dicha expresión normativa .
Un prototipo que comenzaba a parecerse al libro tradicional fue presentado en 1998 por la empresa americana SoftBook Press, fundada por Jim Sachs y Tom Pomeroy. en Palo Alto, California. SoftBook Press Inc. es un líder en el emergente mundo del libro electrónico . Es una compañía cuyo objetivo es desarrollar la sociedad sin papel por medio de las extensiones SoftBook y SoftBook Network, aprovechando las prestaciones de INTERNET. Parte de la idea de que Book + Technology = SoftBook. Su apariencia, sin embargo, lo asemejaba al mismo libro, a pesar de tratarse de un modelo monopágina, protegido en este caso por una cubierta de piel. La información se incluye en el softbook por medio de flash cards que permiten un almacenamiento de hasta casi las 100.000 páginas (también puede cargarse el modelo vía red). Fue presentado como tal en la feria Seybold de San Francisco el 30 de agosto de 1999. El 18 de octubre de 1999, el Atheneum de Chicago premiaba esta idea con el premio del Museo de Arquitectura y Diseño. Estudiado en profundidad, dicho modelo se parece más a los desarrollados PDA ( Personal Digital Assistent ) que al sistema librario que pretende mimetizar. Su modelo más avanzado es el Palm Pilot de la firma 3Com. En septiembre de 1999 la firma presentaba la posibilidad de ofrecer por este sistema los medios Newsweek y Washintong Post, así como un grupo de revistas: Time, Fortune, Money, New York Times, etc.
En la misma línea se encuentra el Rocket eBook ideado por los consultores californianos Martin Eberhard y Marc Tarpenning, a partir de 1996. Consiste este libro electrónico en una pantalla manejable con una mano, y que puede contener unas 4.000 páginas, o sea alrededor de 10 novelas normales. El Rocket ebook contiene en el sangrado de su pantalla un programador de sistema de visualización; un orientador de página, que permite leer en sentido vertical y horizontal en la pantalla; una barra de navegación, con un indicador de la situación corriente de lectura, con respecto al texto total; un localizador índice de títulos y un menú de opciones como: marcado de página, subrayado, notas, etc.
Otro modelo de esta misma firma lo constituye el denominado Everybook, de Daniel Munyan, en el que se obvian las carencias ergonómicas de la pantalla única, y se inclinan por la más aparente de la doble pantalla -doble página- ligada al libro tradicional. El diseño y concepción del Everybook es radicalmente diferente al de otros libros electrónicos. Cuando se abre el periférico de lectura ( libro ) aparecen dos páginas similares a las de un libro impreso, en las que puede desplegarse cualquier libro, así como periódicos, revistas, etc.... Fue creado por la empresa Everybook Incl. fundada por Daniel E. Munyan en 1995. Este modelo supone un salto entre los modelos computacionales y el mismo libro en sí. Puede ser utilizado por estudiantes, profesionales y por el público en general. "Este libro electrónico recoge toda la sensibilidad del lector acerca del libro tradicional, y permite el almacenamiento masivo, acceso rápido a cualquier información, y servicio en tiempo real ".Resuelve, mejor que otros modelos, los problemas de: transportabilidad, producción, distribución, ecología, etc
Sin embargo todos los modelos enunciados hasta aquí -que constituyeron el consorcio Novo Media- no han tenido en principio el éxito deseado, además de por su precio considerable, porque no dejan de ser una cierta transformación del ordenador más sofisticado, y por ende su peso es desproporcionado como para ser manipulados con relativa facilidad.
Otro de los grandes proyectos de libros electrónicos es el del equipo del Dr. Joseph Jacobson del MIT (Massachusets Institut of Technology), que tiene la ventaja de pretender brindarnos un libro electrónico que en apariencia es exactamente igual que un libro cualquiera de hojas de papel y tapas duras, excepto por un par de botones que lleva en el lomo. Basta pulsar uno de ellos y en pocos segundos en sus más de 200 páginas aparece impreso el texto. El modelo del año 1999 se basa en un nuevo pigmento, la denominada tinta electrónica: millares de partículas esféricas sensibles a la corriente eléctrica, blancas por un lado y negras por el otro, en la proporción de 250.000 por pulgada. Esa tinta, extendida por un papel especial, en contacto con unos microscópicos hilos, se activa de tal manera, que ofrece un texto similar al producido en el mismo papel por un procedimiento de impresión tradicional, e incluso de un contraste mayor al de la impresión láser. El correlativo movimiento de las esferillas activadas producirá otra página de texto, y así sucesivamente. Por otra parte la capacidad de almacenamiento del sistema es muy grande, ya que se puede cargar desde una computadora, una tarjeta o un disco óptico de alta densidad. Posee también la virtualidad de interactivar el contenido del texto con imágenes en movimiento, u ofrecer cortos independientes. Limitaciones, las tiene y muy considerables: además del alto precio por ejemplar -lo cual tiene su compensación a nivel de sus innúmeras posibilidades secuenciales de uso-, nos encontramos frente a un sistema excesivamente sofisticado y que necesariamente, según el proyecto, precisa de un disco duro, que aunque permita realmente -dada la capacidad actual de los mismos- transportar una biblioteca entera, no podrá eludir el alto BER ( Bit Error Rate ) que produce cualquier periférico de este tipo, amén de su peso y fragilidad. Pero será el tiempo el que discrimine entre los sucesivos modelos.
El sistema Sagredo-Hidalgo.( Patente P9801927 ) pretende también un libro electrónico que tenga las virtudes del libro tradicional y supere los inconvenientes de los libros electrónicos hasta el momento diseñados. El propio Sagredo, especialista que realmente nos iluminó muchos conceptos que no teníamos suficientemente claros acerca de los e-books y a quien venimos citando, señala que la diferencia esencial de este modelo con los anteriores, reside en que se desprende del contexto computacional en gran medida, para confeccionar un prototipo cercano al libro en su apariencia, y muy próximo a su vez, a los soportes más avanzados de información, ya que al fin y al cabo el libro no deja de ser un soporte de información. No se trata en él de expresarse en modos de computadoras más o menos perfeccionadas. Importa sobre todo extraer toda la rentabilidad de una pantalla universal de alta definición, como las que existen hoy en el mercado, y convertirla en hoja iluminada sucesivamente por el contenido de las de un libro tradicional; para mayor ergonomía, adoptamos la hoja doble y enfrentada, como en el mismo tipo librario. Este sistema está dotado de una serie de comandos, no más de 10, que permiten funciones de paso de página, subrayado, aumento del tamaño de la letra, color, etc... sin incidir en otras virtualidades multimedia, que complican, por el momento, el sistema adoptado. El texto no está en ningún disco duro, sino que se contiene en una tarjeta óptica que, editada en cualquier editorial avanzada, podrá ser adquirida en librerías, tiendas de artículos diversos o en un quiosco tradicional. El sistema, por tanto, está dotado esencialmente de un simple lector de tarjeta óptica de avanzada tecnología, basada en las potencialidades de los discos de la última tecnología; o bien de un lector de banda óptica o del denominado papel digital, que en su día fuera patentado por CREO Products. Lo que busca este sistema es desprenderse de cualquier soporte circular, de lectura normal en espiral y con cabeza óptica; para pasar al modelo secuencial de barrido de un soporte rectangular y de lectura similar a la que nuestro ojo produce sobre el papel tradicional. Dado el desarrollo de tarjetas de este tipo, ideadas por CANON y DREXLER, resulta sumamente sencillo, nos dice Sagredo, incorporar dicho elemento, y, además, su precio es irrisorio en comparación con el de cualquier ejemplar, libro o revista. De este modo, asimismo, este sistema pretende desprenderse de la celulosa para siempre; (Según Sagredo lograr que los árboles nos enseñen el bosque). Y, lo que es más importante, se pretende lograr que el nuevo ebook pueda ser llevado con nosotros, si así lo deseamos, hasta los lugares más remotos del universo. Asimismo, y dadas las capacidades y autonomía de las actuales pilas de energía, no es difícil adoptar un modelo que permita una autonomía, como la de cualquier artilugio que hoy manejamos a diario: teléfono portátil, casete, cámara digital, etc... Cualquiera podrá adquirir o recargar las tarjetas que desee, con los libros que se adecuen mejor a su función profesional, científica, cultural, recreativa, personal o colectiva, y transportarlos fácilmente a cualquier lugar. Al conjunto del sistema sus creadores (Sagredo-Hidalgo) lo han denominado, con marca patentada, BIBLIOTRON.
Algunos futurólogos consideran que para el cercano 2006 los libros electrónicos estarán ofertándose en las librerías tradicionales y quioscos, de tal manera que para el 2009 la venta de libros electrónicos superará a la venta de libros de papel, previéndose que para el 2015 las bibliotecas digitalizarán todas sus obras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece un artículo interesantísimo, que además cita nuestra revista, El Correo de la UNESCO. Quería advertir al autor que existe un alias que apunta siempre al número más reciente, en español. Esta url es: http://www.unesco.org/es/courier

Gracias por su interés en nuestro trabajo.

Lucía Iglesias Kuntz, El Correo de la UNESCO