Los personajes de segundo plano.
Por Manuel Salinas
Hay actores cinematográficos que durante la mayor parte de su vida profesional interpretan personajes de segundo plano que dejan una profunda huella en la memoria del espectador, por la calidad de su interpretación, su definido carácter, su versatilidad. Algunos de ellos han alcanzado premios como el Oscar y regresan a escenificar en ese segundo plano con una larga e intensa vida productiva. Llaman nuestra atención Vincent Schiavelli, Harry Dean Stanton y Fahrid Murray Abraham, a quienes seguramente se desconocen por su nombre de actor, identificándolos más bien por el nombre o la iconografía de los personajes que interpretaron.
Vincent Schiavelli (1948-2005), el hombre de los ojos tristes, interpretó más de un centenar de personajes en cine y televisión, identificado por sus actuaciones en Atrapado sin salida de Milos Forman(1975), muy joven como el Sr. Fredikson, que inicia su actuación en el hospital psiquiátrico formando parte de un grupo de pacientes internos, cuando recibe su dosis de pastillas que la enfermera y un ayudante les entregan para tomársela, su mirada extraviada, aunque directa y frontal nos muestra a un hombre joven vestido con una bata blanca, a veces alegre, otras serio, siempre en los extremos gestuales; interpreta al fantasma de carácter cambiante del metro de Nueva York en Ghost de Jerry Sucker (1990); al asistente del músico cortesano Antonio Salieri en Amadeus de Milos Forman(1984), en una breve aparición en el inicio de la película; en Batman regresa de Tim Burton(1992) es el Organ Grinder, un criminal disfrazado de organillero que oculta en su instrumento una ametralladora de varios cañones, como agresivo secuaz del Pingüino. Murió a los 57 años en Sicilia.
Fahrid Murray Abraham (24 de octubre de 1939)
Fahrid Murray Abraham logró un Oscar con su interpretación del personaje de Antonio Salieri en Mozart de Milos Forman(1984), quien también recibió este premio por su realización. Aparece en Caracortada de Brian de Palma, interpretando a Omar, un delincuente drogadicto que es asesinado por traición, quedando colgado de una cuerda en el cuello desde un helicóptero que vuela a baja altura para ser bien observado como ejemplo del castigo a un traidor. Después del Premio Óscar, le ocurre, según la prensa de espectáculos, el denominado síndrome de La maldición de los Óscar (Oscar Jinx). De esta manera se le vincula con el fenómeno de ganar un Óscar y no mantener una trayectoria de alto nivel. Pero él rechaza esta percepción ya que el premio le respaldó para ser profesor en Harvard y Columbia y su perfil de actuación le permite seguir siendo la persona sencilla y discreta que acostumbra, permitiéndose asistir a cualquier lugar sin tener que cuidar situaciones especiales para resguardar su intimidad y seguridad.
Harry Dean Stanton (14 de julio de 1926) interpreta magistralmente a Travis, un hombre que nos sorprende al aparecer en el desierto en la búsqueda de sí mismo, abandonando a esposa e hijo, reencontrándose con ellos para después dejarlos nuevamente ahora juntos los dos, para que hagan su vida más felices sin su presencia y abandonarnos a nosotros como espectadores para encontrar o construir nuestro propio final cinematográfico, todo esto en París Texas de Wim Wenders(1984), en esta película actúa en el papel protagónico para después regresar a los personajes de segundo plano en una de las aproximadamente 74 películas en las que participó como son; El Padrino II de Francis Ford Coppola(1974), donde es uno de las guardaespaldas del mafioso Frank Pentángelli, el testigo protegido que en principio atestigua contra Michael Corleone pero al final se retracta y queda limpio el nombre de la familia; como Brett uno de los 7 tripulantes de la nave Nostromo en Allien, el Octavo Pasajero de Ridley Scott(1979), donde resulta ser la primera víctima de la extraña criatura; es Johnnie Farragut en Salvaje de Corazón de David Lynch(1990), como esposo de Marietta madre de Lula(Laura Dern), pareja de Sailor(Nicolas Cage), éste último el yerno odiado por la bruja mala que es su suegra. Johnnie ama profundamente a Marietta quien le provoca celos constantemente por su relación con el mafioso Santos quien lo asesina para quedarse con la trastornada bruja mala, ya la había dejado viuda anteriormente, es una mujer que araña los sesenta años, muy codiciada por sus pretendientes mafiosos, todos ellos con manifiestas patologías emocionales igual que ella.
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Federico Fellini y David Lynch, entre otros directores cinematográficos, tienen toda una galería de personajes de segundo plano que ponen de relieve la diversidad corporal y mental del ser humano. Narran la existencia de submundos marginales donde toda afectación o anormalidad se vuelve cotidiana y natural. Son personajes de impresionante presencia algunos encantadores, otros retorcidos, en los extremos del comportamiento conductual y la expresión corporal.
Observar el desempeño de los actores que interpretan personajes de segundo plano, sin descontextualizarlos, nos permite disfrutar otras dimensiones de las obras cinematográficas.
1 comentario:
entonces... una película podrá sostenerse solamente con actores secundarios; una película podrá sostenerse tan solo por su banda sonora; una película podrá sostenerse sin actores (imaginando la Nouveau Roman, francesa de los 50´s);el director decide quien es protagonista y quien actor secundario, pero y el público que llegamos a invertir los papeles, dando mayor relevancia a segundo porque nos parece que éste es quien sostiene el trabajo realmente, dónde quedamos; se podrá dejar aislado al protagonista de tal manera que no existan ni antagonistas ni patiños ni coprotagonistas; podremos prescindir del protagonista porque en realidad hay una visión cósmica que vista según convenga, invierta los papeles en la realidad no controlada, y no existan sino las circunstancias como autentico primer plano; Manolo me pones a divagar demasiado; pienso en los actores como piezas movidas a conveniencia y accidentalmente protagonistas; cómo lo sería si mirásemos a través de los ojos del actor secundario, se invertirían los papeles?? felicidades por tu artículo
carlos garcía
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