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sábado, febrero 03, 2007

Ignacio García: Julio Jaramillo



Para Alix: Por fin, otra vez, y con Jaramillo en la rockola

La apología del texto

Uno de mis dos únicos lectores que tengo en estas páginas, dirá que, después de escribir sobre el éxtasis que me produce Arvo Pärt, mencionar aquí a Jaramillo es el colmo de la naquez; o bien, que seguramente he perdido sensibilidad, producto de haber abandonado este blog por algunos días.


Nada de eso. Esta nota obedece a varias razones; algunas planeadas, otras puramente circunstanciales: el encuentro con una antigua amiga, un obsequio increíble de parte de ella, y su deseo de ir a una de esas viejas cantinas del puerto a escuchar música de Jaramillo y beberse unas cervezas; cosas que había yo retartado y ahora cumplí.

Cuando ella se presenta está vestida con un traje sastre color cobalto, un bolso Armani (que no puedo imaginar pirata), y el cuerpo envuelto en una leve capa deVersace Metal Jeans. Cuando entramos a la cantina, nadie se inmuta: el cantinero me conoce y ofrece de inmediato una mesa y una buena dotación de monedas para la rockola. Ella me entrega entonces el obsequio

Es un paquete con dos Cds por separado- El primero, Psalom del mencionado Pärt (y como apología frente a uno de mis dos lectores) , el otro CD es toda una delicia: un remasterizado del último álbum grabado por Julio Jaramillo, el compositor y cantante ecuatoriano. Como muchos no habrán de saber, Julio murió debido al alcohol (uno puede morir de cualquier cosa, pero cuando se muere de cirrosis alcohólica el escándalo es mayor…¡Como si a la muerte le importara a quién se lleva y de qué!).

En sus últimos días la compañía disquera del cantante buscó a toda costa que éste grabara un acetato final. Todo fue en vano. No había forma de sacarlo de una cantinucha del barrio de Villavicencio (Guayaquil) en la que Jaramillo se metía. Ante el fracaso, a los disqueros les vino una idea: “Si la caguama no viene a ti, tú ve al caguamero”. Sobornaron al cantinero y metieron equipo de grabación a la piquera de manera furtiva. Entraron muy de mañana, antes de que Julio llegara (como a las 10 a.m. es una hora ideal para quitarse la cruda) e instalaron micrófonos debajo de la mesa, la grabadora entre los pomos, los cables disfrazados con un tapete viejo, y así…

Inevitable e infaliblemente Julio se apareció en la piquera como a las 10:01 de la mañana. Pidió su primera cerveza y un trago de alcohol que bebía juntos de una sola pasada (al único que he visto hacer eso es a Talavera). Para su sorpresa, a los cinco minutos de haber entrado, se le sentó a su mesa una hermosa mujer (no más que la que tengo ahora al lado mientras perpetro este escrito) que le pidió le cantara una melodía.

¿Así? ¿A la de ya y sin música? –preguntó Julio.

Otra “sorpresa” le aguardaba. En esos momentos, y de forma distraída y con cara de medios crudos, apareció un trío (conocido ya por Julio) llamados “Los Jaibos” cuyo trabajo era andar por tardes y noches, de cantina en cantina, ofreciendo sus melodías por ese barrio; y ya aleccionado para saltar al foro del congal a esa hora.

¡Ai tenéis! --Dijo la mujer entusiasmada.

Lo único que Julio pidió como condición fue una segunda tanda de bebida para “afinar” la voz.

¿Qué pieza quieres? –interrogó el cantante.

No esperó la respuesta de la mujer.
O sus gestos, movimiento de cuerpo, o aura etílica poseían ya un código, o “Los Jaibos” ya sabían cuál era la canción con la que Jaramillo comenzaba; porque, apenas inclinó la cabeza y chasqueó los dedos, el requinto se dejó venir con una hermosura de pieza que inicia con estos versos: “Me muerdo los labios / para no llamarte

Debo aclarar algo. Si bien el CD se presume de remasterizado, es sólo en la medida de su conversión de un acetato de 33 rpm, al tamaño y material de un compacto normal. Todo lo demás los editores lo dejaron como tal: el arrastre de las sillas, el corte del botón en la grabadora, la voz de la mujer, la afinación de una de las guitarras, y --de vez en vez--, a cada rato, la voz de Jaramillo pidiendo “otra”. (1)

Retrospectiva

Llegando al viejo colchón donde duermo, he traído conmigo un viejo walk-man (¿así se llaman todavía?) y escuchado con más catatonia que conciencia el disco aludido (Homenaje a Julio, Grabaguayaquil, 1979-2006). No sé qué es lo que otorga a las canciones de Jaramillo este grado de nostalgia, esta pureza de melancolía. Su voz allí se oye zurcida a la música; es un Julio separado, apartado del mundo y (valga la expresión) embebido en un mundo suyo, único…pero no por ello avaro: a uno le toca parte de ese universo, sólo permisible si se es capaz de entender a quién, porqué y cómo es que el artista expresa su existencia. Tal vez sea el alcohol quien permite al cantante fundirse con su música, su letra: la sinergia espiritual, el ánimo desgarrado y un solo hombre que hace de cada pieza el recorrido de toda una existencia brutal. Su voz ahí es la verdadera, sin trucos ni maquillajes: el grito del alma que en ese momento, y hablando de algún corazón-amor dejado sabe dónde, el cantante nos dice: “Ya veo que me lo devuelves / pero yo te lo di entero / en pedazos no lo quiero / te puedes quedar con él

Si hago mención aquí de estas letras, es porque Julio no era sólo un "letrero" por encargo. Más bien fue la propia vida la que encomendó a su talento esas letras para que describiera la clase de existencia que le tocó probar dentro de ese azar de vidas únicas y desgraciadas. Y ello, le fue a Julio una suerte de poesía provinciana que alcanzó a cimbrar al más insensible de los burgueses en el mundo: "Me duele el corazón / No siento el alma / me matan los recuerdos que dejaste".

En el CD aludido, la voz de Julio se cose a la letra con aguja capotera: se talla limpiamente y se enrosca al espacio. Y rebana, cuando de pronto se oye decir: "No voy a llorar / porque la vida es la escuela del dolor / donde se aprende también a soportar / las penas de una cruel desilusión"

Algo de mucho, de esa garganta, destaza, y Julio es el carnicero ideal: vívido, exacto, reposado. La cizalla de su voz (ya mezclada con una media docena de alcoholes) es aún más pegada a su carne y el co-habitar de sí mismo a una vida que le otorgó esa sensibilidad estremecedora. Cuando llega a decir "Es una deuda que tienes que pagar / como se pagan las deudas del amor", ya para él no existe mujer alguna, ni mesa, ni cantina ni nada: existen sólo él y su música; él y esas letras que no son signos imborrables de su vida misma.

En fin, que si de Arvo paso a Jaramillo es sólo por pura nostalgia de un mundo ya vivido por mí y por muchos otros. Un universo que parece infrahumano, desprovisto de esperanza, antisocial, inaceptable, marginal y desechado. Por razones claras que yo sé y entiendo, ese mundo es todo lo contrario. Porque es más bien de esos lupanares, de esas ruinas del desprecio, de donde (no sé porqué, confieso) ha surgido mucho de lo que hoy estremece y hace llorar a gente sentada en su mullido sofá y micrófonos en las orejas. Algunos no saben, no conocen, o ignoran de propia conciencia, que ese CD de Mozart, de Nirvana; ese libro de Nerval o Novalis, o el propio remasterizado de Julio del que he hablado esta vez, es el producto de alguien cuyo mayor mérito en la vida es el de haber sido llamado "maldito".
Julio murió el 9 de febrero de 1974... Dos días después de haber grabado este CD. Murió en el completo olvido y sin más en el bolsillo que una deuda que hoy yo he pagado por él.

El retorno

Cuando salimos de la cantina, el rostro de Alix es aún más brillante. Su traje sastre sigue impecable, pero esa leve capa de Versace que emana de su cuerpo, se ve ahora mezlada con la del humo del cigarro, la destilación del agave y el inconfundible e imbatible aroma de cerveza Indio que ella prefirió beber. Atravesamos la calle para que ella aborde un taxi. De la cantina --producto de tanta moneda depositada en la rockola-- aún se escucha la última canción de Jaramillo. A medida que me alejo del lugar para abordar mi autobús, la voz de Julio se va apagando con una nota que me hace reventar el corazón: "Prendido a la fiebre /brutal de mi sangre..."

A punto de regresar a la cantina, apresuro el paso y levanto la cara. Como para Julio, ahora ya no existe más que la vida con sus desgracias y bondades. Lo mismo que él, trato de hacer que aquellos versos me encienden y sea lo único que exista; trato de olvidar a quien de pronto, llegó y se instaló en las fibras de un corazón hoy extasiado y punto de explotar. Lo hago sin nada más que la compañìa de aquel otro poeta que dijo: "Porque las sombras que tú creas / no tienen derecho a esta noche".

Sábado 3 de febrero, 2007

(1) El CD fue conseguido entre los tianguistas de la plaza de Coyoacán en el D.F. y contiene sólo 9 piezas, todas, no solamente en "vivo", sino vivas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ignacio García, tu tercera lectora —fans de las de antes— solicita una sesión para escuchar el disco de Jaramillo en tú compañía

Anónimo dijo...

¡Va! Sólo que así de anónimo el asunto, sin referencia alguna y contando que en toda mi vida literaria he tenido como cuatro lectoras, sería difícil saber (entre las dos que me olvidaron) quien eres que deseas escuchar esta belleza de Jaramillo

Unknown dijo...

Cesar Casanova (Colombia).Ojala leas esto me encantaria conoser el nombre del ultimo albun del Gran Ruiseñor de America o mas conosido como JJ.

muchas gracias
cesar casanova1@hotmail.com

Anónimo dijo...

César estimado, he leído tu comentario. Si lees al final te darás cuenta que digo que se trata de una especie de disco pirata o algo así...parece que disco, disco, así salido de una disquera, jamás salió y que, quienes grabaron esa sesión de Jaramillo, vendieron la cita en una millonda a un riquillo de Miami. Espero estos datos te sirvan un poco más...Gracias por disfrutar conmigo de esa pasión de voz que es Julio Laramillo.

Ignacio

Unknown dijo...

Oscar Ortiz, desde Colombia. Saludos Ignacio. Leí tu hermoso escrito, de verdad muy bueno. Como amante de la música de Don JJ quisiera hacer algun comentario, referente a la fecha de su fallecimiento: si mi memoria no falla creo que fue el 9 de Febrero de 1978. Creeme que tengo envidia de la buena al saber que existe una grabación bajo tales condiciones que tu describes. Que joya!!!! 30 años sin JJ en cuerpo... pero 30 años con JJ cantando cada vez mas fuerte y triste........
Saludos

daniel ruiz dijo...

hola soy de guayaquil ecuador vivo en italia navegando. en busqueda de musica y videos de Julio Jaramillo he llegado a esta pagina te confieso que no he leido toda la historia , quiero saber si el de la foto esres tu?...... soy coleccionista de la musica de JJ pero no soy nadie a lado de estos mounstros que poseen miles de canciones yo a duras penas llego a mil, pregunto he visto videos muy antiguos de Daniel Santos Javier Solis ....... y de julio Donde se perdieron sus videos???????