Teniendo como fuente de inspiración aquel verso de W.H. Auden que reza: Si el amor igual no puede ser, que sea yo quien más ame, la autora retoma cada una de las letras de este hermoso pensamiento y lo traduce desde su propio interior para los lectores.
El Editor
S aberte vivo, me basta
I maginarte cerca
E n las sombras protegida
L ogra calmar mis ansias, sólo por un instante.
A marte así, pecado y gloria
M e atormenta y me seduce, me libera y me condena
O curre que alma y cuerpo, te esperaban
R encontrándose.
I gnoraba este vacío,
G estado en el comienzo.
U na sola voz, una sola dirección
A bsorbiendo mi albedrío
L imitando, castrando
N i por un momento presentía…
O ¿acaso te busqué?
P uede ser que coincidimos en
U n tiempo inoportuno.
E ntregarse así en la locura, por cobijo
D e nada sirvieron las barreras, la moral
E ncontraba lo buscado
S ólo el amor
E ncendido en mil colores
R ecobrando el sentido.
Q ueriendo lo prohibido.
U na vez nada más
E vasión y encanto
S ea ¿arriesgarse para ganar?
E namorarse así, sin recibir lo mismo
A costa de todo lo que ya era mío.
Y de hecho aquí sigo.
O cupada mi mente, para no pensarte.
Q ue dulce tormento, evocar tu imagen, tu aliento
U n sueño cobrando realidades
I nquietante recuerdo que me abraza
E ncontrando solo así, un poco de consuelo
N o me arrepiento, pues
M ás sabe mi ser transformado en deseo, quien
A pesar de todo, te invoca
S erá amor?
A ún cuando la razón me obligue,
M antendré intacto el embrujo
E scondido bajo la piel.
Lucinda Altamirano
I maginarte cerca
E n las sombras protegida
L ogra calmar mis ansias, sólo por un instante.
A marte así, pecado y gloria
M e atormenta y me seduce, me libera y me condena
O curre que alma y cuerpo, te esperaban
R encontrándose.
I gnoraba este vacío,
G estado en el comienzo.
U na sola voz, una sola dirección
A bsorbiendo mi albedrío
L imitando, castrando
N i por un momento presentía…
O ¿acaso te busqué?
P uede ser que coincidimos en
U n tiempo inoportuno.
E ntregarse así en la locura, por cobijo
D e nada sirvieron las barreras, la moral
E ncontraba lo buscado
S ólo el amor
E ncendido en mil colores
R ecobrando el sentido.
Q ueriendo lo prohibido.
U na vez nada más
E vasión y encanto
S ea ¿arriesgarse para ganar?
E namorarse así, sin recibir lo mismo
A costa de todo lo que ya era mío.
Y de hecho aquí sigo.
O cupada mi mente, para no pensarte.
Q ue dulce tormento, evocar tu imagen, tu aliento
U n sueño cobrando realidades
I nquietante recuerdo que me abraza
E ncontrando solo así, un poco de consuelo
N o me arrepiento, pues
M ás sabe mi ser transformado en deseo, quien
A pesar de todo, te invoca
S erá amor?
A ún cuando la razón me obligue,
M antendré intacto el embrujo
E scondido bajo la piel.
Lucinda Altamirano
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