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lunes, julio 12, 2010

Antonia Martínez Woolf: Conjugando del silencio



CONJUGANDO DEL SILENCIO
Antonia Martínez Woolf


EN SILENCIO

Escondo mi tristeza
No digo lo que siento
pero si lo hago traiciono mi yo interno
desnudo mi alma
y no sé bien si quiero hacerlo.
Quizá como Rodrigo
supe hace tiempo
que los juegos de todos no me gustan
Una infancia disculpa cuando ya no se es niño
No reclamo el cariño que me niegan
Porque tal vez ni pedirlo quiero
espero el tiempo en que las palabras mueran
y al abrigo de la noche acabar con mi afán de perfección
que saben lo que callo
ser vaso de cristal tan transparente
que sobre las preguntas
cuando todo mi ser, mi cara, mi boca, mi pelo,
mis ojos quietos mirando al tiempo
mi andar rompiendo cosas sin ver el suelo
expresen lo que siento sin palabras
den figura a mi espíritu
y digan cómo soy en el silencio




ROMPE EL SILENCIO

Hasta mi último aliento accederé al silencio.
Mi silencio.
Mientras tanto, gritaré
golpearé al cielo con los puños cerrados
resonará mi cuerno
para llamar al silente estallido
de mi impulso vital
Soy si existo y mientras sea
echaré al vuelo mis campanas
Cuando deje de ser
giraré sin descanso para cansar mi carrusel de vida
Y perder el temor a percibir el retumbante ruido
de la muerte corriendo bajo mi piel




NEGRO SILENCIO

Oscura soledad sin asidero debe ser el suicidio.
Terrible momento
cuando la mano que sostiene el revólver contra la sien
recibe la orden inaplazable de jalar el gatillo.
Soledad roja.
Negro silencio
Detrás del estallido que triza el día y la noche
el derrumbe total hacia un profundo pozo… y se acabó
Después… ¿qué?:
Explicar a un Supremo Hacedor
que nos sobraba el odio, el amor, la risa, el llanto
y nos venía grande el tiempo por venir
porque nuestro cuerpo
traje usado, gastado pasado de moda
dejó de gustarnos o nunca quizás nos gustó
Cobardía
Locura
Suprema valentía
No sé
Si están muertos los que querían vivir
los que quieren morir deben hacerlo.
El suicida esgrime razones contundentes ante su yo inerme
para justificar su razón de no ser.
Plegarias y ceremonias justas para exorcizar la vida de su vida
y lanzarse al espacio infinito de su muerte.
Si es así, bien pensado…está bien.


CUANDO ABRIERON EL HUECO DEL SILENCIO

Quizá sin preguntarme
cerraron sin mi anuencia
varias puertas internas
cuando abrieron el hueco del silencio
Tal vez no vuelva nunca
el placer de sentir otro cuerpo acariciar mi cuerpo
de oírnos uno al otro sin palabras
como escuchan las olas al viento
Quizá ya pasó todo
y en mi vida sólo grita el recuerdo
Pero entonces
¿Por qué odio la soledad que me acompaña en todo momento?
Porque veo en el espejo
una imagen que no corresponde a mi tiempo
Tal vez porque aún espero,
quizá porque me siento tan viva
me niego a morir por dentro.


Poemas tomados de Conjugando el silencio (Veracruz, 1989-1990)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi querida Toñita te adelantaste,la mirada se me nubló cuando con sorpresa leí en el periódico el escrito de tu hermano donde me enteré de tu partida, te recuerdo siempre en los talleres litearios de la Casa Díaz Mirón que generosamente hizo posible Jaime Velázquez a través del IVEC, nos hace falta desde ya hacía tiempo tu alegría, tu ternura, tu presencia, tus poemas que dicen tanto, que guardamos como aporte valioso al arte y la cultura porteñas, que respetuosamente uno de ellos quiero parafrasear...tus ojos quietos mirando al tiempo
tu andar rompiendo cosas sin ver el suelo
que expresaron lo que sentías sin palabras
daban, dieron, dan figura a tu espíritu
y dicen cómo fuiste eres en el silencio....
Un hasta pronto con el cariño y respeto de siempre.
Manolo Salinas.