R.S.V.P.
Gabriel Fuster
Nada como la invitación a una fiesta exclusiva:
esmoquin y perlas, firmeza sobre el pulsado timbre
Tu empleo es evocar caras mundialmente conocidas
e invadir los grupos satélites en busca del chisme-
Hay gente interesante, hay gente pendeja
y los ricos canapés disminuyen en la bandeja
Tenemos negocios que inician de manera libre
Tenemos amistades que terminan al primer “hola”
Una copa se cierne peligrosa sobre el piano de cola
cuál coquetería de los escotes ante la mano invisible
Los herederos nos tapan los ojos cerca de la piscina
¡Oh, no! La broma más triste
y volvemos a reunirnos dentro la plática de las chicas,
confidencial y simple
La estatua mete tropezones en la colección de arte,
un botín no visto desde la Roma antigua.
El viejo Sileno corteja descaradamente a Astarte
y la esposa del sátiro anuncia la hora de despedida.
Hay sexo en el baño, hay carcajadas en el bar
y la alfombra luce como terrible abattoir
Tus ojos se reducen a la cocaína que alguien comparte,
hasta que descubres el cuerpo tirado a tu lado;
esa pareja de baile se columpia del candelabro,
pero has visto cosas más raras en otra parte.
Nada como la invitación a una fiesta exclusiva
para palpar la levedad que no todos somos iguales.
Primavera de engaño en los aparadores de firma,
pero todo sea por la inservible página de Sociales.
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