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miércoles, mayo 02, 2007

Carolina Cruz: Sobre el Parque Zamora




Viola el proyecto de intervención
del Parque Zamora Tratados Internacionales: INAH

Carolina Cruz

En el documento “Análisis de la propuesta del estacionamiento subterráneo e intervención en el parque Manuel Gutiérrez Zamora de la ciudad de Veracruz”, que arquitectos conservadores del patrimonio cultural del Instituto Nacional de Antropología e Historia (Delegación Sindical DII-IA-2), presentaron al público en general, firmada en Churubusco, México, el pasado 19 de febrero, los especialistas señalan múltiples por qués acerca de lo inviable de dicho proyecto, pese a la persistencia del alcalde Julen Rementería, que desesperado ve cómo el tiempo se le acaba sin concretar el ambicioso proyecto tramado por él y sus personeros de la iniciativa privada.
El munícipe se esta metiendo en camisa de once varas, pues los arquitectos señalan que dicha intervención viola diferentes Cartas Internacionales de protección. No son sólo razones históricas, sociales, arquitectónicas y antropológicas, sino las hay legales. “Es indispensable su conservación de acuerdo a la Carta Toledo-Washington de 1987 porque forma una unidad que contiene diversidad de expresiones arquitectónicas de diferentes épocas y da testimonio de la historia urbana del puerto de Veracruz”, alegan.



El Parque y su entorno, se ubican dentro de una serie de categorías en la doctrina de los tratados y acuerdos internacionales para la conservación y salvaguarda de sitios históricos y patrimoniales. En primer lugar porque es un monumento, afirman en su dictamen: “Su significación cultural es inseparable de la historia de la cual fue testigo” por lo que cualquier intervención cae dentro de lo establecido en los artículos 1 y 2 de la Carta de Venecia (1964), además según las recomendaciones de Nairobi, el parque Zamora se ubica dentro de la categoría de “conjunto histórico y tradicional”.



Transformado en parque aproximadamente por el año de 1914, quedaba fuera de la antigua ciudad amurallada, ese sólo hecho es de por sí valiosísimo para la historia de Veracruz, el primer parque. Era el área de transición entre la ciudad y los nuevos barrios, nuestros antepasados caminaron por sus veredas. A lo mejor hasta los de Julen también. Ah, no, es descendiente de españoles, perdón.



Era “el destino final y remate visual del Gran paseo de la Libertad, hoy Salvador Díaz Mirón”. Pero hay otros motivos de equivalente importancia a los históricos y legales: los ecológicos. El Parque, aparte de perder su autenticidad histórica, sin los árboles que posee, citan los investigadores, perdería también el carácter de área de recreación sombreada, “las especies de árboles que se pudieran sembrar en una plancha de concreto no alcanzarían nunca la altura de los árboles que hoy existen -y previenen- esta situación provocaría inconformidad social”.
Pero además insisten en que la intervención privilegia los intereses de la inversión privada (lo sospechamos desde un principio) y el estacionamiento es una sobre oferta de servicio, como ya se demostró en el estudio hecho por la Universidad Cristóbal Colón, que el Ayuntamiento de Veracruz se encargó de embodegar, pues contradice todo lo dicho por él.




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