Encuentra a tus autores aquí

jueves, mayo 17, 2007

Humberto Hernández Gálvez: Muerto Inválido



en el centro infinito de la noche al borde confuso de la apariencia donde no acaba la muerte de olvidarte niegas los ojos muerto sin dignidad muerto angustiado muerto a medias muerto en salmuera muerto anónimo muerto impasible muerto anémico muerto frustrado muerto sin memoria muerto perpetuo muerto deshonroso muerto marchito muerto insepulto aunque exhumado muerto triste muerto muerto muerto inflexible muerto hueco muerto inconcluso muerto sin ambiciones muerto residuo de la muerte muerto sin paz muerto petrificado muerto sin muerte muerto crónico muerto de nadie muerto jodido muerto insignificante muerto subdesarrollado muerto incomprensible muerto surrealista muerto momificado muerto atónito muerto que no te permiten criar gusanos ni aspirar a la grandeza de ser ceniza polvareda eternidad muerto imposible muerto despojado de su derecho a morir totalmente a gozar la plenitud sencilla de la muerte muerto chupado muerto indispuesto muerto traicionado muerto sumiso muerto inhumano ¿donde quedó el hombre que fuiste y ya no eres? muerto rebelde muerto tanto tiempo inmolado en la lápida mineral de ritos desdeñosos a dioses adioses de violencia sin sangre ni muerte muerto incansable muerto postergado muerto a deshoras muerto a medias muerto pendejo muerto pueril muerto sobrante muerto caduco muerto incorruptible muerto sin muerte muerto reflejo muerto inventariado muerto ejemplar muerto faraónico muerto añejo muerto aquí muerto de todas partes muerto nuestro santo muerto muerto que vives y reinas por los siglos de los siglos sin amén resígnate a que no te maten con la paz que te niegan lo que a todos los muertos de la tierra muerto sin ojos ya no mires la muerte que te espera en cualquier baldío de los siglos intransitablemente tardos alcánzalos muerto de todos junto a ti la fila que no acaba no ha terminado la muerte de olvidarte casi vives de tanta tu presencia muerto deshabitado por la muerte te abandonó la pudrición para entregarse a otros menesteres otro placer de la desintegración y fetidez en otros cuerpos muerto inválido en tu ataúd de fósil muerto de mentiritas pobre fantasma apenas de ti mismo no asustas más que al niño que esconde mi terror viajando en mi quien sabe donde adentro y silencioso oremos roguemos alabados sean los taxidermistas bendito sea su hechizo de formol su invocación sus exorcismos de aterrizaje y vuelta sin haber ido ni llegado a la congelación del gesto y el pavor traigan a los médicos blandiendo recetarios de química radiosa y pura bienvenidos sean la práctica hospitalaria los laboratorios anestésicos los bisturís si vienen a salvarte de la poca muerte madre que padeces que te ayuden esos ángeles del tránsito gobernantes azules príncipes de la entropía a cruzar el barranco mudo de la muerte con su ruido te maten con su muerte a la que no te asomas ni llegas con sabias pastillas de lenta muerte en dosis muy despacio administradas ampolletas sabiamente preescritas y terminen de matarte venga viva! la ciencia a rescatarte de la imperfecta muerte en la que convaleces aquí convoco a todos a detener tu crecimiento hacia el interior borroso de la nada quieta amiba insaciable que se devora a si misma que te salven de la escasa vida que te queda qué sufrimiento qué lágrimas encharcan con su espuma el perdón para siempre del olvido ¿qué abandono te mata sin matarte? ¿en qué libertad gravitas si tu muerte está presa de tu cuerpo? que te empujen con su ciencia a morir la muerte definitiva de morirte para siempre como el polvo y su esperanza como el tiempo como la vida que te aleja y no te aleja y que te cierren los ojos dignamente

1 comentario:

Anónimo dijo...

¨La muerte es mi aliada¨

Felicidades Humberto.

Carlos Lamothe Silva.