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viernes, junio 13, 2008

Gabriel Fuster: Nanocuentos



CULINARIO
Tako odia el tepanyaki. Ella tienes problemas para preparar alimentos que se hallan meramente inconscientes, no obstante el platillo hace su pertenencia exquisita de los paladares occidentales. Ahora la carpa salva la cabeza como sobrante monstruo mezclado con hambre en la plancha caliente, pero Tako queda con un crudo sabor de boca de enojo.

AHOR _ A _ O
Si lo piensan bien, el momento que se revelan las letras faltantes al título de este cuento, alguien debe morir colgado.

PRIME TIME
Me voy a la cama temprano. Mi sueño favorito comienza a las 9 p.m.

OVERTURA
La orquesta sinfónica toca pobremente, el conductor luce de mal humor. Esa noche el músico golpea brutalmente al cerrajero a la salida del teatro, porque la composición era falta de llaves.

NOCTURNO
Hay noches cuando los lobos permanecen en silencio y sólo la luna hiena.

PREDICAMENTO IMPOSIBLE
Salma, aleja tu abierta boquita pintada de mi erección o llamo a la policía.

NADA ES MAS ABURRIDO QUE ESCUCHAR A UNA PERSONA DESCRIBIR SU SUEÑO
Sueño: Vilma Picapiedra recostada en la cesta cubierta con una tela de mosquitero y cambia de color cada vez que la enorme cucharada de aceite de bacalao entra por la ventana. Ella musita: “Una pesadilla hace que tu corazón acelere los latidos. ¿Por qué el lóbulo de tu cerebro que controla tu pulso no se da cuenta que el hemisferio derecho lo inventa todo? ¿Qué no hay comunicación entre ellos?”. La nube alcanforada de un bostezo la hace borrosa como una radiografía de tórax y entonces detengo mi corazón y acepto a Jesús. No como mi salvador personal, sino como el aval de otra promoción en Domino’s Pizza. La carcajada se apoya en nuestras espaldas, porque ninguno recibe el cambio al igual que sucede en el cine. ¿Qué significado tendrá todo esto? Despierto con los tañidos de un tinitus. Los doctores miran al interior de mi oído y encuentran algún diminuto martillo olvidado.
POLICÏA DE CAMINOS (Y CIUDADES)
El detective no tiene cámara portátil. El suele viajar de vacaciones con un dibujante hablado.

ASONANCIA
Nada rima con Ezra.

TERMINATOR
Desperté esta mañana y no recuerdo mi nombre ni la dirección de destino sobre el largo camino de adoquines amarillos. Mis ojos se desperezan con el humillo lento en las ruinas de Oz, donde el león cobarde llora el paradero de las horas perdidas. Me dispongo a instaurar la paz y la unidad, pero siento un choque. Algo establece un zumbido espeso de insurrección. La potestad, supongo, de las fuerzas automóviles no ataca a la mujer con las zapatillas rojas, sino el Armagedón y sus variantes. Este autómata dispara la metralleta a todas partes. Capaz de todo, menos del remordimiento, o el cortocircuito. Indestructible intermediario del comienzo y repetido principio que trae la crónica del exterminio del mundo. El hombre de hojalata no tiene corazón.

LOS MIL Y UN IMSOMNIOS
Algún día me gustaría ver al Papa salir al balcón y anunciar los resultados de la jornada de futbol. Nunca visualizo cómo se comportará un grupo social ante un evento inesperado, sino que trato de adivinar cuántos de ellos tienen divertículos en los intestinos. Ahora soy internado en el hospital para estar en observación. Permanezco tres días sin pestañear siquiera, no observo nada fuera de lo común y me voy del lugar. Uno ve a tantos insomnes con la mirada perdida en el espacio. No es que estén viendo nada, sino que están visualizando lo que piensan. Por ejemplo, mi marranito juega al ping-pong de modo limpio, pero su carne es kosher. Si tuviera un deseo, ese sería borrarme la letra A de la palabra PEREZA en la frente y suponer que el Golem Pérez será, o perecerá, pero para convencerse de dormir a pierna suelta hay que tratar de no mirar al coleccionista de chupadedos.

MUSA
¿De dónde saca las ideas para sus cuentos?
De todas las preguntas malintencionadas que se hacen en este gremio, ésa, precisamente, es la más ingenua de todas. La pregunta propone que existe un sitio o un método para lograr que las aspiraciones se hagan realidad en un papel. No, no existe tal lugar y, amigos, ni siquiera Aristóteles pudo simplificar el acto creativo, aunque ya suelo responder con un aire de connoisseur que yo consigo mis historias en un servicio de inspiración ubicado en San Nicolás de los Garza, en Monterrey, Nuevo León. Allí, uno contrata una musa igual que paga los servicios de una cotizada Call Girl. En mi tarjeta bancaria hay un cargo mensual de 550 pesos más iva y quincenalmente a vuelta de correo yo recibo un paquete entregado por Estafeta que incluye 6 ideas frescas para escribir los cuentos. Mi musa no tiene brazos. Así que me rodea el cuerpo con el pelo de sus axilas y me intenta besar, hipnotizándome como una cobra. Yo miro hacia el fondo, hacia la cocina, y escucho el ruido de alguien dando teclazos separados a una máquina de escribir. Y mientras la musa me inocula su veneno con fuerza, yo intento hablar, decirle que necesitamos un lavatrastes automático. La musa tiene a Borges escribiendo cuentos con mi nombre y a mí, expuesto enseguida en una vitrina, dónde me saca brillo, convertido en plato de porcelana. No tienen idea cuantos detractores y admiradores todavía me pregunta por la exacta dirección de la tienda en San Nicolás de los Garza, en Monterrey, Nuevo León, para enviar su cheque.

SOBRENATURAL
El sexto sentido es el sentido común. Yo tengo fantasmas en mis bifocales.

1 comentario:

cristina caballero dijo...

Me gustan, señor, sus nanocuentos.Su sarcasmo, su desenfado, su transgresión. Creo que en el fondo, es usted, un poeta, uno de esos malditos, incendiarios, y que está en este oficio por el puro placer de tergiversar los lenguajes, impunemente, como es deber de todo creador. Se nota también, su amplia lectura, su basto conocimiento literario y humanista. Me gusta también su búsqueda...Gracias por seguir en ella todos estos años, por seguir queriendo sacudir el espíritu humano de esa indiferencia de la que habla Ignacio García