Todas las propuestas artísticas se relacionan entre sí. Algunas tienen sobre ellas mismas una comunicación más estrecha. La propuesta visual en cuanto a pintura tiene connotaciones históricas, literarias y cinematográficas en un sinnúmero de realizadores plásticos.
Maribel Homs pintora porteña, con la obra, exhibida en el mes de noviembre en Casa Principal, Negras de Ensueño, nos remite a la narrativa donde los negros son protagonistas de extensos relatos y desde luego a la historia de nuestro estado, por la influencia de la negritud en Veracruz.
Al observar los tres perfiles, expuestos en fondo amarillo, pareciéramos ingresar a uno de los capítulos de la rutilante novela de Harriet Beecher Stowne, quién escribe la novela más leída en Estados Unidos durante el siglo XIX, La Cabaña del Tío Tom. Dentro de la mencionada, la tesitura y configuración del mundo de la esclavitud, surte un eje plástico, pluridimensional hacia el cine, pues después, de su aparición, se hizo película y con esto una marcada influencia en otros géneros artísticos de confluencia a su vez para la prosa y desde luego para la pintura.
La negritud tiene abordajes estéticos muy interesantes. Posterior al suceso de elevar su dignidad como personas, la historia los ha señalado en la música, como grandes aportadores y desde luego como protagonistas de leyendas.
Maribel Homs recoge con su pintura el universo de las negras. Plasma con soltura sus voluminosos cuerpos y sus abultados labios. Recupera a través de sus pinceles, sus misteriosos encantos, como la Mulata de Córdoba y en algunas ocasiones la cadencia de las féminas de Miguel Covarrubias.
Maribel Homs vuelve a plantear la confluencia de las artes. Su propuesta nos describe con vivos colores y ágiles siluetas, el mundo de las negras, a ritmo de suculentos bailes o inquietantes féminas al estilo novelístico de Tim Morrinson.
Maribel Homs pintora porteña, con la obra, exhibida en el mes de noviembre en Casa Principal, Negras de Ensueño, nos remite a la narrativa donde los negros son protagonistas de extensos relatos y desde luego a la historia de nuestro estado, por la influencia de la negritud en Veracruz.
Al observar los tres perfiles, expuestos en fondo amarillo, pareciéramos ingresar a uno de los capítulos de la rutilante novela de Harriet Beecher Stowne, quién escribe la novela más leída en Estados Unidos durante el siglo XIX, La Cabaña del Tío Tom. Dentro de la mencionada, la tesitura y configuración del mundo de la esclavitud, surte un eje plástico, pluridimensional hacia el cine, pues después, de su aparición, se hizo película y con esto una marcada influencia en otros géneros artísticos de confluencia a su vez para la prosa y desde luego para la pintura.
La negritud tiene abordajes estéticos muy interesantes. Posterior al suceso de elevar su dignidad como personas, la historia los ha señalado en la música, como grandes aportadores y desde luego como protagonistas de leyendas.
Maribel Homs recoge con su pintura el universo de las negras. Plasma con soltura sus voluminosos cuerpos y sus abultados labios. Recupera a través de sus pinceles, sus misteriosos encantos, como la Mulata de Córdoba y en algunas ocasiones la cadencia de las féminas de Miguel Covarrubias.
Maribel Homs vuelve a plantear la confluencia de las artes. Su propuesta nos describe con vivos colores y ágiles siluetas, el mundo de las negras, a ritmo de suculentos bailes o inquietantes féminas al estilo novelístico de Tim Morrinson.
1 comentario:
Ojalá Ivonne nos regale más artículos como éste y menos cuasi-poemas.
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