Encuentra a tus autores aquí

domingo, marzo 11, 2007

Gina Sotelo: ¿Cine mexicano?


México rumbo a los Oscares
¿Cine mexicano o mexicanos haciendo cine?
Gina Sotelo

Nota: Si bien la entrega de los Óscares ha ya sucedido, consideramos de gran relevancia, por la dimensión de su carácter informativo y análisis bien realizado, publicar este texto de Gina Sotelo. (Los editores)


Nunca como ahora las nominaciones al premio Oscar, que otorga la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, habían estado tan cargadas de nombres mexicanos. Más que una representación del cine mexicano en Hollywood, sería bueno precisar que es cine hecho por mexicanos, pues el apoyo que recibe el llamado séptimo arte en nuestro país es tan raquítico que sería injusto colgarles a otros los esfuerzos realizados por unos cuantos que han logrado vencer las barreras culturales y han destacado en la meca del cine.


Y es que en la entrega número 79 que se realizará este 25 de febrero, México estará representado por tres grandes directores, por citar sólo unos ejemplos. El trabajo del tapatío Guillermo Del Toro y su El laberinto del Fauno, que tiene seis nominaciones; Babel, que solamente fue superada por el musical basado en un éxito afroamericano de los 80 en Broadway: Soñadoras.


El filme de Alejandro “Negro” González Iñárritu fue nominado en las categorías de Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actriz de Reparto y Mejor Guión. Los hijos del hombre, del también chilango Alfonso Cuarón, tiene tres postulaciones: Emmanuel “Chivo” Lubezki, por Mejor Dirección de Fotografía, y las del propio Cuarón –en coparticipación–, por Mejor Guión Adaptado y Mejor Edición.
Conocedores de la materia en la Universidad Veracruzana (UV) externan su opinión sobre películas, presupuestos, directores, México y demás en torno al juguete más caro del mundo: el cine.
Raciel Martínez Gómez, doctor en Estudios Multiculturales dijo: “El foxato dejó muy poco qué agradecer con relación a la industria fílmica. Y es que el número de las películas producidas durante su sexenio bajó considerablemente con relación a periodos anteriores en donde, incluso, se vanagloriaban de establecer hitos como aquél del Nuevo Cine Mexicano”.


Agregó que en los exiguos esfuerzos de la administración de Vicente Fox, tanto para apoyar nuevos proyectos como jóvenes cineastas, brilló por su ausencia una política cultural y, lo que es peor, no existieron los estímulos suficientes para que la iniciativa privada entrara al quite.


Martínez Gómez opinó que Del Toro, no obstante que filma en géneros aparentemente poco flexibles, como la ficción y lo fantástico, conserva las huellas personales: “Y por supuesto es tal la manera en cómo mantiene su discurso González Iñárritu, que ya se habla de una especie de manierismo narrativo muy autocomplaciente”.


Para el académico de la UV Intercultural (UVI) en primera instancia, El Laberinto del fauno nos enseñó a un Guillermo del Toro sólido en su sintaxis. Se trata de un contador nato al que ya le gustó cronicar la represión del franquismo: “Permanecen en sus relatos el escapismo frente a la cruda realidad, de ahí lo entrañable que resultan sus personajes niños. Quizás su fauno no se desarrolla de manera convincente, pero creo que Del Toro buscaba un contraste con el terror cotidiano y lo hace con una estupenda factura estética”.


Raciel considera que González Iñárritu aspira a la grande, con su bifurcada narrativa aborda territorios distantes. Tal vez no sea parejo porque el segmento estereotipado de México dista mucho de la anécdota en Japón, compleja y original:
“Con todo, Babel es provocadora con su incorrección política, además de presentar un altísimo nivel de producción.

Decíamos que Cuarón completa la diáspora como el más maquilador. No busca ser peyorativo el término, simplemente acusamos el carácter menos personal que tiene su carrera, aunque ya lo hemos dicho, permanecen ciertas constantes. Niños del hombre seguro será una plataforma para continuar su obra como autor”.
Y concluye: “Son cineastas que han sorteado los obstáculos del mercado nacional y se han colocado entre las grandes ligas de la producción. Si se hubieran quedado en el foxato, ¿cuáles serían las películas de los braceros de lujo? Pues seguramente ni El laberinto del fauno, Babel o Niños del hombre”.


Lorenzo Arduengo, al frente del Departamento de Cinematografía de la UV comenta que las tres películas arriba citadas tienen iguales posibilidades de ganar: “Porque hay que acordarnos que esos hombres emigraron de aquí no porque sean braceros culturales como muy desacertadamente los han calificado otros directores que se han quedado aquí y que han tenido pánico a dar el brinco porque el cine sigue siendo el juguete más caro del mundo”.


En este punto, Arduengo agrega que solamente los “gringos” tienen dinero para hacerlo, entonces Hollywood les da la oportunidad para hacer sus grandes producciones y libertad creativa, cosa que es insólita en el cine mexicano y en los cineastas mexicanos.


“Por eso creo que es muy importante este año nuestra presencia en los Oscares. Hay una presencia mexicana importantísima en la meca del cine. Nuestro país está sufriendo por el alza del alimento básico y ésa debe ser nuestra preocupación y no la de saber quién va a ganar el Oscar. Creo que sí se merecen un apoyo y un aplauso estos directores que están luchando allá, finalmente cualquier cosa que sea buena para ellos en el extranjero será buena para nosotros aquí”.
Sobre el título Babel considera que es perfecto para una película que es una especie de rompecabezas de la situación actual en el mundo y es una representación gráfica de la descomposición a nivel global no sólo de los fenómenos metereológicos sino de la política:
“La descomposición en el arte. Todo lo que estamos viviendo y padeciendo es precisamente el mérito de la película de Alejandro González Iñarritu. Es una película fragmentada que no tiene una línea conductora, no es lineal en el sentido tradicional como sí lo puede ser Los niños del hombre, de Alfonso Cuarón, y que también es una de las presencias muy importantes en el Oscar, al igual que El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro, que es para mi gusto la mejor de las tres”.
Arduengo no descalifica totalmente a Babel pero considera que quizá la propuesta plástica, incluso la presentación no es tan acertada porque la gente la va a rechazar porque no la entienden: “Hay muy pocos que están en la vanguardia y viendo cosas nuevas, y claro, debe haber un reflejo en el arte, si no, no estaríamos vigentes”.

Piensa que debemos representar al mundo como lo están representando nuestros cineastas: “Alfonso, Guillermo y Alejandro que están poniendo muy en alto el nombre de México”.

No hay comentarios.: