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martes, junio 05, 2007

Cristián Brito: El escritor y el mundo cambiante



EL ESCRITOR Y SU RELACIÓN

CON UN MUNDO CAMBIANTE


Al referirnos al boom, posboom y posmodernismo debemos hacer la salvedad que de estos términos no manejemos su real significado, sólo poseemos una idea o noción con el que los relacionamos, es innegable el hecho que nos referimos a ellos con soltura y convicción, pero en el fondo sin saber qué significan realmente. Entonces se hace necesario adquirir una noción real sobre de qué trata cada uno de ellos.


El boom literario fue un movimiento narrativo en el que se cuestionó lo real, lo verosímil, es decir, en él se refuta cualquier teorización sobre el conocimiento. El concepto de realidad cae entonces en una nebulosa de escepticismo. La narrativa en este sentido toma un giro más bien fantástico, tal como lo menciona Borges "entre la realidad y el sueño la diferencia es puramente mecánica, es decir, las certezas son probablemente ficticias y si, en efecto, hay leyes que rigen la existencia, lo más probable es que el hombre no esté capacitado para comprenderlas". Los principales exponentes del boom fueron Borges, Asturias, Rulfo, Cortázar, Fuentes, Vargas Llosa y García Márquez. Novelas como Rayuela de Cortazar, Cien Años de Soledad de García Márquez, Pedro Páramo de Juan Rulfo y La Ciudad y Los Perros de Vargas Llosa, poseen una cierta unidad y similitud, un juego narrativo en el que lo real y lo ficticio se entremezcla, dando la sensación de que la división entre el mundo onírico y el de la vigilia es sumamente estrecha.
Con estos antecedentes, el boom debe relacionarse con la crisis de la representación planteada por Fredric Jameson que sostiene que se produce una pérdida de confianza en una teoría del conocimiento y de las artes basada en la idea de lo especular, y cuyas categorías de evaluación no son las de la congruencia, la precisión y la verdad misma.


Dentro de este escenario, podemos entender y situar al posboom como una reacción directa a los planteamientos realizados en el boom. El posboom posee diversas aristas. En el plano de lo social se rechazó a todo tipo de régimen político autoritario que imponga algún tipo de ideología privilegiada a la sociedad. También extiende este rechazo a cualquier manifestación absolutista en el área filosófica, sea que adoptase la forma literaria equivalente, la llamada novela totalizadora. El posboom posee una mirada de satisfacción con el entorno, ya no se pretende obtener o concebir una idea universal, se desea generar un cambio, experimentar entregando gran énfasis a lo indeterminado, a la inventiva, a la variabilidad y al riesgo, a lo lúdico y la diferencia, rechazando de esta forma todo proyecto de gran envergadura. La narrativa será dirigida a un público que esté llano a entender el mundo de una forma más simple y que pueda ser representado por el lenguaje sin necesidad de problematizarlo excesivamente. El posboom constituye un fenómeno doble. Según Jacques Derrida, se afirma lo lúdico, y por contrapartida se cultiva el sueño de descifrar una verdad que va más allá. Por su parte, José González indica que la influencia del posmodernismo es clave en la escritura, donde se escribe de forma realista y experimental. En la tradición del posboom narrativo latinoamericano, en esa generación que viene después de Vargas Llosa, Carpentier, García Márquez y Cortázar, surgen las voces narrativas de escritores como el argentino Manuel Puig -el de El beso de la mujer araña, Pubis angelical o Boquitas pintadas-,,la mexicana Laura Esquivel, autora de "Como agua para chocolate" y "La ley del amor"- de Isabel Allende, por citar algunos.


Al referirnos al posmodernismo, no existe un consenso sobre su real significado. Se poseen diversas teorías a su respecto, cito las principales, Lyotar lo asocia con la incapacidad del hombre occidental de formular ningún tipo de explicación totalizadora de las condiciones de su existencia, Jameson por su parte, lo relaciona con la fase actual del capitalismo que ha dejado a la humanidad sin proyectos convincentes para el futuro, mientras que Htcheon intenta oponer el posmodernismo al modernismo literario y artístico de tipo anglosajón.


Algo que sí está claro, es que el boom representa la culminación en Hispanoamérica del modernismo, ya que los escritores aún vislumbran la posibilidad de expresar verdades. De esta forma, el posmodernismo se opone a ésta idea en el sentido que aquella chance narrativa pierde sus bríos y la esperanza de describir la realidad se derrumba. La época posmodernista se caracteriza por una fascinación con lo indeterminado, la problematización del centro, la marginalidad, la simulación y la precariedad. Los precursores del posmodernismo en Hispanoamérica serían Cortázar, Cabrera Infante, Néstor Sánchez, Sarduy y Puig, mientras que los reales exponentes del concepto posmodernista son Piglia, Roffé, Libertella, Elizondo, Boullosa, J.E Pacheco, Moreno-Durán, Albalucía Ángel, Balza y Eltit.


El posboom se cimienta en ideas que no posee juego, no existen factores lúdicos, no se alimenta con la idea de un mundo caótico, sin dirección y falto de significado. Mientras el posboom se mantenga como un movimiento ideológico colectivo, no puede ser comparado con el posmodernismo, ya que éste cuestiona la legitimidad de todo proyecto ideológico. Si pretendieramos relacionar el posboom al posmodernismo, se debe reconocer que el posboom, al ser una reacción al boom, crea una especie de realismo nuevo, para reflejar un nuevo entorno, incorporando aspectos que incluso llegan a ser terribles. Este discurso se dirige a un público menos elitista que le agrada lo llamado por Eco como "el redescubrimento no sólo del enredo, sino del placer de una lectura sin complicaciones". Si bien es cierto el posboom pretende crear una narrativa más cercana a lo real y palpable, es decir la llamada obra testimonial, no excluye por completo elementos que modifican la representación directa de la realidad, es decir, a pesar des ser concebido como una reacción a los planteamientos ideológicos del boom, de igual forma conserva algunas características de este periodo. Cualquiera que sea la definición que poseamos de posmodernismo, difícilmente da cabida a la idea de cambio histórico comprensible y mucho menos a la de progreso.


Se debe entender al posmodernismo como una idea global, pero con distintas manifestaciones o modos de expresión a nivel geográfico, así surgen las llamadas formas locales que no solo no resultan homogéneas ni idénticas, sino que como sostiene Williams, son abiertamente contradictorias entre sí.


Se debe considerar además el término poscolonialismo, el cual es aplicado a la cultura de países que alcanzaron la independencia mucho más recientemente que los hispanoamericanos. Con esto en consideración, ya que la relación histórica- literaria es vital, se puede concluir que el posboom parece tener más en común con el poscolonialismo que con el posmodernismo.
En conclusión, los tres términos: Boom, Posboom y Posmodernismo, pretenden encasillar diferentes estilos narrativos que han marcado las letras hispanoamericanas. Con diferencias y similitudes -las menos- entre sí, y sin poseer una definición claramente establecida, estos movimientos o épocas literarias dan cuenta de sucesivos cambios en las voces narrativas y en el contenido que las obras presentan. Se entiende que el mundo es visto de diversas maneras. No existe una voz predominante. La letra cambia, al tiempo que la historia del hombre escribe sus nuevos capítulos.

1 comentario:

Escribidor dijo...

Estimados:
Hoy me sorprendí al ver uno de los artículos por mí escrito en este blog. En absoluto me molesta, pero sí me llama la atención. No sé de dónde es esta editorial ni tampoco el nombre de quién halló el texto y decidió publicarlo.
En todo caso, se agradece.

Les ruego contactarme a cristianbritov@hotmail.com o cristianbritov@gmail.com

Saludos,
Cristián Brito