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martes, noviembre 06, 2007

Verónica Gutiérrez: Ocho Dieciseisavos




Yafeti: Melliza extrovertida
Kitzia: Melliza introvertida
Miriam: Recepcionista
Dr. Doppelganger: alpha y beta

ACTO UNICO

Unas hermanas siameses acuden a consulta con el dr Doppelganger, con idea que las opere para separarlas. La recepcionista mira llegar al par con sus ropas de tenistas y raquetas.

Kitzia: Buenas días, busco al Dr. Doppelganger
Miriam: ¿Tiene cita con él?
Kitzia: No
Miriam: ¿Cuál es su nombre? Veré si el doctor tiene un espacio
Kitzia: Kitzia
Miriam: ¿Ella viene con usted?
Kitzia: Es mi hermana melliza, duramente unida.
Yafeti: Queremos que el Dr. Doppelganger nos realice una operación para separarnos.
Kitzia: Él que ha visto desnuda a Anadíomena.
Yafeti: Y Kampaspe
Miriam: Tomen asiento un momento.

(Las hermanas se entretienen hojeando las revistas de la sala de espera)

Yafeti (lee el periódico) ¡Hermana, Enrique Iglesias regresa a cantar al WTC!
Kitzia (se distrae, agitando su raqueta en el aire) ¿Otra vez? Tiene cuatro años apenas que vino a cantar sus baladas nasales
Yafeti: ¡Oh, yo adoro a ese hombre!
Kitzia: ¡Ni me digas! Recuerdo que tuve que acompañarte y pagar un boleto de cinco mil pesos para sentarnos juntas en la zona VIP. ¡Y lo peor, tú no dejabas de hacerle ojitos y, para colmo, él captó tu atención! ¡Y después que cantó “Experiencia religiosa”, te acompañe a buscarlo a su camerino y te autografió el busto, y de ahí nos invitó juntas a subirnos a su limousine, para dirigirnos a su majestuosa suite en el fiesta americana, donde tú y él tuvieron sexo en todas las posiciones concebibles, en el piso, en el jacuzzi, en el balcón, mientras yo tocaba el saxofón para ustedes dos!
Yafeti: Ajá, por eso hacemos un equipo
Kitzia: No volvió a llamar por teléfono.
Yafeti: ¡Hey, podemos hacer las paces y conseguir dos boletos gratis para ver su concierto esta noche!
Kitzia: ¡Sueñas, linda! ¡Que chingaos se ha de acordar de nosotras!
Yafeti: Tienes razón...si en su lugar hubieras tocado el piano
Kitzia: Ajá, un pasodoble
Yafeti: Por favor, compárteme uno de esas introspecciones zen tuyas.
Kitzia: No me hagas caso, hermana. Ay, últimamente he tenido este raro sentimiento que al otro lado del mundo, una niña en un templo se sienta en las rodillas de buda y ríe sin parar. Las paredes, llenas de monos, juegan al frontón con el eco de su risa, impidiendo que el sonido escape más allá de donde su padre la puede vigilar.
Yafeti: Basta
Kitzia: Quiero atrapar al miserable mosquito
Yafeti: ¿Muerte súbita, Kournikova? Yo hago el juego en la red.
Miriam: (navegando en internet) ¡Enrique Iglesias regresa a cantar al WTC! ¡Oh, yo adoro a ese hombre! ¿Acaso no me he metido al portal de Enrique Iglesias y cuando aquello ha empezado: ¡DOWNLOADING ENRIQUE IGLESIAS! ¡DOWNLOADING ENRIQUE IGLESIAS! ¡DOWNLOADING ENRIQUE IGLESIAS!, me he sorprendido a mí misma cerrando rápidamente las piernas?
Kitzia: ¿Con quién habla? Yo no veo a nadie más en el lugar
Yafeti: Acabo de explotar en mil pedazos, y ahora somos tantas, que no las puedo controlar. Una de ellas estará reclamándole el comentario
Kitzia: Oiga, ¿Es Enrique Iglesias quién aparece en su monitor?
Yafeti (voltea a su hermana, airada) Nadie me quita a mi hombre
Miriam: Tengo fotos de otros artistas.
Yafeti: Lo único que no te perdono es que no sepas volar. Los cables del internet se han enmarañado debajo de la tierra. Ahora les ponen la zancadilla a los árboles enganchándose con sus raíces. Estos pierden el equilibrio, caen y nos desenchufan el planeta...además que yo no uso sostén
Kitzia: ¿Usted trae tanga?
Miriam: Debo estar loca, mami. También me enamoré de un hombre que ha salido en la tele. Yo estaba viendo las noticias, hablaban sobre incendios veraniegos, y de pronto un hombre parecido a Andrés García, pero más joven, ayudaba a los bomberos a apagar un fuego. Se veía que era fibroso, apiñonado, casi agitanado. El gran semental de su pueblo o a lo mejor un simple fanfarrón, secretamente tullido. Pero a mí se me ha movido algo por dentro, y he decidido buscarlo. He llamado a la emisora de televisión, he preguntado por una amiga que es secretaria de informativos, y le he pedido que me ayudara a localizar a ese hombre. Por supuesto, le he mentido. No puedo pedirle que pregunte por un hombre que me acaba de apetecer. Al cabo de unas horas descubro que es un joven chilango que vino al puerto hace un año apenas, que puedo encontrarle en un bar, en la playa, en un taxi, que vive en tal calle en una casa con entrada de rejas, e inmediatamente, sin razón alguna, he perdido completamente el interés por él.
Kitizia: El gong llama dos veces.
Miriam: Orale. Como si el mundo...de algún modo....fuera doble.
Kitzia: Todo cuesta el doble

(El Dr Doppelganger llega apurado)

Miriam: Buenos días, Doctor
Dr Doppelganger: Buenos días.
Miriam: Las mellizas lo esperan
Dr Doppelganger: Perdón por la tardanza, perdí el duplicado de mis llaves. Enseguida las atiendo, ¿Vienen juntas?
Kitzia: Mamá nos volvió inseparables por el costado...
Dr Doppelganger: Las buenas nuevas llegan en par siempre.
Kitzia: Tenemos un par de problemas
Dr Doppelganger: Diga dos
Kitzia: Yo mantengo mi doble nacionalidad, mi hermana es bisexual
Dr Doppelganger: Tómense dos aspirinas y guarden mucho reposo.
Kitzia: Es un chiste viejo
Dr Doppelganger: Entonces, Vitamina B2...doble dosis
Yafeti: Estamos desesperadas, doctor
Kitzia: Para empezar, debemos vestir iguales.
Dr Doppelganger: Ya veo. Miriam es mi asistente temporal, programen con ella una fecha para cirugía.
Yafeti: Ya nos conocimos
Dr Doppelganger: Miriam, por favor ¿Puede tomar los datos de las hermanas?
Yafeti: ¿Miriam? Cuando sale a relucir una fulana de la Biblia, siempre pienso que es puta. Me dicen Judith, Dalila, nosequién...y yo respondo, ah, sí, la que era puta, la Verónica.
Miriam: Jajajaja. No lo había pensado, pero cuando me llaman por mi nombre me vienen a la memoria los sabores de la infancia, cuando mojas la Miriam en el té y la levantas...y quedan esas gotitas...y yo decía, carajos, que poético me parece todo esto.
Dr Doppelganger: ¡Esto te lo inventaste tú, perversa! Me voy (entra a su consultorio).
Miriam: ¿Nombres de ambas?
Kitizia: Kitizia y Yafeti
Miriam: ¿Es incómodo ser mellizas?
Kitzia: No, nunca. La quiero cerca. La quiero conmigo. Si vuelvo a nacer, ¡quiero!, ¡exijo!, que mi hermana sea la misma.
Yafeti: Yo también te quiero mucho, hermana, pero no me hagas repetirlo muy seguido...y mucho menos en público.
Miriam: No sé. Cuando te acostumbras a vivir sola, haces cosas que te da la gana y que sabes que nadie va a juzgar. Como cuando me caí rodando y me hice heridas en las rodillas. Luego, luego, al llegar a casa me las embadurné de merthiolate y me dibujé la pierna entera de estrellitas, soles, lunas. No se me quitó en varios días, y recuerdo estar en el trabajo, en una reunión, yo muy seria, toda formal, pensando en el universo naranja que llevaba pintado debajo.
Kitzia: Ella quiso decir que en lo privado somos eternos por un instante
Yafeti: Al anochecer, habrá de reclamarla un espejismo
Miriam: ¿Solteras o casadas?
Yafeti: Cosidas a la cadera.
Miriam: Jajajaja. Yo oí decir que cuando te casabas, luego probabas el rollo gay a ver si te convencía o algo así...
Yafeti: La prueba de fuego, en buen plan...jajaja
Miriam: Ya en serio, mami. Yo he tenido este raro sentimiento que tengo un alma gemela...viviendo una vida gemela y separada al momento de nacer
Kitiza: Estas describiendo un doppelganger
Miriam: No sé. Imagino que tengo una alma gemela a la que jamás he visto. Pisamos las mismas calles, visitamos los mismos rincones, conocemos la misma ciudad, los mismos perros callejeros, probamos los mismos cócteles y sabemos a qué saben los mismos platos de ciertos lugares. Desde que la busco, usamos la misma ropa pero distinto color. Su cara tiene la forma de un espejo y la mía es tan pequeña que cabe en un alfiler. Mi casa está cerca de su trabajo, mi trabajo es parte del suyo, y aunque estamos tan cerca, no nos veremos jamás. Ella me invita a conciertos de Enrique Iglesias a los que no irá, y yo le ofrezco mi casa cuando me voy de viaje, y si algún día coincidimos por la calle, no me reconocerá.
Kitizia: El doppelganger es la exacta copia de una persona, pero ellos se ubican en lugar distante, por eso el término alemán que significa ‘doble caminante”...
Miriam: “Doble caminante”...já
Kitizia: O cuerpo beta es lo apropiado.
Miriam: Por otro lado, podría tratarse de mi maestro de gimnasia igual usando un vestido robado de mi closet.
Kitizia: El poeta Gustavo Becquer vio a su doble. La elegante dama Amalia Clementina, hija del Emperador Maximiliano, vio su imagen como espejo, mientras caminaba por el jardín una mañana. Un mes después murió de sarampión.
Miriam: ¡Achuuu!
Yafeti: Salud
Miriam: (limpiando sus lentes) Gracias, acabo de estornudar una nube de clarividencia. Es tan limpia y resplandeciente que duelen los ojos al mirarla, pero he descubierto un ave del paraíso flotando en la nube, que me trae mensajes imposibles de comprender. Me dice que tú eres la niña de mis ojos, el par quiero decir, pero con estas gafas de plástico me voy a quedar definitivamente ciega.
Kitizia: ¡Achuuu!
Yafeti: ¿Contagio?
Kitizia: Un acto reflejo
Miriam: (saca el espejo de su bolso de mano) Si, mira. Allí estás tú
Kitizia: (se mira al espejo) Es cierto, soy yo. Mira, hermana
Yafeti: (toma el espejo, se asoma y lo devuelve a su dueña) Yo no te veo mucho parecido con ella. Tiene más cara de estúpida.
Miriam: (guarda su espejo) Se me ocurrió el juego de intentar elegir la cara con la que más identificada me sentía y compruebo que hay gente que por mucho que adelgace, siempre le aprieta la ropa interior
Yafeti: Yo le doy una importancia igual a ocho dieciseisavos.
Miriam: ¿Actividad que desarrollan?
Kitizia: Tenistas, especialmente de juego de dobles.
Yafeti: Mi hermana y yo vamos a viajar a Inglaterra...Winbledom, para ser más precisas.
Miriam: ¿Para jugar el Torneo de Copa?
Yafeti: No precisamente, sino para que mi hermana aprenda a manejar. Es el único modo.
Miriam: Yo también he decidido olvidarme de lo que quiero conseguir, no vaya a ser que el azar se convierta en recompensa y me crea que yo tengo algo que ver con lo que pueda venir.
Kitizia: Curioso cuadro.
Miriam: El gong llama dos veces.

(las mellizas regresan a hojear las revistas en la sala de espera. El Dr Doppelganger llega apurado)

Miriam: Buenas tardes, Doctor
Dr Doppelganger: Demasiado tardes, no tuve otra alternativa que estacionarme en doble fila.
Miriam: ¿Desea que le prepare un café?
Dr Doppelganger: Por favor, Miriam.
Miriam: Doctor, cada vez que tomo un café con leche, me duele el ojo derecho
Dr Doppelganger: Quite la cucharilla de la taza, señorita Miriam.
Miriam: Gracias, Doctor. Últimamente vivo como si tuviera catarro. Escucho todo lejano, no tengo paladar, y cuando voy a dar una noticia importante, se me pierde a mitad de un síncope.
Dr Doppelganger: Por eso es mi recepcionista favorita.
Kitzia: Hey...camina, hermana
Yafeti: (es empujada) ¿Por qué? ¿A dónde?
Kitzia: (señala) Él es el Dr Doppelganger Beta
Yafeti: (lo revisa de arriba abajo) ¿En que lo notaste?
Kitzia: ¿No ves el parecido?
Yafeti: Sí, pero es una improbabilidad. Una invención. Una fata morgana
Kitzia: (golpea el hombro con la raqueta) Dr Doppelganger beta, yo presumo.
Dr Doppelganger: He llamado al banco hoy para saber si aún existo. Parece que sí, pero poco.
Kitzia: Tenemos un par de problemas
Dr Doppelganger: Diga dos
Kitizia: Dos
Dr Doppelganger: Es un chiste viejo
Yafeti: Yo soy bipolar, mi hermana es doble cara.
Dr Doppelganger: Tómense dos aspirinas y guarden mucho reposo.
Yafeti: Estamos desesperadas, doctor
Kitzia: Para empezar, debemos regresar al circo.
Dr Doppelganger: Ya veo. ¿Han probado correr en sentidos opuestos?
Yafeti: No lo habíamos considerado. ¿Tú qué dices, hermana?
Kitzia: El principio es como ir de Maratón a Atenas y que cuando llegue, estén todos muertos…y tú, dormida.
Yafeti: Claro, algo así no pasa desapercibido.
Kitizia: Locura
Yafeti: En sus marcas, listas…¡fuera!

(las mellizas son separadas en el acto)

Kitizia: Se me ha muerto la mitad del cuerpo y la otra mitad llora desconsoladamente por recuperarlo.
Yafeti: Yo pude huir de tu carrera, buscando tus ojos en la línea de foul.
Dr Doppelganger: Asunto arreglado. Miriam es mi asistente temporal, resuelvan con ella mis honorarios.
Yafeti: Ya nos conocimos
Dr Doppelganger: Miriam, por favor ¿Puede cobrarles y darles un recibo a las hermanas?
Kitzia: ¿Podemos quedar a la mitad?
Dr Doppelganger: Ustedes son de esas personas que les gustaría vivir en un mundo gratis. Sentir que nada vale nada, que todo lo material nos diera igual a todos por igual
Yafeti: A partir de ahora he decidido no utilizar el cuello. Prescindo de él, ya no lo quiero. He decidido no girar, ni mover, ni torcer la cabeza. No mirar a nadie por encima del hombro, ni afirmar ni negar con gestos. A partir de ahora, los collares se caerán por su propio peso, las orejas me rozarán los hombros y mi cuerpo estará pegado a mi cabeza sin necesidad de mostrar esa apariencia de fenómeno genético. Ya no habrá besos por el cuello, ni estrangulamientos. Ya no habrá cuello. Si quiero mirar a la derecha tendrá que ser con el cuerpo entero. Ya luego pienso si necesito para algo el dedo índice de la mano izquierda también.
Dr Doppelganger: Me conformo con una cena.
Kitzia: ¿Qué diablos se cree? Por supuesto que no vamos a salir con un desconocido
Yafeti: Dos desconocidos, sí
Kitizia: El dúo Deno.
Dr Doppelganger: ¡Esto te lo inventaste tú, perversa! Me voy (entra a su consultorio)
Miriam: ¿Qué harán ahora que son libres?
Kitizia: Dedicarme al dolce fare niente
Yafeti: Escaparme al concierto de esta noche. ¡Enrique Iglesias viene...viene a cantar al WTC!... ¿Ya te lo habían dicho?
Miriam: Dos veces
Yafeti: ¡Oh, yo adoro a ese hombre!
Miriam: Compraría un beso de Enrique Iglesias si pudiera quedármelo y usarlo una y otra vez. Así no tendría que soñarlo. No tendría que pedirlo. Entonces sería mío, pero con el tiempo lo dejaría como una figurita más en la estantería, se llenaría de polvo, y algún día, al hacer limpieza, terminaría en una caja llena de recuerdos junto con todos los demás.
Kitizia: ¡Te lo dije, linda! ¡Qué chingaos se va a acordar el tipo de nosotras!
Yafeti: No lo creo. ¡Vayamos por tu saxofón!
Miriam (viéndolas marcharse) No quise que lo supieran, pero encontré a Enrique Iglesias hace ya muchos años, durante una clase de disección. Mientras presionaba el bisturí lenta y minuciosamente por la húmeda panza de una rana, enseguida le ví. Asomándose por el tejido viscoso, abriendo los ojos con gran dificultad después de haber vivido a oscuras durante tanto tiempo. En cuanto nos miramos a los ojos descubrí que llevaba mucho tiempo viviendo a espaldas de la alegría. Tiré de sus brazos para sacarlo de allí, y corrimos riendo a casa. Le ayudé a ducharse, mientras me abrazaba sin parar. Terminamos los dos empapados, riéndonos, estrechando lazos. Y con el tiempo nos hemos llegado a conocer de tal forma, que si algún día vuelvo a disecar una rana, prometo no mirar lo que hay dentro. (cambia la foto del monitor a Luis Miguel) Aunque si alguna vez no lo consigo, y miro, y me enamoro de otro príncipe, si alguna vez me apetece acostarme con otro cantante, prometo tragarme ese sapo, y morir hinchada en mi propia infidelidad.

TELON

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