Encuentra a tus autores aquí

jueves, diciembre 04, 2008

LOS U.S.A. TRAS JHON LENNON

Como antítesis al artículo´-film aquí mencionados, preferimos la belleza de "Woman"... Esto tal vez sea el mejor antídoto a la digestión que habría que hacer de la basura desperdigada por el Tío Sam.




The US vs. John Lennon (2006) es un abarcador y riguroso retrato del Lennon activista político, un excelente paneo general que hace foco especialmente en los años más turbulentos de su militancia en contra de la guerra de Vietnam y a favor de los derechos de las minorías, el periodo que va desde 1968 hasta 1976 (incluidos flashbacks de su pasado Beatle y una pequeña mención a su asesinato en 1980). Como se puede apreciar, el documental ahonda en una faceta del músico no del todo conocida y muchas veces reducida por los medios de comunicación a un simple idealismo, convirtiendo injustamente a Lennon en un pacifista edulcorado apto para todo publico. Todos sus fans sabemos que esto nunca fue así: el Lennon real se acerca bastante al que retrata este film, un luchador aguerrido e incansable con argumentos sólidos que manejaba magistralmente a la prensa para que difundiera su mensaje destinado a frenar las matanzas en Asia y detener las persecuciones ideológicas dentro de los Estados Unidos.
Uno de los primeros cortocircuitos entre los sectores conservadores de Norteamérica y John fue su declaración, en plena beatlemania, sobre eso de que “para un joven de nuestra generación, los Beatles son más relevantes que Jesucristo”. Inmediata reacción del fascismo yanqui: quema de discos de los cuatro de Liverpool. Un par de años después aprovecha su casamiento con Yoko


Ono para organizar la primera “bed- in”, las famosas “peace beds”. Nuevo feedback: ataques virulentos de la media y primeros dardos desde el gobierno estadounidense. Por esta época se muda a New York, a la que adopta como propia. Lennon no solo aporta himnos al movimiento pacifista como Power to he People o Give Peace a Chance, además sube la apuesta y participa en distintos eventos multitudinarios como el John Sinclair Freedom Rally a favor de la liberación del activista pro marihuana sentenciado a 10 años de prisión por convidar dos porros a un oficial encubierto (como cantaba el mismo Lennon, “le dieron diez por dos... que es lo que pueden hacer esos bastardos: tienen que liberarlo!”). Esa fue la primera victoria para el músico, Sinclair es dejado libre pero el hecho es tomado en cuenta por el gobierno de Richard Nixon.

Éste particularmente se mostraba temeroso, pensando en su campaña para la reelección del ’72, de que Lennon captara y le pusiera en contra a un nuevo y joven sector del electorado, bajada como estaba a 18 años la edad para votar. La cúspide del enfrentamiento llega cuando el ex Beatle afianza contactos con los sectores más radicales de la contracultura norteamericana, principalmente los por entonces exponentes de extrema izquierda Abbie Hoffman, Jerry Rubin y el líder de los Panteras Negras Bobby Seale. En ese momento la administración Nixon, con el apoyo del por entonces director del FBI J. Edgar Hoover, decide entablar una batalla legal a través del Departamento de Inmigración con el decido objetivo de expulsar a Lennon del país utilizando como excusa un antecedente penal en Inglaterra (arresto por posesión de marihuana). Sumada a las escuchas telefónicas de la CIA, a partir de allí la deportación se convierte en un fantasma al que John y Yoko solo podrán alejar recién en 1976, cuando finalmente consiguen la “green card” luego de cinco años de defenderse en los tribunales yanquis.
Esta fascinante lucha de proporciones épicas es narrada con lujo de detalles por los realizadores David Leaf y John Scheinfeld, haciendo eje no solo en la conducta tenaz del Lennon defensor de la paz y hábil manipulador de la prensa. Aquí también se ponen al descubierto la paranoia, la intervención y el seguimiento encarado por el corrupto y genocida gobierno de Nixon (suerte de espejo histórico del de Bush, con todas las plataformas y acciones político/ militares prácticamente clonadas). La persecución de la que fue objeto Lennon se enmarca dentro de un contexto especifico. Por un lado tenemos su capacidad de movilización y su profundo conocimiento de los dispositivos publicitarios a través de los cuales difundir su mensaje: el genial músico consideraba, con razón, que si la media vivía de él, él también los podía utilizar (en una de las frases memorables del inglés se puede escuchar que “estamos vendiendo la paz como un jabón… la señora en su casa tiene dos productos, la guerra y la paz, yo vendo la paz!”). Por el otro lado tenemos la situación política de los Estados Unidos, la cual va más allá de la guerra de Vietnam, como afirma explícitamente uno de los entrevistados: “con la persecución de Lennon estaban todos felices: los republicanos y conservadores estaban contentos porque se hacía algo en contra de este extranjero que criticaba a nuestro país mientras habitaba en él; los demócratas y liberales estaban encantados con que no se lo deportara y se continuara por la vía judicial hasta el infinito”. El film aporta numerosos datos muy relevantes, declaraciones jugosas y una bienvenida pluralidad de puntos de vista. Entre los entrevistados, además de los ya nombrados, están el intelectual Noam Chomsky, el veterano de Vietnam convertido en activista antibelicista Ron Kovic, la feminista Angela Davis, el novelista Gore Vidal y por supuesto la decisiva Yoko Ono. Por el lado de los fascistas hay testimonios de algún que otro alcahuete del gobierno de la época, más la clásica palabrería de Nixon y Hoover. Todo redondea una magnifica e interesante obra que habrá de deslumbrar tanto a los interesados en los vaivenes socio políticos de aquellos contraculturales años de finales de los ’60/ principios de los ’70 como a los ya iniciados en la carrera de Lennon o los que recién están descubriendo su vida y música. En referencia a esta ultima, se agradece enormemente que el film cuente con una banda sonora compuesta por todas canciones originales de John, principalmente pertenecientes a los discos Plastic Ono Band (1970), Imagine (1971) y Some Time in New York City (1972). Lo curioso de todo esto es que este proyecto tiene un origen mainstream con todas las letras: producción de VH1 (canal alternativo de MTV) y Lionsgate, visión oficial aprobada por Yoko y recursos ilimitados para la realización (tanto de archivo fílmico como en términos musicales, con algunas joyitas en formato de grabaciones caseras de Lennon). Por fin nos llega un documental que está a la altura del mito, del músico, del hombre común y del luchador social que defendió la atemporal e inquebrantable necesidad de paz mundial. The US vs. John Lennon retrata la inteligencia de este gran autodidacta, su ideología, su coherencia, su persistencia, su independencia y los maravillosos mecanismos de defensa, promoción y ataque que implementaba durante su vida publica (los cuales van desde el humor absurdo hasta la parodia y el cinismo). Esa misma vida publica, en su costado más político, es el centro de este genial documental. Una vida publica en la que, parafraseando uno de sus recordados discos experimentales, debió convivir con los leones administrativos y gubernamentales... una vida pública que lamentablemente quedó incompleta en 1980.

1 comentario:

cristina caballero dijo...

crecí con los Beatles, sin duda, qué mejor tema para esta época en que una quisiera estar en el puerto. Por las tardes, viviendo aún allá, hace tanto, había un programa con su música, tan retro, tan amelcochada o tan simplemente única, irrepetible, tan honesta diría yo. Luego tuve un amigo que odiaba todo lo que se relacionara con ellos, lo asociaba con la escuela de ricos a la que lo obligaban a asistir. Todos los lunes ponían su música para entrar a los salones de clase, así que ni remedio, nunca pudimos disfrutar de los Beatles juntos, por respeto a sus sentimientos. Así que claro, una se da cuenta que depende como te haya ido con Lennon, con Harrison o con Paul sin medias tintas. Para mí siempre será grato comprobar una y otra vez que nuestra vida se preserva en la memoria y como decía Proust: "así ocurre con nuestro pasado. Es trabajo perdido que tratemos de evocarlo, inútiles todos los esfuerzos de nuestra inteligencia. Está oculto fuera de su dominio y de su alcance, en algún objeto material (en la sensación que ese objeto material nos daría)que ni siquiera sospechamos. Y ese objeto, depende del azar que lo encontremos antes de morir, o que no lo encontremos". La música de los Beatles me recupera una época perfecta, cuando el mundo era ancho, lleno de lo desconocido aún por encontrar. Gracias por dejarme topar "casualmente" con las notas donde se enredan las doradas hebras de mi memoria y saber que ahí siguen como ese edificio que Proust nombra en El camino de Swann,intacto...