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lunes, diciembre 29, 2008

Ignacio García: Mozart para flauta y violín


MOZART PARA FLAUTA Y VIOLÍN

i
En el silencio de la mañana,
el ondear de un corazón
donde tela insurgente tiñe de rojo
el borde y sus raídos

El silbo de un pájaro
(gorrión y calandria)
escapa por el hueco,
se hace de alas
y en vuelo impecable tachona el cielo
con esta lentejuela que impide
un infinito sin estrellas…


ii
Cierra, cielo, esta noche tu noche
Sea tu manto oscuro
la ruta del que pasa
y a ciegas insiste
en amores hechos de ceniza

El labio reventado
(helado zarzal su carne)
resopla en azul el canto, el sueño,
aquella utopía, la infecta del olvido

Aquí dentro, un allegro
mece el azotar de cuerpos:
sirenas que revientan sus cantos
contra el pedregal marino…

iii

Luto de amor, aire puro,
seda atrapada en negro,
música de mariposas cuyo vuelo
hiere con navaja al viento
reposan-y-aletean
y luego, con giros no-esperados
incendian de azul el poema:

letras mal-hechas
tildes temblorosas
una astilla en el oído
--sin que falte, por supuesto—
el herrumbre de la espada:

tierno aviso,
antes que la oscuridad “invisible”
haga de mi cuerpo su descanso:

En este silencio absoluto:
la orquídea que te traje de la sierra
se te cayó de las manos…


iv

Para envidia de Schöenberg,
esta revuelta de la “invisible”,
se prende al tímpano y a la vena

Tinta negra que besa tus párpados,
reza por tus ojos,
por el azafrán en tus pómulos...

Y la piel, que de inmediato detecta,
esta granada que embona en los pulmones
¿A dónde ir si apenas me levanto?

Basta con halar el espolón
para convertir en incendio todo violín
o –como solía decir Baudelaire—
hacer un cohete del corazón
Uno que explote cada vez
que flauta y cuerda se unan
para hundirme en lo más cruel
de este furioso recital

v
Ya pronto todo termina: violín y flauta.
breñal de mi corazón bajo la “invisible”

Se va el crepúsculo sin amor ni fuego,
el Oribe donde el té ya se hiela,
la luz amarga que, todos dicen, es mi emblema

¡Qué malo soy para las metáforas!
Cierra los ojos y haz de cuenta que nunca existí
Y lo que yo quería, es que el tachón ardiente,
sobre lo más oscuro del río,
fuera una nueva forma de hablarnos en secreto:
un hablar: tu hablar,
el único que conozco, hace cimbrar al infinito

¡Qué mal resulté yo ser para las metáforas!
Me atravesé con mi espada misma
y todo lo que tengo hoy
es esta pluma y Nadie que hable a mi infinito…

¡Qué hermosa resultaste
para crear nuevos silencios!

Leonardo Girondela Mora: Los dos lados del asunto


La pena de muerte

Creo que fue Fedor Dostoievski quien dijo: “si Dios no existe, entonces, todo es válido”. Frase de la que se hizo por ahí el escritor ruso, y luego otros, posteriores a él (como Sastre), también la parafrasearon. Desde el punto de vista del autor de Crimen y castigo, la polémica de si la pena de muerte debe ser impuesta a quienes quitan la vida a otro, pierde sentido. ¿Bajo qué ética más alta que la del hombre se discutirá si a un montón de químicos, producto de azar, más tiempo, más combinaciones, vale o no hacerlo a un lado por otros semejantes a él?
Curiosamente, muchos que conciben el universo como el producto del azar, (el hombre incluido) apelan a elementos moralistas de los que la naturaleza evolutiva carece.

Otro equívoco del enfoque dado a este tema es que, se dice, "la pena de muerte no reduce para nada el índice de asesinatos…". Un momento: el castigo es para quien concreta y quien suertudamente comete el ilícito, no para los que los “futuros” productos de la combinación y selección del más fuerte se sientan advertidos. El castigo bíblñico del “ojo por ojo”, era para el individuo, la unidad, el ser moralmente responsable delante de una ética muy superior a él.

Pero, bueno, la discusión irá para largo y partirá desde intereses religiosos hasta piedades políticas. En esta entrega Leonardo Girondela Mora, nos ofrece en “Dos lados del asunto” su muy particular punto de vista…Esperamos, el lector agregue el suyo.
Ricardo Blaga

LOS DOS LADOS DEL ASUNTO

¿Funciona la pena de muerte? La respuesta más lógica que existe, al menos en teoría es que sí —entendiendo por funcionar, el cumplir con un cometido claro: prevenir más asesinatos sentando un precedente público, el de dar esa máxima pena a quien asesina.Para explicar eso no hay necesidad de caminar mucho, ni tener análisis complicados —se trata de un estímulo tangible y visible, un castigo grande para una pena grande. Los economistas hablarían de incentivos, yo prefiero el término estímulos, pero el centro de todo es el mismo. Quien sea que tiene frente a sí la decisión de matar a otro, sabe que el castigo que puede recibir es ejemplar —lo pensará más de una vez antes de hacerlo.El tema va y viene y es generalmente tratado en las opiniones comunes con descuido, tomado usualmente la posición política más cómoda —la de decir que está probado que la pena de muerte no funciona. Decir eso no sólo va en contra de mucho de los que se sabe, sino que debilita a los argumentos en contra de ese castigo, que son morales y no de efectividad. Abundo sobre esto algo más.Existen personas que son opositoras a la pena de muerte, una opinión que como cualquier otra en un tema central, merece justificaciones. Suelen ellas decir que no tiene sentido matar a culpables de horrendos crímenes porque ese castigo no previene crímenes de igual magnitud. Su argumento está soportado en los objetivos que tienen las penas legales: evitar que la misma persona cometa otro delito futuro y mostrar al resto lo que sucede a los criminales.Si una pena, la que sea, no produce un efecto de disuasión —de estímulos negativos para evitar que otros cometan delitos similares—, entonces, desde luego, esa pena legal debe ser revisada y cambiada para que sí tenga esa función. Los opositores a la pena de muerte, en general, alegan eso, dicen que ella no previene futuros delitos.La realidad parece demostrar lo opuesto —un estudio al respecto señala que existe una relación negativa entre la aplicación de la pena de muerte y los asesinatos —cuando una sube, los otros bajan, y viceversa. Son datos públicos de los EEUU de 1979 a 2004. No son los únicos datos que señalan que por cada ejecución hay una reducción en el número de asesinatos; en este caso, 71 asesinatos menos por cada pena de muerte aplicada (WSJ).La cuestión se quedaría sólo en una discusión científica entre los opositores y los defensores de la pena de muerte, si no fuera por algo moral más allá de lo discutido por costumbre. Los estudios y su metodología pueden ser sujetos de discusión, pero la realidad es que existen datos convincentes al respecto —la pena de muerte sí tiene ese efecto disuasivo. Si otros estudios indicaran lo contrario, la conclusión sería la natural: hace falta investigar más y ninguna de las partes tiene aún la razón.Pero la discusión no para allí —los opositores dicen que no funciona, que no sirve para detener y disminuir el número de asesinatos. Supondré que esos opositores sean convencidos de lo contrario a su opinión y que reconocen al fin que sí funciona, que sí se disminuye el número de asesinatos. Si logro hacer esto, entonces seguiría otra discusión, la moral.¿Es moral la pena de muerte? El opositor a la pena de muerte objetará la implantación de la pena de muerte acudiendo a razones morales —nadie puede quitar la vida a otros, así sea a un asesino en serie, el peor de todos. Dirá, con poder moral, que una autoridad no puede asesinar, que la vida es parte de los derechos humanos que no pueden ser violados. El argumento es muy poderoso y convincente —suele ser el final de muchas discusiones, incluso de aquellas en las que se acepta el poder disuasivo del castigo máximo.Pero, en verdad ese es un mal término de la discusión, quizá no se haya siquiera tocado la mitad del problema —el error cometido es uno de amplitud de vista: sólo se ha puesto atención en el asesino y su castigo, pero se ha olvidado la otra parte, la de las víctimas potenciales. Isaac Ehrlich de la Universidad de Búfalo reportó sus hallazgos en el American Economic Review de 1975: por cada pena de muerte ejecutada se evitaron ocho muertes de personas inocentes.La palabra clave es “inocentes”, el punto que señalan también Roy D. Adler y Michael Summers en la referencia anterior del WSJ, de donde tomé los otros datos: si la pena de muerte no puede aplicarse porque nadie puede quitar la vida a otro, eso significa que al no aplicarla se estarán teniendo muertes mayores a las que se podían tener —hay gente inocente que morirá por no aplicar la pena de muerte.El tema es al menos ardiente y presenta uno de los dilemas que el mundo coloca frente a quienes se atreven a pensar yendo más allá de lo visible a primera impresión. Resulta en extremo miope, pienso, que alguien se oponga a la pena de muerte sin considerar las consecuencias imprevistas de esa posición personal. Es muy encomiable el sustentar que la vida es un derecho que nadie puede quitar y que por eso la pena de muerte debe ser prohibida —lo es mucho menos el tomar esa posición por motivos de falta de análisis o de repetición de ideas aceptadas por otros.El dilema que tiene frente a sí el gobernante en el caso de la pena de muerte no es diferente en su esencia al de todo el sistema judicial y policiaco de un país —el mal manejo y el mal funcionamiento de esa obligación del gobierno resultará en la elevación de víctimas inocentes que podía haberse evitado. El dilema no es sólo aplicable a la pena de muerte, sino a todo el sistema de persecución de delitos. Si se acepta que la pena de muerte disminuye el número de asesinatos, el no aplicarla significa aceptar que een el futuro serán asesinadas personas inocentes y que eso podía haber sido evitado.La cuestión en última instancia es el plantearse en lo personal qué haría uno sabiendo esto. La solución no es sencilla, pero sí creo que hay un principio subyacente: en ciertos casos extremos la pena de muerte sí está justificada, no en sí misma, sino por las vidas de inocentes que eso salvará.
ADDENDUMUn planteamiento como el anterior tiene un defecto sensible —el de la percepción: las muertes evitadas de inocentes jamás serán vistas: no son realidades que se perciban. Son hechos que no ocurrieron y, por eso, a pesar de ser reales, no son tangibles y tienen poco peso probatorio en razonamientos superficiales.

Cristina Caballero: La tristeza de los cítricos

La tristeza de los cítricos

I

Ocre tormenta
bajo el hielo de la tarde

naranjo agrio
naranjo dulce tu enemigo
los hijos de la linfa
corren por sus venas

la caída de las hojas los denuncia
hembra áptera estival
macho con alas
sorben del otoño las semillas

así
llega el invierno

en él destilan lana
cera
suave melaza
enredadora

cochinilla del limonero
tu hueco corazón
cilindro que respira en doble aire
negra estirpe que trilla los senderos

enfrenta escudos
con hábito de brizna
y el filo de la pólvora
en los tibios cuerpos yace

irremediablemente
siempre
por sorpresa

II

Busco a las diosas
a Hachepsut
a la oculta Reina Roja

escondida entre los árboles
custodio
celo

desvelan las nocturnas mariposas
abandonan su esperanza

en pagodas orientales
Shwedagon
Central Park
y la Amazonia
crecen oscuras las cigarras
preparan nuestra cárcel fugitiva

de Londres a París
se llega a Normandía

cruzo mar abierto
canta sangre de Cruzados
mientras mis hermanos gritan

ellos
los que por honor y gloria
lapidara un día
aquel nuestro Gran abuelo



En las calles de Yangon


I

Los soldados
gases
golpes
invaden monasterios

el pueblo de Burnese
vencido
buscó a Myanmar eterna

Sung San Suu Kyi
Señora de la Paz
emparedada dentro de su casa

II

En la pagoda Sule
corazón de Birmania
el ejército esperó
a los santos de azafrán
que salieron a las calles en silencio
dejaron Rangún desamparado

entonces vidrios rotos
la foto del prior extirpada
en el piso de Ngwekyaryan
el rostro fragmentado
que nos guía

sólo algunos han vuelto
con el alba

alambres son de espino
de cardo
y de ceniza

bonzos una vez han sido
esos
renunciaron para siempre
a sus tumbas terrenales


Los Señores de la guerra

Luz que se desliza
por el barro curvo de esta tierra
esconde palmeras decembrinas
la cúpula brumosa

podrida de metalde acacias ancestrales
apunta hacia el vacío invoca aire
fuegointercambia mercancías
con su espanto miracome entrañas y sonríe sé que ignora
su última tragedia






Petronio Rafael Cevallos: Miguel Hernández o la poesía como subversión




Un hombre verdadero debería
sentir en sus propias mejillas los golpes
infligidos en las de otro.
José Martí


En 1976 —siendo yo un jovencísimo inmigrante, prácticamente recién llegado de mi país—, en el populoso downtown de Los Ángeles, me encontré con un disco de larga duración del cantautor catalán Joan Manuel Serrat. El disco en mención musicalizaba varios poemas del malogrado poeta Miguel Hernández y un poema de Miguel de Unamuno. (Ambos Migueles, ambos poetas, ambos españoles.) De regreso a mi apartamento de soltero, puse el disco y de inmediato quedé impactado por la belleza de las interpretaciones. Recuerdo que una de ellas, "Nanas de la cebolla", me conmovió de tal manera que la repetí varias veces.
Lo que oía era "la más trágica de las canciones de cuna", cuyo origen fue una carta que Miguel, ya en prisión, había recibido de su mujer Josefina, en la que ella le contaba que vivía —junto a su hijito de cinco meses— muy precariamente y que, virtualmente, sólo comía pan y cebolla:

La cebolla es escarcha cerrada
y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Es curioso que hoy, veinticuatro años después —habiéndome casado y convertido también en padre de tres niños—, aún recite (o cante, según la circunstancia) para mí (exclusivamente), los versos de varias de esas memorables canciones. Resulta más curioso todavía que, luego de tanto tiempo y tantas circunvalaciones, haya vuelto yo a leerlas, a meditarlas y convivir con ellas y con la conciencia de sus admirables autores. Y tras ciertas indecisiones haya terminado por escoger a Miguel Hernández, poeta levantino, el de la "cara de patata" —como lo describió Pablo Neruda en sus memorias— y voz de sangre enardecida, para soltarle un poco la rienda a mi visión de la poesía y su lugar entre nuestra siempre complicada comunidad de homo sapiens.
La poesía es un acto de comunión a través de las palabras. La poesía es también comunión con las palabras. La gran poesía es ambas cosas. En el primer caso, uno alcanza una suerte de estado iluminativo y, a veces, unitivo, mediante la lectura de un texto; aquí la palabra, como un mantra o conjuro, suscita o precipita tales estados. En el segundo caso, la sola palabra, como un prodigioso talismán, es la iluminación de y la unión con la realidad trascendente. La poesía es entonces un lenguaje mántrico y talismánico: evocación, invocación.

Es, en suma, expresión de esencias verbalizadas.

La poesía de Miguel Hernández (sin el don porque éste lo tuvo para la poesía) me exige un acercamiento fraternal, solidario. Como un compañero, entonces, me acerco a las palabras del vate de Orihuela ("su pueblo y el mío"), como un hermano sin poses academicistas, sin guantes ni pinzas de cirujano. Lo hago así, en homenaje a ese "corazón desmesurado", derramado "de sangre en sangre", y para no extraviarme en un laberinto de coágulos estériles e irredentos. La poesía de Miguel ha crecido conmigo y en mí, de tal modo que mi perspectiva es la del amigo, la del compañero, la del hermano. Es decir que estoy preacondicionado por la posición del poeta, la que, en gran parte, es la mía.

Me dejaré arrastrar hecho pedazos,
ya que así lo ordenan a mi vida la sangra y su marea,
los cuerpos y mi estrella ensangrentada.
Seré una sola y dilatada herida,
hasta que dilatadamente sea
un cadáver de espuma: viento y nada.
La palabra (bien) escrita posee un poder insospechado. Este poder es como una espada, cuyo doble filo a la vez recoge y genera la historia. Todo escritor —por mediocre que sea— está consciente de este poder. En el gran escritor, la palabra es poesía y profecía, crónica y oráculo, estudio y visión de la realidad. Ya Whitman lo decía, la verdadera tarea de un poeta es la creación de buenos soldados. De buenos soldados de la paz —agregaría yo— o, mejor aún, del amor. A través de "Hojas de hierba" Whitman insiste en las ideas y temas de la democracia, el progreso científico, la libertad, el individuo y el hombre moderno. Para Whitman, los Estados Unidos es el producto de una larguísima evolución desde todos los mitos, religiones, sistemas políticos (tales como el feudalismo del Viejo Mundo). Whitman estaba convencido de que la guerra civil estadounidense era la gran prueba crucial, la gran crisis de la democracia norteamericana. Y creía que la función del poeta épico era "la formación de soldados perfectos", como lo expresa en el poema "Mientras meditaba en silencio":
Para la vida y la muerte,
para el cuerpo y para el alma eterna,
óyeme,
también yo he venido a cantar el himno de
combate,
y promuevo, ante todo, bravos soldados.
Al estallar la guerra civil española, consciente de su poder como poeta, Miguel Hernández se solidariza con la causa republicana y pone su poesía al servicio de ésta. La simbiosis del poeta-soldado no es una imagen romántica sino real, de carne y hueso, personificada en el poeta-pastor que asume su responsabilidad histórica. Motivado por su amor al prójimo y su pasión por España, Hernández se entrega por entero a la lucha de redención del hombre por el hombre. Su acción y palabra poetizan al unísono un afán de justicia social. Su humanismo no esquiva la guerra, la encara, altivo, sereno, desafiante.
Lamentablemente, ni el altruismo más desmesurado es suficiente para neutralizar las fuerzas negativas de la historia. Para Stalin, España fue un gran laboratorio y los republicanos los conejillos de Indias (en este cruel e irónico caso, "conejillos de Europa"). Después de haber sacado todo el beneficio material y publicitario, en el momento que la República más lo necesitaba, Stalin retiró el apoyo soviético. Ajeno a estas manipulaciones geopolíticas, Miguel escribía versos llenos de fervor republicano. Finalizada la guerra y con el triunfo de los nacionalistas, demasiado caro le costarían a Miguel esos poemas. Debido a ellos, compartiría el mismo trágico destino que acabó con la vida de varios grandes poetas españoles: Federico García Lorca, Antonio Machado y Miguel de Unamuno.
No obstante, la verdad artística se apoya en la vida y en la muerte y trasciende a las dos. Miguel Hernández concibe el acto de escribir como un hecho vital. Para él, quien se precie de escritor debe escribir con la vida, con el cuerpo, con el alma, con todo el ser. Los versos de Hernández parecen emanar de forma enteramente fluida, diáfana, irreversible, como la espuma del mar. No cree en lo rebuscado y retórico. Escribe (y vive) con "los cojones del alma". Estaba convencido de que la verdadera actitud histórica de un poeta debía formularse orgánicamente, como el árbol se formula de la semilla, la flor del árbol y de la flor el fruto. En otras palabras, para Miguel escribir es vivir, vivir es escribir, escribir y vivir es engendrar. Su poesía es un sacrificio por el que la vida nutre, ilumina, deleita y fortalece a la vida. Como ejemplo una estrofa del poema titulado "El herido":
Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

El mundo poético de Miguel Hernández resulta una proyección de la huerta de su Orihuela natal. Su humanísima poesía se levanta sobre un substrato telúrico donde la naturaleza y el instinto —poético y antropomorfizante— reinan supremos. La guerra agudizaría el conflicto que se encarnizaba en el poeta: el de la naturaleza versus la cultura, y catalizaría la reconciliación de estos extremos. De esa feliz reconciliación emerge el poeta-hombre que a su vez todo lo resuelve en humanismo incondicional. Sin embargo, el acento poético será siempre vital y telúrico, rico en imágenes tomadas de los reinos vegetal y animal, tales como la encina, el limonero, el naranjo, los olivos, el pájaro, el toro (símbolo premonitorio del trágico destino de España y el poeta). La huerta simboliza el cosmos poético, y el hortelano el hombre-poeta. La poesía de Miguel rezuma sensualidad presentada en una cornucopia de imágenes del cuerpo humano (muy vegetal y decididamente animal aunque les pese a muchos): labios, lengua, dientes, boca, ojos, manos, pies, vientre y fluidos corporales como la sangre, sudor, lágrimas, semen, leche...
Potencialmente, cada ser humano es un creador y un destructor. La primera tendencia se manifiesta a favor de la vida, la segunda se activa en función de la muerte. Cuando la última supera a la anterior, el resultado es un individuo enfermo, un psicópata, un degenerado misántropo. Cuando ambas tendencias, la de la vida y la de la muerte, se equilibran, tenemos a un ser amorfo, acomodaticio, blando, tibio, el ubicuo indiferente, el "apolítico", el diletante, el sempiterno mediocre. No obstante, cuando las fuerzas creativas se imponen, el resultado tiene claros ribetes de superioridad personificada en un individuo noble y altruista, por excelencia. Este individuo que, pese a su muerte prematura, fue y es Miguel Hernández; marca siempre una decisiva diferencia en cualquier sociedad, por muy corrupta y enferma que ésta sea.
Miguel Hernández no ha muerto en vano. Para mí. Por muy fea que su cara de patata haya sido, por muy incultas o ingenuas que sus palabras sean, por mucho que sus asesinos quieran que Miguel Hernández sea y pase como cualquier Miguel Hernández, Miguel Hernández es y será uno de mis poetas predilectos. Por ello te escogí o me escogiste, amigo Miguel. Tu poesía, por su fuerza, humanidad y franqueza, para mí, es de lo mejor que tu patria le ha dado al mundo. Tu poesía simboliza la antítesis de lo prosaico y lo vulgar, pero no exonera, por muy manoseada que esté, la tesis de la justicia social. El hombre tiene hambre de belleza y tiene sed de justicia... todavía:
Habrá que ver la tierra estercolada
con las injustas sangres,
habrá que ver la media vuelta
fiera de la hoz ajustándose a las nucas,
habrá que verlo todo noblemente impasibles,
habrá que hacerlo todo sufriendo un poco
menos de lo que ahora sufrimos
bajo el hambre,
que nos hace alargar las inocentes manos
animales hacia el robo y el crimen salvadores. (Sonreídme)
Por el bien de todos, ojalá que la justicia no tarde.



Petronio Rafael Cevallos. Nació en Ancón, península de Santa Elena, República del Ecuador. Realizó estudios de Jurisprudencia y Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Central del Ecuador, Quito. Licenciado en Filosofía, Máster en Estudios Latinoamericanos por la Universidad del Estado de California, Los Ángeles. Hizo estudios en el Centro de Formación Teológica, en Riobamba, Ecuador. Además, ha completado estudios doctorales en Literaturas Hispánicas y Luso-Brasileñas en el Graduate School y University Center de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Ejerció las cátedras de Introducción a la Literatura y de Literaturas Inglesa y Estadounidense, en la Escuela de Inglés y Francés de la Universidad Laica "Vicente Rocafuerte", en Guayaquil. Profesor Visitante en Brookdale College, New Jersey. Desde 1989 reside en Nueva York, ciudad donde escribe y labora en el magisterio universitario, el periodismo y la diseminación cultural. Es fundador y director de Liderazgo Ecuatoriano en el Exterior, LEE, y de Liderazgo Internacional Latinoamericano, LILA. Desde 1994 hasta la presente ha dirigido la Sección de Literatura de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo Internacional de Nueva York, organización que preside desde 1998.
Es autor de la novela De otros héroes (1992); Santa Lorena de Bucay (comedia basada en el caso de Lorena Bobbitt, escenificada con gran éxito por la Compañía Cécil Villar, 1994); Ideario (ensayo, 1996); Contracuentos: El diccionario satánico (aforismos, ensayos y parábolas, 1996); y La belladona (drama, llevado a escena por la Compañía Latin Enterprise, 1997). En 1998, su poema en prosa o elegía cuentística "Ángeles en Los Ángeles" fue premiado en el Certamen Literario Internacional del Círculo de Escritores y Periodistas Iberoamericanos, CEPI, de Nueva York. Recientemente, algunos de sus poemas han sido incluidos en la antología Entre rascacielos: Nueva York en nueve poetas (poesía, 1999). Es coeditor (junto al escritor colombiano Plinio Garrido) de La Palabra, primera revista ecuatoriana de literatura en el exterior. Es Director de
EcuaYork, Revista de la Casa de la Cultura Ecuatoriana

jueves, diciembre 25, 2008

Zingonia Zingone: APOCALYPSE






Se acerca la Navidad.
A pesar de la lluvia verde
que se empoza entre
los adoquines romanos



de las madres
que matan a sus hijos
para poder sobrevivir


de los fuegos de artificio
en Mumbai y de que nadie
quiere ya comprar castañas.


A pesar del gran bolsillo vacío.
Un Santa Klaus en la plaza Navona
rifa bombones y reparte piedras
"es una broma"
los niños ríen.


Manolo pide unas monedas
o Antonio o Giovanni.
n la lata hay cuita de pichón.


La lista es larga y los gobiernos
estiran la cobija queriendo
cubrir los pies.


El índice de los estornudos aumenta.
Las vacunas son estériles
y no alcanzan para todos.


El párroco combate la miseria
exhibiendo una estatua de la Virgen,
regalando ropa regalada.


Sí, Obama ganó las elecciones.
Los chinos venden juguetes tóxicos
pero accesibles.


Este año también habrá una Navidad.
Hace calor y truena.


¿Colocaste el Arca en el pesebre?

Gabriel Fuster:LUCHA DE CLASES


Japi Berdei, Lucyfer

Pez que lucha contra la corriente, muere electrocutado.
-Ricardo Páez, tenemos que hablar –anuncia la esposa y la seriedad de la voz adquiere un tono emanado de una catacumba.
Ricardo aparta el encabezado del diario contra sus rodillas y mira a Mercedez que le extiende una hoja manuscrita.
-¿Sí, amor?
-Tenemos un problema serio
-¿Los niños se encuentran bien? –anticipa el clima de la fatalidad y se endereza en su cómodo sillón, temiendo la lectura de alguna posible nota de rescate.
-Calma, se trata de nuestra sirvienta
-¿Nesha? ¿Qué hay con ella? No me digas que desapareció mi colección de centenarios de la caja fuerte o se ha roto otro candelabro de Murano.
-Peor que eso. La muy hipócrita está escribiendo un libro acerca de nosotros
-¿Los Páez Rodríguez? Digo, tener enemigos es señal irrefutable de la fortuna que acompaña a uno, pero esto es ridículo.
-Así es. No obstante, nuestra servil Judas escribe sus memoirs alrededor de su propia experiencia como la nueva criada que ha sido contratada en una residencia que se antoja distinta a las demás en Costa de Oro. Y te aseguro que, de haber tenido un contenido más conciso, casi notarial, pasaría por un informe.
-¿Cómo sabes todo esto?
-Este manuscrito se hallaba oculto dentro del tanque del retrete. Verás, empezó a faltarme el whiskey y supuse que Nesha manejaba el consumo con un truco infantil, propio de pisteadores, pero salí despistada. Naturalmente, no pude resistir darle una hojeada. Cariño, su lectura es una vil y barata ensoñación en las pirámides gongorinas. A eso que yo le llamo jotería, arrebatamiento romántico o extraterrestre. Especialmente las partes que se refieren a ti
Ante tal anuncio que les presta el ser palabras asonantes, el súbito calambre en una de sus mejillas inicia su arrítmica calistenia y las gotas de sudor emergen en la frente y caen con audible chapoteo. Ricardo Páez supone que es momento preciso de conseguirse un trago de ese whiskey pillado de importación. La campana de salvación tañe en sotto voce.
-La maldita fámula se refiere a mí como porcina enjoyada.
-Voy a despedirla de inmediato
-No, no la despidas. Eso no nos conseguirá la memoria USB y el cese laboral instigará a su pluma a la venganza con un vitriolo más astringente. Ricardo Páez, ¿Tienes una idea de cómo estas revelaciones repercutirán en nuestra esfera social? Por mucho tiempo no seremos capaces de poner un pie fuera de la casa sin terminar prisioneros en un territorio intermedio entre el cristal de la ventana de nuestros vecinos y cruel ruido de una respiración que lo recubre. Además, recuerda los muchos trámites legales y pagos de soborno acopiados por el sistema judicial cuando Fernando López lanzó el comentario de que su esposa se resistía tener sexo con él, que ni siquiera le mostraba las tetas.
-Tienes razón. El asunto amerita una estrategia sutil, con descargas de cariño y compasión
-Mejor no termines insomne porque nuestra trabajadora doméstica ya va en la página trescientos dos.
-Puf
Hoy, tras dos años de servicio, a una hora de la mañana que no es habitualmente productiva, Nesha discurre los cuatro brazos buscándose su hacer surrealista de lavado y planchado de las sábanas y en el callejón sin salida del boudoir dialoga con los fantasmas de sus antecesoras. Por ejemplo, Agnetha, la primera mucama en traer sus referencias a Tiburón 1409, fue una mujer de origen sueco que guardaba mucho parecido con Obelix de la tira cómica francesa. Su modo de gobernarse era sucinto y no tardó en imponer la disciplina entre los dormitorios de los niños, quienes empezaron a atender sus cinco comidas diarias con base en pescado y carne de cerdo con inexplicables contusiones. Cuando la cámara escondida captó a la nana en el preciso momento que aplicaba al primogénito de la familia una llave conocida entre los luchadores como la quebradora argentina, sacudiéndolo horizontalmente por encima de los hombros, los padres interrogaron a la mujer acerca de sus métodos correctivos. Obviamente, esta mujer no acostumbrada a interferencias, tomó al señor y la señora por los hombros y los estrelló contra el estuco de la pared y apenas treinta centímetros separados del suelo. Por arbitraria fuerza del patrón, la trabajadora fue despedida esa misma noche y con el auxilio de un pelotón de la III zona militar. Entonces vino Edith, una jovencita de origen francés y cuya sordera ante el idioma era superada mediante la mímica de Marceau y la graciosa rutina de Cenicienta. Su compromiso con la familia era básicamente culinario, derivando en un maniquí del minuto jornada flambeando natillas con caramelo o elaborando trufas de chocolate mientras pasa las páginas de Vogue con el pulgar. En una inesperada visita a cenar, la abuela amonesta el Belle Poitrine de la muñequita de pastel, provocando la alarma de deseo a deseo con el porte de una estrella porno, luego el final del cuento convierte la Torre Eiffel en calabaza a mitad de la calle. Edith empaca su Louis Vuitton y expresa su resignación de versión simplificada sacando la lengua. La despedida es bienvenida y al mismo tiempo pasa por la puerta Cristina, una empleada con la autorizada opinión de diversos anuncios cantados en la radio sin atreverse a sostener la mirada siquiera. La abuela la mira con extrema suspicacia y declara que es tonta, pero resulta eficiente para pasear al perro, movida por su estrabismo. Obviamente, ciertos puntos débiles son convenientes para la buena marcha del hogar, luego la abuela decide llevársela por su cuenta para asumir el rol de enfermera particular. La cuarta persona en tomar el empleo fue Tere, pero a los cinco meses fue descubierta amasando secretamente una parte de la fortuna de sus benefactores y fue despedida. Ahora Nesha recoge la basura diaria que de los nombres queda, empezando con la mano abierta y cerrando los dedos. De estar viva, Alicia Babette Toklas no podría sentirse más emulada y más feliz.

“Salí de mi pueblo porque nunca aprendí el abecedario y nomás se me iba en puro juglar, pero he aquí que se ocurrió preparar un libro clandestinamente a manos de la gran ciudad, y de repente me veo recogiendo los papeles que me encontraba y haciendo mi esbozo biográfico. Yo escribo con pleno conocimiento de causa, porque aquí donde me ven ustedes, acabo de ingresar en la cofradía de los choferes y mozos del Fraccionamiento Costa de Oro, cuya alegoría de la escoba barre su cuota redentora junto a otras formas históricas como la mita, la servidumbre de la gleba y la encomienda. Mis patrones son palabras tristes esperando ser anquilosadas por un nuevo sonido. Ricardo Páez es un aldeano nuevo rico que tiene a su apellido como una extraordinaria aportación a la cultura occidental. Su estampa es de un hombre ordenado, sumamente ordenado que jamás cambia de periódico, de banco, de tienda, de peluquero, de marca de cigarros, de billete de lotería, de conversación, de empleo y menos de mujer, pero ocurre que su reciente experimentación con el Viagra provoca que alucine con las dosis y se imagine a sí mismo que es Plinio el Viejo. Por su parte, Doña Mercedez, la digna y reposada consorte, envejece como Le-Tsen arrancada de Shangri-La, aunque se halla siempre atenta a revertir el proceso con los auxilios del botox o el escalpelo. Su tópico favorito de conversación es la denigración de los amigos y conocidos, pero es incapaz de procesar referencias más complejas que DeBeers y Wonder Bra, lo que no significa que descanse el control total sobre el ama de llaves. La pareja pelea incesantemente, pero nunca ha llegado al extremo del feo delito de uxoricidio. Por su parte, los vástagos del estimable matrimonio hacen grosera ostentación de sus riquezas, instruidos por el ejemplo de sus padres que lavan sus joyas con champagne o, mejor no, las tiran después de usarlas y compran automóviles de diferentes colores para que hagan juego con las cortinas. Hijos de tigre, pintitos. Los amigos que los visitan no son menos insufribles que las momias de una tumba faraónica, aunque siempre cabe la sospecha de que igual los hubiera perdido ahí algún arqueólogo despistado, estudiando el mobiliario y demás elementos decorativos de gran esnobismo estético, mientras que los vecinos rivalizan en aires señoriales de bienes raíces. Allí, cruzando la avenida, los excéntricos DeBlock levantan una copia fiel del palacio Pavlovsk para agregar sus nombres a la simple lista de plutócratas, aunque vendieron su alma al diablo para lograrlo. Al lado, El Dr. Cuevas y su esposa ya forman un equipo de veterinarios altamente cotizados en el vecindario y que han sido responsables de la terapia de más de una mascota suicida. Por último, los Peregrina forman una pareja con linde en la anisonogamia y cuya gama de depravaciones incluyen orgías con las figuras de cera de Madame Tussaud. Yo, en mi segundo año consecutivo de servicio, me he convertido en testigo de la terrible mascarada que es la polis”

Ricardo Páez y su esposa resuelven asesinar a la criada.
-No tenemos otra opción, mujer. Mira, si arrojamos este manuscrito al boiler, ella se consigue un baño caliente y un duplicado. Si le ofrecemos dinero por su silencio, ella incluirá el soborno dentro de su texto o, peor, estaremos financiando el primer tiraje de la publicación. No, no, no. Ella debe desaparecer, pero debe lucir como un rapto cristiano, en cuerpo y alma.
-¿Qué tal una bomba?
-¿Estás loca? No sabríamos construir una bomba aunque tuviéramos el plutonio necesario dentro del refrigerador. Además, verme conectar alambres te provoca hipo.
-¡Veneno!
-Buena idea, trae el arsénico. Haremos que se mueva con libertad, pero estará encadenada a los grilletes de la muerte. Ella irá sintiéndose gradualmente enferma, sin que se percate que ha sido envenenada.
El plan estaba acordado. Empero, cuando Ricardo Páez abre el ventanal sobre la porción del jardín, Nesha se encontraba leyendo los labios de los conspiradores.
-Bueno días, señor. ¿Tan temprano en casa? ¿Se halla en arresto domiciliario?
-Pasa, Nesha. Justo a tiempo para una taza de té
-¿Está otra vez cachondo, señor?
-Siéntate ahí
La porcelana de Meissen obliga a decir “gracias”. En silencio trasega el té, en silencio se sumergen los protagonistas. Insegura de la etiqueta en el frasco ámbar, Mercedez da una probada con el dedo para cerciorarse del contenido y cae desmayada sobre la duela del piso.
-La señora necesita unas vacaciones
-¿Tienes algún problema?
-No, ¿y usted?
Ricardo Páez limpia sus lentes y se dirige a su empleada.
-Nesha, me será útil entender tus problemas mejor, si llevamos a cabo un rápido ejercicio con libres asociaciones. Por favor, contesta lo primero que venga a tu mente. Primero, ¿Qué tiene la vaca que son cuatro mientras tú tienes dos?
-Piernas
-Más difícil todavía, ¿Qué palabra de cuatro letras y que empieza con C y finaliza en O, se refiere a algo peludo, oval al corte y le escurre un liquido viscoso blanco?
-Coco
-Ahora, ¿Qué es rosado y firme y que al momento de entrar a tu boca se inflama?
-Goma de mascar
-Rápido, ¿Qué guardo en mis pantalones que tú careces con falda?
-Bolsillos
-Finalmente, ¿Qué actividad realiza el hombre orgullosamente de pie, la mujer sentada y el perro sobre tres patas?
-Saludar de mano
-Es todo
-¿Y bien?
-Bueno, tus respuestas son perfectamente normales. No sé que estaba pensando la vez que me sometieron a la prueba.
-El té sabe muy rico
-¿Sabes? Mi mujer encontró el manuscrito de tu libro
-Oh no, señor. Se equivoca. Es mi tarea del IVEA.
Mareos, vista borrosa. Quizás se trataba del stress de acostumbrase a una habitación amueblada boca arriba, quizás era la concatenación de confidencias antes del mediodía. Lo cierto es que de alguna manera Ricardo Páez confundió las tazas por error y tras el segundo sorbo, instantáneamente cayó al lado del cuerpo de su esposa y agitándose como una trucha fuera del agua. La fámula toma el teléfono y llama por una ambulancia.
Epílogo
La idea de una novela basada en una familia rica resulta en ventaja muy pobre para atrapar el interés de cualquier lector con un coeficiente intelectual dentro del rango de lo normal. Tarea o no, Nesha, no logra aprobar la primaria abierta, pero consigue casarse con un viudo millonario que descubrió en el parque donde solía pasear al perro. Por otro lado, los Páez, ya recuperados del susto y los lavados de estómago, no planean contratar otra sirvienta hasta que la tecnología alcance un paso significativo en robótica.

Gabriela Velvi: TAPS

TAPS

Muntadar Al-Zaidi calza del 10, admitido que sus zapatos son un par colgante sobre el cable del telégrafo para estas incoherencias notariales y adventicias.
Los zapatos en cuestión no son una grave ficción de rima infantil donde una casa con forma de viejo calzado alberga a la mujer con sus diez hijos o este universalismo del hambre dentro del film La Quimera del Oro, ni su fama se refiere a los zapatos mágicos que hacen bailar al bufón errante o las sandalias aladas de Mercurio como una herramienta para el brío. Tampoco rivalizan con las zapatillas de cristal de la Cenicienta, ni los zapatos conceptuales de rubí bajo Judy Garland. La repetición del término zapatos une el cambio de orden, por dos veces con un pie levantado, de un paralelismo que permite caminar, como sucede en la postura estética y literaria del gato con botas o las botas de siete leguas del ogro es pos de Pulgarcito, o las botas de plomo para sumergirse en el agua completamente desorientado con los laberintos del nautilo, pero tal fuerza mecánica puede darse la vuelta de cojito y Nikita Kruschev golpea con un zapato el podio durante su discurso ante las Naciones Unidas. Sin embargo dicta el refrán: It takes two to tap. Muntadar Al-Zaidi, valiente hombre, arroja el viento de su corazón para gritar su protesta por las viudas y los huérfanos de la guerra y establece un segundo coloquial entre la cabeza febril de Estado y el par de zapatos puestos. El acto en sí representa un insulto extremo entre quienes manifiestan prejuicios culturales contra el pie por considerarlo la parte más baja del cuerpo, hasta donde esto se le puede explicar a un niño de siete años. Llegada la tarde, unos tordos se desprenden del poste de comunicaciones y hacen su nido en el alfeizar de mi propiedad. El momento que salgo a depositar la basura, la madre marca su territorialidad, con el vuelo de esta palabra poética, definida y potente. No tengo intenciones de aventarle un zapatazo. Sin embargo, me pongo en los zapatos del maestro de primaria preguntando a sus alumnos sobre el trabajo de sus padres.
-A ver, Juan Vicente, tú primero, ¿Cuál es el trabajo de tu mamá?
El niño se levanta orgulloso de su pupitre y responde
-Mi mamá es Doctora
-Muy bien. Y tú, Carolina, ¿A qué se dedica tu papá?
La niña empuña su lápiz y responde
-Mi papá es sastre y desastre
-Gracias. Y tú, Eduardo, ¿Cuál es el trabajo de tu papá?
El niño responde con bombo y platillos.
-Mi papá toca el piano en uno de los mejores prostíbulos de la zona roja.
El maestro se encuentra sorprendido por la respuesta y pronto cambia el tema a geografía. No obstante, a la hora de la salida busca hablar con el padre del niño para encontrar una explicación prudente y menos turbia de folios a la respuesta del párvulo.
-Mire maestro, en realidad trabajo como Director del Instituto de la Cultura – responde el hombre – pero, ¿Cómo se le podía explicar algo así a un niño de siete años?
El reporte merece levantar la diestra para arrojar los huaraches del ciempiés.

Kim Senguputa: Saqueo arqueológico yanqui en Irak



Basora, 22 de diciembre.




Tesoros antiguos robados de museos en la anárquica secuela de la invasión encabezada por Estados Unidos a Irak, hace cinco años, han sido encontrados en Basora, en una de las más grandes recuperaciones de bienes saqueados, pudo saber The Independent.
Los inapreciables artefactos, unos 230, fueron rescatados cuando se les iba a enviar de contrabando al extranjero, en una operación de engaño organizada por investigadores.
Siete miembros de una banda que se había especializado en traficar antigüedades robadas en el país han sido detenidos y se les somete a interrogatorio. Se sospecha que también están implicados en el sistemático pillaje de sitios arqueológicos.
Durante la investigación, realizada por fuerzas de seguridad iraquíes y británicas, objetos antiguos destinados a coleccionistas privados en Medio Oriente y en Occidente se hallaron ocultos en jardines y bajo pisos de casas en los suburbios de Basora. Según autoridades iraquíes, había esculturas sumerias y babilonias, intrincadas joyas de oro, objetos decorativos de plata y cerámica. Los artefactos han sido enviados a Bagdad para analizarlos y confirmar su origen.
Los museos y sitios arqueológicos de Irak –entre ellos el Museo Nacional de Bagdad, fundado por la viajera, escritora, politóloga y administradora británica Gertrude Bell, y abierto poco después de su muerte, en 1926– fueron saqueados cuando el país se hundió en el caos.
Más de 20 mil artículos, algunas de las antigüedades más preciosas del mundo, se perdieron entonces.
En ese tiempo el doctor Donny George, director de investigación del Consejo de Antigüedades de Irak, fue al hotel Palestina, donde los marines estadunidenses habían establecido su cuartel, para implorarles que protegieran el museo. Pasaron tres días sin que enviaran ninguno.
Posteriormente Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, describió como “desaseo” esos días de pillaje y de incendios intencionales, y comentó sobre el saqueo del Museo Nacional: “tratar de hacer pasar esa infortunada actividad como un déficit del plan de guerra me parece una exageración”. También fueron saqueados museos de Basora y Mosul, segunda y tercera ciudades del país en tamaño.
Gran parte de la herencia de Mesopotomia, cuna de la civilización, desapareció cuando los ladrones volvieron su atención a los sitios arqueológicos.
Algunos de los artefactos robados fueron recobrados tanto en Irak como fuera del país.
El Museo Nacional ha recobrado unos 3 mil 500 de los 15 mil objetos robados. Pero la feroz violencia en Irak significó que las fuerzas de ocupación y sus aliados iraquíes no tuvieran tiempo o personal suficiente para investigar los robos. Ahora el gobierno iraquí realiza esfuerzos por recobrar la herencia nacional y ofrece recompensa a quien proporcione información.
La investigación en Basora comenzó luego que las fuerzas de seguridad recibieron informes de que había llegado a la ciudad un cargamento de tesoros en ruta hacia Kuwait.
Un informante presentó a dos agentes encubiertos de la fuerza de respuesta rápida del ejército iraquí –normalmente una agencia de contrainteligencia– al grupo del bajo mundo como si fueran agentes de compradores extranjeros.
Los hampones mostraron a los agentes artefactos envueltos en papel periódico y guardados en cajas de cartón. Los agentes convencieron a la banda de que sus clientes necesitaban ver fotografías de algunos artículos.
El teniente Munir Khalid, una de los investigadores, relató: “Los criminales debían de saber que corrían un riesgo al permitir fotografiar los objetos, pero la codicia los venció y los agentes usaron sus teléfonos móviles para tomar las fotos. Ya después fue cuestión de preparar la operación y asegurarnos de que estuvieran todos los miembros de la banda y no sólo los primeros que conocimos”.
Un cateo llevado a cabo la semana pasada en la zona de Abi al-Hassan condujo a la captura de cinco hombres y al descubrimiento de 160 objetos enterrados en el jardín y bajo losas en la cocina. Una búsqueda en otra casa en Al-Ayaqub produjo el hallazgo de más artefactos enterrados en el jardín y la detención de otros dos hombres.
El coronel Ali Sabah, quien dirigió la operación, se dijo “muy feliz porque es mi civilización... Y hemos salvado parte de su historia”. Levantando un pequeño y delicado amuleto, añadió: “Me dicen que tiene más de 6 mil años de antigüedad y que no tiene precio. Estamos muy orgullosos. Cuando mis soldados vayan a los museos con su familia podrán decir: ‘nosotros los recuperamos para nuestra patria”.
También soldados británicos participaron en la operación. El capitán Laurence Roche, de la 20 brigada blindada, señaló: “fue como estar en la cueva de Ali Baba con todas esas joyas maravillosas. Fue un privilegio estar ahí y verlo todo. Hace que uno se dé cuenta de lo rica que es la herencia de Irak y la historia de la humanidad ligada a este lugar”.
(c) The Independent

Juan Carlos Gómez: Gombrowicz y Cioran







Al final de la historia argentina se produce el segundo destierro de Gombrowicz, en 1939 se había desterrado de Polonia a bordo del Chrobry y en 1963, veinticuatro años después, se estaba desterrando de la Argentina a bordo del Federico Costa. Se fue a Berlín invitado por la Fundación Ford a pasar un año en esa ciudad endemoniada donde se pergeñó buena parte de su ruina. ¿En qué pensó cuando le ofrecieron la beca?, es difícil responder esta pregunta pero más que pensamientos debieron ser impulsos obscuros los que lo pusieron en movimiento.
Estos impulsos obscuros le impedían conocer lo que quería, lo ponían en contacto con lo que él rechazaba, con lo que no quería. A mí me parece que cuando Gombrowicz recibe la invitación de la Fundación Ford ya sentía la necesidad de volverse extranjero otra vez.

"Pero, ¿qué tengo que hacer yo aquí, donde ni se me lee, ni se me edita, ni se me conoce? Evidentemente, una existencia tan anónima y tranquila es muy propicia para el trabajo artístico e intelectual, pero ya todos los mecanismos de la situación me proyectan hacia a fuera (...)"
"Comprenda usted que para mí volver a Europa es un asunto casi dramático, nada parecido a un viaje de turismo. Tendré que enfrentar amigos envejecidos, amigos muertos, ciudades transformadas, gente desconocida, surgirá ante mí una Europa disfrazada y me temo que el tiempo se dejará sentir demasiado (...) Por cierto, viajaré temblando, como si temiera verme con un fantasma"

No obstante, es el sentimiento de libertad el que lo mueve a Gombrowicz a emprender la retirada, a alejarse de un país íntimo y extraño que lo recibió con amabilidad pero que no lo comprendió. Él siente su libertad más como una ruptura con los vínculos que lo están aprisionando que como el sueño en un esplendor futuro. Ese pájaro huyó por la puerta de la Fundación Ford pero ya existían otras puertas que se le estaban abriendo en el mundo, y por una u otra puerta el águila polaca se nos iba escapar de la jaula.
El destierro es un dolor que aparece en todas sus novelas, no tan sólo en "Transatlántico", y también en sus piezas de teatro. ¿Qué cosas le pasaron por la cabeza a Gombrowicz cuando se bajó del Chrobry? Cuatro días antes de la declaración de la guerra, el 28 de agosto del año 1939, el barco recibió la orden de partir.

Gombrowicz estaba muy nervioso. Dudaba entre regresar a Inglaterra o quedarse en la Argentina y esperar que terminara el conflicto. Hizo que le subieran el equipaje, se despidió de Jeremi Stempowski y se embarcó. Cuando la sirena del barco empezó a anunciar la partida Gombrowicz estaba bajando por la pasarela con sus dos maletas y saltaba rápidamente al muelle.
Entre el viaje de ida a bordo del Chrobry y el de vuelta a bordo del Federico Costa vivió un exilio de veinticuatro años en el que intentó liberarse de las limitaciones que le impuso el destino habiendo recorrido para conseguirlo un camino extraño: para ser libre eligió ser extranjero en la mismísima Polonia y también en una Argentina que no lo leía, no lo editaba y no lo conocía.

De las tres pertenencias fundamentales que tiene el hombre, la transcendencia, la tierra y la especie, es seguro que por lo menos una Gombrowicz la perdió: la tierra. No tuvo oportunidades de regresar a Polonia después de su viaje providencial a la Argentina, primero los alemanes y después los comunistas le cortaron el paso. Se convirtió en un desterrado y como tal polemizó con Cioran sobre las ventajas y desventajas del destierro.
Como Cioran mete en la misma bolsa de gatos a todos los escritores exiliados, Gombrowicz se ve obligado a hacer una aclaración: antes que ninguna otra cosa hay que distinguir de qué escritor se trata. Si bien es cierto que es desagradable no poder editar las obras y, en consecuencia, no tener lectores hay que decir que el arte está cargado de soledad y encuentra su razón de ser en sí mismo.

Los hombres célebres suelen ser extranjeros en su propia casa y son célebres porque se valoran más a sí mismos que al éxito. El arte en general, y no sólo el del exilio, está en estrecha relación con la descomposición y la enfermedad a las que transforma en salud. Cioran dice que un artista en el exilio es un ambicioso, un derrotado agresivo y asimismo un conquistador, pero eso también lo son los artistas que se quedan en casa.
No hay que olvidarse tampoco de que el arte es un cementerio, de cada mil personas que no han logrado realizarse y se han quedado en la esfera de la dolorosa insuficiencia, apenas una o dos consigue existir de verdad. La suciedad que proviene de estas ambiciones insatisfechas no tiene tanto que ver entonces con el destierro sino más bien con la naturaleza misma del arte.

Son elementos característicos de cualquier café literario, y en realidad es indiferente en qué lugar del mundo se atormentan los escritores que no son bastante escritores para ser escritores de verdad.
Quizá sea más sano que se vean privados de los mimos que les hacían en el propio país. No hay nada de extraño en que unas criaturas de invernadero cuidadas en el seno de la nación se marchiten fuere de ese seno. Cioran cuenta cómo se muere el escritor separado de su sociedad, pero este escritor jamás ha existido verdaderamente, es un embrión de escritor. Y no sólo para llevarle la contraria a Cioran es que Gombrowicz piensa que la situación del desterrado debería constituir un verdadero estímulo para la literatura.

En muchos momentos de la historia ocurre que lo mejor de un país es expulsado al extranjero, los argentinos sabemos bastante de este asunto. Gombrowicz piensa que la ventaja consiste en que se abre una posibilidad de pensar el país desde el lado de afuera. En el caos general de la nueva tierra se relajan las formas reinantes en la conciencia y se puede encarar el futuro de un modo más libre.
Pero este exceso de libertad es, paradójicamente, lo que más ata al escritor. Se siente amenazado por la inmensidad del mundo y el carácter definitivo de sus problemas, entonces se agarra al pasado, es decir, a sí mismo, porque tiene terror a que todo se le desarme, y finalmente se toma de la única esperanza que le queda, la de recuperar la patria.

Para recuperar la patria debe resignar su propio yo, no sabe ser escritor sin patria, pero al resignar su propio yo para recuperar la patria deja de ser escritor, escritor en serio. El artista en el exilio no sólo vive fuera de la nación, también vive fuera de su elite, tiene que enfrentar personalmente la presión de un vida brutal e inmadura. Algunos son empujados por esta razón a una trivialidad democrática, otros a un vulgar realismo, y otros más al aislamiento.
El escritor debe encontrar una forma de sentirse otra vez superior para recuperar su valor. No es extraño que en estas condicione el escritor esté paralizado por la inmensidad y por su propia debilidad, que esconda la cabeza y fabrique una parodia del pasado, que huya del mundo para ir a parar a su pequeño mundillo.

"Y, sin embargo, tarde o temprano nuestro pensamiento tiene que labrarse las vías de salida del impasse. Nuestros problemas darán con la gente adecuada. En este momento no se trata de la creación misma, sino de la recuperación de la capacidad de crear. Debemos crear esa porción de libertad, valor y decisión, y hasta diría irresponsabilidad, sin la cual la creación es imposible. Debemos simplemente familiarizarnos con la nueva escala de nuestra existencia. Tendremos que tratar con sangre fría y sin miramientos nuestros sentimientos más queridos para llegar a unos valores nuevos. En el momento en que nos pongamos a formar el mundo desde el lugar en el que nos encontramos y con los medios de que dispongamos, la inmensidad menguará, la infinitud tomará una forma y comenzarán a bajar las turbulentas aguas del caos"

miércoles, diciembre 17, 2008

DELIRANTE: Entrevista a Philip Yancey




Philip Yancey es periodista y autor superventas de una veintena de libros que han sido traducidos a 35 idiomas con más de 13 millones de copias vendidas en todo el mundo. Reside en Chicago (EEUU) y ha escrito para diferentes revistas, entre ellas Reader' s Digest, Saturday Evening Post, Nacional Wildlife o Cristianity Today.Sus escritos abordan cuestiones profundas acerca del dolor, los errores de la iglesia, el perdón, la fe cristiana y el descreimiento. Asuntos que son abordados con una especial sensibilidad a la vez que con rigor. Como el mismo dice, algunos de sus libros más conocidos se nutren de sus propios conflictos espirituales: “Yo escribo para mí mismo, por lo tanto, mis libros son muy personales. Los escribo para resolver cosas que me molestan, cosas para las que no tengo respuestas. Mis libros son exploraciones e investigaciones que abordan diferentes desafíos relacionados con la fe, asuntos sobre las que me hago preguntas y que me preocupan”. Algunos de sus títulos más conocidos son: Desilusionado con Dios (1988); El Jesús que nunca conocí (1995), Superviviente: cómo mi fe sobrevivió a La iglesia (2003) o Rumores de otro mundo (2003). Sobre él, Billy Graham comentó: “No hay escritor, dentro del entorno protestante que yo admire y aprecie más”.


DELIRANTE: Castigo, temor, juicio, intolerancia, falta de libertad... Usted creció en una iglesia que en algunos de estos aspectos recuerdan al duro catolicismo oficial de la dictadura de Franco en España. Este hecho ha contribuido a que nuestro país sea uno de los lugares del mundo donde hoy menos conversiones al cristianismo se producen y donde mucha gente dice: “creo en Dios pero no en las iglesias”. ¿Qué puede decir a quienes ven en las iglesias a un Dios lejano que coarta libertades?


PHILIP YANCEY: Bueno, he aprendido que la iglesia puede alejar a alguien de Dios del mismo modo como puede acercarle a él, y yo mismo crecí en una iglesia muy del estilo a las que alejan. En mi caso no fue en la dictadura de Franco sino en el sur de Estados Unidos, bajo el racismo, en una iglesia fundamentalista muy cerrada y llena de juicio, llena de aquellas palabras que acabas de mencionar, por lo que entiendo perfectamente eso que comentas.
Sin embargo tuve un amigo que se educó en un colegio católico ¡de aquellos con la típica monja caricaturesca que te atiza con la regla en las manos cuando metes la pata! Este amigo se alejó de todo lo que tuviese que ver con la religión aunque un día decidió regresar tras preguntarse: “¿Debo aceptar que una señora bajita, mayor y vestida de blanco y negro me aleje de Dios?”. Esto es lo que he aprendido, que somos nosotros quienes tenemos las de perder si dejamos que la iglesia nos aleje de Dios. De hecho, el propio Jesús fue arrestado por la institución religiosa de su época, siendo juzgado y hallado culpable. Y fue él quien dijo que la verdad nos hace libres. Y si eso es verdad, debemos entender que si el mensaje que recibimos de la iglesia no nos libera es que entonces no es el evangelio de Jesús. Por tanto, mi consejo a alguien que piensa así es que no tire el agua sucia de la bañera con el bebé dentro [Yancey usa este dicho anglosajón que alude a la necesidad de separar la manipulación del objeto manipulado] porque si miras atrás y ves a las personas con las que trató Jesús observas que éstos siempre eran las más mediocres, anti-héroes a los que Jesús convierte en héroes. Esto se ve incluso en las historias que cuenta, como la que habla acerca de dos hermanos, de uno que es muy obediente y otro que es un rebelde. Y es el rebelde, el hijo pródigo, quien se presenta como el héroe. Cuenta historias sobre ovejas, cien ovejas de las que noventa y nueve hacen lo correcto, entrando al redil por la noche como buenas ovejas. Pero una de ellas se ha perdido y Dios sale en su búsqueda.
Francamente, me llevó unos 25 años de cristiano darme cuenta de que el evangelio son realmente buenas noticias. Jesús no vino para darnos una moral más estricta. Los judíos entre los cuales él vivía eran las personas moralmente más rigurosas de todo el Imperio romano. Pero Jesús vino con un mensaje mucho más radical, con un mensaje que no consistía en que Dios ama a las buenas personas sino a las malas, que Dios desea que su familia vuelva con él, que regresemos. Y es para nuestro bien por lo que nos fue dado el evangelio. No es algo que nos aleja del bienestar, es realmente el camino que da sentido a la vida. Jesús dijo: “He venido a daros vida en abundancia”, y la iglesia necesita enfatizar este mensaje. Y si la iglesia no lo está haciendo, por favor, no descalifiques el mensaje sólo porque la iglesia se haya interpuesto en el camino. Encuentra a Dios, encuentra el mensaje de Jesús para tu vida.


DELIRANTE: La enfermedad, el dolor y todo el sufrimiento que existe en el mundo es quizás el mayor de los obstáculos para que muchos crean en un Dios personal. En sus libros se comprueba que usted no es ajeno a este asunto y aborda con franqueza estas grandes preguntas, pero... ¿Cuáles son las grandes respuestas al problema del sufrimiento humano?YANCEY: Chico, esa es la pregunta que nos ha asediado durante siglos ¿verdad? Curiosamente, es una pregunta que se hacen sobre todo aquellas personas que creen que Dios debe ser un Dios de amor. Si crees que el mundo surgió simplemente por azar y que no hay Dios, entonces, ¿por qué preguntarnos por el sufrimiento? Simplemente es como es. No hay nada que podamos hacer al respecto.
Sin embargo, lo cristianos creemos que en el centro del universo hay un Dios que nos ama. Y si tienes un hijo, un crío de tres años que padece leucemia, o si te enfrentas a la situación de un padre que sufre Alzheimer que está perdiendo el juicio, entonces te preguntas cómo en esta situación puede encajar la idea de un Dios de amor que se supone que está en control de todo sufrimiento. He aprendido que cuando me enfrento a una pregunta de este tipo, lo primero que debo hacer es mirar a Jesús y ver cómo habría respondido Él a una cuestión de este tipo, pues creo que Jesús vino para enseñarnos como es Dios. Jesús, de hecho, le puso cara a Dios. Por tanto, si queremos saber como vive Dios estas situaciones simplemente debemos observar los pasos de Jesús. Cuando haces esto, rápidamente te das cuenta de que muchas de las impresiones que tiene la gente [del Dios de los evangelios] no se ajustan con la realidad. Cuando se padece una enfermedad o nos enfrentamos al sufrimiento dentro de la familia, son muchos quienes de inmediato piensan en que “debo de haber hecho algo malo que ofendió a Dios y por eso estoy siendo castigado”. Bueno, la verdad es que nunca escuchamos un mensaje así de labios de Jesús. Sí vemos cómo él acompañaba a una viuda que acababa de perder a su único hijo, o junto a un leproso, un marginado social de su época, o junto a un paralítico.
Jesucristo nunca les leía la cartilla, nunca les dijo que estaban siendo castigados por Dios. De hecho, contradijo a sus propios discípulos y a otros más cuando éstos llegaban a esa conclusión. Él iba y decía: “Dios no quiere que estés enfermo, él desea que estés bien”, y allá por donde fuera, con todos los que se encontraba y se lo pedían, respondía sanándoles, con amor, con consuelo. Este es el mensaje principal que obtengo acerca de la cuestión del dolor. Es fácil para muchos pensar que Dios está causando ese dolor, pero no observo eso en la vida de Jesús. Jesús nunca fue con esa historia a nadie. Ahora bien, hay cosas que suceden en este mundo que obviamente desagradan a Dios. De hecho, Jesús nos enseñó orar para que la voluntad del Padre se hiciese tanto en la tierra como en el cielo. Y lo cierto es que su voluntad no se está estableciendo en la tierra como en el cielo. Hay muchas cosas que nos son realmente espantosas, muchas situaciones en este mundo que a Dios le son realmente repudiables. Pero es muy importante para la persona que sufre el recordar que Dios está de su lado, que Dios no es el enemigo causante del dolor, sino que él es partidario de que esté bien y que si eso no sucede, Dios espera que saquemos algo bueno de ese sufrimiento por el que se está atravesando.


DELIRANTE: En su libro Desilusionado con Dios (Disappointment with God), usted aborda con sinceridad el sentimiento de decepción con Dios que yace en muchas personas, incluidos cristianos. ¿Qué es lo más importante que le diría a alguien que –quizás tras vivir una gran desgracia personal- comienza a perder la fe en Dios?


YANCEY: Creo que le diría que es importante dudar de tus dudas de la misma manera en que dudas de tu fe (risas). Sí, analiza las alternativas. Me encanta una frase utilizada en el Nuevo Testamento, en la primera carta a los corintios, en la que Pablo habla del Dios de todo consuelo. Una persona que está pasando por momentos difíciles necesita esa palabra, una palabra de aliento. A veces esto viene desde la iglesia y a veces no. Pero la descripción que Pablo dio a las personas que estaban pasando por tiempos difíciles fue la de un Dios que consuela. Y esa sería mi oración para alguien que atraviesa por circunstancias especialmente difíciles. En los momentos en los que vivo más intensamente el dolor me gusta pensar en esto. Mi tendencia natural es la de señalar al pasado intentando averiguar por qué está sucediendo esto, ¿qué lo ha causado?, ¿qué papel juega Dios en esta situación? Siempre quiero mirar atrás e intentar encontrar las causas y las consecuencias. Pero cuando leo el Nuevo Testamento, cuando observo la respuesta de Jesús para alguien que está en dolor, él no pierde el tiempo mirando atrás.Jesús no responde a los porqués, de la misma forma en que Dios no lo hizo con Job. En lugar de esto, afirma que ahora que esto ya ha sucedido, ¿cuál es el lado positivo que podemos sacar? Pablo y Pedro, cuando escriben a personas que están pasando por tiempos difíciles, perseguidos por causa de su fe, afirman: “en todo lo bueno continuar: Esperanza, perseverancia, fe, paciencia y compasión por otros”. Ese sería mi consejo para alguien que estuviera pasando por momentos difíciles. No hemos recibido ninguna promesa de que tendremos todo lo que deseamos en esta vida. No se nos ha prometido que dispondremos de una vida sin penurias. Aunque sí que se nos ha prometido que, a pesar de todo, Dios puede usar las circunstancias para nuestro bien.


DELIRANTE: Su libro El Jesús que nunca conocí (The Jesus I never know) muestra como incluso en países de trasfondo cristiano existe un desconocimiento general del auténtico Jesús de los evangelios. ¿Cuáles cree que son los conceptos erróneos más frecuentes que los no cristianos tienen acerca de Jesucristo?YANCEY: Un planteamiento erróneo muy extendido es el que presenta a Jesús era un buen maestro, como Buda o Mahoma, pero nada más, catalogado simplemente como una de las grandes figuras religiosas. Pero si leemos lo que dijo Jesús, eso haría que te rascases la cabeza (risas) porque un buen maestro no va por ahí haciendo afirmaciones extravagantes como que él es el único Hijo de Dios. Por eso estamos ante un concepto equivocado, pues si examinas la vida de Jesús y lo que él decía acerca de sí mismo tienes que cuestionártelo. Jesús se presentó como único Hijo de Dios y el camino a Dios, y esta es una piedra de tropiezo para muchas personas que tienen esta idea errada sobre su persona.
Mi error de planteamiento no era muy diferente, pues muchos de nosotros que hemos sido educados en la iglesia o en una cultura de trasfondo cristiano tenemos esta concepción errónea. Ahora me encuentro aquí, en el centro de Barcelona, tras haber visitado catedrales y contemplado mucho arte religioso. Y si observas este arte, gran parte esta realizado en dos dimensiones, al igual que los iconos de oriente. Son figuras inexpresivas, entes sagrados con sus aureolas doradas, con haces de luces que emanan de sus caras y cosas similares. Y visto así, se hace difícil el pensar en Jesús como ser humano, como una de las personas que caminaban a mi alrededor en la catedral. Sin embargo, cuando lees los evangelios te encuentras con una persona muy apasionada que en ocasiones se emociona hasta llorar o que en otros momentos se enfada. Es el compendio de estas dos circunstancias: los cristianos creemos que Jesús era Dios, el Hijo de Dios, y que también era humano, plenamente Dios y plenamente humano. Y si puedes mantener estas dos realidades unidas comienzas a comprender quien fue Jesús, pero observo que las personas tienden a desviarse a un aspecto u otro. Muchos tienden a pensar en él como solamente humano, lo cual plantea ciertos problemas cuando lees lo que Él dijo acerca de sí mismo. Otros piensan en él como alguien que no era realmente humano, lo cual también provoca algunos problemas, pues entonces no pensaríamos en Jesús como alguien que puede relacionarse con nosotros y que entiende lo que estamos pasando. Pero los cristianos creemos que él era ambos, plenamente humano y plenamente Dios.

John McRay: La arqueología y la Biblia



Cómo los descubrimientos arqueológicos han aumentado la credibilidad de la Biblia


La Biblia es una colección de documentos de muchos tipos diferentes escritos dentro de un período de alrededor de 1,500 años. Empezando con la composición de los primeros cinco libros (el Pentateuco) por parte de Moisés, el total de 66 documentos fue completado hacia fines del siglo I de nuestra era. Se escribieron en hebreo y griego en varios escenarios geográficos y diferentes períodos históricos. Los descubrimientos arqueológicos relacionados con estos escenarios y períodos han aclarado el contexto cultural de muchos de los sucesos registrados, aumentando la credibilidad de la Biblia en relación con el Antiguo y el Nuevo Testamento. Por ejemplo, muchos sucesos registrados en los últimos 100 años de este período de historia bíblica, durante los cuales se escribieron los documentos del Nuevo Testamento, han sido iluminados por importantes descubrimientos arqueológicos. A continuación algunos de estos impresionantes descubrimientos. Las limitaciones de espacio de este artículo no permiten discutir los 1,400 años de historia y sitios del Antiguo Testamento.
Estanque de SiloéEzequías, rey de Judá en el siglo VIII A.C., construyó un túnel que atravesaba la colina de Ofel en Jerusalén, hacia el sur del manantial de Guijón y a través de casi 533 metros de piedra para llevar agua al estanque de Siloé, que se encontraba dentro de las murallas de la ciudad. Fue a este estanque a donde Jesús mandó al ciego a lavarse los ojos para recibir la vista, según lo registrado en Juan 9:7.
Hasta hace poco, sólo se había tenido acceso a una pequeña porción del estanque. Después de las excavaciones hechas en el sitio a fines del siglo XIX, la gente de la villa de Siluán (ortografía moderna de Siloé) construyó en la esquina noroeste del pequeño estanque una mezquita cuyo minarete aún se yergue sobre éste. Sin embargo, las excavaciones realizadas en el lugar durante el primer semestre de 2005 han descubierto la parte este de un estanque más grande, de 50 metros de longitud (aún no se conoce la anchura), apenas unos diez metros al sur del estanque pequeño. Indudablemente los dos son parte de un complejo mayor llamado Estanque de Siloé (como el Estanque de Betesda, que tenía dos secciones). Tiene una serie de escalones de piedra en la entrada, y es alimentado por agua corriente proveniente del manantial de Guijón a través de un pequeño canal descubierto en el lado norte del estanque. Probablemente fue una instalación mayor donde se llevaba a cabo un ritual de purificación antes de entrar al templo. Esta puede ser la razón de que Jesús haya escogido este estanque para realizar el milagro. Recientemente se ha encontrado también un camino de piedra que sube desde el estanque por la colina de Orfel y lleva hasta el monte del Templo.
Rocas y tumbasEn el evangelio de Mateo (versículo 28:2) se dice que un ángel descendió del cielo hasta la tumba de Jesús, "hizo rodar la piedra y se sentó sobre ella". En Jerusalén se han descubierto muchas tumbas del tiempo de Jesús, y algunas todavía tienen estas piedras rodantes en la entrada. Una de ellas fue construida para el entierro de la reina Elena de Adiabene al norte de la Puerta de Damasco y todavía tiene la piedra en su lugar. Otra roca mejor preservada aún yace junto a la entrada de la tumba familiar de Herodes el Grande, al sur del Hotel Rey David. En años recientes, se han encontrado y estudiado más de 60 tumbas con piedras rodantes en Israel y Jordanía.
Tumba de CaifásEn noviembre de 1990, se descubrió en Jerusalén una tumba con un osario donde se había labrado el nombre de Caifás. La cueva murtuoria está ubicada en el Bosque de la Paz, al sur del Valle de la Gehenna, cerca de la Casa de Gobierno donde se encontraban las actuales oficinas de las Naciones Unidas. El sumo sacerdote ante quien Jesús fue llevado antes de su muerte se llamaba Caifás (ver Mateo 26:3,57; Lucas 3:2; Juan 11:49; 18:13,14,24,28). Más tarde, tanto Simón Pedro como Juan estuvieron ante él en Jerusalén (Hechos 4:6). Los arqueólogos han identificado el sitio como la tumba de la familia de Caifás.
Sinagoga de CafarnaúmCuando Jesús inicio su ministerio en Nazaret de Galilea, rondando los 30 años de edad, fue rechazado en la sinagoga del lugar (ver Lucas 3:23; 4:16-30) y partió a Cafarnaúm, una pequeña villa en la costa norte del Mar de Galilea, donde aparentemente vivió en la casa de Simón Pedro, uno de sus discípulos (ver Mateo 8:14, Marcos 2:1) y enseñó en la sinagoga (ver Marcos 1:21; 3:1; Juan 6:59). Excavaciones arqueológicas realizadas en Cafarnaúm han permitido descubrir la sinagoga bajo una estructura de piedra caliza construida entre los siglos IV y V. Bajo el piso de dicha construcción se encontraron partes del piso y las paredes de la sinagoga del siglo I.
Hechos 17:6 y los politarcos en TesalónicaLa credibilidad de la Biblia ha sido puesta en duda muchas veces por críticos que insisten en afirmar que Lucas, el autor de los Hechos de los Apóstoles, utilizó erróneamente el término griego "politarcos" al referirse a los oficiales ante quienes fueron llevados algunos cristianos asociados con el apóstol Pablo en la ciudad de Tesalónica (ver Hechos 17:6). Se ha aseverado obstinadamente que no existía tal cargo en ese tiempo. Sin embargo, en la mencionada ciudad se ha encontrado una inscripción que contiene el término, y que se exhibe en el Museo Británico. La inscripción, anexa a un arco del siglo I situado en la calle Egnatia, empieza así: "En el tiempo de los politarcos..." Hasta ahora se han encontrado treinta y cinco inscripciones que contienen el término en cuestión; diecinueve de ellas provienen de Tesalónica, y por lo menos tres se remontan al primer siglo de nuestra era. Dichas inscripciones prueban que el puesto de "politarco" existía en Tesalónica en tiempos del Nuevo Testamento, y que la Biblia es fiel en el uso de esa palabra.
Erasto en CorintoAntes del año 50 de nuestra era se pavimentó con piedra un área de 5.75 metros cuadrados en la esquina nororiental del teatro de Corinto, Grecia. Excavaciones realizadas ahí revelaron parte de una inscripción en latín tallada en la piedra. Dice: "Erasto, para agradecer su cargo de edil, lo puso (el pavimento) de su propia bolsa".
En las publicaciones sobre la excavación se identifica al Erasto de esta inscripción como el Erasto mencionado por Pablo en Romanos (16:23), una carta escrita desde Corinto en la que se hace referencia a esta persona como "el tesorero de la ciudad". El editor presenta tres puntos principales en favor de la identificación: 1) el pavimento fue puesto alrededor del año 50 de nuestra era, época en que es muy probable que Erasto haya sido convertido; 2) el nombre Erasto, un apelativo poco común, no se encuentra en Corinto más que en esta inscripción; y 3) la palabra griega utilizada por Pablo en este pasaje para decir "tesorero" (oikonomos) es un término adecuado para describir el trabajo de un edil corintio.
Romanos 13:3, una inscripción en Cesárea MarítimaEn 1972, cuando me encontraba en Cesárea, en la costa de Israel, descubrimos una extensa inscripción en un mosaico, correspondiente al texto griego de Romanos 13:3. Otra más corta había sido encontrada en 1960 por Abraham Negev, un arqueólogo israelí. Los dos textos, que databan por lo menos del siglo V, son parte del piso de mosaico de un gran edificio público (tal vez un pretorio o un edificio de archivos) y son idénticos al mismo pasaje del Nuevo Testamento en el texto griego. Son tan viejos como algunos de nuestros manuscritos más antiguos del Nuevo Testamento.
Pablo ante Galión en el Tribunal de CorintoUno de los más importantes descubrimientos relacionados con el Nuevo Testamento es el tribunal ("bema", en griego) o plataforma del expositor desde donde se leían los decretos oficiales y donde los ciudadanos aparecían ante los funcionarios pertinentes. Aún se encuentra en el corazón del foro de Corinto, en Grecia. La gran plataforma de piedra fue reconocida debido a partes de una inscripción cercana que data del período comprendido entre los años 25 y 50 de nuestra era, justo antes de la llegada de Pablo a la ciudad.
Pablo pasó 18 meses en Corinto en su segundo viaje misionero. Al final de ese período, los judíos aprovecharon la toma de posesión de Galión como procónsul de Acaya, en mayo o junio del año 51 D.C. (ver Hechos 18:12), para presentar a Pablo ante él bajo el cargo de violar sus leyes. Galión no encontró violación de las leyes romanas por parte de Pablo, ningún "agravio ni vicio criminal" (ver Hechos 18:14), y reusándose a ser juez de demandas judías, sacó a los acusadores de Pablo del 'tribunal' donde estaba sentado (ver Hechos 18:16-17). Galión era hermano de Séneca, un filósofo estoico griego, quien más tarde se convirtió en consejero del emperador Nerón. Quizá Séneca haya informado al emperador el hecho de que Pablo ya había sido exonerado ante Galión en Corinto, influyendo así en el resultado favorable del primer arresto de Pablo en Roma, como implican los últimos versículos del libro de Hechos. La precisión de Lucas al referirse a este tribunal incrementa, nuevamente, la exactitud de la Biblia.
Galión sólo estaba de visita Corinto, pues su residencia oficial se encontraba en Delfos, al otro lado del Golfo de Corinto. Se han recuperado cuatro fragmentos de una inscripción tallada en piedra que fue montada en la pared de un edificio público en Delfos, y que contiene información sobre la toma de posesión de Galión y ayudan a determinar el período de su administración.
Los fragmentos pertenecen a la copia de una carta enviada por Claudio a la ciudad de Delfos y dirigida al pueblo o al sucesor de Galión, quién mandó tallar la carta en piedra para colgarla en la pared del edificio. Contiene los nombres de "Galión, procónsul de Asia" y del emperador romano Claudio, con fechas de su reinado.
La carta esta fechada en el año 52 D.C. Como la duración del cargo de procónsul normalmente era de un año, y a estos gobernadores provinciales se les ordenaba salir de Roma para tomar su cargo a más tardar a mediados de abril, Galio probablemente empezó su administración en mayo del año 51 de nuestra era. Como Pablo había llegado a Corinto 18 meses antes de su aparición ante Galión (ver Hechos 18:11-12), tendría que haber entrado a Corinto en el invierno comprendido entre los años 49 y 50, tal vez en enero del 50.
Esto coincidiría con la declaración de Lucas en Hechos 18:2, en el sentido de que cuando Pablo llegó a Corinto en su segundo viaje, encontró a Aquila y Priscila, judíos "recién" llegados de Roma "porque Claudio había ordenado que todos los judíos salieran de Roma". Esta expulsión se menciona en otras fuentes antiguas y puede datar del año 49 D.C. Suetonio, secretario general del emperador Adriano (117-138 D.C), escribió "Los Doce Césares", un relato biográfico sobre los emperadores romanos, donde decía: "debido a que los judíos de Roma ocasionaban continuos disturbios instigados por Cristo, él los expulsó de la ciudad" (ver Claudio 25.4). Así queda confirmada e ilustrada la precisión del relato de Lucas.

Gaby Velázquez: Una navidad rosa



.............................. Una Navidad entre los niños Tzotzil


Yo soy una llorona, desde que me acuerdo pasaba el día de navidad llorando, no podía soportar que hubiera niños que no pasaban a navidad como yo, ¡rosa! Así que armada de una caja de kleenex, me sentaba enfrente de la televisión a ver: “Un cuento de Navidad”, “El grinch”, “Milagro en la calle 42”, y otra mexicana donde una niña miraba una vitrina donde había una muñeca que no podía comprar, y yo, lloraba a mares porque para mi, la navidad es la mejor época del año, me encantaba pasar los días preparándome para ella.


A veces la pasábamos en casa, a veces salíamos de viaje. Pero siempre era una época especial. El olor de la canela, de la naranja, del jengibre, del pino. ¡Siempre ese olor de navidad!
El día de noche buena, era fabuloso, los preparativos, los adornos, la cena: el pavo, el relleno, las ensaladas, los pastelitos, los pastelotes, el fruit cake, sidra, champagne.
El día de Navidad, los regalos, los montones de papel de colores regados por el piso, los moños, los pijamas. La comida de Navidad era en casa de mi tía, y entonces era pavo, romeritos, ponche. Era un interminable día de comida. Entonces creía que la Navidad era una época de abundancia.


La Navidad de los niños Tzotziles es diferente. Un año la pasé con ellos. En una comunidad en donde Navidad significa reflexión. Compartir.
En la comunidad hay un horno de piedra que se calienta con leña, y esa Navidad Maurizio hizo pizza. Las mujeres hicieron pan, Es increíble que en ese lugar perdido en la selva chiapaneca la pizza sea más sabrosa que en cualquier pizzeria Veracruzana. El 24 de diciembre es un ajetreo, se preparan para una gran fiesta, allí está prohibido el alcohol, así que de la única tiendita de la comunidad, en donde nos surtíamos de velas, de allí, salieron todas las coca colas que podíamos tomar, aunque también había pozol, ponche de frutas, y café.
Esa noche, había una pequeña planta de luz que permitía que se iluminara el lugar y que se escuchara la música en el único altavoz del lugar.
Los niños corrían por todos lados, y adornábamos, con papel de colores, con manteles bordados. Yo Había llevado cientos de hilos de bordar de todos los colores, lo recuerdo, y las señoras habían bordad algunos manteles. Los niños tzotzil no reciben regalos, pero Maurizio es carpintero, y antes de establecer la primera y única carpintería de la comunidad, trabajaba como podía e hizo para los niños pequeños, cochecitos con el material que encontró: latas, pedazos de madera, hilos y clavos. Hizo un camión, un cochecito, una patineta, hizo un caballito para los más pequeños. Y para las niñas hizo unas pequeñas sillitas, porque no sabía hacer muñecas. Maurizio se las ingeniaba con lo que encontraba.
La tienda donde nos quedábamos era como una gran palapa y esa noche estaba recogida, no había hamacas, y las mochilas, y la comida, las mesas estaban todas recogidas, de la biblioteca habíamos sacado mesas y sillas, las familias también habían participado con sus sillas. No me acuerdo cuántos éramos.
Comimos y bailamos. Llegó un momento en que la música de la banda dejó de sonar, pero ya habían sacado un par de guitarras, y cantamos hasta entrada la noche.
En esa parte de Chiapas, la obscuridad es casi total, a no ser por la cantidad de estrellas que hay, y nos alumbrábamos con velas. Pero no podemos darnos el lujo de usarlas todas, porque la tienda se surte una vez por semana.
La navidad es una época de reflexión. De compartir. De enseñar amor, de aprender a darlo. Pero nos tocaba aprender a darlo a nosotros, los que estábamos de visita, que veíamos de la ciudad.
Tenemos tantas formas de esperar la llegada del niño Dios. Y regresé a mi infancia: La llegada del niño Dios.
Navidad no era Santa Claus, ni Papá Noel, ni Babbo Natale. Navidad es el nacimiento del niño Jesús.
Que nació pobre, y en un pesebre, que reunió al momento de nacer a todos los pastores del lugar, que cantaron para Él, que llevaron lo poco que tenían para compartir con sus padres, que cansados y adoloridos, apenas podían mantenerlo caliente. Y que agradecían maravillados el milagro de amor que se había logrado a su paso.
No se, exactamente cuando perdimos eso. Pero mi Navidad, es siempre rosa.
Rosa amor, rosa belleza, rosa mujer, rosa niño. El oro y plata el verde el rojo lo dejó para los demás. Yo adoro la navidad, y ni siquiera pongo arbolito.

Michael Behe: Un hombre llamado ¿Accidente?



Si pudiera demostrarse que ha existido un órgano complejo que no pudo haber sido formado por numerosas y ligeras modificaciones sucesivas, mi teoría fracasaría por completo.
--Charles Darwin, en El Origen de las Especies (Editorial Zeus, España, 1970, p. 183.)


Para Darwin, la célula era una «caja negra» --su funcionamiento interno le era completamente misterioso. Ahora, la caja negra ha sido abierta y sabemos cómo funciona. Aplicando el criterio de Darwin al mundo sumamente complejo de la maquinaria molecular y de los sistemas celulares que han sido descubiertos durante los últimos 40 años, podemos decir que la teoría de Darwin «se ha desmoronado por completo».-- Michael Behe, bioquímico y autor de La Caja Negra de Darwin


Durante el otoño de 1996, una serie de terremotos culturales sacudió el mundo secular con la publicación de un nuevo y revolucionario libro, La caja negra de Darwin: El reto de la bioquímica a la evolución, de Michael Behe. El crítico en el New York Times Book Review elogió las diestras analogías y el estilo encantadoramente ocurrente de Behe, y tomó sobria nota del radical reto que el libro presenta para el darwinismo. Periódicos y revistas desde Vancouver hasta Londres, incluyendo Newsweek, el Wall Street Journal y muchas de las más destacadas publicaciones informaron de extraños temblores en el mundo de la biología evolutiva. The Chronicle of Higher Education, un periódico semanal leído primordialmente por catedráticos universitarios y directores, publicó un artículo especial sobre el autor dos meses después de haber aparecido su libro. El llamativo titular leía así: «Un bioquímico apremia a los darwinistas a reconocer el papel de un "Diseñador Inteligente".»
Ahora los reporteros hacen su peregrinaje a Bethlehem, Pennsylvania, para entrevistar al autor en el centro de esos terremotos: el bioquímico de 44 años de edad de la universidad de Lehigh, Michael J. Behe (pronunciado «bi-ji»).
Behe, que normalmente luce una camisa de maderero, pantalones vaqueros y zapatillas deportivas Adidas, trabaja largas horas con sus estudiantes en el laboratorio de bioquímica, investigando el DNA y la estructura de las proteínas. Es bajo, con una incipiente calvicie, y lleva unas gafas con una montura gruesa y oscura; se parece tanto a un dependiente de ferretería como a un científico renegado.
Sentado ante una mesa de laboratorio, rodeado de botellas llenas de líquidos claros y olorosos preparados para reajustar secuencias de DNA, explica que los avances en su propio campo --donde los científicos han estado desentrañando arrebatadamente los misterios de exactamente cómo funcionan las células-- han llevado a un sorprendente hallazgo: La maquinaria molecular y los complejos sistemas de la célula dependen de demasiadas piezas interconectadas para haber podido ser edificados de manera gradual, paso a paso, a lo largo del tiempo.
Con su libro ya en su octava reimpresión, Behe encuentra su agenda llena de compromisos para pronunciar conferencias. En un reciente viaje a la Universidad del Sur de Florida en Tampa, habló a biólogos, alumnos y catedráticos que para escucharle habían arrostrado las lluvias de un huracán cercano.
En su exposición, Behe revisó rápidamente la moderna teoría de la evolución y proyectó en una pantalla su cita favorita de Darwin de El origen de las especies (ver cita inicial), reconociendo el tipo de evidencia que sería necesaria para refutar la teoría darwinista de la evolución.
Behe aceptó el reto del criterio de Darwin y preguntó: «¿Qué tipo de sistema biológico no podría haber sido formado por numerosas ligeras modificaciones sucesivas? Bueno, para empezar, un sistema que posea una cualidad a la que yo designo como complejidad irreducible. »
Animando a los no científicos en la audiencia a que se mantuvieran atentos, Behe explicó brevemente lo que quería decir con esa frase: «Cuando digo que algo es irreduciblemente complejo, me refiero simplemente a un sistema compuesto por varias piezas interactivas, bien ajustadas, que contribuyen a la función básica, en la que la eliminación de cualquiera de las piezas lleva a que el sistema cese efectivamente de funcionar. »
Con su característica sonrisa traviesa dibujándose a través de una poblada barba, proyectó en la pantalla el diagrama de una humilde trampa para ratones, su clásica ilustración de la «complejidad irreducible. » Después de hacer observar las cinco piezas necesarias para que una trampa para ratones funcione, añadió: «Son precisas todas las piezas para atrapar al ratón. No es posible atrapar algunos ratones con la plataforma, luego añadir el resorte y atrapar otros cuantos, y luego añadir el cepo y mejorar su función. Todas las piezas deben estar presentes si es que va a funcionar del todo. La trampa para ratones es irreduciblemente compleja. »
Behe se había convertido de repente en guía turístico, acompañando a sus oyentes a un paseo por el parque temático de la célula, haciendo ver los sistemas que exhibían ese misterioso tipo de complejidad ilustrado con la trampa para ratones. Mediante el uso de fotografías y diagramas, se paseó por la reacción química en cadena que da origen a la visión y detalló la elegante pero compleja estructura del cilio en forma de látigo con que están equipadas muchos clases de células. Las tiras cómicas de Far Side y Calvin y Hobbes salpicaban la conferencia e incluso exhibió un extravagante aparato de Rube Goldberg -- «el rascador para picaduras de mosquito»-- como una analogía del complicado mecanismo mediante el cual se forman los coágulos de sangre. [El lector español cuarentón recordará los inefables inventos de «El Profesor Franz de Copenhague» en la revista juvenil TBO --los aparatos de Rude Goldberg y del Profesor Franz eran de la misma categoría. N. del R.]
«La célula ya no es una misteriosa caja negra como lo era para Darwin,» prosiguió Behe: «Ahora sabemos con precisión cómo trabaja a nivel molecular. Y la célula está repleta de sistemas como ésos que son irreduciblemente complejos.»
Finalmente, mostró una caricatura del New Yorker de un profesor siendo confrontado en su oficina por su director de departamento y por un asesino profesional que está acoplando un silenciador a su pistola. El texto dice: «¡Cuando aceptó este cargo, profesor, usted ya sabía que la disyuntiva es publicar o perecer!»
Sus oyentes gustaron del humor, pero el ambiente en el salón se tornó serio cuando Behe llegó al meollo del asunto:
Cuando se investiga la literatura de las últimas décadas, buscando artículos publicados que siquiera intenten explicar el posible origen darwinista, paso-a-paso, de cualquiera de estos sistemas, se encuentra un atronador silencio. Absolutamente nadie --ningún científico-- ha publicado una propuesta detallada o una explicación de la posible evolución de alguno de esos complejos sistemas bioquímicos. Y cuando una ciencia no publica, debe perecer.
Para abreviar, dijo Behe, la moderna teoría evolutiva, cuando se aplica el criterio mismo de Darwin, fracasa espectacularmente a nivel molecular. Más bien, miremos donde miremos dentro de la célula, los científicos se encuentran cara a cara con una evidencia que sugiere que los sistemas fueron directamente diseñados por un agente inteligente.
Michael Behe es padre de seis hijos, tres niños y tres niñas, con edades de dos a once años, y con un séptimo en camino. No hay pared de separación entre su paternidad y sus escritos sobre bioquímica. En muchos capítulos, él entrelaza imágenes hogareñas tomadas de la sala de la familia Behe en el número 2258 de Apple Street. Por ejemplo, la gozosa tarea de ensamblar el triciclo de su hijo en el día de Navidad ilustra la importancia de las instrucciones detalladas en los sistemas vivientes. Ensartar cuentas acoplables y montar Tinkertoys con sus hijos en la sala familiar le provee de ilustraciones de cómo se construyen las moléculas orgánicas. El cochecito de la muñeca de su hija pequeña es llamada al servicio para ayudar a explicar cómo los anticuerpos se acoplan a los invasores del cuerpo. Behe, el experto pedagogo, difícilmente puede presentar un argumento sin mencionar algo familiar y concreto, como latas de atún, un elefante, pastel de chocolate, e incluso animales despachurrados en la carretera.
La esposa de Behe, Celeste, también tiene una oupación de educadora; se cuida de educar en el hogar a cuatro de los niños Behe. Cuando Mike Behe regresa a casa del laboratorio de biología, le gusta jugar a Frisbee con sus hijos y leer para ellos. De hecho, el hogar de los Behe es como una biblioteca --hay libros para niños desperdigados por toda la casa y los hay apilados en dieciséis estantes en un cuarto especialmente dedicado a la lectura. Desde que los Behe decidieron hace siete años no tener televisión en casa, los niños Behe han encontrado tiempo para leer buenos libros, aprender kárate y piano, y cantar en el coro de la iglesia.
Los esfuerzos de Mike Behe en el área de la paternidad se ven equilibrados por su nueva tarea de paternidad en su propio campo científico. Uno podría describir La caja negra de Darwin como un «libro de parto»; es la propuesta de Behe para dar a luz una nueva perspectiva en biología que deja de ignorar la presencia constante del «diseño». Y él no está solo en esta tarea; Behe ha trabajado en estrecha colaboración con un equipo interdisciplinario de colegas científicos esparcidos en colleges y universidades desde Seattle hasta Princeton, New Jersey.
El líder reconocido del «movimiento del designio» es Phillip Johnson, un catedrático de leyes de la Universidad de California en Berkeley, cuyo libro Proceso a Darwin (revisado en 1993) ha llevado a una vigorosa interacción con los más prestigiosos evolucionistas del mundo, incluyendo a Stephen Jay Gould de la Universidad de Harvard y Niles Eldredge del Museo Americano de Historia Natural.
Según Johnson, el libro de Behe ha inaugurado una nueva fase de la crítica al darwinismo. Behe no sólo derriba el alegato en pro del darwinismo a nivel molecular, sino que también está abriendo el camino para dar forma a un nuevo marco de referencia respecto a los orígenes.
La meta del movimiento del designio es liberar a la ciencia de los grilletes de la filosofía naturalista para que los científicos que sondeen el origen de las maravillas de la naturaleza tengan la libertad para considerar todas las posibles explicaciones --incluyendo el diseño por un agente inteligente. En la Universidad de Biola en los Angeles tuvo lugar una conferencia internacional (CT, Enero 6, 1997, p. 64) que reunió a ciento ochenta profesores universitarios y otros investigadores para considerar una propuesta revolucionaria de nuevos principios científicos y matemáticos que pueden ayudar a determinar cómo se originó algo en la naturaleza.
La idea básica es preguntar: «¿Cuál de las tres posibles explicaciones se ajusta más para explicar un fenómeno X? ¿Puede X ser explicado por acciones de la naturaleza regidas por una ley, o podría X ser el resultado de acontecimientos aleatorios o, fallando estas posibilidades, es X el resultado de la acción de un agente inteligente?» Este examen desde tres perspectivas (designado como «el Filtro Explicativo») se convirtió en el elemento central de la conferencia, en el que Behe y sus colegas revisaban nuevas evidencias que apuntaban al designio. Algunos observadores dicen que el movimiento del designio puede estar emprendiendo la primera etapa de un proceso de transición en la ciencia, que los filósofos designan como un «cambio de paradigma».
En su libro, Behe argumenta que ha llegado el momento para que la ciencia biológica se enfrente a las implicaciones lógicas de lo que ha ido descubriendo en bioquímica y que emprenda una nueva e importante tarea: identificar qué dispositivos en la célula exhiben claras señales de un diseño inteligente, y cuáles podrían haberse desarrollado desde sistemas anteriores.
Parece que es el tiempo oportuno para un giro revolucionario de este calibre, como lo sugiere el entusiasmo provocado por el número de junio de 1996 de la revista Commentary. El artículo principal de ese número fue «The Deniable Darwin» [El refutable Darwin], una sofisticada puntilla al darwinismo presentada por el filósofo y lógico David Berlinski, educado en Princeton. Bajo el titular apareció la siguiente frase provocativa: «El registro fósil es incompleto, el razonamiento es defectuoso; ¿es la teoría de la evolución apta para la supervivencia?»
Commentary publicó en su número de septiembre una asombrosa sección de treinta y tres páginas dedicadas a la ola de respuestas provocadas por el artículo de Berlinski. Habían llegado cartas airadas de los más destacados darwinistas, pero otros académicos elogiaron al autor por su riguroso análisis y a los editores por su valentía intelectual al publicar el trabajo. El autor se tomó trece páginas para responder, punto por punto, a cada carta.
Berlinski, autor del reciente libro premiado, A Tour of the Calculus [Un paseo por el cálculo], dice que el escepticismo respecto a la ortodoxia darwinista ha estallado dispersándose ahora fuera del gueto protestante evangélico y que se respira la revolución en el aire. El apunta a la obra de Behe como un punto de inflexión en este proceso: «La caja negra de Darwin es simplemente una obra extraordinaria que llegará a ser considerada como uno de los libros más importantes jamás escritos acerca de la teoría darwinista. Nadie en el campo evolucionista puede proponerse defender a Darwin sin hacer frente a los retos que Behe ha presentado en su libro --en realidad es sumamente convincente.»
En lugar de ignorar a Behe, como muchos trataron de hacer con Phillip Johnson, tanto los medios de comunicación como la clase dirigente en el área científica están prestando mucha atención al arrojado bioquímico de Lehigh.
El tratamiento otorgado a Behe en el New York Times, «el diario guía,» es una señal de este giro cultural. La primera noticia significativa salió el 4 de agosto de 1996, cuando La caja negra de Darwin fue honrada con una crítica en el New York Times Book Review. El evolucionista James Shreeve expresó aprecio por la destreza de Behe para explicar las maravillas naturales. Al final, Shreeve no estuvo de acuerdo con la propuesta de diseño inteligente que hacía Behe, diciendo que no debemos lanzarnos y decir «Dios lo hizo», sino más bien dejar algunos misterios para que nuestros nietos los trabajen. Pero la crítica transmitió con claridad la tesis de Behe:
El argumenta que el origen de los procesos intracelulares que subyacen al fundamento de la vida no puede ser explicado por la selección natural ni por cualquier otro mecanismo basado puramente en el azar. Cuando se examina con las poderosas herramientas de la biología moderna, pero sin sus modernos prejuicios, la vida a nivel bioquímico puede ser producto ... únicamente del diseño inteligente. Viniendo de un científico en ejercicio... esta propuesta está cerca de ser una herejía.
Aún más notable fue la aparición del artículo del propio Behe, «Darwin Under the Microscope,» [Darwin bajo el microscopio] en las paginas editoriales del New York Times (Oct. 29, 1996). Los pasos que llevaron a esto empezaron a mediados de septiembre cuando un editor del Times sobresaltó a Behe pidiéndole que considerara enviar un artículo explicando la tesis principal de su libro.
Como respuesta, Behe escribió inmediatamente un artículo, que se quedó durante un mes en un escritorio editorial. Luego, el 25 de octubre, los titulares de primera página todo el mundo informaban de la enigmática (y ampliamente malentendida) declaración del Papa Juan Pablo II acerca de que la evolución es «más que una hipótesis», sobre la base de «conocimientos nuevos», y que los científicos deben sentirse libres de investigar, manteniendo en mente que el alma es una creación directa de Dios.
Debido a que Behe es un científico católico romano que enseña en el departamento de biología de una importante universidad, tanto el Times como Behe percibieron una coincidencia. En cuestión de un día había reescrito su artículo para relacionarlo con la afirmación del papa.
En este artículo, Behe explicaba que la afirmación del papa no era nada nuevo para él; como católico, Behe aprendió que la evolución podía ser vista como la forma en que Dios había creado.
Lo que había forzado a Behe a cambiar de opinión acerca de la verdad del darwinismo y a proponer el designio inteligente no era la religión, sino los descubrimientos científicos en su propio campo. El papa hablaba de «diversas teorías» de la evolución, observó Behe, explicando que la única teoría válida de evolución que él veía surgiendo de la evidencia biológica hacía notar sin lugar a dudas las señales del «designio inteligente».
Inevitablemente, muchos científicos acusan a Behe de «un creacionismo recubierto de un fino barniz». Esta estrategia la emplea el biólogo Jerry Coyne de la Universidad de Chicago, cuya crítica de Behe fue publicada en septiembre en la prestigiosa publicación británica Nature. Al tiempo que Coyne admite que «no hay duda de que los caminos descritos por Behe son intimidadores por su complejidad y que su evolución será difícil de desentrañar», pretende por otra parte que Behe no ha ofrecido solución alguna: «La alternativa "científica" de Behe a la evolución [es] un confuso e inverificable revoltijo de ideas contradictorias». Dos veces en la crítica, la retórica de Coyne une a Behe a los «científicos creacionistas» de San Diego a los que los evolucionistas profesionales tienden a descartar. Coyne describe la obra de Behe como una «nueva y más sofisticada» versión del creacionismo literal basado en Génesis.
De hecho, Behe ha explicado con claridad sus diferencias con los creacionistas que mantienen una edad reciente para la tierra. Por ejemplo, está dispuesto a aceptar el concepto de Darwin de un ancestro común «como una hipótesis con la que se puede trabajar». Incluso declara: «No soy un creacionista», definiendo la palabra en un sentido restringido como incluyendo la creencia en una creación reciente de seis días como se deriva de la lectura literal del Génesis.
Behe cree que Dios resulta ser el Diseñador Inteligente a quien apuntan sus hallazgos bioquímicos, pero hace hincapié en que la ciencia misma quizá no tenga la capacidad de descubrir la identidad del diseñador, como tampoco los astrónomos pueden determinar, a partir de sus mediciones, la identidad del que hizo que el universo en expansión surgiera a la existencia de la nada. Behe ve la ciencia y la religión como dos líneas de investigación que hacen contacto o que se superponen en el área de los orígenes, pero ninguno de esos ámbitos humanos puede usurpar las funciones del otro.
Así, la religión puede ayudar a crear el espacio conceptual necesario para que el pensamiento de Behe cambie, pero él remonta sus dudas acerca de Darwin a una serie de sacudidas intelectuales o «bruscos despertares científicos» que recibió mientras trabajaba en el área de los orígenes biológicos durante la década pasada. Su pensamiento sufrió giros inesperados a través de interacciones con colegas en el campo de la bioquímica, cuyo contagioso escepticismo acerca de Darwin lo movió a emprender sus propias investigaciones, que a su vez condujeron a su surgimiento como una figura destacada en el movimiento del designio.
Michael Behe creció en Harrisburg, Pennsylvania, como uno de ocho hijos en una familia de clase media. Su padre, tomando ventaja del Proyecto de Ley para los Veteranos, fue el primero de su familia en ir a la universidad y se convirtió en el gerente de una sucursal de la Household Finance Corporation.
Ya de niño, dice Mike Behe, él era un «científico entusiasta». Se destacó como estudiante de secundaria, graduándose en quinto lugar de una clase de dos cientos y siendo elegido presidente de la clase del último año escolar. Recordando sus clases de ciencias en la escuela secundaria católica, dice: «Me enseñaron que Dios hizo las leyes del universo y que algunas de esas leyes conducían a procesos evolutivos. Por tanto, Dios no es menos creador únicamente porque utilice las leyes que ha puesto en movimiento.»
Para Behe, la evolución nunca fue un tema contencioso hasta que llegó a la Universidad Drexel de Filadelfia en los primeros años de la década de los setenta. Recuerda vívidamente una extraña conversación con un compañero estudiante que usaba la evolución como una «herramienta para luchar contra la religión». Behe arguyó vigorosamente con este escéptico universitario a favor de la posición teísta en la evolución; pero cuando se asentó el polvo de la batalla, ninguno había convertido al otro. En 1974, Behe se graduó de Drexel con un título en química y con una educación en los usos del darwinismo para propaganda en manos de los ateos.
Para sus estudios doctorales, Behe se trasladó al otro lado de la ciudad a la Universidad de Pennsylvania. Allí estuvo durante cuatro años y, después de completar su doctorado en bioquímica en 1978, consiguió un cargo en los Institutos Nacionales de Sanidad en Bethesda, Maryland.
Uno de sus colegas en el laboratorio de genética en los Institutos Nacionales de Sanidad era una correligionaria católica bioquímica, Jo Ann Nichols. Eran raras las veces en que su trabajo tenía que ver con la evolución pero Behe recuerda un día en que el asunto salió a colación durante un momento de descanso, como un asunto para especular entre ellos. La pregunta era ésta: «Si la primera vida sí surgió por procesos naturales al azar en una sopa química, como están diciendo los libros de texto, ¿cuáles son exactamente los sistemas mínimos precisos para la vida?» Juntos fueron elaborando una lista mental de los requisitos mínimos: una membrana funcional, un sistema para construir las unidades de DNA, un sistema para controlar la copia del DNA, un sistema para el procesamiento de la energía. Repentinamente, dejaron sus especulaciones, se miraron el uno al otro y sonrieron, murmurando juntos, «Nooo --demasiados sistemas; no podría haber sucedido al azar».
En 1982, Behe fue contratado por el Queens College en la ciudad de Nueva York para enseñar bioquímica. Él recuerda esos tres años en Queens como un punto destacado en su vida, principalmente por lo que sucedió fuera del laboratorio y del aula. Fue viviendo en Queens que conoció a su esposa Celeste, una atractiva y brillante joven de cabello negro azabache, hija de una familia católica italiana. Después de tres meses de cortejo, Michael le propuso el matrimonio, y se casaron al verano siguiente.
Tres años después, no deseando criar a su familia en un entorno urbano, buscó otros lugares. Cuando se abrió una posición en Lehigh, en Bethlehem, a una hora al norte de Filadelfia, presentó su solicitud, y se incorporó al claustro en 1985, y dos años después recibió la cátedra.
Poco después que le fuera otorgada la cátedra, experimentó su primera gran conmoción intelectual respecto a la evolución cuando compró el polémico libro Evolution: A Theory in Crisis [Evolución: Una teoría en crisis], del genetista agnóstico Michael Denton.
Cuando Behe abrió el libro, se vio atraído por la crítica científica radical de Denton que, aunque está de acuerdo con que la «microevolución» es un hecho establecido que nadie niega, presenta un desafío a la pretensión verdaderamente significativa del darwinismo --que haya justificado la «macroevolución». Denton, que ahora investiga genética humana en la Universidad de Ontago en Nueva Zelanda, y que no es él mismo creacionista, define la macroevolución como el surgimiento de nuevos órganos u organismos completos por procesos puramente naturalistas que operan en pequeños incrementos. Tras haber evaluado la evidencia para la macroevolución y habiéndola encontrado fallida, Denton concluye: «La teoría darwinista de la evolución no es ni más ni menos que el gran mito cosmogónico del Siglo Veinte.»
Leer el libro de Denton fue un «llamamiento al despertar científico» para Behe. El efecto intelectual, dice él, fue básicamente similar a un tratamiento de electroshock, convenciéndole que el poder creativo de la selección natural era, en su mayor parte, un farol --una inferencia mayormente injustificada que no estaba bien respaldada por la evidencia disponible. Pronto se encontró repensando todo lo que le habían enseñado acerca de evolución, especialmente en su propia especialidad de sistemas bioquímicos.
En 1989, el decano del College of Arts and Sciences envió una comunicación en la que pedía a los profesores que desarrollaran propuestas para nuevos cursos de seminario para alumnos de primer curso que exploraran apasionantes temas en las fronteras del conocimiento, para ayudar a los alumnos a desarrollar sus capacidades críticas de pensamiento. Behe vio esto como una oportunidad dorada y presentó un bosquejo de un curso denominado «Argumentos Populares sobre Evolución». Su curso empleaba tres textos principales: además de la crítica de Denton, requería que sus alumnos leyeran el clásico de Thomas Kuhn The Structure of Scientific Revolutions [La estructura de las revoluciones científicas] y un reciente éxito de librería, The Blind Watchmaker [El relojero ciego], una defensa del darwinismo escrita por el biólogo de Oxford Richard Dawkings.
La propuesta de Behe fue aceptada y ha estado enseñando el curso casi cada año desde 1989. Durante el curso, el alinea, lado a lado, evidencia y argumentos tanto a favor como en contra de la teoría convencional de la evolución. Su meta es enseñar de tal forma que los estudiantes no sepan necesariamente cuál es su posición personal acerca de la macroevolución.
Sin embargo, se siente complacido por las respuestas de sus alumnos ante su examen de la evidencia. «Encuentro muy gratificante,» dice Behe, «que muchos alumnos se me acercan al final del curso cada año y me dicen: "Profe, gracias por un curso magnífico; antes no tenía ni idea que había un argumento científico contra el darwinismo".»
Durante este mismo tiempo, en la Universidad de California en Berkley, Phillip Johnson estaba puliendo su propia crítica del darwinismo. Originalmente presentada en un coloquio de sus propios colegas catedráticos, Darwin on Trial [su título en castellano es Proceso a Darwin] fue finalmente puesto en forma de libro en 1991. Este estudio de cuatro años de Johnson de la base científica de la evolución también había sido suscitado por la lectura del libro de Denton. Ahora, su propio libro iba más allá de Denton, no limitándose solamente a la exposición de la endeblez de la base científica para la macroevolución, sino haciendo también observar el crucial papel que las presuposiciones filosóficas estaban teniendo en la presentación y defensa del darwinismo.
En julio de 1991, Mike Behe abrió una copia de la revista Science [Ciencia], publicada por la American Association for the Advancement of Science [Asociación Americana para el Avance de la Ciencia]. En la sección informativa, la revista se refería al libro Darwin on Trial [Proceso a Darwin] de manera semejante a la que en un parte meteorológico se advierte sobre el avance de un huracán. De hecho, la columna de noticias desechaba a Johnson como un abogado ignorante que comprendía mal «cómo opera la ciencia» y advertía a los lectores que su libro constituía un peligro para el pensamiento científico sano. Eugenie Scott, directora del anticreacionista Centro Nacional para la Ciencia de la Educación, se sentía inquieta por la potencial influencia de Johnson: «Espero que los científicos hagan averiguaciones acerca de esto. Necesitan realmente saber que [el libro] ha salido y que está confundiendo al público.»
Behe acababa de empezar a leer Darwin on Trial [Proceso a Darwin] y estaba furioso por lo que él califica de una actitud «profundamente antiintelectual» hacia la obra de Johnson. Behe envió una ingeniosa y aguda respuesta a Science, que ellos publicaron en un número posterior. Su carta ha venido a ser un pequeño clásico en la literatura de los escépticos del darwinismo e inmediatamente hizo que Behe se atrajera la atención del movimiento del designio.
A finales de 1991, la Fundación para el Pensamiento y la Ética, (Foundation for Thought and Ethics -- FTE), un grupo de expertos en Dallas, empezó a organizar un simposio alrededor del nuevo libro de Johnson, que debía tener lugar en marzo de 1992. La idea era invitar a cinco darwinistas y a cinco ponentes del designio inteligente para debatir la tesis central de Darwin on Trial [Proceso a Darwin] --es decir, que el darwinismo está basado fundamentalmente en una preferencia filosófica, no en una inferencia científica. Behe aceptó la invitación de FTE para unirse al grupo del designio inteligente, pero admite que entró al salón de conferencias de la Universidad Metodista del Sur en Dallas con «un cierto sobresalto». Dice Behe: «No sabía qué esperar; los darwinistas tampoco. Nunca se había intentado nada como esto a un alto nivel académico.»
Por fin se desvanecieron las aprensiones de Behe y de los demás, y, tres días después, los once participantes dejaron Dallas diciendo que el simposio había sido uno de los mejores a los que jamás hayan asistido en sus carreras académicas. «No hubo conversiones en ninguno de los bandos,» recuerda Behe, «pero floreció un genuino espíritu de camaradería y aceptación mutua entre nosotros. Fue uno de los puntos culminantes de mi vida».
Los debates, publicados bajo el título Darwinism: Science or Philosophy? [Darwinismo: ¿ciencia o filosofía?], fueron aclamados como un hito científico en la reconocida revista Quarterly Review of Biology. El volumen contenía un debate entre Phillip Johnson y el darwinista filósofo de la ciencia Michael Ruse, junto con los diez documentos presentados en la conferencia. Cada documento iba seguido de una respuesta publicada por uno de los participantes del otro bando de la discusión.
Muchos observadores describieron el trabajo de Behe, acerca de la naturaleza aislada de las familias de proteínas, como «un bombazo científico». Utilizando el análisis estadístico y bioquímico, Behe propuso que la estructura informacional de las proteínas apunta a un diseñador inteligente, del mismo modo que las letras de un libro deben ser dispuestas en el orden correcto por un autor para producir un texto coherente. Sin embargo, lo que muchos pueden recordar como el punto culminante de Behe fue su centelleante respuesta a un impresionante documento darwinista que trataba del sistema inmunológico. Las contribuciones corteses pero de alto octanaje científico de Behe fueron un punto culminante del simposio.
Un año después, el cuadro de científicos de Johnson-Behe se reunió en Pajaro Dunes en la costa de California. Allí, Behe presentó por primera vez los pensamientos seminales que habían estado fraguándose en su mente durante un año --la idea de la maquinaria molecular «irreduciblemente compleja».
Una vez Behe firmó el contrato con la editorial Free Press, procedió a teclear el texto del libro en su computadora. Behe tropezó con una sorpresa mayúscula durante las etapas finales de su investigación, cuando empezó a revisar los libros de texto universitarios y las publicaciones científicas: Con anterioridad no tenía ni idea de cuántas explicaciones darwinistas para sistemas complejos aparecerían en la literatura. Sospechaba que las explicaciones que se propusieran serían pocas e infrecuentes, pero lo que encontró era más elocuente: una ausencia total y sistemática de cualquier intento. Su emoción creció mes tras mes a medida que su investigación confirmaba el silencio universal sobre esa cuestión.
A finales de julio de 1996, Mike Behe se sentó en su oficina, encendió su computadora y empezó a examinar sus mensajes de correo electrónico. Había sido un mes emocionante: su libro finalmente estaba saliendo de la imprenta. Estaba entusiasmado por lo bien que había transcurrido su conferencia de prensa que había durado medio día en Washington, D.C., ante docenas de intelectuales y representantes de los medios de comunicación. Mientras estaba de vacaciones en la costa de Maryland con su familia, recibió un paquete de correo exprés enviado por Free Press que contenía una copia de su primogénito literario. Luego, unos cuantos días después, le llegó la noticia de que aparecería una reseña en el New York Times Book Review. Esas noticias trajeron emoción mezclada con temor: tenía deseos de celebrar pero se preguntaba si debía prepararse para un ataque.
Mientras Behe examinaba su listado de correo electrónico, notó que había un mensaje de Phillip Johnson. Cuando abrió el mensaje y lo desplegó, se sonrió ante su lenguaje lleno de energía: «No te preocupes, Mike. Aunque el Times te aseste un golpe en la reseña, habrá un terremoto cultural [en los Estados Unidos] el 4 de agosto cuando lo publiquen.»
Unos cuantos días después, Behe recibió una primera copia de la reseña y tecleó un informe por correo electrónico que saltó en las pantallas de las computadoras de varias docenas de colegas del movimiento del designio: «Buenas noticias --acabo de recibir la crítica del New York Times. Nada mal. No está mal del todo. En una escala de uno a diez (diez siendo un elogio extático, uno siendo un ataque total), es un ocho.» Behe podía sentir ya los sismos distantes.
Cuando Behe da conferencias, una de las primeras preguntas que le hacen es: «¿Qué dicen los darwinistas de su libro?» El menciona dos o tres respuestas que se repiten. Unos pocos simplemente lo etiquetan como «creacionista» y descartan sus argumentos sin escucharlos cuidadosamente; pero esa no es la respuesta típica. Casi todos los críticos han admitido que Behe tiene los hechos de su lado. El bioquímico James Shapiro dijo que en realidad La caja negra de Darwin ha mitigado la complejidad de los sistemas celulares, mientras que James Shreeve concedió que « podría estar en lo correcto en que dado nuestro actual estado de conocimiento, la buena y antigua evolución gradual darwinista no puede explicar el origen del... transporte celular».
A pesar de eso, Shreeve y otros dicen que simplemente el profesor de Lehigh se ha dado por vencido muy pronto. Muchos añaden que la ciencia simplemente no puede aceptar conceptos no científicos tales como el «designio inteligente». Behe considera esta objeción como un intento flagrante, basado en prejuicios filosóficos, de imponer límites a la ciencia.
Algunos críticos han buscado refugio en las nuevas ideas con bases matemáticas de Stuart Kaufmann, un profesor de la Universidad de Pennsylvania, que usa modelos computarizados para simular lo que él llama «el ordenamiento espontáneo de la vida». Behe critica las ideas de Kaufmann en su libro, haciendo ver que un reciente artículo en Scientific American describió la obra de Kaufmann como una «ciencia exenta de datos». Behe enfatiza que los modelos de Kaufmann nunca hacen referencia a datos químicos o biológicos reales y que no han producido experimentos de laboratorio. Por lo tanto, concluye, las ideas de Kaufmann no ofrecen esperanza como una ruta de escape para los darwinistas.
Posteriores reacciones de biólogos profesionales a La caja negra de Darwin han llegado en abundancia, como observó Phillip Johnson: «Todas las críticas del libro de Behe hasta el momento no presentan desafío alguno a la verdad de lo que dice. Sólo reflejan lo infelices que se sienten los darwinistas al ver que la evidencia científica y su filosofía materialista van en direcciones opuestas.»
Esta infelicidad fue evidente en la reciente conferencia en la Universidad del Sur de Florida. El profesor que enseña el curso de evolución a pregraduados objetó: «Se están dando por vencidos muy rápido. La bioquímica está en su infancia. Estos sistemas fueron descubiertos sólo hace 20 o 30 años. En los próximos años, podríamos empezar a averiguar cómo evolucionaron todos estos sistemas. »
Behe respondió: «En realidad, muchos de esos sistemas han sido plenamente entendidos desde hace 40 años o más, y no se ha publicado ni una explicación que ofrezca un escenario plausible por medio del cual hayan podido evolucionar. Cualquier ciencia que pretenda haber explicado algo, cuando de hecho no han publicado ninguna explicación en absoluto, debería ser llamada a rendir cuentas.»
Michael Behe no quiere en realidad ser más que un auditor biológico que inicia una inspección largamente pendiente de los libros de cuentas del darwinismo. El mundo está contemplando los resultados.


Tom Woodward es profesor en el Trinity College de Florida, donde también dirige el Centro para Ministerios Universitarios.




Tomado del artículo «Meeting Darwin's Wager» [Afrontando el Reto de Darwin] escrito por Thomas Woodward(Copyright © 1997 by Christianity Today, Inc/Christianity Today. Vol. 41, No. 5, p.14-21).Traducido por Lucrecia Ortiz Tejada.Revisado por Santiago Escuain.Publicado con permiso del autor.