Encuentra a tus autores aquí

lunes, octubre 22, 2012

Lourdes Franyuti: Dos pájaros contraatacan


 
Dos pájaros contraatacan.
Lourdes Franyuti.

 
                        Las segundas partes nunca son buenas. Esta frase se ha repetido por muchos años y en numerosas ocasiones... A cinco años de la gira titulada “Dos pájaros de un tiro”, Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat regresan para desmentir la frase en comento y a su vez, para deleitarnos con un recital inolvidable en las almas de casi diez mil asistentes. “Dos pájaros contraatacan” es el nombre que estos poetas titulan su gira 2012.  

                        Iniciando con dos temas: “Ocupen su localidad” y “Hoy puede ser un gran día”, encendieron el ánimo del público los cantautores españoles, mezclando su espectáculo con anécdotas, agradecimientos, y comedia improvisada. Sonrisas y emoción dibujadas en los rostros de quiénes invadimos las butacas el pasado 17 de octubre en el Auditorio Nacional, soñamos a ritmo de música, poesía y baile, con canciones conocidas y no conocidas e incluidas en el nuevo disco La orquesta del Titanic
                        Cuenta la leyenda que hace un siglo, el 15 de abril de 1912, dos polizones fueron sorprendidos cantando en la ducha de un camarote de primera clase, después de que el insumergible paquebote chocara contra un témpano de hielo en el Atlántico Norte. Entre los pasajeros multimillonarios que perecieron se contaron a Benjamin Guggenheim, J. J. Astor y a… Leonardo Di Caprio. Todo esto se hubiera podido evitar si en vez de paquebote, hubiesen construido un paqueflote. No se sabe cómo Sabina y Serrat sobrevivieron al naufragio, lo que sí se sabe es que los confundieron con músicos y los incorporaron a la infatigable Orquesta del Titanic. 
 
 

                        “Acuérdate de mí”, “Martínez”, “Princesa”, “Y sin embargo”, “Tan joven y tan viejo”, “Contigo”, “La del Pirata Cojo”, “De Cartón Piedra”, “Señora”, “Tu nombre me sabe a hierba”, “Esos locos bajitos”, “Mediterráneo”, “Eclipse de Mar”, ésta última interpretada por Serrat, aclarando él mismo que ya está contenida en su testamento como legado de Sabina. Muchos de sus éxitos convirtieron al recinto de Reforma en un templo a las notas musicales, al verso y al homenaje, recordando a su cuatachona Chavela Vargas, dedicándole “Por el bulevar de los sueños rotos”.  

                        Dentro del anecdotario, Sabina se preguntaba: ¿Cómo se escriben las canciones? Respondió: No es porque la inspiración llegue en noches de tormenta, con el romanticismo convertido en lluvia… Relató que cuando Serrat ya era Serrat, presentándose un día en el Golden Golden Golden Hall, Sabina pudo colarse con un amigo, por lo que ambos se sentaron en una mesa retirada al escenario. Este amigo le ofreció un cigarrillo (de ésos que les gustan mucho a los hippies); de repente Serrat se encontraba enfrente de ellos preguntándole a Sabina: “¿Cómo te llamas?” A lo que respondió: “Joaquín Sabina”. Lo único que pudo contestarle Serrat fue: “Tu nombre me sabe a hierba”. Según Sabina, esta frase le dio la pauta a Serrat para titular dicha canción. 

                        A la mitad de “Más de cien mentiras” agradecieron los cantantes a sus músicos colaboradores: Antonio García de Diego, Pancho Varona, el maestro Miralles, José Miguel Pérez, Mara Barros, entre otros, que hicieron que todos los asistentes nos pusiéramos de pie para cantar y bailar con ellos.  

                        Con un solo tono a guitarra, la multitud ovacionó a Sabina… Tres veces lo tocó y las tres veces el público gritó y silbó: Se trataba de “19 días y 500 noches”. De principio a fin se escucharon las voces de todos los asistentes, acentuando el “Dijo hola y adiós” acapella.  

                        Con sombrero de charro, cantaron “La Serenata Huasteca” compuesta y arreglada muy a su estilo. La incansable orquesta siguió tocando y los protagonistas del espectáculo agradecieron tanto aplauso y piropo, destacando entre el público, la presencia de Daniela Romo y Tania Libertad.  

                        Se despidieron y regresaron al escenario tres veces, cantando más de su repertorio: “Contigo”, “Cantares”, “Y nos dieron las diez” y “Noches de Boda”. Dos horas y cuarenta y cinco minutos fue la duración del concierto… Un concierto que nos deja volando libres, como estos dos pájaros por la “Calle Melancolía”, dirigiéndonos a ese frío océano donde el Trasatlántico sigue navegando a un siglo de su hundimiento y que hasta la fecha se pregunta: “¿quién me ha robado el mes de abril…?”


17 de octubre de 2012

México, D.F.

2 comentarios:

manipulador de alimentos dijo...

esto dos son unos hachas!!! :)

manipulador de alimentos dijo...

para la próxima si me entero a tiempo los voy a ver :)
Un saludo!