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martes, noviembre 13, 2007

Lucía DeBlock: Enrevista con Luis Arturo Ramos




Con motivo de la presencia del escritor veracruzano Luis Arturo Ramos en la ciudad de Veracruz, para la presentación de su última novela Ricochet o los derechos de autor, el próximo 16 de Noviembre, se realizó esta entrevista vía electrónica.

Lucía Deblock: ¿Qué ha pasado con Luis Arturo Ramos desde el 2000, año de la publicación de La mujer que quiso ser Dios?


Luis Arturo Ramos: Han pasado siete años. ¿Te parecen pocos? Y en ellos, aparecieron reediciones más que ediciones: Intramuros, Este era un gato… Libros para niños. Escribí y publiqué crónicas, que tengo en mucha estima por sus posibilidades de relacionar géneros distintos. Salieron dos o tres libros recopilando parte de los ensayos que se han publicado acerca de mi trabajo literario. En resumen, no pasó mucho en cuanto a novedades. Como que esos siete años fueron un periodo de reciclaje.

LD: ¿Con qué tradición literaria te interesa dialogar, quiénes son tus padres literarios, o
tus raíces literarias?

LAR: No tengo padres, tengo madre, aunque mis enemigos insistan en lo contrario. La Historia
es mi progenitora y la Literatura mi manera de entenderla. Y ya que hablas de raíces, esas son las que nutren mi trabajo como escritor y buena parte de mi trabajo como ciudadano. Me interesan y aprendo de los autores que las interrelacionan.

LD: ¿Te consideras parte de una generación literaria, con quiénes consideras que tienes qué ver cuando hablamos de literatura?

LAR: Más que de una generación literaria, me considero parte de ese momento histórico donde se leía y se buscaba cierto tipo de literatura. Crecer en la segunda mitad del siglo XX implica muchas cosas. Sobre todo para quienes, como a mí, les interesa la política y, de alguna manera, participan de ella y con ella. Mi promoción literaria vive y crece inmersa en movimientos políticos que representaron la Guerra Fría, Revolución Cubana,, el triunfo de Ho Chin Min en Vietnam, la represión estudiantil en el 68. Todos ellos provocaron o corrieron paralelos con movimientos culturales. Mi generación, como la de todos, fue primero espectadora y lectora antes que escritora. Y desde mi perspectiva, eso es lo que te hace y hasta te obliga a formar parte de algo.

LD: ¿Cuál o cuáles son las obras de mayor riesgo formal que has emprendido?

LAR: Este era un gato… Lo dicen también quienes han escrito acerca de él.

LD: La historia es un fenómeno que evidentemente te interesa ¿Qué convierte en histórica a una novela y en dónde deja ésta de ser historia?

LAR: ¿Qué quién la convierte? Pues el escritor. Para eso es escritor y para eso quiere escribir una novela y no un capítulo de la historia.

LD: Te has declarado un pesimista natural ¿Tu literatura se escribe desde el pesimismo?

LAR: ¿Y quién que lee los periódicos podría dejar de serlo? Pero mi literatura se escribe desde una intención primordial que muchas, o varias veces, no tiene que ver con el pesimismo. Aunque para ser realistas, en México, un escritor pesimista, es un escritor realista. ¿Desde qué otra perspectiva se podría escribir literatura realista en México?

LD: ¿Cuál es la aspiración artística que aún pervive desde que empezaste a escribir?

LAR: Escribir bien aunque me lean cada vez menos. Comencé publicando libros con tiraje de 3 mil y ahora ya ando por los mil.

LD: Roland Barthes concebía la novela como una frase, ¿Coincides con esa idea?
LAR: Para mí es también una oración de esas que musitas en tus momentos de esperanza (los pesimistas también las tenemos), además de ser una construcción sintáctica: sujeto (personajes), verbo (acción o trama) y complemento (espacio y tiempo).

LD: ¿Cómo eliges el punto de vista narrativo, las ideas llegan con su propia determinación narrativa? ¿Puedes ejemplificar con Éste era un gato...?

LAR: Hay historias que ganan siendo narradas en primera persona; otras se ven mejor si son narradas en tercera persona. Pero en ambos casos siempre me resulta necesario encontrar el tono de esa voz que narra en una u otra persona. Entiendo el tono como la emoción o estado de ánimo de la voz que narra. Cuando descubro que esa historia en particular amerita un tono de voz sosegado o alterado o atemorizado o rememorativo o etcétera, siento que ya he dado un gran paso en la construcción de mi historia. En el caso de Este era un gato…, el narrador en primera persona relata a veces desde la angustia de la espera, en otras, desde la reconstrucción de los hechos. Es obvio que para encontrar el tono adecuado, sobre todo de la voz en primera persona, hay que tener muy claro el o los motivos que esa voz tiene para contar esa historia.

LD: ¿Se agotó la veta veracruzana en tu literatura?

LAR: Si lo dices porque Ricochet… ocurre en el DF, lamento decepcionarte. Ricochet… es mi tercera novela chilanga y La mujer que quiso ser Dios, además de ser parte de, hasta el momento, un tríptico veracruzano, construye también ese biombo de múltiples pliegues que habré de seguir desplegando si la mujer que quiere ser Dios me presta vida y energías. La ciudad de Veracruz no se agota en unas cuantas historias.

LD: A 28 años de la publicación de Violeta-Perú ¿Qué piensas de tu primera incursión en el género?

LAR: Algunos dicen que es mi mejor novela; otros que es una novela de juventud y, por lo tanto, fallida. La releí con motivo de su tercera edición y creo que sigue vigente: el desempleo, la violencia social, el amago de la guerrilla, la injusticia, el enriquecimiento desaforado de unos cuantos y las vanas esperanzas de los más jodidos en que las cosas cambien.

LD: Has publicado siete novelas, cuatro colecciones de cuentos, tres libros de cuentos infantiles, ensayo y crónica. Esta productividad y el amplio registro de tu obra revelan vocación y disciplina, es decir, un oficio de escritor plenamente profesionalizado poco común en la literatura mexicana. ¿Cómo has logrado esto?

LAR: Dejemos que brille tu afirmación como única respuesta.
LD: Eres un escritor que mantiene un público cautivo reducido, pero inteligente y exigente, te has mantenido al margen de las tentaciones comerciales y de la literatura de consumo ¿Estas decisiones cómo han influido en tu vida como escritor? ¿Qué podrías decirles a los jóvenes que recién comienzan a escribir y se ven expuestos ante estos fenómenos comerciales de la actualidad?

LAR: Que escuchen las voces de su corazón pero también las de sus bolsillos. Todo mundo tiene derecho a la pretensión de enriquecerse con lo que escribe. Me incluyo.


LD: ¿Qué nos puedes decir de tu nueva novela Ricochet o los derechos de autor?


LAR: Quise escribir una novela divertida, con abundantes referencias al México actual y en donde un hallazgo intrascendente desencadena una serie de acontecimientos que llevan al personaje central al asesinato. Es una historia que comienza siendo de honor maltrecho y termina en policiaca, con muerto y todo.

1 comentario:

Peniley Ramírez dijo...

que raro, volver a los elementos con luis arturo ramos. Me gusta mucho esta forma de cuestionar al escritor, aunque tmb quiero que se cuestione al hombre. Hola Nachito, HOla a todos, y gracias Lucia, gracias Luis, yo tmb creo que ser veracruzano es una enfermedad contagiosa, que la distancia no cura, sino empeora, un besito, Peni