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jueves, junio 28, 2007

Javier Vilchis: Kierkegaard y la generación beat




Comenzaré la conferencia leyendo un párrafo que J. Kerouac, escribió en su novela En el camino subrayando su analogía con el pensamiento de Kierkegaard; dice así:




Me desperté cuando el sol se ponía rojo y fue aquel un momento inequívoco de mi vida, el más extraño momento de todos, en el que no sabía ni quién era yo mismo: estaba lejos de casa, obsesionado, cansado por el viaje, en la habitación de un hotel barato que nunca había visto antes (…) No estaba asustado, simplemente era otra persona, un extraño, y mi vida entera era una vida fantasmal. Estaba a medio camino atravesando América, en la línea divisoria entre el Este de mi juventud y el Oeste de mi futuro, y quizá por eso sucedía aquello allí y entonces, aquel extraño atardecer rojo. (Kerouac, J. 1998 :27).




Si el principal síntoma de la alienación es la perdida de la identidad, en estas frases podemos apreciar el interés de Kerouac de transmitirnos su vivencia al comunicarnos su “extrañamiento” de descubrir el olvido de sí mismo: “mi vida entera era una vida fantasmal”. El descubrimiento de la existencia como subjetividad lo describió 120 años antes Kierkegaard, cuando tenia 23 años anotó en su diario: “Se trata de comprender mi destino, de descubrir aquello que en el fondo Dios reclama de mí, de hallar una verdad que sea tal para mí, de encontrar la idea por la cual deseo vivir y morir” (Kierkegaard;1993:17). Estas palabras de Kierkegaard podrían ser interpretadas como el inicio del movimiento de la contracultura de los años de la posguerra en los Estados Unidos. En efecto, el desarrollo de la poesía Beatnik y su expresión en la música de rock y el blues representará precisamente esa conciencia infeliz, que desde la época del romanticismo ha intentado a través de la expresión artística libre y antagónica de la burguesía, rescatar ese anhelo de comunidad, trascendencia y plenitud personal que el proyecto de la modernidad no realizó.
En la América de principios de la segunda mitad del siglo XX, el triunfo de la guerra y el desarrollo de la tecnología habían logrado niveles de vida de una enorme abundancia y confort nunca antes soñados por la humanidad, y sin embargo a pesar de la opulencia aparece una nueva generación de jóvenes que tratan de ser distintos: les gusta el jazz, los viajes, no les satisface el american way of life se sienten espiritualmente vacíos y buscan algo que pueda llenar sus vidas, no creen que el estudiar y ganar dinero para vivir cómodamente sea el único sentido de la vida. Esta nueva búsqueda de sentido se inicia en una generación cuya experiencia histórica bélica inmediata les había develado la terrible violencia que podía generar la tecnología. Los poetas beats representan a la generación golpeada. Después de la terrible vivencia de dos conflictos bélicos, nace como consecuencia una generación extremadamente sensible a la violencia e intensamente solidarias con el dolor ajeno. Kierkegaard dice en su diario:
Las naturalezas excepcionales tienen naturalmente una infancia y una juventud muy desdichadas, pues el hecho de que sean esencialmente reflexivas en aquella edad nace de la mas profunda de las melancolías. Pero se verán recompensadas, pues la mayoría de los hombres no llegan a ser espíritus (Kierkegaard;1993: 207).
Esta inquietud poética nace de una necesidad subjetiva de querer expresarse para aliviar el dolor, Jack Kerouac por ejemplo que comenzó a escribir desde los ocho años, había vivido la muerte de su hermano cuando apenas tenia cuatro años (Antología;2003:89). Otro representante, Gregory Corso hijo de inmigrantes italianos es abandonado en el orfelinato después del divorcio de sus padres, a los doce años es condenado a encierro por robar un radio. Más tarde vive con su padre que había vuelto a contraer matrimonio, pero dos años después escapa de su casa, es capturado y vuelve a escapar, hasta que lo condenan en prisión por tres años acusado de robo. En la cárcel comienza a estudiar y escribir, impulsado por un deseo latente en él desde hacia tiempo (Antología;2003:19).



Pero todos ellos, tenían; además : el escenario de la Segunda Guerra Mundial, con todas sus atrocidades, la terrible experiencia de una guerra moderna fundamentada más en los resultados de una “razón instrumental” que en la valentía de sus soldados. La amenaza de la destrucción masiva durante la guerra fría, fue el inicio de su inspiración poética: “Quien haya sobrevivido a una guerra, cualquier tipo de guerra, sabe que ser beat no significa tanto estar muerto de cansancio cuanto tener los nervios a flor de piel; no tanto estar llenos hasta, sino más bien sentirse vacíos” (Marroquín, 1975:19). Esta inspiración se da en el rechazo a una cultura fundamentada en la ciencia y a la tecnología a la que se refiere Ginsberg en su desgarrador poema Aullido con el nombre Moloch, “Moloch cuya sangre es el dinero que corre, Moloch cuyos dedos son diez ejércitos ¡Moloch cuyo seno es un dínamo caníbal!” (Antología; 2003:55)




Ginsberg rechaza una sociedad fundamentada en el poder de la tecnología y el olvido del subjetividad. Al igual que Anti–Climacus, sinónimo de Kierkegaard consideraba la superioridad de la ciencia y la tecnología como vanidad: una manera de escaparse de sí mismo y de ocultarnos nuestros verdaderos intereses; dice William Burrroughs: “Estoy definitivamente en contra la ciencia, porque constituye un complot para imponernos en vez del universo real, su universo el universo mismo de la ciencia. La máquina debe ser eliminada (Antología; 2003:14) para que pueda surgir la subjetividad. De hecho la actitud beat es enfrentarse a sí mismo sin buscar evadirse de la realidad. John Clelon Colmes considera que ser beat es como: "un estado mental en el que el ser humano se ha despojado de todo lo necesario, quedando receptivo ante la realidad circundante". Podríamos añadir, siguiendo a Kierkegaard, para vivirla como es, y no nada más para entenderla a través de sistemas lógicos, filosóficos o científicos en donde la verdad objetiva es lo importante, y en donde el individuo es diluido, como una abstracción númerica y sacrificado en función de los resultados. “Ser beat, dice Holmes, es estar en el fondo de la propia personalidad, mirando hacia arriba. Ser existencial más en el sentido de Kierkegaard que en el de Jean Paul Sarte”(Antología; 2003 :9).



El movimiento beat se distingue de la corriente existencialista atea y nihilista que estaba surgiendo en aquellos años en Paris, a través de la novelas y las obras de teatro de Albert Camus y Jean Paul Sartre cuya principal tesis era la angustia de la libertad y el absurdo de la existencia, en contraste, el movimiento beat es profundamente religioso, estamos buscando al Dios dice Keruac. Sin embargo, al igual que Kierkegaard fueron terriblemente incomprendidos porque rompen con toda la lógica de un Dios de los filósofos, no; no es un Dios de razón el que buscan, porque la razón limita y divide en sus diferentes concepciones: sólo un Dios que se identifica con el amor puede unir libremente las diferentes dogmas religiosos, solamente un Dios de amor puede unir aceptando y respetando las diferencias: solamente un Dios que se identifique con el amor puede ser garantía de una paz perpetua. La búsqueda de un Dios con estas características solamente puede darse a través de la poesía, porque si Dios no es amor entonces no nos interesa por su existencia.



Nos dice Luis Guerrero en su libro: La verdad subjetiva; que Kierkegaard se enfrentó valientemente a la Iglesia de su tiempo que había difundido un falso cristianismo superficial y poco exigente de una Iglesia triunfante, cómodamente instalada en la modernidad, que habiendo pactado con la burguesía había olvidado el autentico mensaje cristiano. Nos dice también que Kierkegaard fue victima de una crítica satírica por parte del periódico el Corsario, un periódico de su tiempo con orientación liberal (Guerrero; 2004: págs. 15 y siguientes).
También la poesía Beat fue criticada porque su mensaje poético nada tenia de académico, porque al igual que el auténtico mensaje cristiano, estaba más bien dirigido hacia los jóvenes expulsados de las universidades, presos en las cárceles, trastornados por la droga y la bebida, perseguidos por la ley y el orden. Por eso generaron escándalo y críticas hacia una poesía que era completamente nueva y distinta a lo que el público estaba acostumbrado. Esta poesía describía la realidad de los individuos marginados y generalmente se le identificaba con los vagabundos, drogadictos y mal vivientes.



Sin embargo, Jack Kerouac replicó con energía contra estas críticas:
Muy errados están los que piensan que la generación beat significa crimen, amoralidad, inmoralidad y delincuencia. Pobres los que nos atacan porque no comprenden la historia y las aspiraciones del alma. Pobres los que creen en la bomba atómica, y que es preciso odiar al padre y la madre, los que niegan el más importante de los diez mandamientos. Pobres los que no creen en la indecible ternura del amor entre un hombre y una mujer. Profetizo que la Generación Beat va a ser la generación de mayor sensibilidad de la historia de América, y por eso no podrá hacer más que el bien (Antología; 2003:13 y14).



La poesía inspirada en la vivencia de una juventud insatisfecha ante la carencia de ideales más allá del hedonismo egoísta burgués, generaron el prototipo de un adolescente cuya rebeldía representaba la negación de un mundo fundamentado en: el utilitarismo cientificista, los grandes negocios y el poder militar, ignorando por completo el destino juvenil.



Su estado de ánimo y sus irónicas valoraciones nos señalan que su principal problema esta en la raíz de un sistema social que ha olvidado su principal misión: crear las condiciones para que la persona encuentre un horizonte de realización personal más allá de valores hedonistas.
En efecto; si en la sociedad opulenta de mediados de los cincuenta había surgido el movimiento de contracultura, es porque sus valores son insuficientes para el reclamo de la voluntad humana. Kierkegaard nos explica el fenómeno subrayando que todo individuo que se instale únicamente en la inmediatez del placer de los sentidos está desesperado lo sepa o no. Sin embargo, sabía también que lo valioso de la juventud es que los jóvenes todavía tienen la suficiente receptividad para creer en los grandes ideales. Esta es la razón de la predilección de Sócrates por la juventud, pero dice Anti-Climacus: esta receptividad juvenil se pierde también con los años. No hay que olvidar que en los años sesenta se decía entre los jóvenes que no se puede confiar en una persona mayor de treinta años. Porque en efecto, el movimiento beat fue el antecedente de la contracultura de los años sesenta. Cuando aparece el rock y se convierte en poesía inspirada en la generación beat (no hay que olvidar que beat también significa el golpeteo de la batería de ahí el origen de la palabra Beatles) se produce entonces, con esta unión de rock y poesía, una formidable arma de comunicación “indirecta” para despertar la conciencia narcisista de una juventud cómodamente instalada en el confort de una sociedad burguesa. A través de la poesía transmitida a ritmo de rock, la fuerza de la palabra se transforma en interioridad subjetiva que hace surgir una pasión por la problemática existencial, una expansión de la conciencia juvenil por una falta de satisfacción y de sentido. En la música de Bob Dylan, Paul Simon, John Lennon, entre otros, se expresaron los grandes ideales que tenían como característica común el anhelo imaginario de una comunidad fraternal universal. Si la fe “es una pasión”, como dice Johannes de Silentio (Kierkegaard, 1996), sinónimo de Kierkegaard, entonces estos jóvenes realmente creían que podían cambiar el mundo. Por eso en 1968 escribieron en la Universidad de Paris: “No queremos vivir en un mundo cuya condición de no morir de hambre sea la de morir de aburrimiento, tampoco queremos vivir en un mundo en que la felicidad de los unos debe coexistir con el sufrimiento de los otros”. Es verdad que sus demandas eran imposibles, y que la realidad de un sistema económico mundial extremadamente complejo terminó pronto con el sueño, pero aún ahora a 37 años del 68 y a los 150 años de la muerte de Kierkegaard, si queremos seguir siendo jóvenes no hay que olvidar las palabras de Johannes de Silentio: “sólo el caballero de la fe triunfa sobre lo finito el caballero de la resignación es aquí un extraño un transeúnte” recordando estas palabras podemos entender ahora porqué los estudiantes del 68 escribieron también: “seamos realistas exijamos lo imposible”.


Notas:
* Conferencia impartida el 28 de abril de 2005 en el Tec de Monterrey Campus Estado de México, en el ciclo de conferencias: "La Pasión por la Existencia: 150 Aniversario de la Muerte de Sören Kierkegaard".



Referencias:
Barnatán M.R. 2003, Antología de la Generación Beat; Ed. Letras vivas, México.Guerrero Luis, 2004


La verdad Subjetiva, Soren Kierkegaard como escritor, U.I.A


Kerouac j. 1998 En el Camino, Anagrama, Barcelona.


Kierkegaard Soren, 1993, Diario Íntimo, Planeta, 1996


Temor y Temblor, Ramón Llaca y Cia. México. 1984


La enfermedad Mortal, Sarpe, Madrid.Marroquín Enrique, 1975,


La Contracultura como protesta, Joaquín Mortiz, México.

Allen Ginsberg: Aullido



a Harold Solomon

He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, histéricos famélicos muertos de hambre arrastrándose por las calles, negros al amanecer buscando una dosis furiosa, cabezas de ángel abrasadas por la antigua conexión celestial al dínamo estrellado de la maquinaria de la noche, quienes pobres y andrajosos y con ojos cavernosos y altos se levantaron fumando en la oscuridad sobrenatural de los departamentos con agua fría flotando a través de las alturas de las ciudades contemplando el jazz.


Quienes expusieron sus cerebros al Cielo, bajo Él y vieron ángeles mahometanos tambaleándose en los techos de apartamentos iluminados.


Quienes pasaron por las universidades con ojos radiantes y frescos alucinando con Arkansas y la tragedia luminosa de Blake entre los estudiantes de la guerra.


Quienes fueron expulsados de las academias por locos por publicar odas obscenas en las ventanas del cráneo.


Quienes se encogieron sin afeitar y en ropa interior, quemando su dinero en papeleras y escuchando el Terror a través de las paredes.


Quienes se jodieron sus pelos púbicos al volver de Laredo con un cinturón de marihuana para New York.


Quienes comieron fuego en hoteles coloreados o bebieron trementina en Paradise Alley, muerte, o purgaron sus torsos noche tras noche con sueños, con drogas, con pesadillas despiertas, alcohol y verga y bolas infinitas, ceguera incomparable; calles de nubes vibrantes y relámpagos en la mente saltando hacia los polos de Canadá y Paterson, iluminando todas las palabras inmóviles del Tiempo, sólidos peyotes de los vestíbulos, amaneceres en el cementerio del árbol verde, ebriedad del vino en los tejados, puestos municipales el neon estridente luces del tráfico parpadeantes, vibraciones del sol, la luna y los árboles en los bulliciosos crepúsculos de invierno de Brooklyn, estrepitosos tarros de basura y una regia clase de iluminación de la mente.


Quienes se encadenaron a sí mismos a los subterráneos para el viaje infinito desde Battery al santo Bronx en benzedrina hasta que el ruido de las ruedas y niños empujándolos hacia salidas exploradas estremecidas y desiertos golpeados de cerebros absolutamente secos de esplendor en la melancólica luz del Zoo.


Quienes se hundieron toda la noche en la luz submarina de Bickford's emergidos y sentados junto a la añeja cerveza después del mediodía en el desolado Fugazzi's, escuchando el crujido del destino en la caja de música de hidrógeno.


Quienes hablaron setenta horas seguidas desde el parque a la barra a Bellevue al museo al Puente de Brooklyn, batallón perdido de conversadores platónicos bajando de espaldas las escaleras de escape de los alfeizares del Empire State lejos de la luna, gritando incoherencias, vomitando susurrando hechos y recuerdos y anécdotas y patadas en la bola del ojo y traumas de hospitales y cárceles y guerras, intelectos enteros disgregados en amnesia por siete días y noches con ojos brillantes, carne para la Sinagoga arrojada al pavimento.


Quienes se desvanecieron en ninguna parte de Zen New Jersey dejando un reguero de ambiguas postales ilustradas de Atlantic City Hall, sufriendo sudores orientales y artritis Tangerianas y jaquecas de China bajo la basura en las salas sin muebles de Newark.Quienes dieron vueltas y vueltas en la medianoche por el patio de trenes preguntándose adónde ir, y fueron, sin dejar corazones rotos.


Quienes prendieron cigarrillos en vagones traqueteando por la nieve hacia granjas solitarias en la noche del abuelo.Quienes estudiaron a Plotino, Poe, San Juan de La Cruz, telepatía y cábala debido a que el cosmos instintivamente vibraba en sus pies en Kansas.


Quienes solos por las calles de Idaho buscaban ángeles indios visionarios que fueran ángeles indios visionarios.


Quienes pensaban que sólo estaban locos cuando Baltimore destellaba en éxtasis sobrenatural.


Quienes saltaron a limusinas con el Chinaman de Oklahoma impulsados por la lluvia de los pequeños pueblos a la luz callejera de la medianoche del invierno.


Quienes haraganeaban hambrientos y solos por Houston buscando jazz o sexo o sopa, y siguieron al brillante español para conversar sobre América y la eternidad, una tarea sin esperanza, y tomaron un barco para África


Quienes desaparecieron en los volcanes de México dejando tras suyo nada excepto la sombra del estiércol y la lava y la ceniza de la poesía quemada en Chicago.


Quienes reaparecieron en la Costa Oeste investigando el F.B.I. en barbas y pantalones cortos con grandes ojos pacifistas atractivos en su oscura piel entregando incomprensibles folletos.Quienes se quemaron sus brazos con cigarros encendidos protestando contra la bruma narcótica del tabaco del Capitalismo.


Quienes distribuyeron panfletos supercomunistas en Union Square sollozando y desvistiéndose mientras las sirenas de Los Alamos los deprimían, y se deprimía Wall, y el ferry de Staten Islan también se deprimía.


Quienes rompieron a llorar en blancos gimnasios desnudos y temblorosos frente a la maquinaria de otros esqueletos.


Quienes mordieron detectives en el cuello y chillaron con placer en autos policiales por no cometer un crimen salvo su propia pederastia salvaje y su intoxicación.Quienes aullaron de rodillas en el metro y fueron arrastrados por el techo ondeando sus genitales y manuscritos.


Quienes permitieron ser penetrados por el ano por virtuosos motociclistas, y gritaron con alegría.Quienes chuparon y fueron chupados por aquellos serafines humanos, los marineros, caricias del amor Atlántico y Caribeño.


Quienes eyacularon en la mañana en la tarde en jardines de rosas y en el pasto de parques públicos y cementerios esparciendo su semen libremente a quienquiera que llegara.


Quienes hiparon sin cesar tratando de reír pero se torcían de llanto detrás de un cubículo de un Baño Turco cuando el ángel rubio y desnudo venía a atravesarlos con una espada.


Quienes perdieron a sus amantes por las tres viejas musarañas del destino, la musaraña tuerta del dólar heterosexual, la musaraña tuerta que hace guiños fuera del útero y la musaraña tuerta que no hace nada sino sentarse en su trasero y corta las hebras doradas intelectuales del vislumbre del artesano.


Quienes copularon extáticos e insaciables con una botella de cerveza, un novio, un paquete de cigarrillos, una vela y se cayeron de la cama, y continuaron en el suelo y por los pasillos y terminaron desmayándose en la pared con una visión del último coño y llegaron a eludir el último atisbo de conciencia.


Quienes endulzaron las conchitas de un millón de chicas temblorosas en el ocaso, y tenían los ojos rojos en la mañana pero preparados para endulzar las conchitas del sol naciente, destellantes traseros bajo los establos y desnudos en el lago.


Quienes iban a putas en Colorado por miríadas en autos robados, N.C., héroe secreto de estos poemas, semental y Adonis del alegre Denver a la memoria de sus innumerables encamadas con chicas en lotes vacíos, patios de bares, hileras de desvencijadas casas rodantes en la cima de montañas, en cavernas o con demacradas meseras en familiares subidas de enaguas al lado del camino y especialmente la secreta estación de gasolina solipsismos de Juan, y callejones pueblerinos también


Quienes se desvanecieron en vastas películas sórdidas, se transformaron en sueños, despertaron en un repentino Manhattan, y se encontraron a sí mismos fuera de los sótanos colgados sobre descorazonados Tokay y los horrores de los sueños de hierro de la Tercera Avenida y tropezaron con las oficinas de desempleo.


Quienes caminaron toda la noche con sus zapatos llenos de sangre en los muelles esperando una puerta en East River para entrar a un cuarto lleno de vapor caliente y opio.


Quienes crearon grandes dramas suicidas en el apartamento de los acantilados del Hudson bajo el rayo azul de la luna de tiempo de guerra y sus cabezas eran coronadas con el laurel del olvido.


Quienes comieron la cazuela de cordero de la imaginación o digirieron cangrejos en el fondo lodoso de los ríos de Bowery.


Quienes lloraron por el romance de las calles con sus carritos llenos de cebollas y mala música.


Quienes se sentaron en cajas respirando en la oscuridad bajo el puente, y se levantaron para construir arpas en sus desvanes.


Quienes tosían en el sexto piso del populoso Harlem con llamas bajo el cielo tuberculoso rodeados por las jaulas naranjas de la teología.


Quienes garrapatearon toda la noche golpeando y rodando sobre elevadas incantaciones que en las amarillas mañanas eran estrofas de jerigonza.


Quienes cocinaron animales podridos pulmones, corazón, pata, cola borsht y tortilla soñando con el puro reino vegetal.Quienes se zambulleron en camiones de carne buscando un huevo.


Quienes tiraron sus relojes del tejado para dar su voto a la eternidad fuera del Tiempo y despertadores cayeron sobre sus cabezas todos los días por la siguiente década.


Quienes se cortaron las muñecas tres veces seguidas sin éxito, se rindieron y fueron forzados a abrir anticuarios donde pensaban que se ponían viejos y gritaban.


Quienes fueron quemados vivos en sus inocentes trajes de franela en Madison Avenue entre ráfagas de versos plomizos y el parloteo borracho de los regimientos de acero de la moda y los chillidos de nitroglicerina de las agencias de publicidad y el gas mostaza de los editores siniestramente inteligentes, o cayeron por los taxis ebrios de la Absoluta Realidad.Quienes saltaron del Puente de Brooklyn esto realmente sucedió y quedaron desconocidos y olvidados en el aturdimiento fantasmal de los callejones de sopa y camiones de incendio de Chinatown, ni siquiera una cerveza gratis.


Quienes cantaron por sus ventanas de desesperación, cayeron de la ventana del metro, saltaron en el sucio Passaic, brincaron en negros, gritaron por toda la calle, bailaron descalzos en trozos de copas de vino rotas grabaciones de fonógrafos de la nostalgia Europea jazz alemán de 1930 terminaron el whisky y se lanzaron gemebundos en baños sangrientos, gemidos en sus oídos y la ráfaga colosal del silbido del vapor.


Quienes rodaron por las carreteras del viaje al pasado para cada uno el látigo del Gólgota reloj de la soledad de la cárcel o encarnación del jazz de Birmingham.Quienes condujeron una visión para encontrar la eternidad.


Quienes viajaron a Denver.Quienes murieron en Denver.Quienes volvieron a Denver y esperaron en vano.Quienes aguardaron en Denver y empollaron solos en Denver y finalmente se fueron para encontrar el Tiempo, y Denver es solitario para sus heroínas.


Quienes cayeron de rodillas en catedrales sin esperanza rezando por la salvación de cada uno y la luz y los pechos, hasta que el alma iluminara su cabello por un segundo.


Quienes chocaron con sus mentes en la cárcel esperando criminales imposibles con cabezas doradas y el encanto de la realidad en sus corazones que cantaban dulces blues a Alcatraz.


Quienes se retiraron a México para cultivar un hábito, o a Rocky Mount para ofrecer Buddha o Tánger a los muchachos al Southern Pacific a la locomotora negra o a Harvard a Narciso a Woodland para la sepultura o daisychain.


Quienes exigieron juicios de cordura acusando a la radio de hipnotismo y fueron dejados con su locura y sus manos y un jurado colgado.


Quienes arrojaron papas saladas a los conferencistas de Dadaísmo en CCNY y subsecuentemente se presentaron ellos mismos en las baldosas de granito del manicomio con cabezas rapadas y un discurso arlequinesco de suicidio, demandando una lobotomía instantánea, y quienes a su vez se entregaron a la nulidad concreta de la insulina, Metrazol, electricidad, hidroterapia, psicoterapia, terapia ocupacional, ping pong y amnesia.


Quienes en protesta seria dieron vuelta sólo una simbólica mesa de ping pong, descansando brevemente en catatonia, volviendo años después verdaderamente calvos excepto por una peluca de sangre, y lágrimas y dedos, a la visible fatalidad del hombre loco de los pupilos de los pueblos locos del Este, salas fétidas de Pilgrim State's Rockland's y Greystone discutiendo con los ecos del alma, pegando y rodando en la soledad-banca-dolmen-reinos del amor de medianoche, sueños de vida en una pesadilla cuerpos convertidos en roca tan pesados como la luna, con la madre finalmente, y el último libro fantástico arrojado por las ventanas del departamento, y la última puerta cerrada a las 4 A.M. y el último teléfono pegado a la pared sonando y la última pieza amueblada, un papel rosa amarillo torcido en un colgador de alambre en el closet, e incluso eso imaginario, nada sino un poco de esperanzadora alucinación ah, Carl, mientras no estés seguro yo no estoy seguro, y ahora tú estás realmente en la sopa animal total del tiempo y quienes por lo tanto corrieron a través de las calles congeladas obsesionados con un repentino destello de la alquimia del uso de la elipse el catálogo el metro y el plano vibrante.


Quienes soñaron y encarnaron brechas en el Tiempo y Espacio a través de imágenes yuxtapuestas, y atraparon al arcángel del alma entre 2 imágenes visuales y unieron los verbos elementales y establecieron el nombre y rasgos de la conciencia al mismo tiempo saltando con sensación de Pater Omnipotens Aeterna Deus para recrear la sintaxis y medida de la pobre prosa humana y ponerse frente a ti estupefacto e inteligente y sacudirse con vergüenza, rechazando incluso revelar el alma para conformarse al ritmo del pensamiento en su desnuda y eterna cabeza, el vagabundo loco y el golpe del ángel del Tiempo, desconocido, incluso poniendo aquí lo que podría dejar de ser dicho en tiempo de volver después de la muerte, y surgieron reencarnados en los trajes fantasmales del jazz en la sombra del corno dorado de la banda y exhalar el sufrimiento de la mente desnuda de América para amar en un eli eli lamma lamma sabacthani saxofón que llora estremeciendo las ciudades bajo la última radio con el corazón absoluto del poema de la vida descarnada de sus propios cuerpos buenos para comer mil años.

Gregory Corso: Poesía, cárcel y maletas







Deseaba ser poeta mucho antes de escribir mi primer poema; en realidad, ignoraba cómo se escribe un poema cuando sentí que deseaba ser un poeta. Tenía trece años y estaba literalmente sólo en el mundo; mi madre -a quien nunca ví- abandonó a mi padre cuando yo tenía un año y él estaba en la Marina. Era yo un chico de las calles y no fui a escuela alguna. Robé para subsistir durante la Segunda guerra Mundial, en 1943, y dormí en techos y subterráneos de la inmensa y salvaje ciudad de Nueva York. Ese año pasé por un infierno, y creo que ese mismo infierno dio nacimiento al poeta.De haber permanecido en las calles no hubiera sabido, quizá que rumbo tomar. Me sacaron de ellas, fui enviado a la cárcel, y he aquí que algo que la mayoría hubiera considerado una gran injusticia (enviarme a una prisión a los 17 años -donde era el menor- en vez de a un reformatorio con jóvenes de mi edad) resultó ser lo mejor que pudo sucederme nunca. En la prisión no experimenté la absurda torpeza de la juventud; en ella tuve que tratar con hombres, con tristes hombres, y con el tiempo (tres años en total), tiempo en que leí miles de grandes libros. Cuando abandoné el lugar a los 20 años de edad, era un autodidacta en humanidades. La prisión es triste solamente cuando caen en ellas gentes maduras o ancianos; pero cuando un muchacho de sólo 17 años -y especialmente si está poseído por los dioses de la poesía- ingresa a una prisión destinada a adultos, se encuentra mejor que en Oxford, por Dios! Esto no significa que la prisión sea un buen lugar, por supuesto. Cualquier puerta de hierro cerrada sobre un hombre es algo triste y terrible. Pero no está en mi idiosincrasia rechazar algo desagradable cuando ese algo, de alguna extraña manera me ha sido beneficioso.En verdad, el contraste entre el poeta y el convicto surge que de el poeta es franco e intrépido, en tanto que el convicto es sumiso y temeroso. El poeta piensa en cantar al hombre y, por lo tanto, en beneficiarlo, mientras que el convicto piensa sólo en ayudarse y puede -aunque no lo hace con frecuencia- expresar compasión hacía su prójimo, es decir, por otro convicto; pero no por el hombre en general. La razón por la cual no tuve tropiezos con tal contraste se haya en que si bien en un principio fui un "convicto", al salir de prisión era un poeta, sólo un poeta, nunca me sentí sojuzgado, temeroso o alienado. Abandoné la prisión orgulloso, por así decirlo, de haber estado en un lugar donde pude ver a mi prójimo como sólo podía hacerlo allí, en su peor condición; orgulloso de haber salido vivo, inteligente, y en buen estado de ánimo; orgullosa de que la prisión, y no Oxford, constituyera mi educación, de allí la diferencia; los hombres que salen de la prisión no quieren hablar de ella, y generalmente encuentran dificultades para conseguir empleos, etc… Yo salí a los veinte años, de modo que en lo que respecta al tiempo, nada estaba perdido. Al ingresar allí un viejo me había dicho, con sabiduría: "Hijo no condenes tu tiempo, haz que te sirva". Eran ciertas esas palabras… El tiempo me fue útil: me educó y configuró… Al salir escribí mis mejores poemas, y lo dediqué a los hombres que están en prisión, pues ellos fueron quienes me dieron los maravillosos libros y las hermosas visiones del hombre en el apogeo de su sufrimiento y desesperación. Pero no escribí poemas sobre la prisión o sus hombres. Escribí sobre el mundo exterior. Si se debe ascender por una escalera para alcanzar una altura y poder ver desde allí, entonces es mejor, para quien lo haga, hablar acerca de lo que observa y no sobre cómo subió, y menos aún acerca de la escalera.Recuerdo vagamente mi primer poema, que extravié quizá junto a otros mil, ninguno de los cuales tengo presente. Lo perdí en Miami, Florida, justamente allí. Los tenía en una enorme valija; eso era todo lo que solía llevar como equipaje en mis itinerarios; una valija en la que guardaba un par de camisas, un traje arrugado, alguna ropa interior y medias, siendo el resto poemas.La distribución de la poesía entre los poetas es equitativa, y su comprensión es hoy más vasta que nunca. Pero, desde luego, no importa el hecho de que un poema se difunda o no ampliamente. En tanto él sea portador de la verdad y suponga el poder de la avanzada conciencia del poeta, llegará, se lo comprenda o no, se lo acepte o no, a la conciencia general de la humanidad, beneficiándola. Esta es la magia del poema, este es el verdadero misterio de la poesía; su capacidad para adelantar y mejorar la causa de la creciente conciencia común. Del mismo modo, también sirve al poeta; le enseña. Saludo a la poesía como a mi maestra, no a la poesía de otros, no a la poesía que he leído, sino a la poesía que he escrito. Baso mi conocimiento de las cosas, de esas cosas invisibles (aquello que se relaciona con el pensamiento, el sueño, la imaginación) y de esas otras que son visibles, en el acto de escribir: soy mi propio maestro. Creo entonces en que soy mi propio maestro, puesto que soy, también, la poesía que escribo. Por cosas visibles significo la vida que me rodea, la vida cotidiana. Por lo tanto, como poeta y como hombre -que es lo mismo- siempre estoy aprendiendo, extrayendo conocimientos de lo que veo y de lo que pienso; los mezclo, y he aquí la esencia de mi poema. Probablemente ese es el camino de todos los poetas, pero creo distinguirme en un aspecto: todas las cámaras, sean buenas o malas, pueden tomar la misma fotografía; lo mismo sucede con los poetas. Ellos, cual ojos humanos, pueden ver el mismo objeto (dando por sentado que todos miren lo mismo), pero a diferencia de la cámara no todos registran esa visión con igual luz. Cuando miro lo común y ordinario, lo familiar, esto automáticamente se transforma por proceso del corazón y por el don que poseo de la poesía: lo veo en forma diferente, lo veo por primera vez.Permítaseme hacer una aclaración. Cuando digo que si el poeta no obtiene lo que merece dejará de existir, no quiero decir que dejará de escribir. Nadie sabe por qué o cuándo se transforma en poeta, y nada habrá de impedirle ser un poeta, y escribirá esta un fin inimaginable, porque la poesía nunca puede dejar de ser. Lo que el poeta dejará de hacer es relacionar su poesía a aquellos que lo escarnecen -no importa con qué intenciones-, porque escarnecer es no tomar en serio y no tomar en serio es no comprender. Lo trágico sobre el respeto y el honor en mi país es que se requiere dinero para obtenerlos. Por lo tanto el poeta está necesitado, muy necesitado de él, es derrotado antes de comenzar, ya que lograr dinero es una cosa muy difícil para un poeta.Espero haberme hecho entender. Espero haber hecho llegar la verdad de que un poeta no escribe por respeto u honor. Al contrario, generalmente escribe por motivos opuestos. Tampoco pide que se lo respete por ser diferente. En verdad, no lo pide de ningún modo. Yo lo pido por todos ellos. Yo, simplemente soy un poeta, eso es todo. La idea de que habrá todavía miles, buen Dios!, millones de poetas en los miles de años por venir, me hace tambalear… Me quedo con el interrogante de cómo serán las cosas para ellos, del mismo modo que pienso en cómo serán las cosas para todos los hombres. Decir poeta, después de todo, es decir hombre.

Vicente Valerio: Jack Kerouac



Jack Kerouac: el poeta de la inevitabilidad



Nació en 1922 y murió repentinamente el 21 de octubre de 1969, cuando su corazón, hostigado por los medicamentos y el alcohol, dejó de latir.
Fue el autor de una serie de novelas de las que En el camino (1957), su obra más conocida, lo expuso ante una generación de jóvenes que lo transformó en su modelo arquetípico, exigiéndole que representara en la vida real el rol de sus personajes en la ficción. A partir de esta situación ya no hubo punto de retorno a los días en que él, aún un desconocido, podía decidir qué hacer con su vida; el whisky se convirtió entonces en su válvula de escape, en su modo personal de evadir los días tumultuosos de su fama. En su velatorio, John Clellon Holmes dijo que parecía un anciano; sólo tenía 47 años de edad.




Kerouac, junto a Allen Ginsberg, William Burroughs, Gregory Corso, Gary Snyder y Lawrence Ferlinghetti, entre otros, conformaron un grupo que en la actualidad, y a pesar de sus marcadas diferencias estéticas y políticas, reconocemos como los Beats o los integrantes de la Generación Beat. Acertadamente bautizados por el entonces joven periodista del Washington Post, Al Aronowitz, como una “comunidad de mentes lúcidas”, cuya intención era la de interpretar la nueva sensibilidad que se estaba gestando en la época.




En 1944, Lucien Carr, Jack Kerouac y Allen Ginsberg pasaban largas horas en los cafés y en las cervecerías de la ciudad de Nueva York teorizando acerca de aquello que ellos denominaron la “Nueva Visión” (New Vision), cuyos tres conceptos fundamentales eran: la desnudez de la autoexpresión es la semilla de la creatividad; la conciencia del artista se expande en el desorden de los sentidos; el arte elude la moralidad convencional. En ese momento estaban persiguiendo fantasmas, no lograban recrear sus ideas en la página en blanco. Recordemos que para la aparición de dos textos fundamentales de la literatura norteamericana contemporánea como Aullido de Ginsberg y En el camino de Kerouac, aún habría de transcurrir más de una década. Pero estaban sucediendo muchas cosas que el mundo académico no tenía la intención de percibir. En la década de los cincuenta comienza a producirse el endiosamiento de los procesos creativos espontáneos: las pinturas chorreadas de Jackson Pollock, el surgimiento del método de actuación del Actor’s Studio, el verso proyectivo de Charles Olson, la técnica de la pintura derramada de Helen Frankenthaler; el primer “happening” en la universidad de Black Mountain y el Cinéma vérité, entre otros acontecimientos.




En 1950 Kerouac recibe una larga carta (23.000 palabras) de tono confesional escrita por Neal Cassady, otro de los integrantes centrales del grupo, a quien inmortalizó en sus textos como Dean Moriarty y Cody Pomeray. “La carta de Joan”, como es ahora conocida, fue considerada por Kerouac como una pieza maestra de la prosa moderna y lo inspira para escribir textos en los que las inhibiciones literarias, gramaticales y sintácticas no estuvieran presentes. Éstos son los años en los que descubre la “prosa espontánea”, también reconocida como la “prosodia del bop” y comienza a imaginar una poética personal. En el proceso creativo el tiempo es la esencia de la pureza del discurso, el lenguaje que captura la inevitabilidad de las formas es flujo ininterrumpido de personales y secretas palabras-idea surgidas del inconsciente, como la zapada que realizan los músicos de jazz. El objeto está situado frente a la mente, como cuando bosquejamos un paisaje o una taza de té; quizás éste se halle en la mente, por lo tanto las formas se presentan desde la memoria de una imagen objeto. La estructura de la oración no debe ser separada arbitrariamente por los signos de puntuación. Sólo deben aceptarse las pausas de la respiración que son esenciales al ritmo del habla.




Durante su breve vida produjo una serie de novelas, once de ellas escritas en el período 1951-1956, que integran una extensa saga autobiográfica denominada la leyenda de Duluoz, en la que él personifica al héroe de sus propias aventuras, muchas de ellas imaginarias, y en la que prevalece una mirada poética de las cosas y el mundo. Cuando le preguntaban acerca de sus opiniones respecto de la escritura, no se esforzaba en hacer diferencias entre la prosa y la poesía. Sostenía que sus ideas se aplicaban tanto a uno como otro género, la espontaneidad como método traspasaba los límites de las formas de la escritura. Le gustaba decir que cuando estaba trabajando en una novela cada párrafo era un poema dentro de un extendido texto que flotaba en el mar de la lengua inglesa.




En 1959 se publicó Mexico City Blues y en 1960 La escritura de la dorada eternidad, los únicos libros de poesía que dio a conocer en vida. El primero de ellos incluye un conjunto de textos que escribió en agosto de 1955 en la ciudad de México. En él intentó continuar con las meditaciones sensoriales que había iniciado el año anterior en un libro de poemas titulado San Francisco Blues. Los textos incluidos allí no son el producto de meras transcripciones literales de la conversación de su amigo Bill Garver, más bien tienden a reflejar la relación que se produce entre las palabras que verdaderamente oye y las asociaciones que éstas producen en su propia memoria. A través de este procedimiento que él asociaba a la música de jazz, logra una plena identificación con músicos como Bud Powell, Charlie Parker, Lester Young, Gerry Mulligan y Thelonius Monk, que rindieron culto a la espontaneidad compositiva.




La escritura de la dorada eternidad está compuesto por sesenta y seis poemas breves en prosa cuyo hilo conductor es el deseo del autor de expresar beatíficamente su búsqueda de la paz y la felicidad en armonía con el universo. Una larga meditación que incluye, a la manera del koan japonés, una serie de acertijos con el fin de generar la iluminación. Fue escrito a instancias de Gary Zinder, quien en 1956 le sugirió que ya era tiempo de que escribiera un Sutra a la manera de los sermones del Buda Gotama. Kerouac lo hizo rápidamente y luego corrigió cada uno de los poemas expresando que en este caso, al tratarse de una “escritura religiosa”, él no tenía el derecho de ser espontáneo.




En 1971 City Lights, la editorial dirigida por su amigo Lawrence Ferlinghetti, publica Scattered Poems (Poemas dispersos); y recién en 1992 aparecerán con el mismo sello Pomes All Sizes (Poemas de todo tamaño), prologados por Allen Ginsberg; y no será hasta 1993 que se reedite Old Angel Midnight (Anciano Ángel Medianoche), un ejercicio de prosa espontánea que, al igual que Octubre en la tierra del ferrocarril, justifica la opinión de aquellos que sostienen que Kerouac es ante todo un poeta y que clasificarlo de acuerdo a los géneros es una distinción artificial. A mediados de la década de los cincuenta envía desde México una carta en la que expresa que él se considera un poeta y que, a diferencia “de otros poetas que escriben pequeñas líneas cortas”, él escribe “líneas párrafos de muchas y muchas más páginas”.




La influencia de Jack Kerouac, dirá Allen Ginsberg, “...es mundial, y no solamente espiritual, a través de la cultura planetaria de los ‘ beats’, sino a nivel poético...”. Es paradójico que un escritor considerado fundamentalmente un narrador por la mayoría de los críticos académicos (durante años no han incluido sus poemas en las antologías) se destaque por ejercer sus influencias más importantes a nivel poético. Muchos y destacados poetas contemporáneos así lo reconocen.




Gary Snyder dijo: “Cuando leí por primera vez Mexico City Blues fui sorprendido inmediatamente por su serenidad, el modo en que el texto se traslada sin esfuerzo —aparentemente sin esfuerzo—, al mismo tiempo la constante sorpresa elevándose desde las palabras, algo estaba sucediendo siempre con las palabras”. Michael McClure expresa: “Me inspiré en su musicalidad, en la belleza simple de cómo él entiende lo divino en el mundo cotidiano... la voz más ínfima equivale al más heroico pedazo de materia... Existía en su poesía el movimiento a través del espacio de una energía, un sistema que actúa para organizar ese sistema. Sus poemas son como un ser viviente”. Robert Duncan nunca ocultó su admiración por él. Robert Creeley, cuando recuerda esa época, enfatiza: “Jack poseía un extraordinario oído, ese impecable oído que podía escuchar formas en los sonidos y los ritmos del lenguaje hablado. Extraordinario oído en el sentido de que podía controlar una estructura plena de vida e insistentemente natural”.




Los músicos no han escapado a su influencia. Bob Dylan relató en 1975 que fue la poesía de Kerouac la que lo impulsó a dedicarse al mundo de la trova. En esta lista se incluyen también Mark Sandman y los músicos integrantes del conjunto Morphine, Michael Stipe, Steven Tyler, Magie Estep, los integrantes de Helium, John Cale, Lee Ranaldo, Patti Smith y Jim Carroll. Los actores Matt Dillon y Johnny Depp, quienes leyeron sus poemas en el homenaje que le tributó la Universidad de Nueva York en junio de 1995, dijeron que su poesía había cambiado la imagen que ellos tenían del mundo. La lista de los que han sido tocados por la voz de Kerouac podría extenderse durante páginas, sólo diremos que las generaciones posteriores han sabido capitalizar la brisa renovadora que comenzó a finales de la década de los 50, cuando muchos escritores norteamericanos comprendieron que para expandir su modelo, o mejor dicho su visión, era necesario trabajar a partir de la oralidad cotidiana de esa institución que Ginsberg llama “nuestra lengua vernácula”. En este aspecto la poesía de Kerouac ha sido fundamental en la creación dentro del universo de la lengua inglesa de un tono y una prosodia distintivos.
Este hombre agobiado, de gustos simples, que reía francamente cuando recordaba los gags que protagonizaban Curly, Moe y Larry en el show televisivo Los tres chiflados, a quien sus admiradores continuaban confundiendo con Sal Paradise, Jack Duluoz o Ray Smith, decidió hacer un balance de su vida. Pocos días antes de su muerte escribió un artículo que tituló “Después de mí, el diluvio”. Éste fue publicado el 12 de octubre en un periódico de Miami, y reimpreso póstumamente por grandes diarios como el Los Angeles Times o el Washington Post retitulado en sendos casos: “Hombre, soy el abuelito de los hippies” y “Las últimas palabras del padre de los beats”. En él Kerouac se pregunta acerca de qué es lo que piensa en ese momento. Se pregunta cuál es su sitio en la sociedad, quiere saber si su lugar está entre políticos o revolucionarios, entre policías o ladrones, entre agentes de impuestos o vándalos. Dice: no estoy exento de impuestos, no soy un hippie-yippie. Concluye: debo ser un bippie en el medio. Decide que debería salir de su encierro y contarles a todos, o dejar que lo convenzan de que él es en realidad el gran padre blanco y progenitor intelectual de revolucionarios alienados, fracasados, de una generación antibelicista, e incluso de los “beats”. Desea que Dios lo libre de las responsabilidades de ser considerado el padre de la prosa espontánea moderna. Pero en realidad ésa no es la cuestión, él quiere saber cómo puede ser el padre de Jerry Rubin, Mitchell Goodman, Abbie Hoffman, Allen Ginsberg y de tantos otros seres humanos afectuosos y queribles de los ghettos de América que dicen haber sufrido más que los portorriqueños y los negros en sus propios barrios. Piensa que toda la confusión se debe a que no entendieron que él simplemente quería escribir una crónica fáctica de una aventura real en el camino utilizando una lengua verdadera, y fue mal interpretado. Dice que en ese momento realmente necesita que aquellos que creen saber lo que él necesita se callen la boca. Moriría sin saber lo que había logrado. Su escritura exhalaba el pausado ritmo, la música profunda, arrastrada de los blues; el prolongado fraseo de los jam sessions; la velocidad brutal de las autopistas.

lunes, junio 25, 2007

Alicia Dorantes: Paco, mi amigo ambientalista




Primero fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre.
Ahora es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales...”
Víctor Hugo


Recibimos la invitación a través de su hijo Ernesto. Esa tarde Xalapa nos recibió radiante y con una temperatura ambiente mucho más elevada a la que por años me tuvo acostumbrada.
Cuando pedimos al taxista que nos llevara a la Biblioteca Carlos Fuentes, nos miró entre indeciso y curioso. En realidad el edificio que aloja a la biblioteca, lo conocí hace muchos años, pero era un edificio de departamentos construido frente al Parque Juárez, justo donde inicia la pendiente calle de Úrsulo Galván, que tiempo atrás conducía a la estación del tren familiarmente llamado “El piojito” y que, creo, unía a Xalapa con Coatepec.



Después de dar algunas vueltas en el automóvil, llegamos. Había ciertas cosas que no encajaban en la conceptualización que me forjé del acto. Inicialmente creí que sería un evento luctuoso. Nada más erróneo. Era una jornada luminosa y viva a la que invitaba el IPAX cuyas siglas corresponden al Instituto de la Policía Auxiliar y Protección al Patrimonio del Estado ¿Qué tenía que hacer Francisco Morosini, el hombre enamorado de la vida, de la poesía, de los breves hai-kús alados, con un Instituto de Policía del Estado? ¿Qué tenía que ver todo esto con que fuera el día 5 de junio, cuando se celebra el Día del Medio Ambiente? Aunque a decir verdad, este último dato fue el que me relacionó con mi querido maestro, amigo y ambientalista de corazón...
En el presidium estaban los biólogos Fabricio Capistrán y Marco Young. En medio de ellos, el maestro Rafael Arias Hernández. Juan Antonio Nemi Dib inició el homenaje ante un público que abarrotaba la sala, al tiempo que presentó el cuardenillo titulado: “Invitación a la ecología”, regalo póstumo de Morosini a los niños, a sus padres y abuelos. A los niños xalapeños, a los veracruzanos, a los mexicanos. En una palabra: a los niños del mundo.



Leyó el epígrafe, que hoy tomo prestado, y que contiene un importante concepto del genial escritor y dramaturgo francés, Víctor Hugo. A continuación, leyó el prólogo que escribiera para ese pequeño-gran libro, que en escasas noventa páginas encierra un mensaje de cordura y sabiduría. En esas líneas narra la grata amistad que los unió, a ellos y a sus familias. En un momento cita:
Es cierto que para estar inscrito en la historia de los pueblos, debe hacerse historia. Sostengo con ello, con santa envidia, que personas como Francisco, no requirieron ni de heroísmo, ni de sacrificios, menos aún de estridentes rebeldías o contrapunteos para ser inscritos en la memoria de Veracruz. A fin de cuentas Morosini fue un hombre de carne y hueso, fallo y humano hasta el tuétano, pero valiente como para concursar –y ganar-, en la autoría del Himno a Veracruz, un hombre creativo, sensible y muy trabajador.


Concluye el prólogo:
Que el verdor de nuestra hermosa cuna, Veracruz, cubra perenne evocación de este forjador de una historia que baila, que canta, que progresa y que a todos extiende amistad y amor. Que este vacío desolador no regatee consuelo a Gloria, a Orieta y Francisco Ernesto y conserve sus muchas razones de orgullo y recuerdo grato de su esposo y padre. Que esta invitación a la ecología cumpla todos y cada uno de sus propósitos; cada vez que un niño ilumine las viñetas de este cuadernillo, Morosini seguirá haciendo bien a Veracruz.



A continuación presentó un video, donde quedó perfectamente aclarada la relación que con el IPAX, tuvo mi maestro y amigo. Gracias a la magia de la electrónica, pudimos verlo y escuchar las palabras que un día dirigió al cuerpo de policías que integran el Instituto, invitándolos entre otras muchas cosas, a velar por el mundo, por su belleza y su paz. Con voz emocionada, Nemi Dib cerró su participación con la lectura de un soneto escrito por Francisco Morosini, en ocasión de la muerte de la madre de Gloria, su esposa:
Nunca morirán

Los muertos que amamos no morirán.
Redoblan a difunto las campanas,
el bronce suena claro en las mañanas,
las almas de los muertos cantarán.
Los muertos que amamos no morirán.
Oigo voces que suenan tan humanas,
siento pasos a horas tan tempranas,
subrayo: mis muertos no morirán.

Tomaron la palabra los biólogos Fabricio Capistrán y Marco Young, aludiendo al hombre bueno, al maestro humilde. Relataron la extrañeza que causó a los trabajadores de la Dirección de la oficina de Protección al Medio Ambiente, años antes, el día que un ingeniero ocupó el puesto de director. ¿Por qué ingeniero y no un biólogo? Quizá porque la persona indicada para realizar dicha tarea, no depende de los títulos que ostente, sino de sus convicciones y espíritu de servicio. Se requiere a alguien que sepa que para llevar a cabo la educación ambiental, necesita primero sensibilizar a los individuos para luego concientizarlos. Sólo de esta manera se logran cambios en la mentalidad y actitud en niños y adultos.
Rafael Arias Hernández dijo más o en menos: “Paco nos juega hoy, otra de sus muchas bromas ¿En verdad creen ustedes que debemos celebrar el día del medio ambiente? ¿Qué dirían al respecto las especies extinguidas? ¿O las que están por extinguirse? Más bien ellas pensarían que se trata de un día de luto. De duelo”.



“El libro tiene dos acertijos y un mensaje... –continuó- 1.- ¿Se trata en realidad de un cuaderno para iluminar? ¿O fue hecho para que nos ilumine? Nos dice sin darnos cuenta, cómo podemos conservar la esperanza y la fe en la salvación nosotros; no un día, sino todo el año. 2.- El segundo acertijo trata acerca de la policía, de la existencia de lobos y ratones ¿En qué esferas del diario acontecer deambulan ambos? La respuesta es personal. Se habla de las Leyes Ecológicas que ni conocemos, ni menos respetamos. La respuesta para este segundo acertijo sería: hacer respetar dichas leyes”.



Rafael Arias se refirió al ser humano en general, diciendo: “Somos los peluqueros de la naturaleza: talamos árboles, arrasamos selvas y la mejor reforestación que vemos, es la de los periódicos. Hemos cambiado el ecosistema. Hemos contaminado los mantos freáticos. El caso de Filomeno Mata y sus niños muertos por rotavirus, es un ejemplo ¿Quién es el lobo? ¿Quién está exterminando todo? Habló de la pobreza cada día mayor entre la población general, del número creciente de mujeres como cabeza de familia y de los exiguos salarios que reciben; salarios que les impiden comprar incluso agua limpia para sus hijos”.
Se refirió a los trabajos que el ecologista Sergio Guevara, ha llevado a cabo en Los Tuxtlas, de cuya espesa selva apenas sobrevive un 12 %.



Pero faltaba aún el mensaje contenido en el libro: en un cuento sencillo basado en la extinción del lobo mexicano ¿Fue acaso un homenaje póstumo, triste, o rico de desánimo? ¡Por supuesto que no! Fue un homenaje a la vida por la vida misma. El orador concluyó diciendo: “En este ecocidio existen varios responsables: los gestores, los criminales y los cómplices. Es momento para pensar globalmente, pero actuar de manera individual. Pongamos todos, nuestro granito de arena.”
La ovación nos se hizo esperar. Entre los aplausos, y mientras nos dirigíamos a saludar a la familia, me pareció escuchar el final del soneto:

Si acaso, lo que extraño es su presencia,
su carne sometida a mil demonios,
asunto ineludible de su ausencia.

Perdonen los que escuchan mi insistencia,
pero pruebas ofrezco, testimonios,
mis muertos no están muertos, son esencia.

Francisco Morosini, 2001

Alicia Dorantes
adorantesc@hotmail.com

Jaime G. Velázquez: El IVEC como proyecto o chamba



Súbete, bájate: el IVEC como proyecto o como chamba


Más importante que saber si es justa o no la petición que intelectuales de Xalapa hicieron al Gobernador del Estado acerca del IVEC, sería útil discernir qué está en la cabeza de quienes se unen para pedir una contratación, revelando además que no piden que se quede su colega, la directora renunciante, sino un amigo quizás entrante.
Como capital política del estado, Xalapa es el lugar donde más personas se dedican a integrar grupos de presión, batallones que siguen a un líder que agradecerá más temprano que tarde el apoyo y los aplausos. Estos grupos se ponen nerviosos cuando hay una vacante. El nombramiento de un nuevo director general del IVEC implica fama y dinero (frase sacada de las más comunes series de televisión de EU). Da poder y además exige que el nuevo funcionario se traslade a vivir de tiempo completo en el puerto de Veracruz: a ojo del amo. . . Ya vimos que pasó con el Secretario de Turismo, que al ser designado tuvo que trasladar su oficina a Xalapa.
Durante las campañas electorales se hacen los planes de gobierno y se barajan nombres, con todo lo que implica esa palabra de azar y riesgos. Y cuando arranca el sexenio se hace la calma. Todos están en su lugar y por eso es noticia la renuncia de alguien del equipo. Pero sabemos que la gente se mueve, se equivoca, cambia de posición. Un ejemplo, quienes deciden postularse para un cargo de elección pública. Y el Congreso se llena de gente que viene de todos lados, aunque primero siguen teniendo ventaja los que vienen, antes que nada, de la carrera de Derecho.
Antes que algunos nerviosos xalapeños promuevan a uno de sus líderes para un cargo como el del IVEC, deberían convocar a una amplia discusión acerca de qué se quiere de ese órgano de gobierno y qué perfil debe tener: la administración pública no es la academia.
Estoy convencido de que el Gobernador es el que mejor sabe para qué sirve el IVEC como parte de su plan de gobierno, sólo él puede saber quién es la persona que puede ocupar esa vacante, desde su campaña.
Es interesante, con todo, imaginar otros planes de gobierno. Al final, es posible que no se encuentre un líder adecuado, en la medida en que no es autor o coautor del proyecto de otra persona: hay que imaginar a un artista delegando su obra en otras manos. Así podemos explicarnos la renuncia de la directora saliente del IVEC, como la de alguien que no se integró al plan original.
A veces, cuando el ego de los políticos es demasiado grande, éstos se olvidan de que no se les ha contratado por su “autonomía”, por su capacidad para “resolver” algo que su jefe ha delegado en ellos, sino por su capacidad para entender el plan del gobernante. ¿O no es, dentro del gobierno, la opción ser un administrador? ¿Puede más la gloria la opción de ser un inventor? La respuesta es obvia. Me imagino a un director del IMSS que hace que todo marche bien, no inventa un instituto de seguridad social.
Visto así, el grupo de xalapeños promotores de quien puede ser relevo en la dirección del IVEC se equivocan si quieren, de paso, dar un viraje a la política seguida por más de dos años por el actual Gobernador, que es parte de una política cultural que acaba de cumplir veinte años.
En el tema de quién servirá mejor en la dirección, más que nombres lo que hay que dar es seguridades de lealtad y de eficiencia. Parte de esa eficiencia consiste en vivir en y conocer Veracruz desde el puerto, no desde el ruido político de la capital. El IVEC no es una silla para proyectos personales, es un servicio que cotidianamente es útil en todo el estado.

sábado, junio 23, 2007

La Uva

Una vista maravillosa desde un acantilado

viernes, junio 22, 2007

Ysabel Ramírez: Dos Poemas



Poema

Nuevamente estoy de pie
ante el sendero
Nadie me espera
y sin embargo voy
Nadie me detiene
pero quisiera quedarme un poco
¿Rezarás mi nombre alguna noche?
¿me extrañarás cuando me haya ido?


Renacimiento

Quebranté la carne adolorida
mas no los huesos
y comienza a renacer
esta piel que todo siente

Se fugó desde mis ojos
el mar muerto
el alma palideció
mas sigue viva

Cayó la luna
cayeron las hojas
calló el viento
sobre este cuerpo
despojado por sí mismo
de caricias

Cayeron el dolor y la lluvia
en un instante para hacer
de este polvo barro nuevo

Ivonne Moreno Uscanga: Menú Plástico



MENÚ PLÁSTICO EN CASA PRINCIPAL ,ÚLTIMOS DÍAS

La degustación es un de los mayores placeres del ser humano y la vista es uno de los mejores apoyos para iniciarla. Hace muchísimos años Octavio Paz compiló una obra monumental sobre la plástica y el arte y lo tituló precisamente “Los placeres de la vista”.
El poeta mexicano nos invita a la observación de la obra para permitirnos la libertad de escoger o rechazar la propuesta de un artista.
Hoy Casa Principal en el marco de la celebración del XX aniversario invita al público a realizar ejercicios de vista para seleccionar a su libre arbitrio lo agradable o no, a sus gustos y preferencias.
En esta ocasión les ofrecemos un Circuito Veracruzano de realizadores plásticos, todos expertos en la técnica seleccionada para celebrar junto con la comunidad su amor a la comunicación visual.
Tenemos así el trabajo señero de Bernardo González Peña, profesionista con 30 años de trabajo en las áreas de Diseño Gráfico, Pintura y Promotoría Cultural, donde se ha desempeñado como docente y divulgador.
González Peña de ascendencia cubana, refleja una notoria preocupación por la veracruzaneidad y lo manifiesta en Mujeres Jarochas, a quienes pinta al ritmo lariano de Vibra en mi Ser.
A pesar de contar con diversas temáticas: ángeles, valkirias, mujeres exóticas, el contenido multicolor de Bernardo, durante los últimos años es reivindicar la gracia de la féminas sotaventinas, hilo conductor por generaciones (recordemos las Jarochas de Fuster) del encanto y dulzura de la esencia de esta parte del Caribe.



Otra de las exposiciones, puente a la pintura es la Mariana Pazos, poseedora de una técnica de dibujo impecable cuyo fondo en verdes, violetas y rojos nos remarcan himnos a la naturaleza.
“Arte y Natura” es el título de una exposición con aire de ingenuidad y buenos trazos, remitentes a las voces poéticas celebrantes del entorno paisajístico y la tierra: Ezra Pound, Walt Witman, Pablo Neruda, Lorca fuertes lazos entre la palabra, la flora y la fauna bien pueden ser leídos en presencia de la obra de Mariana, entusiasta realizadora del habitat natural como eclosión plástica.

Casa Principal oferta también dentro de su Menú Plástico una instalación de vanguardia.
Producto del ingenio de Eduardo Fernández Lobeira nieto de pintor, Amadeo Lobeira e hijo de pintora María Elena Lobeira; quién escudriña, la diversidad visual para transformar ciertos materiales de desecho. “CONCECTUAL ” título trampa de su trabajo, puede conducirnos a varias lecturas, todas ellas desde luego heteróclitas , pues invaden la conciencia hacia lo ecológico o la evaluación del devenir del tiempo. Eduardo estuvo el año pasado en Québec con tan sugerente propuesta.
Y para ampliar nuestro menú, contaremos con la presencia de Anny Fernández fotógrafa no sólo oriunda del puerto como los demás originales expositores, sino amante gráfica de los bellos paisajes de nuestro puerto, pleno de sol y de historia.
Las estampas de Anny, son claros relatos de la puerta de la historia nacional, crisol de culturas: Veracruz. Sitio testimonial de siglos de comercio, de esfuerzo laboral, de contienda, de elaboración de sellos tradicionales y artísticos
Sus símbolos: Ulúa, Astilleros, los Portales son explicitados en sepia y blanco negro por Anny Fernández, mesurada observadora de las patinas de nuestra cultura.
¿Desea usted ser degustador del suculento menú visual de Casa Principal?


Lo invitamos.


Fotografía de Anny Fernández
“Vibra en mi ser” Bernardo González Peña
“ConceCtual” de Eduardo Fernández Lobeira
Mariana Pazos Gómez

Mario Hernández Vázquez: Martirene Alcantara, Muestra Fotográfica



Muestra fotográfica de Martirene Alcántara en Cultura de VeracruZ


La revista Cultura de VeracruZ, en el número 19, mayo del presente año ofrece una muestra del talento artístico de Martirene Alcantara. Desde su portada recoge dos valiosas fotografías que forman parte de un archivo dedicado al reconocimiento de las partes esenciales en el poder de las formas desprendidas de esculturas. Cada imagen sorprende por su capacidad de darle vida a la superficie plana, porosa, y espléndida que permite el trabajo del escultor, pero sin la presencia estética de cada aproximación con la cámara de Martirene Alcántara, las formas desaparecerían en el olvido. Sin embargo, esta captura del instante artístico, obtiene la posibilidad de la permanencia en las obras de arte. Por otra parte, las fotografías de Martirene Alcantara ilustran perfectamente los textos seleccionados en este número de Cultura de VeracruZ. El relato de Raúl Lugo Rodríguez “Las tres confesiones”, abre las páginas con la creación de una atmósfera identica a los ambientes de Juan Rulfo. Raúl Lugo Rodríguez se considera discípulo de Jesús y presbítero católico (en ese orden). Le gusta la literatura y, en ocasiones, hasta ha cometido versos y cuentos. Es un apasionado de la justicia y se le quedan encerradas las llaves dentro del coche. Estudió la Biblia muy de cerca y en ella encontró más de una razón para ser revolucionario. Ama entrañablemente a Jesús de Nazaret y no hay nada que lo enoje más, que lo mismo que le enojaba a Él: la manipulación de la religión y la falta de respeto a los más pobres. Junto con un grupo de maravillosas mujeres trabaja en la defensa de los derechos humanos desde 1991. Vive y trabaja, junto con otros dos presbíteros, compañeros de sueños, en contacto con campesinos y campesinas mayas de Yucatán. Le gusta contar historias y los niños y niñas suelen mirarlo con simpatía. Cuando fue tocado por una mortal enfermedad, eso no le quitó el sentido del humor.


A Raúl Lugo Rodríguez le gustan los Beatles y Mercedes Sosa, y le parece que Silvio Rodríguez es el mejor compositor del mundo. Julio Cortázar es su cronopio favorito y quisiera tatuarse en el pecho la efigie del Che. A veces, por las noches, llora. Autor de varios libros: Las trampas del poder (Dabar, 1994), Flor que nace de la muerte (UPM, 1995), La biblia es verde (Com. episcopal de pastoral bíblica, 1998), Los primeros profetas cristianos (UPM, 1999), Mujeres de la biblia, mujeres para hoy (UPM, 2005), La iglesia católica y la homosexualidad (Nueva Utopía, Madrid 2006), además de numerosos artículos en revistas especializadas y de divulgación.
También aparecen dos textos extraordinarios de Carlos Martin Briceño “Hombres de bien” y “Confabulación”. Este escritor nació en Mérida, Yucatán, en 1966. Narrador. Miembro del Centro Yucateco de Escritores y del consejo editorial de la revista literaria Navegaciones Zur. En 1999 obtuvo mención honorífica en el Concurso Nacional de Cuento Carmen Báez que organiza el colectivo de artistas independientes de la ciudad de Morelia. Premio Nacional de Cuento Beatriz Espejo 2003. Premio Nacional de la Universidad Autónoma de Yucatán 2004, en cuento. Su obra Póquer de reinas, cinco versiones del deseo forma parte del libro que contiene las obras ganadoras de los Terceros Juegos Literarios Nacionales Universitarios editado por la UADY (2005). Parte de su obra se encuentra en diversas publicaciones y suplementos culturales, así como en la antología de narrativa yucateca contemporánea Litoral del Relámpago: imágenes y ficciones, Ediciones Zur, 2003. Obras: Después del aguacero, La Tinta de Alcatraz, Toluca, 2000. Silencio de polvo, ICY, Mérida, 2001. Al final de la vigilia, Dante, Mérida, 2003; SEP, 2006. Los mártires del Freeway y otras historias, Ficticia/ICY, 2006. Merece la pena volver a leer a este autor porque ya forma parte de la narrativa mexicana.


Resulta una sorpresa formidable acercarse a la narrativa de Fernando de León, con sus cuentos “Vesalio en Zante” y “La noche de los inmortales”. Este autor nació en Guadalajara, Jalisco, 1971. Cuentista y ensayista. Editor de la revista Luvina y consejero editorial del periódico cultural La Manzan, cultura sin fronteras. Coordinador de los talleres de escritura autobiográfica en la librería del fce José Luis Martínez. Becario foeca-Jalisco, en novela, 1997; del fonca, en cuento, 1996 y 2001; del pecda-Jalisco, en cuento, 2006. Autor de los libros de cuentos: La estatua sensible, Tierra Adentro, 1996, (Premio Nacional de Cuento de los xx Juegos Florales de San Román, Campeche en 1995). La obscuridad terrenal, U. de G., Viento Norte, 2001. Cárceles de invención (su cuento “La noche de los inmortales”, se tomó de este libro), Tantos Párpados, 2003. La sana teoría Editorial Estruendomudo, Lima, Perú. 2006. Apúntes para una novísima arquitectura (su cuento “Vesalio en Zante”, se tomó de este libro), Berenice, Córdoba, España 2007 (Premio Nacional de Cuento Agustín Yáñez en 2004). Actualmente es becario del fonca en ensayo. Se recomienda ampliamente conseguir algún libro de Fernando de León para confirmar su excelente trabajo literario.


Hace varios números, Cultura de VeracruZ dio a conocer en México a Porfirio Mamani Macedo, y ahora se publica su relato “Aquí no hay nadie”, quien nació en Arequipa (Perú) en 1963. Es doctor en Letras en la Universidad de la Sorbona. Se ha graduado también de abogado en la Universidad Católica de Santa María, y ha hecho estudios de Literatura en la Universidad de San Agustín (Arequipa). Ha publicado poemas y cuentos en varias revistas en Europa, Estados Unidos y Canada. Ha publicado entre otros libros : Ecos de la Memoria (poesía) Editions Haravi, Lima, Pérou, 1988. Les Vigies (cuentos) Editions L’Harmattan, Paris, 1997. Voz a orillas de un río/Voix sur les rives d'un fleuve (poesía) Editiones Editinter, 2002. Le jardin el l’oubli , (novela), Ediciones L’Harmattan, 2002. Más allá del día/Au-delà du jour (poemas en prosa), Editiones Editinter, 2000. Flora Tristan, La paria et la femme Etrangère dans son œuvre , L’Harmattan, 2003.(Ensayo). Voix au-delà de frontière , L’Harmattan, 2003. Un été à voix haute , Trident neuf, 2004. Poème à une étrangère, Editions Editinter, 2005. Avant de dormir, L’Harmattan, 2006. La sociedad peruana en la obra de José María Arguedas (El zorro de arriba y el zorro de abajo), Lima, Fondo Editorial de la Universidad Mayor de San Marcos, 2007. Représentation de la société péruvienne au XXème siécle dans l'œuvre de Julio Ramón Ribeyro. Paris, Editions L'Harmattan, 2007.Ha enseñado en varias universidades francesas. Actualmente reside en París y enseña en la Universidad de Pïcardie Jules Verne y en la Universidad de la Sorbonne Nouvelle
Como lo hace en cada número, Cultura de VeracruZ abre su espacio a los jóvenes creadores de México, en esta ocasión inserta un espacio dedicado a la poesía de Judith Santopietro. Ella nació en Córdoba, Ver, 28 de octubre de 1983. Realizó hasta el quinto semestre de la licenciatura de Letras Españolas por la Universidad Veracruzana, 2005. Fue parte del taller literario impartido por el escritor Edmundo López Bonilla en Córdoba, Ver., 2001. Fue parte del taller literario La Comuna impartido por Mario Islasáinz en Orizaba, Ver., 2000. Recibió el curso de Corrección de estilo impartido en la Universidad Veracruzana, 2004. Actualmente finaliza la licenciatura en Letras Españolas en la Universidad del Desarrollo de Puebla, a distancia. Dirige la revista Iguanazul (apoyo PACMyC 2005), que se ha presentado en la Universidad Latina de Cuautla, y en el Instituto Morelense de Cultura, Cuernavaca, Morelos, en el marco del día internacional de las lenguas maternas; en la Universidad Intercultural del Estado de Puebla, además de en centros culturales de esa ciudad. Asimismo, participó en el Encuentro de Medios Alternativos en el Faro de Oriente, y se anuncia, a través de convenios de publicidad, en revista Reverso (Apoyo Edmundo Valadés), Guadalajara, Jal., 2006. y Pléyade, Zacatecas, Zac., 2006. Puebla, Pue., 2006-2007. Dirige el suplemento literario Iguanazul que se publica en el diario Cambio de Puebla, Pue., 2006-2007. Actualmente es correctora de estilo del diario Cambio y de la revista Ambiance, Puebla, Pue., 2007. Mención honorífica en el Premio Nacional de Poesía “Tuxtepec Río Papaloapan”, Tuextepec, Oax. / 2007.


Otro autor originario de Mérida, Yucatán. Octubre 30 de 1960, Jorge Lara Rivera, Cultura de VeracruZ publica una selección de su obra literaria. Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Yucatán; licenciado en Español y candidato al grado de Maestro en Español por la Escuela Normal Superior de Yucatán. Miembro del Centro Yucateco de Escritores, Asociación Civil. Su formación literaria incluye diplomados, cursos, talleres y seminarios impartidos por integrantes de la Sociedad General de Escritores de México y autores de la literatura mexicana contemporánea. Obra “Defensa del adiós” (1989), “Fundación de alba” (1989), “El sueño” (1990), “Colectivo” (1991); editados por la Universidad Autónoma de Yucatán, así como “Sostener la luz” (ediciones La Gorgona, 1990) y “Fosforescencias” (ediciones La Tinta del Alcatraz, Edo. de México, 1992), “Dos poetas contemporáneos “ (Gob. del Edo. de Yucatán, 1993), el apartado “La sombra y los confines” de “Tierra recién nacida” (publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México, 1998) y “La ronda del sol girante” (coedición de la Universidad Autónoma del Estado de México y La tinta del Alcatraz, 2001). Libros de cuentos: Las hormigas han vuelto (Gob. del Edo. de Yucatán, 1993). Compiló la antología de narrativa contemporánea de Yucatán Entre el silencio y la ira (ediciones del Diario del Sureste, 1992), el libro de ensayos Sor Juana, 300 años en la inmortalidad (ediciones del Instituto de Cultura de Yucatán, el Diario del Sureste y el Centro Yucateco de Escritores, A.C., 1995). Compilador de Litoral del relámpago Imágenes y ficciones publicado por la Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma y el Centro Yucateco de Escritores, A.C., 2002). Autor del cuaderno de cuentos para niños Caligrafía V. S. Garabato y otros enredos de la Colección La rana feroz, publicado por el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (Yucatán, 2000) y participó en Broken Telephone/ teléfono descompuesto/ au téléphone (Sandraslittlebookshop, Canadá, 2003) y en Luz de octubre y espigas (Programa de Fomento a la Creación y Desarrollo Artístico, Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Yucatán, 2003). Obtuvo mención de honor en el Certamen Nacional de Poesía “La pluma del Jaguar” de la Universidad de las Américas (1990), tercer lugar del Premio Nacional de Periodismo Juvenil “José Pagés Llergo” 1989, el Premio Regional de Poesía, Bacalar, Quintana Roo, 1988.


En 1988 y 1989 recibió el Premio Estatal de Literatura “Ermilo Abreu Gómez” de Cuento y “Clemente López Trujillo” de Poesía, respectivamente. En 1990, su libro Defensa del adiós mereció el Premio Especial de Literatura “Antonio Mediz Bolio” para obra publicada. Recibió en 1997 la Medalla al Mérito Artístico, conferida por el Instituto de Cultura de Yucatán. En 2001 con el proyecto Creadores en los municipios recibió en la modalidad de Investigación el Premio del Programa Nacional de Educación Artística convocado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Bellas Artes. Fue seleccionado por el Programa Estatal de Estímulos a la Creación Artística auspiciado por el Gobierno del Estado de Yucatán y el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes para realizar los proyectos El libro que es Octubre (2002) y El viaje (2005) por su trayectoria como creador literario. En 2005 obtuvo el primer premio de los XLVI Juegos Florales Nacionales de Papantla, Veracruz. El Gobierno del Estado, le otorgó el Premio Estatal de Literatura “Antonio Mediz Bolio” 2005.


En 1995 su obra plástica (pintura) fue seleccionada en la VI Bienal de Artes Visuales de Yucatán. Cuatro veces ha sido recipiendario del Apoyo “Edmundo Valadés” para revistas independientes que otorga el CONACULTA (1997, 1999, 2002, 2005), como representante legal de Navegaciones Zur. En el año 2002, el Instituto de la Juventud de Yucatán, el Gobierno del Estado y el Instituto de Cultura crearon e instituyeron el certamen estatal Premio de Poesía Joven Jorge Lara, que va ya en su sexta edición. En julio de 2004, la Escuela Normal Superior de Yucatán creó la presea “Jorge Lara Rivera” para ex alumnos distinguidos.
De Carlos Roberto Morán, se da a conocer su nota reflexiva sobre Henning Mankell: desasosiego sueco. Este autor nació en Santa Fe, República Argentina, el 17 de agosto de 1942, ciudad en la que reside y trabaja como periodista (en la sucursal Santa Fe del diario La Capital de Rosario). Es casado y tiene dos hijos. Libros de cuentos: Territorio posible (Editorial Amate, Xalapa, México, 1980), Noticias desde el sur (Editorial de la Universidad Veracruzana, Xalapa, México, 1986) , Noticias de Sergio Oberti (Puntosur Editores, Buenos Aires, Argentina, 1990), el relato largo Ella hablaba sobre el mar en Octopus, (Centro de Publicaciones, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, Argentina, 1998), Ella cuenta sobre el mar, (Ediciones al Margen, La Plata, Argentina, 2006). Incluido en: Antología del nuevo cuento argentino, (Widawnictwo Literackie, Varsovia, Polonia, 1988) La otra realidad”, (Desde la Gente, Buenos Aires, Argentina, 1994), Cuento argentino contemporáneo, (Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, México, 1996), Padre río, (Desde la Gente, Buenos Aires, Argentina, 1997), Narradores argentinos, (Cultura de Veracruz, Xalapa, México, 1998). No hay dos sin tres. Historias de adulteri , (Editorial Páginas de Espuma, Madrid, España, 2000). Hazañas bélicas, (Editorial Páginas de Espuma, Madrid, España, 2001)Molto Vivace, (Editorial Páginas de Espuma, Madrid, España, 2002), El cuento latinoamericano actual, antología seleccionada por Reni Marchevska, (Editorial Lik, Sofía, Bulgaria, 2002), Octopus II (Centro de Publicaciones, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, Argentina, 2002), Leer la Argentina (Ministerio de Educación de la Nación, Buenos Aires, Argentina, 2005).


Se incluye una nota de Omar Piña “Wolfgang Borchert: el horror”, quien forma parte del Consejo Editorial de Cultura de VeracruZ. En la presentación de Rosa Beltrán sobre el libro Los mártires de freeway otras historias, se reconoce la trayectoria literaria de Carlos Martin Briceño. Rosa Beltrán nació en el D. F., 1960 es escritora, periodista, traductora y catedrática de la UNAM, donde estudió Letras Hispánicas. Se licenció y doctoró en Literatura Comparada en la Universidad de California. Fue subdirectora de La Jornada Semanal. En 1992 obtuvo el reconocimiento de la American Association of University Women por el valor de su obra. Frecuentemente es invitada a impartir cursos y conferencias por diversas universidades. Es colaboradora habitual de varias revistas y suplementos culturales. Ha publicado los volúmenes de relatos La espera (1986) y Amores que matan (1996), el ensayo América sin americanismos (Premio Florence Fishbaum 1997), y la novela La corte de los ilusos (1995), con la que obtuvo el Premio Internacional de Novela Planeta/Joaquín Mortiz. En Seix-Barral El paraíso que fuimos.
Para cerrar este número 19, de la revista Cultura de VeracruZ, Mario Muñoz da a conocer la reseña del libro El caldero fáustico: la narrativa de Sergio Pitol, que leyó durante su presentación en la capital veracruzana. Por motivo de que se le concedió el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Veracruzana, se hace un reconocimiento al amigo y colaborador de Cultura de VeracruZ. Mario Muñoz es egresado de la Facultad de Letras Españolas de la Universidad Veracruzana, donde ejerce la docencia como maestro de tiempo completo. Ha sido director de la Facultad de Letras Españolas, Coordinador de la Maestría en Literatura Mexicana y director de La Palabra y el Hombre de la misma Universidad. Hizo estudios de posgrado en Literatura en Varsovia y Madrid. Ha publicado seis libros, cuatro obras traducidas y diversos ensayos literarios en revistas nacionales y del extranjero. Su libro más reciente es una antología del cuento mexicano de medio siglo: 1950-2000, que publicará próximamente la Universidad Veracruzana. En calidad de maestro invitado ha tenido permanencia en universidades del extranjero, como la Sorbonne, de Paris, Universidad de la Habana, Universidad de New Mexico, Universidad de Varsovia, Universidad de Humboldt de Berlín, entre otras instituciones.


miércoles, junio 20, 2007

APOYO CAMPESINO Presos de Ixhuatlán VERACRUZ



Indígenas nahuas los campesinos presos en Villa Aldama


Un menor de edad, varios ancianos, un herido de bala
Todos golpeados, amenazados, interrogados sin traductor de su lengua
Traslado a un penal lejano dificulta la asistencia familiar y legal



Zapateando.–

Desde su natal Lomas del Dorado, en Ixhuatlán de Madero, en la Huasteca veracruzana, hasta el frío del Cereso de máxima seguridad de Villa Aldama, en Perote, trasladaron a diez campesinos, indígenas nahuas que lucharon por tener un pedazo de tierra parasembrar.

La policía, elementos de seguridad pública del gobierno veracruzano, disparó armas de fuego. De hecho, uno de los detenidos tiene alojada en el glúteo una ojiva de bala calibre 22. Todos fueron golpeados, interrogados bajo presencia de los mismos policías que los habían trasladado a garrotazos, patadas y amenazas dematarlos y dejarlos tirados en cualquier parte. En el interrogatorio del ministerio público investigador no participó un traductor de la lengua materna de los campesinos, el náhuatl. Algunos, especialmente los más viejos, no hablan ni entienden bien el español.


La policía les quitó relojes, cinturones, carteras con cantidades de dinero modestas (de ochenta o cien pesos), y a uno de ellos: los anteojos. A casi todos los dejaron sin los zapatos. Están descalzos en el penal, donde al principio los tuvieron incomunicados y cabezaabajo. Uno dijo que no les han dado un jabón para bañarse. No han podido hablar con sus familiares y apenas ayer pudo pasar una abogadade la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos AC a preguntar por ellos y a presentarse para asumir su defensa. El derecho a ver a sus familiares les fue negado en el penal de Benito Juárez, primer lugar a donde los llevaron antes de trasladarlos hastaVilla Aldama. A pesar de que su caso lo llevará el juzgado de Chicontepec, donde les correspondería ser juzgados, y en su caso absueltos, el juez actuará en Villa Aldama y Jalacingo, más cerca deJalapa que de su natal Ixhuatlán de Madero.


Los indígenas nahuas presos son:


1) Antonio Santiago Hernández de 34 años, originario de Piedra Grande Chicolito, municipio de Ixhuatlán de Madero, quien tiene una bala enel glúteo y no se la han sacado desde el 14 de junio en que los policías llegaron disparando para apresarlos. Un oído le molesta, por el ruido de las balas que dispararon los policías. Dijo que no se resistieron a la policía pues sabía que si resistían les iría peor. Al igual que todos los campesinos, portaba un machete, su herramienta de trabajo en el campo.


2) Enrique Flores Catarina, de 60 años, de Lomas del Dorado, hablante de náhuatl como todos sus compañeros. Golpeado en el hombro, el pecho, la cintura. No entendía bien en el interrogatorio, porque todas las preguntas se hacían solamente en español. Buscaba un pedazo de tierra para poder mantener a su familia.


3) Audecio Santiago Hernández, de Piedra Grande Chicolito. Sabía que el grupo estaba dialogando con un funcionario de gobierno, para eso era la cita en la que por sorpresa los detuvieron.


4) Severo Antonio Hernández, de 16 años, originario de Lomas del Dorado. Al igual que sus padres, el es campesino y sabía que lastierras son de ellos, de los campesinos. Lo golpearon muy feo en lacabeza.


5) Alicio Martínez Cruz, de 23 años. de Lomas del Dorado.


6) Domingo Francisco Verónica, de 65 años, de Lomas del Dorado, golpeado en las costillas, en la cara, mejillas, nariz y la rodilla izquierda.


7) Basilio Villa Antonio, de 31 años. Le quitaron su licencia demanejo y su tarjeta de circulación. Su camioneta puede ser la que la comunidad vio que destrozaron los policías el 14 de junio.


8) Pedro Gutiérrez Hernández, de 50 años, de Lomas del Dorado, golpeado en hombros, nariz y la cara. Le dieron garrotazos en la espalda. Trabajó como peón para Miguel Faisal. De repente se confundióentre el nombre de la abogada y los nombres que trataba de recordar. Además de los golpes, no traía zapatos como la mayoría de los detenidos, que portan uniformes viejos.


9) Daniel de la Cruz Antonia, de 76 años, lastimado de la cara, las mejillas, las orejas. Le dieron garrotazos en la cabeza. Le duele la zona lumbar y costillas. Es de Lomas del Dorado. Le duele la garganta al intentar comer.


10) Luis Francisco Martínez, de 43 años, de Aguacate de Vinazco, municipio de Alamo. Le quitaron zapatos, cinturón, su machete. Tiene la noción de que a todos los trasladaron a Benito Juárez el 14 dejunio, los detuvieron a las 5 de la tarde y a las 5 de la madrugada del 15 de junio, en un lapso de 12 horas, los estaban ingresando enVilla Aldama.




Todos fueron golpeados, amarrados de las manos, trasladados bajo amenazas de que los matarían y tirarían por el camino, interrogados en presencia de los policías que los habían trasladado y golpeado, sin abogado defensor, en español y sin traductor del náhuatl. La mayoría perdieron los zapatos y están sin calzado en el penal. No han visto a sus familiares y ahora será difícil que los visiten desde la Huasteca hasta Perote, cerca de Jalapa. Una maniobra típica de los gobiernos para dificultar las vistas de los familiares, el apoyo de su organización y la defensa legal a que tienen derecho.


La defensa legal estará a cargo de la Comisión para la Defensa de losDerechos Humanos AC.

martes, junio 19, 2007

Enrique Acuña: La locura según Van Gogh





Cuando se llega a Auvers, pequeño pueblo al norte de París sobre el río Oise, observamos de entrada la capilla gótica pintada por Vincent Wilhelm Van Gogh en 1890.
Si se compara, bajo el cielo tormentoso, aparece una mujer de espaldas al ojo que mira y un camino hacia el cementerio donde reposa el pintor. Una hiedra lo abraza a la sepultura vecina de su hermano Theo. A partir de este detalle pictórico –Le Eglise du Auvers-de bifurcación entre amor-muerte , de la cual el autor escribe un testimonio, el cuadro como trampa para cazar miradas, nos atrapa.
Luego, tanto en la imagen como en la realidad, se verán los campos de trigos, y tal vez hasta volaran cuervos tal cual fueran pintados hace un siglo. Se presenta entonces “lo verdadero de una verdad” en un paisaje que fuera la pincelada del genio en el óleo sobre tela. Antes de morir Vincent pudo retratar lo que fuera causa de sus episodios inclasificables de locura: la mujer del amor que lo rechaza y el destino mortal de hacerse un resto en su suicidio.
Después de reseñar algunos de los clasificatorios trabajos psiquíatricos sobre la supuesta “esquizofrenia” y/o la “psicosis bipolar” del pintor, trataremos de aplicar lo que enseña el “caso” Van Gogh al psicoanálisis a partir de esta articulación entre el amor pasión generado por le rechazo de una mujer que dice “Jamás” y la locura creacionista. Pero mas importante aun es un detalle de las vacilaciones del nombre-propio “Vincent” el que desde nuestra hipótesis, degrada su referencia simbólica y conduce al pasaje a lo real del acto suicida.



I. Danza de nombres imaginarios



Mas próximos y mas reiterados, los estudios psiquíatricos insisten en la clasificación para la rareza del caso: Desde Jaspers a el conductista Vallejos-Najera con sus “locos egregios” hasta los estudios actuales con el DSM IV la patografía no ha dejado de ser interesante a la hora de dar batallas épicas sobre un diagnostico imposible, nombres danzando sobre Vincent: entre la epilepsia, porfiria aguda, toxicomanías, esquizofrenia, psicosis maniaco-depresiva , bipolaridad endógena, etc.
La comprensión de Jaspers sobre Van Gogh se lee en su libro Strindberg und Van Gogh, donde el autor de la Psicopatología general, de corte fenomenológico, intenta hacer un parangón entre la creación artística y la locura. La concepción de la locura en Jaspers sostiene un esquema donde la personalidad previa que se teje en lo social determina un “proceso psíquico”.
Esta evolución de la enfermedad mental que progresa en fases agudas y crónicas se comprende –sus motivos- por la producción de un sentido nuevo. La locura es incomprensible en esa invención, sin embargo el arte puede ser comprendido como producto de un sentido nuevo. Así, la esquizofrenia creadora sería una suerte de fase libre de síntomas.
Jaspers cree que no hay creación sin locura pero que es necesario periodos de lucidez, de estabilidad, siendo su lectura entonces que el objeto artístico, desde el poema la cuadro , son no tanto intentos de curación como expresión fenoménica del sin-sentido que hay en el proceso patológico. La creación del genio es la locura misma. De este análisis se emparenta luego Antonin Artaud aunque con razones políticas diferentes: la de una cierta anti-psiquiatria surrealista que supone a Van Gogh como un “suicidado por la sociedad”.
Un estudio reciente de Werner Strik, siguiendo las convenciones diagnosticas mas actuales en la era del psicofármaco afirma el diagnostico de una psicosis cicloide “angustia-felicidad” como probarían sus cuadros que alternan estados afectivos. En fin la danza de nombres imaginarios que vienen del otro, no son nombres propios del sujeto.



II. Nacer en lugar de otro, la pasión del reconocimiento



Pero, ¿Quién era Vincent Wilhelm Van Gogh?:Hijo de un pastor protestante , nace en la aldea de Zundert, Holanda en 1853. Su madre viene de perder a su primer hijo quien nace muerto, exactamente un año antes y que mereciera el mismo nombre : Vincent Wilhelm.
Hasta los trece años su vida es de estudios, pudiendo aprender varios idiomas. A los 16 viaja a La Haya a trabajar en una casa de arte de su tio, y desde ahí a Londres desde donde comienza su epistolario con su hermano menor Theo.
Aquí, hasta sus 21 años transcurrió una época tranquila hasta que se enamoró secretamente de la hija de la dueña de la casa en la que se alojaba, Ursula Loyer. Expresado su amor y luego rechazado por la dama Cayo en un estado de perplejidad y tristeza.
Johanna Bonger –esposa de Theo- escribió : Cuando volvió a su casa, estaba escuálido, silencioso y derrotado: un hombre completamente diferente, y sobre septiembre: El estado depresivo sigue, y sobre diciembre de 1874: Por primera vez se convierte en una persona rara y solitaria; su gusto por el dibujo se ha apagado.
Su estado tampoco mejoró después de un traslado a París: era caprichoso y descuidado y se dedicó apasionadamente al estudio de la Biblia.
En esa época estaba angustiado; escribió a sus padres: “Es como si me amenazara algo”. Johanna Bonger observó: “Se abraza a la religión con una vehemencia casi demencial”. En las cartas de esa época domina una sensibilidad nueva El padre, lo convenció para que realizara un curso regular de teología en Amsterdam. Sin embargo, Vincent interrumpió el estudio pocos meses después para comenzar en Bruselas una formación como predicador laico. Así, con esa estabilidad que le daba la retórica que lo ligaba de nuevo al linaje del padre –la religión – viaja a la zona carbonera belga para leer a los mineros “la palabra del Señor”.
Vivió bajo condiciones de extrema pobreza, se esfuerza por desprenderse de todo: de su dinero, de su ropa, de su cama...en las cartas a Theo testimonia de una ascesis donde el cuerpo esta desalojado de su ser.
Este primer amor pasión de Vincent hacia una mujer es una búsqueda de reconocimiento en el eje “yo-tu” y su posterior rechazo cava un agujero en lo simbólico. Este hueco de la significación acerca de quien es en el deseo del Otro es experimentado como una experiencia enigmatica con su efecto de perplejidad, de abandono del cuerpo que es un resto hasta que se estabiliza en un respuesta de sentido en el mesianismo.




III. El amor por el “jamás”



A los 27 años se decidió hacerse pintor y comenzó un estudio en la Academia de Artes de Bruselas. Siguió un período de tiempo de tranquilidad en la casa de sus padres, en Etten. En el verano la prima viuda de Vincent, Kee, con su hijo, visitó la familia. Vincent se enamoró de Kee. Escribe a su hermano ( Etten 3 se septiembre de 1881):



Mi querido Theo:
Una cosa me pesa que quiero contarte, aunque quizás ya estas enterado y no te cuento nada nuevo. Quisiera decirte que este verano me he enamorado de Kee. Pero cuando se lo he dicho me ha respondido que su pasado y su porvenir permanecían inseparables para ella, y que jamás podría corresponder a mis sentimientos. Entonces he tenido que resolver un dilema terrible: resignarme a esto : ¿”jamás, no jamás”, o considerar la cosa como no terminada, guardar mi esperanza y no resignarme?
He elegido esta ultima eventualidad (...) estoy decidido a amarla hasta que ella termine por amarme.(...) si alguna vez te enamoras y tienes que oir un “jamás, no, jamás” ¡no te resignes, sobre todo! Pero tú eres tan afortunado que esto, espero, no te sucederá nunca.



En otra carta, el 7 de septiembre, continúa:



Cuando este verano escuche el “jamás, no, jamás” que terrible fue, Dios mío; y aún cuando no era inesperado sentí al principio algo tan aplastante como la condenación eterna –y verdaderamente- en aquel momento quedé por un instante, por así decir, como derribado en tierra. Pero entonces, en aquella indecible angustia de mi alma, resplandeció una idea como una claridad en la noche: precisamente esta: se resigna aquel que puede resignarse: pero si podeís creer, entonces creed!. Y al punto me levanté pero no como un resignado sino como un creyente y no tuve mas pensamiento que este: ¡ella y ninguna otra!




El enamoramiento no fue correspondido desencadenando una posición de ser desecho del otro que se reitera. Apasionado, desafiando el No!, Vincent busca a Kee en Amsterdam y solicitó su mano, otra vez sin éxito. Después de ese episodio retorno la posición religiosa que explicaba su existencia como misión predicativa.
Un año después en una discusión con su padre, abandonó la casa familiar,se muda a La Haya, donde estudia con el pintor Anton Mauve, su primo lejano.
Conoce entonces a la tercera dama de su amor, Sien, que trabajaba como prostituta, viviendo con ella y su hijo en una faz del amor que era de piedad y ternura. Se enfermó de gonorrea y debió internarse tres semanas en un hospital.
Sien era alcohólica, y Vincent pidió casarse contra la voluntad de la familia. En esa época prevalece su periodo de pinturas paisajistas en óleo. De la ruptura con Sien por su estilo de vida lo testimonia a su madre escribiendo: “No podemos marchar hacia el futuro juntos: es imposible, a pesar de que dependemos tanto uno del otro”
Esta ruptura con el otro lo sume en una afecto de tristeza con un predominio del retrato de las sombras. Como en búsqueda de la familia perdida regresó a la casa de sus padres, apenas dos años, protegido.
Su padre lo caracterizó así: Nos proponemos darle completa libertad, en sus rarezas, en la ropa, etcétera. La gente lo ha visto ahora, y aunque es lamentable que no sea más tratable, no se puede cambiar el hecho de que es un hombre extraño.



Meses después falleció su padre. A partir de entonces la gente de la aldea lo vio como “el loco del pueblo” al punto que el párroco prohibió a sus feligreses servir de modelo a Vincent. Inmediatamente viajo a París con Theo y conoció a los impresionistas: Toulouse-Lautrec, Pisarro y Gauguin. Comienza aquí la vida del color en sus cuadros y la búsqueda del sol que predomina en el Midi Frances, viajando asi a Arlés en busca del “Japón y las flores”. Pinta los puentes de Arles, la campaña y la vida parece tomarse en su mirada. Por ello , en este momento de entusiasmo se imagina una comunidad de artistas , de tono utópico. Invita a varios pintores a hacer una ciudad de impresionistas, en especial a Gauguin, a quien admira.

IV. Encuentro con Un padre: la tensión agresiva



En el verano Vincent bebía ajenjo y deambulaba por los bares, amigo de las prostitutas. El primer medico que lo atiende el Dr. Rey funciona como reparo. Casi no dormía por la noche y fijó velas en el ala de su sombrero y en el caballete.
Escribió: En mi cuadro del Café he tratado de expresar que es un lugar donde uno se puede volver loco y puede cometer un crimen. Todo esto expresa una atmósfera de un bajo mundo ardiente, un sufrimiento pálido en una oscuridad que se ha apoderado de un hombre que ya no está más despierto” (...) mis sensaciones durante el estado de excitación se dirigen siempre a una ocupación con la eternidad y con la vida eterna “.




Sin embargo la primera manifestación clínica de una psicosis es puesta en acto en diciembre de 1888 cuando vive con Gauguin. Este, habitó el ala derecha de la casa amarilla en Arles y trabajo con el durante tres meses. Dice de esta compañía inquietante: "Nuestras conversaciones son vivificadas a veces por un fluido eléctrico extraordinario “
Casi en Navidad, en una noche de violencia donde amenaza con un puñal a Gauguin, en un intento frustrado de agujerear al ideal y ante la oposición de este, se corta el lóbulo de su oreja izquierda. Bajo el imperativo de “ El otro o yo”, rompe la tensión agresiva.
Ese trozo de carne, hecho objeto extraído del cuerpo será luego la ofrenda para Raquel, una prostituta de la cual había recibido una frase que resuena entre la injuria y la blasfemia: le habría dicho que mas valía su oreja que sus cuadros.
Vincent después de ser dejador plantado por un Otro en oposición simbólica –un padre, en le ideal encarnado por Gauguin – desencadena los efectos imaginarios sin sentido de la psicosis. La auto-mutilación, el cuerpo que ya no es propio sino desecho ofrecido como literalidad del ser, es un pasaje al acto que implica un tratamiento de lo real diferente a la producción pictórica.
Luego de dos internaciones fue dado de alta. Por medio de una petición firmada por más de 80 ciudadanos y dirigida al burgomaestre los vecinos lograron una internación forzada. Era, ahora el loco peligroso de Arlés. Indignado, decidió internarse en el convento de San Pablo, en Saint-Remy (donde pinta su maravillosa “Noche estrellada”) Desde la terraza del manicomio traza un estilo singular, único: el amarillo engrosado, el azul eléctrico que invade, el trazo grueso que gira en círculos concéntricos y fuerza los objetos a un movimiento de violencia, los autorretratos del dolor...



V. Nace otro Vincent, el espejo roto




Vendió por primera y única vez un cuadro (La vid roja). Fue dado de alta en San Pablo y emprendió un viaje a París, hacia su hermano Theo. Por último viajó a Auvers-sur -Oise, para ofrecerse al cuidado del Doctor Gachet , medico y mecenas de impresionistas.
Ahí pintó frenéticamente un cuadro por día. Momento fecundo donde hay la creación significante desde la nada –que en la tesis de Lacan el arte organiza un vacío, ahí donde había la nada- es la curación por lo imaginario de un real que mortifica al cuerpo.
Entre esos cuadros también vió demasiado con su mirada mas real la iglesia en la bifurcación del amor con la muerte: una mujer que da la espalda y va hacia le camino de la vida, y una camino que se dirige al cementerio, tras el campo de trigo con cuervos.
Durante casi 20 años , después de su primer amor imposible con Ursula, el empuje a Kee , la vida con Sien, los cambios del paisajismo al impresionismo, todo eso fue escrito, a manera de testimonio en sus cartas a Theo. Un epistolario que registra sus trastornos del lenguaje y sus transformaciones subjetivas, el destino de las cartas, este hermano se constituye para Vincent en otro –testigo, imaginario, secretario de alienado que permite condensar su goce. Theo no goza , no desea nada extraño sobre el, no enloquece como sus mujeres, solo esta presente como una muletilla lejana.
Sin embargo esta figura del otro estabilizador (a-a’) cae cuando Vincent visita a su hermano en París y se encuentra con un hijo de Theo recién nacido a quien le habían dado su mismo nombre: Vincent Wilhelm. La presencia de ese otro rompe el espejo imaginario , al acortar la distancia que el nombre mediatizaba en lo simbólico. El retorno del nombre propio deja de ser un referente y se vuelve causa de un nuevo vacío de la significación. Es el estallido del sujeto. Podríamos esquematizar la secuencia del desencadenamiento de la psicosis y sus diferentes modos de soportar con suplencias:




0- Nacimiento en lugar de otro Vincent (hermano muerto), muerte del deseo del Otro.
1-Cartas Vincent ---- à Theo (muletilla imaginaria) y demanda de amor como pasión de reconocimiento. Lugar del padre en el delirio religioso.
2-desencadenamiento por Un padre en oposición simbólica: encuentro con Gauguin en lugar del Ideal (tensión agresiva)
2-Nombre-del-padre forcluido --------- à degradación del nombre propio como referente
3-Un otro Vincent, hijo de Theo (ruptura especular) --- à llamada en lo simbólico–respuesta en lo real
4-realización del nombre: pasaje al acto como realización del hacerse objeto en el suiciduio.



VI. Epifanía del epitafio




La ultima carta que Vincent tenia consigo el día de su suicidio –después de 37 años de nacido sobre otro nombre - encarna la angustia cuando se abre en el otro el enigma de su deseo:
Pues bien mi trabajo, arriesgo mi vida y mi razón destruida a medias –bueno- pero tu no estas entre los marchands de hombres, que yo sepa, y puedes tomar partido, me parece, procediendo realmente con humanidad, pero, ¿qué quieres?.-
¿Quien era “ese” que designa el nombre Vincent en el lugar del deseo de la madre? ¿El hermano muerto, este otro nuevo hijo, él mismo, melancólico? O tal vez solo un nombre pintado, letra y mirada real de un otro imaginario? La respuesta que encuentra es un acto que anticipa la pregunta y empuja al destino final, un corte mas radical en el suicidio. Su ultima carta : un tiro en la ingle y dos días de agonía, el lento opaco de la muerte sobre los mil colores alucinados.
Después quedará solo su firma en el cuadro valioso, la fama del genio final, un nombre sin nombre, hecho epitafio.





Bibliografía:




Van Gogh, Vincent: Cartas a Theo, Ed Idea books, Barcelona, 1997.-
Jaspers, Karl: Strindberg et Van Gogh. Les editions de minuit, Paris, 1958
Artaud, Antonin: Van Gogh, el suicidado de la sociedad . Ed Fundamentos , Madrid 1997.
Stric, Werner Konrad: La enfermedad psiquiatrica de Van Gogh. Alcmeon,Rev Argentina de clinica neuropsiuiatrica.1998.
Lacan , Jacques: El Seminario libro VII- La ética del psicoanálisis-Ed Paidos. Bs As. 1992
Stuart Schneiderman: Tópicos en las psicosis (sobre la nominación)Escansión Nueva serie.Ed Manatial 1989.
García Germán : Federico entre otras cosas, en D’escolar. Ed. Atuel, 2000.
Marthe Robert: Le genie et son double. Genies et realites. Ed Hachette. Paris,1968
Millas, Karina: La psicosis de Van Gogh –Rev de ICBA-Croquis Clinicos. Bs As. 1997.
(1) La iglesia de Auvers-sur-Oise- en el museo de Orsay (Paris)- Tambien se puede visitar virtual el Museo Van Gogh




(*) Miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana, de la Asociación Mundial de psicoanalisis y del Centro Descartes. Buenos Aires- E-mail : eacunia@ciudad.com.ar